miércoles, 30 de noviembre de 2011

1848

La obtusa disciplina alemana conduce, directamente, a la desintegración europea


Rafael Poch

La Vanguardia

Europa marcha directa hacia la desintegración de su Unión. De la mano de Alemania. De la obtusa política unilateral de austeridad y de su obstinada y reiterada negativa a replantearse el papel del Banco Central Europeo. ¿A qué obedece ese dogmático empecinamiento monetarista? A una mezcla de mentalidad obtusa e inercia de servicio al sector financiero. Nos llevan a un segundo batacazo.
La “gran receta” de Merkel para controlar la crisis europea a medio plazo es algo aun más descabellado. Se trata de una reforma de los tratados de la Unión, encaminada a blindar institucionalmente la disciplina que está incrementando las deudas y asfixiando las economías de varios países. Primero caen los más débiles, pero luego los exportadores más fuertes, que se verán perjudicados por la recesión que asoma. El derecho de ingerencia de esta línea errada, es una vía directa hacia una rápida desintegración europea.
En el contexto de la previsible recesión en Europa y del enfriamiento de la coyuntura global en 2012, todo esto va a estimular una rebelión de los pueblos europeos, una nueva internacional que ya asoma. Las decisiones erradas de instituciones foráneas y no electas, que degradan la vida social, generarán una fuerte reacción nacionalista y de defensa de la soberanía de los pueblos. Un 1848.
En la Europa de 1848 la “primavera de los pueblos” tambaleó el orden de la restauración absolutista. Quedó claro que el orden de cosas del Congreso de Viena era insostenible. Ahora se trata del capitalismo llamado “neoliberal” y quizá del capitalismo sin adjetivos. Se desconoce lo que vendrá, pero deberá ser algo diferente. El acelerado estrés con el que este sistema somete a la gente y al planeta, se hace cada vez más insoportable.
Un orden absolutista en quiebra es aquel en el que una pequeña casta, digamos del 1%, adopta decisiones que son vistas por el 99% como injustas y erradas. La sensación de estar viviendo en un orden absolutista, en el que una ínfima minoría acapara el grueso del poder, la riqueza y los privilegios, y conduce al resto al desastre, está en la calle. Se está haciendo cada vez más viva en la Europa de hoy. Al mismo tiempo, se constata la impotencia de los políticos nacionales y de sus instituciones. Da igual votar: el poder y las decisiones están en otra parte, no electa. Todo esto es una invitación a la acción rebelde que puede acabar siendo vista como mera necesidad.
Como en 1848 el telégrafo y el ferrocarril, ahora las actuales tecnologías de información, con su confuso exceso de información, su alocada inmediatez y su activismo de ordenador, juegan cierto papel, pero los contenidos e impulsos esenciales son los mismos: el rechazo del absolutismo y la reclamación de la ciudadanía.
El nuevo sujeto republicano ha cambiado en Europa. Quien más quien menos tiene algo que perder, en un continente mucho más rico y demográficamente envejecido que el del siglo XIX. Eso sugiere que la no violencia popular tiene un nuevo sentido y grandes espacios a su favor. Al otro lado, el recurso a la violencia por parte del sistema establecido puede volverse contra éste.
Mucho de todo eso se vio en la quiebra de la Unión Soviética de hace veinte años, cuando las recetas del antiguo régimen no funcionaron, por una mezcla de falta de convicción y de avería estructural, y podría verse pronto en el nuevo 1848 europeo: una espiral incontrolable e incomprensible de desintegración. En el escenario más optimista puede imaginarse una reconstrucción del proyecto europeo a partir de bases ciudadanas y no empresariales. Para los escenarios más negativos, ahí está la historia europea, guerrera y agresiva. ¿Aprenderá Europa de su experiencia?
¿Y España? El regreso de los postfranquistas a un gobierno de Madrid que se anuncia particularmente sumiso con la peor política europea, acelerará la particular espiral desintegradora nacional y excitará el descontento activo ¿Sobrevivirán la actual unidad territorial y la monarquía a este 1848 que se anuncia en el horizonte?


Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/berlin/

EEUU y CUBA: La paja en el ojo ajeno

Estados Unidos no deja de inmiscuirse en la política interior de otros países y ahora su nuevo objetivo es provocar una eventual Primavera cubana.


El aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Republicano Newt Gingrich propuso aplicar un modelo de política muy agresivo contra la isla, que él mismo bautizó como ‘Primavera cubana’, en alusión a las revueltas populares desatadas en Oriente Próximo y África del Norte.

Según Gingrich, el país norteamericano no sólo debe continuar su presión sobre el poder cubano, sino aumentarla, particularmente a través de la creación de una fuerte maquinaria propagandística. El congresista ofreció intentar llegar con una radio libre a cada cubano, por la cual EE. UU. transmitiría la verdadera información a los habitantes de la isla.

OBAMA DEJARÁ PASO LIBRE A LA EXTREMA DERECHA

Las acciones de la administración estadounidense para desestabilizar la situación en Cuba tienen una larga historia. La directora del Comité para la Liberación de Los 5 Héroes Cubanos, Gloria La Riva, declaró que “desde el triunfo de la Revolución [1959], el Gobierno norteamericano no ha escondido su objetivo de tratar de derrotarla”.

En efecto, desde hace decenios el Gobierno estadounidense trata de derrocar al gobierno cubano utilizando varios modos de influir en la sociedad de la isla. La investigadora venezolana Eva Golinger afirma que Obama sigue tratando de desestabilizar a la Revolución a través de la USAID y financiando grupos internos para tratar de incitar a la subversión.

De La Riva concluye diciendo que la actuación actual de EE. UU. es solamente un proceso de ocupación de Cuba. El guión es similar al escrito para la intervención estadounidense en el mundo árabe. “Cuando Estados Unidos está hablando de la ‘Primavera árabe’ o ahora de Cuba, están hablando de subversión, de la desestabilización, de la guerra y de la ocupación, como lo hicieron en Libia y ahora están tratando con Siria y tal vez Irán” comenta la activista.

PERO LA SOCIEDAD CUBANA NO CAERÁ EN LA TRAMPA

Mientras tanto, el embargo comercial y financiero de EE. UU. contra Cuba dura casi 50 años. Según datos de la ONU, el bloqueo económico ha causado pérdidas por valor de unos 975.000 millones de dólares a la isla caribeña, que ha visto perjudicada así su desarrollo financiero y social.

El pasado mes de octubre los 186 estados miembros de la Asamblea General de la ONU frente a solo dos votos en contra (EE. UU. e Israel) votaron a favor de acabar la guerra económica de EE. UU. contra la isla caribeña.

Sin embargo, es poco probable que el documento aprobado tenga un efecto real: es la vigésima vez que la ONU emite una resolución que exige el levantamiento del embargo que introdujo Washington contra La Habana en 1962.

Fuente: http://tenacarlos.wordpress.com/2011/11/30/candidato-republicano-propone-organizar-en-cuba-revueltas-al-estilo-arabe/

Reportaje a Naom Chomsky: Libia y los "guardianes de la libertad"

Dan Glazebrook

Al-Ahram Weekly

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Fue una entrevista difícil. Noam Chomsky fue el primero que me abrió los ojos a la estructura neocolonial básica del mundo y el papel de los medios corporativos en el disimulo y legitimación de esta estructura.

Chomsky demostró consecuentemente cómo, desde el fin mismo de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. y sus aliados europeos han impuesto regímenes militares al Tercer Mundo con el papel asignado de mantener bajos los salarios (y por lo tanto altas las oportunidades de inversión) eliminando a comunistas, sindicalistas y a cualquiera que se pueda considerar una amenaza potencial para el imperio. Chomsky ha estado en la vanguardia de la denuncia de las mentiras y de los verdaderos motivos de las agresiones a Iraq, Afganistán y Serbia en los últimos años, y contra Centroamérica y el Sudeste Asiático antes de eso. Pero respecto a Libia, a mi juicio, su posición ha sido terrible.

