lunes, 17 de octubre de 2011

Otro principio profano de la dinámica capitalista


Depredadores financieros

Edgar Quintero Luengo

Rebelión

El ciudadano común del mundo se dio cuenta por boca de un agente de la bolsa londinense cuales son los verdaderos intereses y la lógica del gran capital financiero globalizado: “La crisis es un sueño hecho realidad para aquellos que quieren hacer dinero”….. “Soy un inversor, no nos importa realmente si van a arreglar la economía, nuestro trabajo es hacer dinero con todo esto"…... "Cuando el mercado se venga abajo, si se sabe lo que hay que hacer y se tiene el plan correcto, se puede hacer mucho dinero" .… "En menos de 12 meses los ahorros de millones de personas se van a desvanecer" , por ultimo asevero “Los gobiernos no dominan al mundo, Goldman Sachs es el que lo hace y no le importa este plan de rescate”, dijo recientemente y entre otras cosas Alessio Rastani en una breve pero incendiaria entrevista con la cadena BBC al referirse a la aguda crisis financiera de la hoy maltrecha Unión Europea. Estas declaraciones desnudan en toda su amplitud las abominables prácticas de las grandes corporaciones financieras mundiales y que reiteradamente se han denunciado en todos estos años pero al parecer antes del Sr. Rastani nada había sido más impactante. En razón de estas afirmaciones muchos ciudadanos libre pensantes nos preguntamos entonces: “Es licito que la seguridad y la estabilidad económica de un país o del mundo pueda llegar a la debacle por las maniobras fraudulentas de un codicioso grupo de banqueros e inversionistas que solo buscan la ganancia obscena de sus capitales?, “Es moralmente aceptable que en haras de ganar dinero se lleve a la quiebra, al hambre y a la pobreza a decenas de millones de personas en el mundo por la sórdidas practicas mercantiles de un grupo de especuladores financieros?, la respuesta no creo que pueda ser otra que un contundente rechazo a estos injustificables y censurables métodos y procedimientos de actuación en los grandes mercados bursátiles de los países desarrollados.
Cuando las empresas financieras y los bancos capitalistas crean sus novedosos planes de negocios y “productos” financieros para captar capitales se autodefinen como “hábiles especialistas”, cuando explican y ofertan estos planes al mercado se trasmutan en “honestas y transparentes” instituciones al servicio de sus clientes y de la sociedad, pero cuando ejecutan estos planes se transforman en “inescrupulosas y codiciosas” máquinas para concentrar riquezas y poder en donde el riesgo siempre será para el cliente y los mayores beneficios para el banco. La rentabilidad máxima se convierte en el objetivo principal de su actividad de intermediación y para alcanzarla no importa la violación a la ética, a las leyes y a las blandas normas de regulación y legalidad establecidas, lo más importante es incrementar sus capitales al precio que sea, al fin y al cabo el capitalismo no obedece a reglas moralistas ni filantrópicas su “leit motiv” siempre ha sido la ganancia máxima y esta ganancia la acumulan por la apropiación continuada de la mayor plusvalía posible generada por la sociedad en su conjunto, todo esto por supuesto logrado gracias a las facilidades y a la poca fiscalización de los países desarrollados, en este caso, sobre las actividades financieras realizadas por los grandes bancos y corporaciones de inversión. La debacle de Wall Street hace un par de años se combatió con simples llamamientos a la ética en las actividades de los centros financieros mundiales, se hicieron cándidas y apáticas invocaciones como las realizadas por el Sr. Obama a terminar con los “abusos, excesos, imprudencia y crisis”, algunos jefes de estado y muchos políticos del status levantaron sus voces exigiendo nuevas leyes para regular las operaciones financieras y evitar así nuevas dificultades que pongan en riesgo la estabilidad económica del mundo y que por supuesto nunca se consideraron y mucho menos implementaron, por el contrario se premió el descarado robo de cientos de miles de millones de dólares con subsidios y préstamos de cientos de miles de millones de dólares de fondos públicos a tasas de interés insignificantes. Pedirle a los inescrupulosos grandes banqueros de Manhattan, Londres o Paris que ayuden a buscar la ética y las buenas prácticas financieras en las actividades bursátiles y de intermediación financiera es como pedirles que se hagan el “Harakiri Económico” ya que su objetivo más trascendental es lograr por cualquier medio a su alcance la mayor concentración de riqueza. Wall Street es un entramado bien organizado de artimañas y estafas de grandes dimensiones, Bernard Madoff es un claro ejemplo, que tiene un principalísimo objetivo: Mantener las actuales formas y mecanismos de dominación planetaria que les garantiza riqueza y poder ilimitado.