No me malinterpreten: ahora la conquista casi ha terminado, Chomsky puede ser bastante franco en su denuncia, como deja claro durante la entrevista. “Ahora mismo, en este momento, la OTAN bombardea una base de operaciones de la mayor tribu de Libia”, me dice. “No hay muchas informaciones, pero si se leen los informes de la Cruz Roja, describen una horripilante crisis humanitaria en la ciudad que está bajo ataque, los hospitales se derrumban, no hay medicamentos, la gente muere, la gente huye a pie hacia el desierto para tratar de escapar, etc. Eso sucede bajo el mandato de la OTAN de proteger a los civiles".

Lo que me preocupa es que ése haya sido precisamente el mandato apoyado por Chomsky.

El general estadounidense Wesley Clark, comandante de la OTAN durante el bombardeo de Serbia, reveló hace siete años en la televisión de EE.UU. que el Pentágono había preparado una lista de gobiernos que quería eliminar en cinco años: Iraq, Siria, el Líbano, Somalia, Sudán e Irán. Gracias a la resistencia iraquí y afgana, el plan se ha retrasado, pero evidentemente no se ha abandonado. Deberíamos, por lo tanto, haber esperado la invasión de Libia.

En vista de la torpeza del ex presidente estadounidense George Bush para obtener apoyo global para la guerra contra Iraq, y el compromiso declarado de Obama con el multilateralismo y “el poder blando” deberíamos haber esperado que esta invasión se hubiera planificado meticulosamente a fin de darle un barniz de legitimidad. En vista de la creciente afición de la CIA a la instigación de “revoluciones de color” para causar dolores de cabeza a gobiernos que le disgustan, deberíamos haber esperado algo similar como parte de la preparación de la invasión de Libia. Y en vista de la estrecha relación de trabajo de Obama con los Clinton, deberíamos haber esperado que esta invasión siguiera el modelo altamente exitoso establecido por el ex presidente Bill Clinton en Kosovo: engatusar a movimientos rebeldes en el terreno para que realicen violentas provocaciones al Estado y luego gritar genocidio ante la reacción del Estado a fin de aterrorizar a la opinión mundial para que apoye la intervención.

En otras palabras, deberíamos haber visto lo que se venía, y destacados y ampliamente respetados intelectuales como Chomsky deberían haber utilizado su plataforma para publicitar las revelaciones de Clark, advertir sobre la próxima agresión, y llamar la atención respecto a la naturaleza racista y sectaria de los “movimientos rebeldes” que EE.UU. y Gran Bretaña han empleado tradicionalmente para derrocar a los gobiernos desobedientes. Ciertamente no era necesario recordar a Chomsky las demenciales atrocidades del Ejército de Liberación de Kosovo, de la Contra nicaragüense, o de la Alianza del Norte afgana. Por cierto, él fue uno de los que ayudaron a alertar al mundo de muchas de ellas.

Pero Chomsky no utilizó su plataforma para tratar estos puntos. En su lugar, en una entrevista con la BBC un mes después de comenzada la rebelión -y, crucialmente, solo cuatro días antes de la aprobación de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y del comienzo de la guerra relámpago de la OTAN– prefirió calificar la rebelión de “maravillosa”. En otros sitios se refirió a la toma de la ciudad oriental libia de Bengasi por pandillas racistas como “liberación” y a la rebelión como “inicialmente no violenta”.

En una entrevista con la BBC, incluso afirmó que “Libia es el único sitio [en el Norte de África] donde hubo una reacción estatal muy violenta que reprimió los levantamientos populares”, una afirmación tan divorciada de la realidad que cuesta saber por dónde comenzar. El ex presidente egipcio Hosni Mubarak actualmente está procesado por el asesinato de 850 manifestantes, mientras, según Amnistía Internacional, solo fue posible confirmar 110 muertes en Bengasi antes del inicio de las operaciones de la OTAN, y esto incluyó a gente favorable al gobierno muerta por la milicia rebelde. Lo que hace que Libia sea excepcional en la Primavera Árabe del Norte de África es que fue el único país en el cual la rebelión fue armada, violenta, y orientada abiertamente a facilitar una invasión extranjera.

Ahora, cuando Amnistía ha confirmado que los rebeldes libios han estado utilizando la violencia desde el principio y han estado organizando desde entonces la caza masiva y la ejecución de libios negros y migrantes africanos, comencé la entrevista preguntando a Chomsky si ahora lamenta su apoyo público inicial a ellos.

Se encoge de hombros:

“No. Estoy seguro de que el informe de Amnistía Internacional es correcto, que había elementos armados entre ellos, pero nótese que no dijeron que la rebelión era una rebelión armada. En los hechos, la gran mayoría era probablemente gente como nosotros [sic], oponentes a Gadafi de clase media. En su mayoría fue un levantamiento sin armas. Se convirtió en un levantamiento violento, y por cierto las matanzas que usted describe tienen lugar, pero no comenzó de esa manera. En cuanto se convirtió en una guerra civil, eso sucedió”.

Sin embargo, efectivamente comenzó de esa manera. Los verdaderos colores de los rebeldes se mostraron el segundo día de la rebelión, el 18 de febrero, cuando detuvieron y ejecutaron a un grupo de 50 trabajadores migrantes africanos en la ciudad de Bayda. Una semana después, un testigo presencial aterrorizado dijo a la BBC que otros 70 u 80 trabajadores migrantes habían sido despedazados frente a sus ojos por fuerzas rebeldes. Esos incidentes –y muchos semejantes– dejaron claro el carácter racista de las milicias rebeldes mucho antes de la entrevista de Chomsky con la BBC del 15 de marzo. Pero Chomsky lo rechaza:

“Esas cosas no estaban claras en absoluto, y no se había informado al respecto. E incluso después, cuando se informó, no hablaban del levantamiento. Hablaban de un elemento en su interior”.

Puede que así lo vea Chomsky, pero ambos incidentes fueron presentados en esos días por medios dominantes como la BBC, National Public Radio de EE.UU., y el periódico británico The Guardian. Es obvio que estaban ocultos tras montones de veneno contra Gadafi y justificados con el pretexto usual de que los migrantes eran “presuntos mercenarios”, pero la experiencia de Chomsky en el análisis de los medios debería haberle capacitado para ver a través de eso. Además, la expulsión el mes pasado de toda la población, en su mayoría negra, de la ciudad libia de Tawarga por milicias de Misrata con nombres como “brigada para purgar pieles negras” recibió recientemente la bendición del presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mahmud Jibril. Presentar estos crímenes raciales como un elemento insignificante parece intencionalmente falaz.

Pero Chomsky se sigue manteniendo firme:

“Usted habla de lo que pasó después de la guerra civil y de la intervención de la OTAN, mientras que yo no. Dos puntos, que repetiré: Ante todo, no era conocido, y en segundo lugar era una parte muy pequeña del levantamiento.

El levantamiento fue realizado por una oposición de clase media, no violenta, en su abrumadora mayoría. Ahora sabemos que hubo un elemento armado y que se destacó rápidamente después del inicio de la guerra civil. Pero no tenía que ser así, de modo que si la segunda intervención no hubiera tenido lugar, podría haber sido diferente”.

Chomsky caracteriza la intervención de la OTAN como si hubiera tenido dos partes. Argumenta que la intervención inicial, autorizada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para impedir una masacre en Bengasi, fue legítima. Pero la “segunda” intervención, en la cual el triunvirato de EE.UU., Gran Bretaña y Francia actuó como una fuerza aérea de las milicias de Misrata y Bengasi en su conquista del resto del país, fue equivocada e ilegal.

“Tenemos que recordar que hubo dos intervenciones, no una, de la OTAN. Una de ellas duró unos cinco minutos. Es la que se emprendió según la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad, que planteaba una zona de exclusión aérea sobre Bengasi cuando existía la amenaza de una seria masacre, junto con un mandato más prolongado para proteger civiles. No duró casi nada [ya que], casi de inmediato, no la OTAN sino las tres tradicionales potencias imperiales, Francia, Gran Bretaña y EE.UU., realizaron una segunda intervención que no tuvo nada que ver con la protección de civiles y ciertamente no fue una zona de exclusión aérea, sino una participación en un alzamiento rebelde, y es la que hemos estado presenciando”.