La crisis del 2008, arteramente planificada según algunos especialistas, tuvo como consecuencia un nivel más acentuado de concentración de los mercados y de importantes activos financieros y empresariales del mundo, con ayuda ilimitada de los dineros públicos a través de los inmerecidos “Rescates Financieros” los estafadores globales completaron la estrategia de apoderarse de bancos e instituciones quebradas a precios irrisorios, los depredadores corporativos como Morgan Stanley, Bank of América, Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Deutsche Bank, entre otros, usando fondos estatales barrieron la mesa del mercado financiero y se hicieron mucho más poderosos, en síntesis democratizaron la crisis en todo el mundo y cosecharon grandes beneficios a costa de la pobreza y la ruina de muchas empresas y personas, todo de acuerdo a lo planeado y en la misma línea que expone el Sr. Rastani, así pues se repitió el ciclo programado por el poder financiero mundial al mismo estilo y con el mismo objetivo de la crisis del 29. Es la codicia de estos envilecidos banqueros la causa principal de las crisis ya que su negocio está basado en la subida o bajada de los precios en los activos y papeles financieros, es allí donde intervienen con sus poderosos artilugios para torcer los mercados a favor de sus intereses ya sean para comprar lo que les interesa o vender lo que tienen. Son los mismos que siempre han exigido a los gobiernos abstenerse de intervenir en sus negocios, son los mismos que siempre han pregonado la eficiencia de la ley del mercado como mecanismo eficaz de regulación económica, pero ahora claman y exigen los recursos públicos para evitar el “aparente” colapso y la quiebra generalizada de sus ilícitos e indebidos negocios. Esta crisis que hoy continúa ha sido un espectacular negocio ganan miles de millones de dólares arruinando a decenas de millones de personas y los gobiernos del imperio en vez de corregir los excesos y la ilegalidad les garantizan fondos y camino despejado para continuar.
El poder y la influencia de estas grandes corporaciones financieras es sin lugar a dudas gigantesco y sobrepasa en mucho a las regulaciones nacionales e internacionales sobre la materia que de hecho son extremadamente endebles para fiscalizar las operaciones en los mercados financieros globalizados, la impunidad es la regla y esta ópera libremente gracias a las complicidades y al soporte fecundado en las inicuas relaciones entre los banqueros y los altos funcionarios de los gobiernos más poderosos, altos gerentes públicos que tienen la responsabilidad de velar por la pulcritud y el cumplimiento de las normas en los mercados financieros provienen del sector bancario y no es muy difícil predecir hacia donde se orientara su gestión. Muchos bancos importantes están involucrados en el lavado de inmensas cantidades de dinero proveniente de actividades ilegales los cuales son usados para apalancar operaciones financieras especulativas alrededor del mundo principalmente en los mercados de deuda, los mercados de metales, mercados inmobiliarios y los mercados de materias primas, resulta dificultoso creer que las autoridades estadounidenses y europeas no estén al tanto de estas operaciones las cuales afectan severamente los precios de los bienes, títulos y servicios transados en los mercados bursátiles, el mercado spot del petróleo y el de los alimentos son un clarísimo ejemplo. Goldman Sachs, Citigroup y Deutsche Bank fueron actores principales en la creación de la crisis alimentaria de 2007 y 2008 al intervenir especulativamente en los mercados de alimentos, se estima que más de 200 millones de personas se sumaron al círculo de hambre mundial debido al alto costo de muchos productos agrícolas básicos para su alimentación, incremento originado por la aplicación de perversas estrategias de estos depredadores financieros a través de las cuales ganaron muchos millones de dólares, es claro que la subsistencia de las personas no es precisamente de su interés y mucho menos si estas son de países del tercer mundo.
La especulación y la libertina movilidad de grandes volúmenes de capital al amparo de los gobiernos del primer mundo y manejados por estos grandes depredadores monetarios han contribuido a incrementar el riesgo y la incertidumbre en el sistema financiero mundial, lo cual ha llevado a un nivel de peligrosa vulnerabilidad principalmente a las economías más débiles y dependientes, estrategia que persigue poner de rodillas a muchos países a fin de obligarlos a aceptar las infames reglas de juego y los intereses de las grandes corporaciones financieras del mundo y por supuesto del imperio, el caso actual de Grecia, Portugal y España y en el pasado reciente Argentina, Brasil, México y Tailandia, por solo nombrar algunos, son muestras evidentes de las maniobras especulativas cuya finalidad es apoderarse del control de estas economías sin importar el hambre y la pobreza generalizada que se ocasiona a la población y los daños a su estructura productiva.
Pero todo esto no es una simple casualidad, la desregulación de los mercados nacionales e internacionales, la disminución del papel del estado en el control de la economía, la libre movilidad de capitales alrededor del mundo sin tasas impositivas o trabas legales y la libre repatriación de grandiosos beneficios han sido requisitos obligatorios impuestos por los organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial para que los países periféricos puedan acceder a financiamiento o refinanciamiento de su deuda con la banca internacional e incluso a la ayuda de organismos multilaterales, estas imposiciones son parte de la política estratégica imperial como mecanismo de primera línea para mantener el inmenso flujo de recursos principalmente monetarios y minerales desde los países en vías de desarrollo hacia los países desarrollados. El FMI es el brazo ejecutor de los banqueros del mundo para ablandar soberanías y someter a los países más débiles imponiendo “Recetas Económicas” que buscan aplicar políticas económicas y ahorrar recursos a los estados nacionales con el único fin de que puedan cancelar sus compromisos financieros en el exterior, estos “ahorros” implican hambre, miseria y desempleo generalizado a largo plazo. En América Latina sabemos de sobra cómo funcionan estas recetas y cuáles son sus consecuencias.