“Estuvo casi aislada internacionalmente. Los países africanos se opusieron enérgicamente, pidieron negociaciones y diplomacia desde el principio. Los principales países independientes –los países del BRICS– también se opusieron a la segunda intervención y pidieron negociaciones y diplomacia. Incluso dentro de la participación limitada de la OTAN, fuera del triunvirato, en el mundo árabe, no pasó casi nada: Qatar envió un par de aviones y Egipto, vecino inmediato y fuertemente armado, no hizo nada”.

“Turquía se contuvo bastante tiempo y terminó participando débilmente en la operación del triunvirato. Por lo tanto fue una operación muy aislada. Se ha afirmado que fue realizada por una solicitud de la Liga Árabe, pero eso es sobre todo un fraude. Ante todo, la solicitud de la Liga Árabe fue extremadamente limitada y solo participó una minoría, Arabia Saudí y los Estados del Golfo. En realidad también emitieron una solicitud de dos zonas de exclusión aérea –una sobre Libia y la otra sobre Gaza-. Sobra hablar de lo que sucedió con la segunda”.

Estamos de acuerdo con casi todo esto. Mi argumento, sin embargo, es que siempre fue dolorosamente obvio que la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad tenía el propósito de suministrar una hoja de parra al triunvirato precisamente para la “segunda intervención” que denuncia Chomsky.

“No quedó claro, incluso durante esos cinco minutos, que las potencias imperiales aceptaron la resolución. Solo quedó claro un par de días después, cuando comenzaron a bombardear en apoyo de los rebeldes. Y no tenía que ser así. Podría haber prevalecido la opinión mundial, sobre todo la del BRICS, África, Turquía, etc.”

Parece extraño e ingenuo que un hombre de la visión de Chomsky simule sorpresa ante el hecho de que las potencias imperiales hayan utilizado la Resolución 1973 de la ONU para sus propios fines a fin de derrocar a uno de los gobiernos de su lista de "eliminables". ¿Para qué otra cosa la iban a utilizar? También es exasperante: si lo hubiese dicho otra persona yo le habría dicho que leyera algo de Chomsky.

Chomsky podría haber dicho que las potencias imperiales no actúan por razones humanitarias, sino por impulsos totalitarios y para defender y ampliar su dominación del mundo y de sus recursos. También habría dicho, a mi entender, que no esperaran que esas potencias implementaran medidas para salvar civiles, sino solo las aprovecharían y harían lo contrario.

Sin embargo, en esta ocasión Chomsky parece haber seguido una lógica diferente. ¿Acepta Chomsky que su exculpación de los rebeldes y su satanización de Gadafi en los días y semanas antes del lanzamiento de la invasión, podría haber ayudado a facilitarla?

“Por cierto no exculpé a los rebeldes. No dije casi nada sobre ellos”.

La entrevista original tuvo lugar antes de todo esto –fue en un período en el cual había que tomar una decisión incluso sobre si había que introducir una resolución de la ONU para plantear una zona de exclusión aérea– y, a propósito, dije después de su aprobación que pensaba que podría defenderse, y diría lo mismo actualmente.

Sin embargo, incluso después de que la agresión británica, francesa y estadounidense a Libia había quedado sobradamente clara, Chomsky publicó otro artículo sobre Libia el 5 de abril. Para entonces, miles, si no decenas de miles, de libios habían sido masacrados por las bombas de la OTAN. Esa vez el artículo de Chomsky comenzó con una crítica a los gobiernos británico y estadounidense no por su guerra relámpago sino por su supuesto apoyo a Gadafi “y sus crímenes”. ¿No contribuyó a la satanización que justificó y perpetuó la agresión de la OTAN?

“Ante todo no acepto su descripción. Yo no la llamaría una agresión de la OTAN, ya que es más compleja que eso. El paso inicial –la primera intervención, la de cinco minutos– pienso que fue justificable. Existía una posibilidad –una posibilidad significativa– de una matanza muy grave en Bengasi. Gadafi tenía un horrible historial de matanzas, y debería conocerse, pero en ese momento, pienso que la reacción adecuada debería haber sido decir la verdad de lo que estaba sucediendo”.

No puedo dejar de preguntar por qué la responsabilidad de “decir la verdad de lo que estaba sucediendo” se aplica solo a Libia. ¿No deberíamos también decir la verdad sobre lo que sucede en Occidente? ¿De su inextinguible sed de reservas de petróleo y gas en disminución, por ejemplo, o de su temor de un África independiente, o su largo historial de apoyo y armamento de brutales gángsteres contra los gobiernos que quieren remover? Chomsky está suficientemente familiarizado con los ejemplos. ¿No deberíamos decir la verdad sobre la crisis que actualmente afecta al sistema económico occidental y lleva a sus elites a basarse cada vez más en el belicismo para mantener su dominación que se derrumba? ¿No es todo realmente mucho más pertinente respecto a la guerra contra Libia que el recuento de los supuestos crímenes de Gadafi de hace veinte años?

Chomsky argumentó con el académico y activista estadounidense James Petras en 2003 por su condena del arresto por parte del gobierno cubano de varias docenas de agentes estadounidenses y la ejecución de tres secuestradores. Petras había argumentado entonces que “los intelectuales tienen la responsabilidad de distinguir entre las medidas defensivas tomadas por países bajo ataque imperial y los métodos ofensivos de potencias imperiales decididas a conquistarlos. Es el colmo de la hipocresía y del fingimiento de piedad plantear equivalencias morales entre la violencia y la represión de países imperiales decididos a conquistarlos con la de países del Tercer Mundo bajo amenaza militar y terrorista”.
En esta ocasión, Chomsky ha hecho algo peor. Lejos de plantear equivalencias morales, simplemente ha borrado del cuadro los crímenes de los aliados libios de la OTAN, mientras amplifica y distorsiona las medidas defensivas tomadas por el gobierno de Libia al enfrentar una rebelión respaldada por EE.UU.
Recuerdo a Chomsky su comentario de hace algunos años de que Libia se utilizó como un chivo expiatorio por parte de los políticos estadounidenses para distraer la atención pública de los problemas internos. “Sí, así era. Pero no significa que fuera un sitio agradable”.
Es mucho menos agradable ahora.

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Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2011/1073/intrvw.htm

Huelga en el Reino Unido



Profesores, personal sanitario, trabajadores de aduanas y recolectores de residuos son algunos de los cientos de miles de empleados públicos que iniciaron una medida de fuerza que dejó sin clases al 80 por ciento de los colegios, paralizó el servicio de ferrocarriles, frenó el servicio de limpieza y obligó a los aeropuertos a contratar personal auxiliar para mantener los vuelos. Protestan contra los recortes en las pensiones y el aumento de la edad jubilatoria dispuesta en el marco de la crisis. El gobierno de David Cameron llamó a los sindicatos a volver a la mesa de negociaciones, al considerar que las huelgas no aportan nada porque, "simplemente no hay más dinero para repartir".

"Este país debe tomar algunas medidas duras para terminar con sus deudas", dijo el titular del Tesoro, George Osborne para justificar las medidas de "ahorro" en los servicios públicos que generó el mayor paro que vive ese país en los últimos 30 años.

Los sindicatos estiman que al menos 300 mil trabajadores del sector estatal se sumaron a la huelga en Escocia, en tanto que otros 170 mil hicieron lo mismo en Gales. Con respecto a la situación de Salud, muchos hospitales habían cancelado al menos 60 mil cirugías que no fueran de emergencia. En Inglaterra unas 400 mil enfermeras, paramédicos y personal médico se sumaron a la huelga general.

Los gramios protestan por planes del gobierno respecto a las jubilaciones de los empleados estatales, que no sólo tendrán que trabajar durante más tiempo, sino también aportar más al fondo de pensiones y recibir menos de las arcas públicas, una vez jubilados. El secretario general de la asociación sindical TUC, Brendan Barber, señaló que los servicios públicos se han visto "atacados" porque los planes del gobierno son demasiado extremos.

Por su parte, Osborne criticó la huelga porque, asegura, provocarán aún más pérdidas en la ya maltrecha economía británica, y pondrá en peligro más puestos de trabajo. No obstante, reconoció "años duros", con menos crecimiento económico para el país. De hecho, reconoció, el año fiscal en curso 2011-2012 tendrá que asumirse un nuevo endeudamiento de 127.000 millones de libras (unos 149 mil millones de euros).

Por su parte, el titular de Asuntos económicos en la oposición, el laborista Ed Balls, criticó los planes de recortar pensiones. "Todos tienen que sacrificarse, incluso el servicio público", pero los planes del gobierno "no son adecuados", señaló.

fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-182401-2011-11-30.html

El hombre que pensó el Estado

A LOS 75 AñOS, FALLECIO AYER GUILLERMO O’DONNELL



El reconocido politólogo, autor de El Estado burocrático autoritario y otros textos fundantes de la ciencia política, era velado anoche en la Legislatura porteña.

Por Javier Lorca

“He escrito muchas cosas en muchos lados, pero no son más que una obsesionada reflexión sobre la Argentina.” Guillermo O’Donnell pronunciaba esas palabras hace dos años, cuando volvía a radicarse en el país tras una ausencia de décadas, y hoy parecen la definición más íntima no sólo de las corrientes profundas de su legado, sus libros y ensayos que –ya es lugar común señalarlo– se convirtieron vertiginosamente en clásicos de la bibliografía académica para todas las ciencias sociales, también de su propia trayectoria como intelectual preocupado por su tiempo, con rigor científico y calidad humana, cuidadoso en el uso de una palabra que sabía cargada de prestigio, siempre atento a no dejarse distraer por el chisporroteo de la coyuntura, concentrado en leer y conceptualizar los grandes procesos de la política contemporánea. Ayer, a los 75 años, O’Donnell falleció víctima de un cáncer.

“Nací en un mundo de clase alta, muy conservador –contaba él–. Viví el odio de esa clase contra quienes les habían sacado el país. El país era de ellos y, de repente, toda una invasión de personas con extraños apellidos, de empresarios ‘chantapufis’, según ellos, instigados por la sustitución de importaciones, y, por supuesto, de los ‘cabecitas negras’ del peronismo, les habían robado todo.” O’Donnell había nacido en 1936, en Buenos Aires, y quizás en esa cruda conciencia de su entorno, en la contradicción entre los resultados de su facultad autorreflexiva y los mandatos de clase, residiera el germen tanto de su vocación y compromiso crítico, como, menos importante pero no menos evidente para quienes lo conocieron, el contraste entre las implicancias de sus ideas y sus modos refinados, casi aristocráticos. Acaso debió sobrellevar esa misma dualidad preocupado por su tierra, pero lejos de ella (el pensar contra la propia circunstancia), o cuando se vinculó a Carlos “Chacho” Alvarez y, más cercanamente, a Ricardo Alfonsín (la tensión entre teoría y práctica).

Antes de llegar a ser uno de los más reconocidos politólogos del mundo, uno de los padres de la disciplina en la Argentina, O’Donnell se había recibido de abogado en la UBA con apenas 22 años. En los ’60 estudió ciencia política en los Estados Unidos, en la Universidad de Yale. Entre sus primeras obras se destacó el libro Modernización y autoritarismo, publicado en 1972. Ya para mediados de esa década, tras participar de la fundación del Centro de Estudios de Estado y Sociedad, oasis para los miembros de una universidad tomada por la derecha, trabajaba y concluía su libro más reconocido: El Estado burocrático autoritario. En sus páginas describía el surgimiento y la consolidación de una nueva forma de dominación autoritaria en la región: analizando la dictadura de Juan Carlos Onganía, desnudaba la coalición de militares, burgueses y estamentos tecnocráticos para desplazar a la clase política, someter a los sectores populares y restablecer el “orden social”. Una escena que, con sus matices y sus agregados de horror, se reiteraría en los ’70, en el país y en Latinoamérica. El libro estaba casi concluido cuando se produjo el golpe de 1976; el manuscrito se salvó escondido en la casa de los padres de O’Donnell y recién sería publicado a fines de 1982.

Durante los primeros años de la dictadura, la principal fuente de ingresos con que O’Donnell mantenía a su familia –que ya incluía a sus hijos Santiago y María, hoy reconocidos periodistas– era su sueldo como investigador del Conicet. Hasta que un día de 1979 dejaron de pagarle: “A partir de ese momento no existí más. Un par de veces fui a preguntar por mi situación y nadie sabía nada. Los empleados de mesa de entradas me miraban como a un delirante que decía ser investigador y no figuraba en ninguna parte... Ese régimen de terror producía también estos pequeños hechos surrealistas, ridículos (...). Siguiendo su lógica, indirectamente me suprimieron”. Ese mismo año aceptó una oferta para mudarse a Río de Janeiro y dirigir el programa del Congreso de Ciencia Política: “Me fui por un año... y tardé 25 en volver”, contaba.

Desde entonces, su periplo internacional lo llevó a desarrollar tareas como profesor e investigador en las universidades de San Pablo, California, Stanford, Oxford, Cambridge y Notre Dame; también, a integrar la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias y a presidir la Asociación Internacional de Ciencia Política. Con la recuperación de la democracia, sus intereses comenzaron a hacer foco en los procesos de transición post–autoritaria: de ahí los cuatro tomos de Transition from Authoritarian Rule, que editó en 1986 junto a Phillipe Schmitter y Laurence Whitehead. Otro gran hito de su obra lo marcó la elaboración, a principios de los ’90, del concepto de “democracia delegativa”, con el que intentaba comprender las experiencias latinoamericanas de gobierno de aquellos años, signadas por una concepción y una práctica del poder político que es democrática porque se basa en elecciones y, entre otras cosas, porque mantiene las libertades, pero que limita la participación popular al ejercicio del voto. En ese sentido, su perspectiva republicana e institucionalista confrontó, en general sutilmente, con los populismos. Como sucedió con El Estado burocrático..., sus nociones terminaron describiendo fenómenos mucho más amplios y perdurables de lo que tal vez él mismo se había propuesto. Y, más allá de la valoración política que despierten, son parte del legado que lo sobrevivirá.

Los restos de Guillermo O’Donnell eran velados anoche en la Legislatura porteña, donde hace dos años fue declarado Ciudadano Ilustre, y lo serán también hoy, desde las 8 hasta las 13. El sepelio se realizará en el Cementerio de la Recoleta, a las 14.

Entrevista al filósofo Toni Negri:

“La representación es la ausencia de la participación”
Veronica Gago
Página 12

–¿Qué significa la emancipación hoy?

–Hay que situar la emancipación desde una perspectiva espacial que implica pensar “desde abajo” y desde una perspectiva temporal que pone en primer plano la tendencia que aspira a que todo aquello común, que hoy sólo compartimos a un nivel virtual y técnico, se convierta en algo actual y político. Y para esto hay que pensar, como experimento, las figuras actuales de la subjetividad. Con ellas debemos confrontar toda expectativa de emancipación.

–¿Cuáles son esas figuras?

–La primera es la del hombre endeudado, aquel trabajador precario que queda preso del crédito casi de por vida, reducido a una suerte de servidumbre por deudas. A esto corresponde la “renta” del capitalismo actual y la resistencia es decir “no pago”, como una forma multitudinaria del rechazo y, a la vez, de apropiación de la riqueza común. Luego, el hombre mediatizado, que reemplaza a la vieja noción de alienación para dar cuenta del sometimiento a los dispositivos de comunicación, que esconden la inteligencia humana, la verdad común de la comunicación, bajo formas nuevas de control. En tercer lugar, el hombre asegurado es aquel obsesionado por la seguridad de su propiedad, por el riesgo de su vida, por el miedo a la pobreza. Finalmente, el hombre representado, que podemos decir que es el núcleo del problema de la emancipación.