Las grandes corporaciones financieras han hecho hoy de las prácticas especulativas un eficiente mecanismo para rotar más rápidamente sus capitales disponibles generando así mayores y más fáciles beneficios, circulan libremente sus inmensas fortunas impíamente acumuladas alrededor del mundo listos para succionar como vampiros financieros en cualquier parte las riquezas de los estados, los activos de las empresas y los ahorros de las personas. Acuden prestos a la búsqueda de gobiernos y grandes sociedades mercantiles asfixiadas por sus deudas en moneda extranjera, compran sus acreencias a precios irrisorios y luego maniobran y presionan en los mercados con amenazas, ayuda de las calificadoras de riesgo y de rumores e informaciones tendenciosas aprovechando las debilidades económicas, legales y financieras de sus presas para sacar la mayor utilidad monetaria posible sin importar las secuelas que dejan detrás. Un ejemplo de estas infames prácticas son realizadas por los llamados “Fondos Buitre”, los especuladores en los grandes mercados financieros critican esta denominación y se autodenominan eufemísticamente “Fondos para Situaciones Especiales”, estos fondos de inversión libre actúan como “Piratas Financieros” compran deudas soberanas y empresariales en los mercados secundarios a precios exiguos y luego demandan en tribunales de sus países de origen o internacionales el cobro de esa deuda multiplicada por cientos de veces, un caso muy resaltante es la empresa de inversión británica “Donegal Intl.” en años recientes compró en 11 millones de U.S dólares papeles de deuda publica peruana y amenazo al gobierno de ese país con demandas y bloqueos financieros a nivel internacional si no les cancelaba 58 millones de U.S dólares por esas acreencias, por supuesto Donegal Intl. obtuvo esa cantidad de dinero del Perú presionado “oportunamente” por altos funcionarios del gobierno inglés. Donegal también ha demandado por 400 millones de U.S dólares a la República del Congo por una deuda que adquirieron en 10 millones de U.S dólares, cobrarle fraudulentamente a este país africano semejante volumen de recursos supone agudización extrema del hambre, la pobreza y la vulnerabilidad de la mayoría de sus ciudadanos por muchos años, cosa que no es relevante para Donegal Intl.
Estos Fondos Buitre son en gran parte responsables de la distorsión de los mercados de deuda, inmobiliarios y de divisas, están corrompiendo el ejercicio de las actividades financieras globales, recurren a sobornos, amenazas e intimidaciones legalistas para obtener la satisfacción de sus codiciosos e irresponsables intereses, lo más degradante es que no existe voluntad de parte de los gobiernos de los países desarrollados y de los organismos financieros internacionales para frenar de una vez por todas estas vergonzosas prácticas a pesar de tantas denuncias. No solo especulan financieramente sino que adicionalmente exigen privatizaciones a muy bajo costo de grandes empresas públicas, reservas minerales y mayores facilidades para las operaciones de corporaciones privadas del exterior que forman parte del mismo juego, estos conglomerados también piratas económicos se quedan principalmente con grandes recursos altamente demandados en los mercados mundiales, el negocio es pues de vuelta completa. Esta práctica la aplicaron en América Latina con mucha fuerza en la década de los ochenta.
Los fondos buitre son en esencia inmensas aspiradoras monetarias extorsivas, no actúan solos o de manera independiente, responden a los intereses del imperio financiero-industrial que hoy controla las finanzas globales que a su vez están alineados con los intereses geopolíticos de los gobiernos de los principales países desarrollados, son por supuesto parte de los mecanismos de acumulación de riquezas que el imperio necesita para mantener su dinámica hegemónica, así pues las autoridades imperiales proporcionaron impunidad y muy poca regulación legal efectiva con la intención de crear las condiciones propicias que impulsaron este censurable e ilegitimo negocio, han expandido esta estrategia a todos los niveles de la actividad económica mundial creando complejos y poco entendibles productos y servicios financieros que en sentido estricto solo benefician sus ganancias y poder, se levantó un “Monstruo” de mil cabezas en donde convergen los intereses de los amos del mundo y sus sostenedores políticos, una bestia inmoral magnificada al amparo de la globalización neoliberal que trasciende por mucho las estructuras de los estados y las regulaciones legales nacionales e internacionales. Hoy los dueños estos capitales buitre están maquinando nuevas “Oportunidades” para especular, su ilimitada codicia llevara a la pobreza y a la hambruna a más millones de seres humanos en todo el mundo, arruinaran empresas y pondrán de rodillas a muchos gobiernos, seguirán disfrutando de la vil impunidad que les garantizan los poderes imperiales, esa es la doble moral de los grandes dirigentes políticos y económicos de occidente, defienden la democracia, la libertad y la justicia pero soportan su poder sobre el hambre y la pobreza de millones cuyos países han sido saqueados inmisericordemente para financiar la abundancia, los excesos y el desarrollo en los países del primer mundo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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