–¿Por qué? ¿Cuál es la crítica?
–Esto lo estamos trabajando con Michael (Hardt) ahora. Es una tipología que tiene como problema la cuestión de la nueva constitución a partir de entender cuáles son los deseos y las experiencias de estos sujetos. Desde un punto de vista negativo, tiene razón Schmitt cuando dice que la representación es la presencia de una ausencia. También la representación de Rousseau es siempre una ruptura, una fetichización de la presencia. Y esa presencia viene construida por elementos que no tienen nada que ver con la participación.

–¿En qué sentido?

–En tanto la representación es la ausencia de la participación y la presencia de una máquina de poder que se organiza de manera nueva frente a estas figuras de la deuda, el control del riesgo y los medios de comunicación. En este sentido, no es la vieja crítica a la representación por la burocratización de sus procedimientos administrativos. Hoy no existen esos procedimientos como instancias separadas porque, entre otras razones, los lobbies ya no son algo externo sino que están completamente absorbidos en el gobierno.

–¿Está pensando en alguna situación particular?

–En Obama, que como candidato presidencial propone reformas, gana con ese discurso y para llevarlas adelante ¡invita a los poderes de lobby que están contra esas reformas! Es una locura. Esto se da en un momento en que los gobiernos en general tienen menos condicionantes parlamentarios para tomar decisiones. El gobierno de Estados Unidos puede intervenir sobre la magistratura sin ningún sistema de control ni de check and balance. Esta concentración de poder, sin embargo, no logra salir de los problemas de una representación forjada en el siglo XVII, que vuelve a las constituciones actuales constituciones de derecha. Con esto me refiero a que la democracia representativa determina unos límites a la participación que son insuperables y vuelve impotente incluso a la concentración de poder.

–En buena medida, contra estos límites se alza también el movimiento de ocupación de plazas de Tahrir a Madrid, mediáticamente bautizado como indignados.

–Me ha fascinado el discurso de los indignados sobre el miedo. Ellos dicen No tenemos miedo. Es una cosa formidable si pensamos que toda la filosofía política occidental está fundada sobre el concepto de miedo, lo cual organiza el ejercicio de la violencia del ejército y la policía como efecto de nuestro miedo, por el cual les cedemos el poder.

–Además, hay formas nuevas del debate asambleario en las calles...

–Esos jóvenes no hablan más que cinco minutos, van a lo esencial, aprendieron del Twitter (risas). Hacen también una crítica al concepto de mayoría, a la obediencia sin más del 51 por ciento. Por último, despliegan toda una crítica muy interesante a la idea de la decisión rápida, mostrando cómo siempre la decisión es un proceso de construcción lenta, conjunta, que se consolida en ese tiempo compartido, lo cual anula de hecho todo el privilegio dado al discurso de los expertos. Y esto que señalo lo aprendés escuchando y hablando con la gente en la calle, no con un coloquio de filósofos.

–¿Cómo comprender la situación italiana después de la renuncia de Berlusconi? ¿Qué cambia?

–La situación italiana tras la caída de Berlusconi es exactamente como antes, menos el “bunga bunga”. El gobierno de Monti es un gobierno “técnico” que intentará realizar el diktat europeo neoliberal que Berlusconi no lograba actuar y conseguirá hacerlo con el apoyo de la izquierda. El chantaje del default funciona de manera notable, sobre todo porque falta cualquier idea alternativa y falta un mínimo de voluntad política alternativa al esquema neoliberal.

–Esas referencias al mercado son conocidas en Argentina...

–Es realmente grotesca la situación en la cual nos encontramos nosotros: estamos bajo el ataque de los “mercados” y nadie intenta entender qué cosa son estos mercados y en nombre de qué cosa se están moviendo; quiero decir: la defensa del dólar y, en consecuencia, el ataque a la Europa política. Al mismo tiempo, se hace todo aquello que es necesario hacer para obedecer a los diktat de los mismos mercados. Nadie osa decir que los mercados son internos a la lógica del poder político actual, sea Berlusconi o sea Monti y del cual la izquierda forma parte.

–Ante este panorama, ¿qué espera de los movimientos sociales europeos?

–La primera cosa que espero, porque en realidad ya lo han demostrado ampliamente durante los últimos meses, es la permanencia de una resistencia a este desastre. Por resistencia entiendo dos cosas: en primer lugar, rechazar punto por punto las iniciativas que se vienen tomando, sobre todo contra los salarios y el Welfare (Bienestar); en segundo lugar, la capacidad de imaginar un programa e instituciones del común para echar a las actuales elites económicas y políticas. La situación es dramática, pero como siempre frente a estas políticas capitalistas de shock, se abren y se extienden frentes de resistencia.

–¿En ese punto es también un momento de innovación política?

–Son ocasiones relevantes para construir nuevas culturas políticas. Todo esto no es imaginable sin conectar las prácticas del común y una revitalización del proyecto de construcción política de Europa. Una Europa de las multitudes y no de los mercados.

–Hablando de América latina, usted señaló que ya no se puede pensar a los movimientos sociales como doble poder y que, más bien, puede apostarse a una relación dinámica entre movimientos y Estado. Sin embargo, hoy subraya también el riesgo de disolución de los movimientos en el Estado. ¿Cómo lo sintetizaría?

–El doble poder busca enfrentarse con el Estado. Hoy la cuestión no pasa por allí, sino por la construcción de un común más allá del Estado. Pero este más allá no puede pensarse desde la homogeneidad, por las diferencias de espacialidad y temporalidad que existen. En este sentido, los procesos de singularización son los que devienen centrales para pensar lo común. Y, en este punto, se trata de una totalidad muy difícil de conquistar. Entonces, hay que ser muy prudentes. Pero hay que imaginar nuevas formas de gobierno y para eso el primer problema es eliminar la propiedad privada. No se trata de regularla o conducirla a fines sociales. Sólo la eliminación real, no formal, de la propiedad privada puede dar hoy el reconocimiento verdadero de que la organización del trabajo, la organización de las formas de vida y de las organizaciones sociales ya no pueden ser bloqueadas por el capital privado en tanto son expresión de la potencia común, laboral, cultural, social.

–¿Es una inadecuación de las fuerzas productivas de lo social respecto a los límites de las relaciones que las constriñen?

–De algún modo es la clásica cuestión de las relaciones de producción que bloquean las fuerzas productivas. El dilema es cómo lograr abrir este común a nuevas formas de constitución, lo que significa transformar radicalmente la escritura constitucional, es decir abrir un espacio al poder constituyente, a partir de tomar en serio las formas en las que vivimos.

–Tras varias visitas a Argentina desde el 2003 a hoy, ¿qué cambios advierte en el lenguaje político?

–En Argentina en particular el discurso político parece referir ahora, y con insistencia, sobre todo a la salida de dos crisis: 2001 y 2008. En este punto, algunos analistas empiezan a hablar de América latina, en particular de Argentina, Brasil y Bolivia, en términos de una estasis, de un momento de pausa. Eso se traduce en que en la política de estos países se hace más fuerte la referencia al pasado, a lo que se ha logrado y superado, y tiene menos presencia un discurso de futuro. En relación a Europa y a su crisis, llama la atención cómo funciona aquí la idea de patria, ya que allá no podría convocarse y acá, en cambio, parece una cosa viva.

–Esto, puede decirse, plantea un horizonte progresivo en relación a la historia reciente del país y de la región pero tiene el riesgo de ser conservador cuando no da lugar a otro horizonte...

–Hay que ver hasta qué punto el discurso del estado nación no entra en contradicción con la apuesta a una región latinoamericana si es que esta no se la piensa desde un imperialismo interno. Una relación plural a nivel mundial debe calibrar sus políticas en relación a los otros.

–En Argentina, la referencia a Gramsci es muy fuerte. Es también el autor del concepto de hegemonía que es clave en la teoría de Laclau. ¿Cómo se relaciona usted con este autor italiano?

–Gramsci ha siempre estado constreñido, para mí, por la política italiana, europea, como un hombre que estuvo en la formación del Partido Comunista en Italia, en la Tercera Internacional y que, luego, una vez en la cárcel, se dedicó a estudiar y a pensar de una manera que lo transformó en otra persona. Pero ese cambio ha sido completamente escondido y anulado por el PCI que lo presentó como el teórico de la hegemonía. ¿Pero qué cosa era la hegemonía desde ese punto de vista? Era la hegemonía del partido que se ejercitaba en una alianza entre sectores. Y se dejaba de lado, por ejemplo, el gran problema que piensa Gramsci que es la relación entre norte y sur. También toda la ideología y la práctica sobre los consejos es cancelada y la distinción entre guerra de movimientos y guerra de posiciones se evade. Con esto quiero aclarar que Gramsci no estuvo en mi formación. El primer libro de Asor Rosa contra Pasolini (N. del E.: Scrittori e popolo), que fue decisivo para nosotros, lo leímos como una interpretación contra el Gramsci nacional-populista. Esto quiere decir, contra el Gramsci que no hace ninguna mención a la cuestión de clase, o que si la hay es confusa y dispersa.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-182207-2011-11-28.html

lunes, 28 de noviembre de 2011

Portugal: Una nueva huelga general es un “paso inevitable para la continuación de la lucha”

Una nueva huelga general es un “paso inevitable para la continuación de la lucha”

Mariana Aiveca
Viento Sur

La diputada del Bloco de Esquerda, Mariana Aiveca, realzó la enorme adhesión a la huelga, tanto en el sector público como en el privado. Carvalho da Silva, secretario general de la CGTP, subrayó que los sacrificios exigidos a los portugueses sirven para pagar “a los acreedores y prestamistas” y João Proença, secretario general de la UGT, acusó al gobierno de manipular datos sobre la adhesión a la huelga.
Mariana Aiveca realzó, en entrevista a esquerda.net, que sectores de los transportes que “tienen un gran impacto, y que son del sector privado”, tuvieron “un papel determinando en el éxito de esta huelga general” y que se registró una “gran participación ciudadana”, resultando que la movilización se no se restringió apenas a los sindicatos y sus miembros.
La diputada bloquista subrayó además una “solidaridad internacional para con los huelguistas portugueses”. “Esta no es simplemente una huelga de espacio nacional y con reivindicaciones nacionales”, afirmó Mariana Aiveca, adelantando que el Bloco “ha venido defendiendo que la lucha tiene que ser hecha a una escala mayor y a una escala europea”.

“Una nueva huelga general es un paso inevitable para la continuación de la lucha”

La dirigente bloquista, comentando las declaraciones proferidas durante la mañana, a los micrófonos de la TSF, por los líderes de CGTP y UGT sobre la hipótesis de convocar una nueva huelga general, afirmó que este es “un paso inevitable para la continuación de la lucha”.
Mariana Aiveca recordó que el gobierno y los “señores de la troika” ya anunciaron que van a imponer nuevos sacrificios a los portugueses, sacrificios estos que serán, inclusive, ampliados a los trabajadores del sector privado.
Los portugueses y las portuguesas no pueden aceptar un ataque que “representa una gran regresión social de los derechos que se conquistaron”, defendió la dirigente bloquista.
Mariana Aiveca dejó además claro que el camino de la lucha tendrá que ser “la continuidad de este camino de unidad”, para lo cual tendrán que ser “convocados aún más sectores”.
“Los sacrificios son solo para pagar a los acreedores y prestamistas que nos explotan”
Durante la conferencia de prensa conjunta con la UGT, de balance de la huelga general, el secretario general de la CGTP, Carvalho da Silva, afirmó que el hecho de que una agencia de ‘rating’ haya “dado una alabanza al gobierno portugués”, y con el mismo aval haya “bajado la posición de Portugal en el ranking de recurso a los mercados financieros”, es “la prueba demostrada de que los sacrificios son solo para pagar a los acreedores y prestamistas que nos explotan”.
UGT acusa al gobierno de “manipular” datos sobre adhesión a la huelga
El secretario general de la UGT, João Proença, acusó, por su parte, al gobierno de “manipular” datos sobre la adhesión a la huelga, subrayando que “el documento que el gobierno publicó a las 11:30 es una vergüenza, sobrepasa los límites de la decencia”.

Traducción: Adrián Sánchez para www.anticapitalistas.org

Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=4607#

Caminos



Por Santiago O’Donnell

Tenemos la noticia de que Brasil formó una Comisión de la Verdad para investigar los crímenes de la dictadura. Y sabemos que esa comisión no va a meter preso a nadie porque no tiene mandato ni poder ni intención de procurar justicia, y sólo quiere averiguar lo que pasó. Hablamos con el joven funcionario del Ministerio de Justicia brasileño Marcelo Torelly, que vino a Buenos Aires a explicar todo eso a la ONG Memoria Abierta, que dirige Patricia Valdez, en el marco de un encuentro académico.
Arranca con el contexto, como para que nos quede claro que Brasil no es Argentina. Dice que la semántica social del terrorismo no fue destruida en Brasil. Que hubo una migración de las elites políticas del poder autoritario al poder democrático. Que hubo una continuidad jurídica entre la legalidad autoritaria y la legalidad democrática.
Torelly ostenta un título raro, me llama la atención. “Miembro de la Comisión de Amnistía.”
Dice que el movimiento de amnistía en los ’70 en Brasil fue uno de los primeros pasos hacia la democratización del país. Grandes manifestaciones. Familiares de las víctimas, Chico Buarque, intelectuales. Amnistía para los presos políticos, claro, no para los represores.
A fines del ’79, en dictadura, el proyecto de amnistía de la sociedad civil llega al Congreso pero pierde por pocos votos, cuenta Torelly. Al poco tiempo se aprueba otro proyecto del Poder Ejecutivo: amnistía para todos. Los crímenes de los militares y de los guerrilleros son “conexos”. O sea, se impone en Brasil, en 1979, bajo el mando de los militares, la teoría de los dos demonios. Pasan más de diez años y toda la transición hasta que se empieza a cuestionar esto, primero el Colegio de Abogados en el 2008, después y sobre todo a partir de un fallo de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos del 2010 que condena la amnistía bilateral, señalando que los crímenes de lesa humanidad, o sea los que se cometieron desde el Estado, son inamnistiables e imprescriptibles.
En el medio hubo algunos avances. En la Constitución de 1988 se establece que los perseguidos políticos amnistiados tienen derecho a una reparación económica. En 1995, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, se crea la Comisión de Desaparecidos. La comisión estableció y demostró que la dictadura brasileña había desaparecido a alrededor de 500 personas y sus familiares recibieron reparaciones. En el 2001, Cardoso reglamenta una segunda comisión, la llamada Comisión de Amnistía. En esa trabaja Torelly. Tiene como mandato reparar a las víctimas de la dictadura. La comisión se encarga de documentar los casos y fijar los montos de las reparaciones. No se paga por el sufrimiento (cárcel, torturas, exilio), sino por el trabajo perdido por culpa de la persecución política, explica Torelly.
La Comisión de Amnistía también puede hacer, y hace, otro tipo de reparaciones, agrega Torelly. Facilitar jubilaciones, reconocimiento universitario de materias rendidas, facilitación de trámites jubilatorios. Pero sobre todo tiene la potestad y la obligación de pedir disculpas públicas ante las víctimas. Torelly destaca las llamadas “caravanas de la amnistía”, en las que el ministro de Justicia se traslada al lugar donde se cometieron los crímenes, a los barrios devastados, a los cuarteles que sirvieron de centros de tortura y campos de concentración, en distintos rincones del país, y allí encabeza un acto oficial, que suele convertirse en fiesta popular, donde después de los homenajes y los recitales el ministro cuenta lo que pasó ahí y pide disculpas en nombre del Estado brasileño. Torelly dice que las caravanas, al reivindicar y homenajear a las víctimas de la dictadura, visibilizan lo que amplios sectores de la sociedad brasileña aún no quieren ver o prefieren olvidar. Las caravanas empezaron en el 2008, cuando Lula era presidente y el ministro de Justicia era Tarso Genro. Ahora siguen bajo el gobierno de Dilma. Desde que arrancó su trabajo, la Comisión de Amnistía recibió más de 70 mil denuncias, hizo más de 35.000 reconocimientos y reparaciones y otros 10.000 todavía no han sido evaluados.
“El proceso de reparación creó un espectro de visibilidad pública para las violaciones, que no existía, e impulsó una lucha más amplia por la verdad, memoria y justicia”, dice Torelly.
¿Cómo surge la Comisión de la Verdad? En el 2009, en el marco de la conferencia nacional de derechos humanos, una especie de congreso nacional sobre el tema, se eleva al Poder Ejecutivo, para que eventualmente gire al Congreso, un Plan Nacional que incluye la creación de una Comisión Nacional de Verdad y Justicia, con el mandato de impartir responsabilidades dentro del Estado e imponer castigos a las personas que cometieron los crímenes al amparo del poder. Es plan fue muy resistido por el sector que defiende a los militares y al final Lula no presentó esa parte del plan al Congreso. Después el gobierno de Dilma Rousseff (foto) presentó el plan al Congreso, pero modificado: el componente de Justicia quedaba afuera de la comisión. Con un fuerte trabajo de lobby, el gobierno logró que la ley se apruebe con sólidas mayorías en las dos Cámaras. Así se llegó a la Comisión de la Verdad.
Lo novedoso de la comisión es que puede investigar y nombrar a las personas que cometieron los crímenes con nombre y apellido. También puede citar a los ex represores y tomarles testimonio. Si son militares y no se presentan, pueden recibir sanciones disciplinarias. Todo esto va a servir para tener un panorama más claro y más completo de lo que pasó. Para ponerle caras, historias, contexto y narrativa a las historias de esos 500 desaparecidos y a esas decenas de miles de víctimas directas de las torturas y vejaciones de la dictadura brasileña entre 1964 y 1985.
El resultado de ese proceso queda abierto a la voluntad de los brasileños. ¿Habrá que desandar el camino de la verdad, para llegar al de la Justicia, como sucedió en la Argentina? Es una opción. En el otro extremo está la opción española, que es olvidar y perdonar todo con un gran pacto nacional. Parece que no funcionó porque recién ahora están excavando las fosas comunes. En el medio hay otras opciones. Está la sudafricana, que consiste en perdonar a los asesinos si los asesinos cuentan todo, en aras de la pacificación nacional. Está la variante colombiana, que a cambio de que los asesinos cuenten todo, les dan penas de cárcel pero bastante leves y los obligan a reparar a las víctimas con su patrimonio. También está el caso salvadoreño, donde la Comisión de la Verdad pudo citar a la fuerza e interrogar a los represores, pero al mismo tiempo el Congreso aprobó una ley de amnistía general para esos mismos represores.
En Brasil la situación es más o menos así: según las encuestas, una mayoría de los brasileños no quiere juzgar a los represores. La Corte Suprema ratificó que la amnistía bilateral de la dictadura es válida. La mayoría del Congreso no quiere juicios a los represores y ha votado en contra de la iniciativa. La Procuración del Tesoro ha dictaminado en contra de juzgar a los represores. El gobierno de Lula no quiso tocar el tema de los juicios y el de Dilma se cuida mucho porque ella fue apresada y torturada durante la dictadura, y no quiere quedar como una resentida. Necesita un consenso para avanzar. Queda abierta la instancia de la Fiscalía Federal, que debe responder al fallo de la Corte Interamericana en el sentido de que los crímenes de la dictadura no se pueden amnistiar. Para la Corte, el mínimo aceptable es la solución colombiana.
Por eso es tan importante la Comisión de la Verdad. Por un lado porque permitiría construir un relato creíble de lo que pasó para despertar a una sociedad adormecida que no termina de hacerse cargo de su pasado. Por el otro, porque al aparecer las pruebas con nombre y apellido los fiscales querrán investigar. Si eso se acompaña con la demanda social y la presión internacional de la Justicia Universal, entonces se podrá avanzar por el camino de la Justicia.
Ese es un camino. El otro es seguir a Mandela por el camino de la verdad, la compasión y la tolerancia, esos atributos que los represores nunca tuvieron, lo cual necesariamente implica la injusticia de tener que perdonar a cambio de saber todo.
En eso anda Brasil, tratando de averiguar su verdad, esperando que esa verdad le indique el camino.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-182145-2011-11-27.html

jueves, 24 de noviembre de 2011

Cierre de cuentas en los bancos que no rinden cuentas

Amy Goodman
Democracy Now!

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español

Menos de un mes después de que comenzara Occupy Wall Street, un grupo de personas se reunió en el histórico Washington Square Park, en el corazón de Greenwhich Village. Se trataba de un momento de gran crecimiento del movimiento, con cada vez mayor participación de los miles de estudiantes que asisten a las universidades de la zona del Bajo Manhattan. Se tomó la decisión de marchar a las filiales locales de dos de los bancos “demasiado grandes para caer”, con el objetivo de que algunos participantes cerraran sus cuentas y los demás pudieran realizar allí una asamblea para hablar sobre los problemas generados por estas instituciones irresponsables.
Según una demanda federal presentada esta semana en Nueva York, Heather Carpenter estudia para obtener su título de ayudante de enfermería y trabaja como asistente terapéutica de personas con discapacidades mentales en una casa comunitaria en Long Island para poder pagar sus estudios. Su prometido, Julio José Jiménez-Artunduaga, es un inmigrante colombiano en busca del sueño americano, que trabaja medio tiempo como mesero. Ambos marcharon desde Washington Square Park hacia la filial más cercana del Citibank, donde ella se dirigió a la caja para cerrar su cuenta tras explicar su decepción con la nueva comisión mensual de 17 dólares que el banco cobra a las cuentas con saldos inferiores a 6.000 dólares.
Como describe la demanda, la asamblea comenzó con el “anuncio de los participantes del monto de sus deudas, hablaron además de sus experiencias con los préstamos estudiantiles y enumeraron estadísticas vinculadas a la deuda de los estudiantes ya egresados”. El personal del banco llamó a la policía y Julio salió para evitar cualquier tipo de conflicto. Heather cerró su cuenta y también se marchó. En ese momento apareció un numeroso grupo de oficiales del Departamento de Policía de Nueva York ( NYPD , por sus siglas en inglés), entre ellos el Jefe del Departamento, Joseph J. Esposito, al igual que otros oficiales vestidos de civil. La policía irrumpió en el banco, trancó las puertas y comenzó a arrestar a quienes estaban participando de la asamblea.
Si bien Heather estaba afuera, un oficial vestido de civil la identificó como manifestante y le dijo que regresara al banco. Ella dijo que era una cliente y mostró su recibo. Para su asombro, como documentan las cámaras de video, el oficial la tomó por atrás y la empujó para obligarla a regresar al banco. Comenzó a gritar, pero en cuestión de segundos apareció en el vestíbulo rodeada de una docena de policías, donde fue esposada a la fuerza y arrestada. Julio también fue tratado con brutalidad y arrestado, todo por cerrar una cuenta en el Citibank.
Estuvieron más de 30 horas en custodia policial y fueron acusados de resistirse al arresto y de invasión de la propiedad privada. Un mes más tarde, la oficina del Fiscal de Distrito de Nueva York informó que levantaría los cargos cuando comparecieran ante el tribunal. Heather y Julio de todos modos querían ver en el tribunal al Jefe Esposito y a los demás oficiales que los arrestaron, para exigirles una explicación por el uso excesivo de fuerza ejercido por los oficiales y el arresto ilegal de ambos.
Apenas semanas después de su arresto, el 5 de noviembre, miles de personas de todo Estados Unidos participaron de la acción llamada “Día de la Transferencia Bancaria”. Kristen Christian estaba molesta con el anuncio de que el Bank of America iba a cobrar una comisión mensual de 5 dólares por el uso de la tarjeta de débito. Creó un evento en Facebook y lo compartió con sus amigos. Al poco tiempo, el Día de la Transferencia Bancaria contaba con 85.000 seguidores en Internet.
Kristen informó que ese día se crearon 40.000 cuentas nuevas en cooperativas de ahorro y crédito sin fines de lucro en todo el país. Afirmó que la cuota de 5 dólares, que Bank of America había eliminado desde entonces, “muestra el poco contacto que los ejecutivos de los grandes bancos tienen con la gente...en el caso de Bank of America, la cuota solo se aplicaba a titulares que tenían menos de 20.000 dólares depositados entre todas sus cuentas. No podía apoyar a una empresa que tiene como blanco directo de su lucro a los más pobres y a la clase trabajadora”.
Poco después de la crisis financiera de finales de 2008, activistas de Oregon comenzaron a considerar la creación de un banco público del estado, utilizando como modelo al único banco estatal de Estados Unidos, el de Dakota del Norte. Las ciudades de Portland y Seattle están considerando actualmente sacar sus grandes cuentas municipales de los bancos de Wall Street. Según un informe, el Bank of America podría perder hasta 185.000 millones de dólares de clientes que cerrarán sus cuentas.
En enero de 2010 se creó Move Your Money Project, un proyecto que alienta a las personas a pasar sus fondos a bancos locales sin fines de lucro para desfinanciar a los megabancos de Wall Street. Sus impulsores publicaron un video inspirado en la película de 1946 “¡Qué bello es vivir!” (It’s a wonderful life), en la que el protagonista, George Bailey, lucha para proteger a los consumidores del avaro presidente del banco, el señor Potter. Como Bailey dice en la película: “Esta ciudad necesita a esta miserable e insignificante institución aunque tan solo sea para tener un lugar para que la gente venga sin tener que ponerse de rodillas ante Potter”. El video de Move Your Money finaliza con el siguiente mensaje: “Si dejas tu dinero en los grandes bancos, lo usarán para pagar a sus lobbistas para evitar que el Congreso modifique el sistema... No solo debes mirar ’¡Qué bello es vivir!”...saca tu dinero del banco”.

Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2011/11/23/cierre_de_cuentas_en_los_bancos_que_no_rinden_cuentas

El movimiento obrero portugués se reagrupa...

Paro generalizado en contra del ajuste


Seis días después de que el gobierno conservador aprobara el polémico programa de ajuste en los sectores públicos, los principales sindicatos de Portugal convocaron a la tercera huelga generalizada, de 24 horas, contra la destrucción del empleo, el aumento de los impuestos y los recortes salariales acordados entre Portugal y la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, el próximo año las inversiones en sanidad y educación se reducirán en un 10 por ciento. En tanto, muchos vuelos fueron cancelados, los trenes cancelaron sus recorridos y los servicios públicos se encuentra interrumpidos.
Portugal, que recibió 78.000 millones de euros en un paquete de ayuda del FMI y la UE, está obligado a reducir este año su déficit público del 9,8 por ciento al 5,9. El objetivo para 2012 es llegar al 4,5 por ciento. Como consecuencia de este esfuerzo, las últimas estimaciones del gobierno son que el Producto Bruto Interno (PBI) se contraerá este año un 1,6 y un 3 por ciento en 2012.
Por su parte, el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, que llegó al cargo en junio, afirmó que la prioridad del país es superar la crisis de deuda. "Me corresponde a mí animar a los portugueses a la acción diaria para que contribuyan a transformar Portugal", señaló.
"La huelga es general, el ataque es global!", gritaron un grupo de personas en un piquete en el aeropuerto de Lisboa, en alusión a lo que los sindicatos consideran un ataque contra los derechos de los trabajadores. Asimismo, un maquinista de 45 años, reclamó: "Pago la Seguridad Social desde 1981. ¿Por qué me voy a quedar sin una parte de mi paga extra de Navidad?", se preguntó.

Chile: Movilización en la calle y debate en el Congreso



Los estudiantes chilenos se movilizaron esta noche hasta el centro de Santiago en una nueva jornada de reclamo de educación gratuita y de calidad, esta vez apoyados por estudiantes de otros países latinoamericanos, mientras el oficialismo y la oposición negociaban en el Senado para aprobar la partida para educación con el fin de destrabar la aprobación del presupuesto 2012. La partida para Educación, que ayer fue rechazada en la Cámara de Diputados, será la última que tratarán los senadores, una vez que avancen las negociaciones que durante todo el día mantuvieron los líderes de la oposición y el gobierno. En la previa, hubo gases y represión en una movilización de los estudiantes universitarios, y detenciones de adolescentes en el desalojo de una escuela.
La concentración, convocada por los secundarios y respaldada por los universitarios de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) culminó en el Parque Bustamante. La marcha fue programada para ser simultánea con otras similares en Colombia, Perú, Argentina, Brasil, España, Francia y Alemania, en defensa de la educación pública. La jornada de protesta comenzó a la mañana, cuando unos dos mil estudiantes, en su mayoría universitarios, realizaron una breve marcha por Santiago, que terminó con nuevas corridas con la Policía.
Más tensa fue la situación en el liceo municipal santiaguino Darío Salas, que tras cinco meses de estar tomado, fue desalojado esta tarde por Carabineros, procedimiento en el que la policía militarizada detuvo a 30 menores de edad.
El ministro vocero, Andrés Chadwick, calificó de "absolutamente innecesarias" la movilización de los estudiantes para expresar sus reclamos en el sector de la Usach hasta Blanco Encalada, y la manifestación de la tarde en la Plaza Italia. "Si el tema realmente es la educación, la marcha está completamente de más, sólo genera problemas a la gente, y la gente hoy día está diciendo `hasta cuando`", consideró el ministro.
El funcionario remarcó que el foco está puesto en tratamiento del Presupuesto 2012 en el Senado, donde se espera que la partida de Educación pueda ser destrabada en una jornada que se prevé de intensas negociaciones entre el Gobierno y la oposición. "Piensen ustedes que a esta misma hora está el Congreso Nacional, el Senado conversando intensamente para ver si se puede llegar a un acuerdo en materia de educación y luego entrar en votación después de almuerzo", señaló.
Hasta ayer, el Senado dejó aprobadas 9 partidas del proyecto de presupuesto y, tras un trabado debate esta mañana, los legisladores retomaron la sesión desde las 15 que se prolongará hasta su completa votación.
El senador opositor demócrata cristiano Andrés Zaldívar señaló a media tarde que "no se ha cerrado la conversación, y ese es un punto de referencia, pero nada más que eso", apuntando que "algo mejoran las cosas, pero no se acercaron a lo que uno quisiera".

Fuente:http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-181964-2011-11-24.html

Es primavera otra vez en la Plaza Tahrir



Por Adam Morrow y Khaled Moussa al-Omrani

Crédito: Khaled Moussa al-Omrani/IPS

EL CAIRO, 23 nov (IPS) - La nueva crisis política en Egipto despierta temores de que las primeras elecciones parlamentarias tras la caída del régimen de Hosni Mubarak (1981-2011), previstas para dentro de cinco días, sean finalmente canceladas.
Días de combates entre manifestantes y fuerzas de seguridad culminaron el martes 22 por la noche en una multitudinaria protesta en la Plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, para exigir a los militares que abandonen el poder.
"Hubo combates callejeros entre policías y manifestantes durante los últimos cuatro días", dijo a IPS el presidente del centrista Partido Kenana, Ashraf Barouma. "¿Cómo se pueden realizar elecciones en estas circunstancias?", preguntó.
El viernes 18, cientos de miles de manifestantes se reunieron en la Plaza Tahrir para protestar por las políticas del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna el país desde el derrocamiento en febrero de Mubarak.
Además de exigir la celebración de elecciones presidenciales el año próximo, los manifestantes expresaron su rechazo a una serie de "principios supra-constitucionales" propuestos por el gobierno, que le concederían a los militares poderes excepcionales.
Al final del día, los manifestantes, la mayoría de ellos de orientación islámica, levantaron sus tiendas de campaña y abandonaron la plaza. Sin embargo, varias decenas de personas, incluyendo algunos familiares de los fallecidos en el levantamiento de enero, decidieron permanecer en el lugar.
La crisis comenzó a la mañana siguiente, cuando las fuerzas de seguridad aparecieron abruptamente e intentaron dispersar con violencia a los acampados. Cuando otros activistas se enteraron de lo ocurrido, principalmente a través de las redes sociales en Internet, comenzaron a llegar más manifestantes a la plaza. Fueron cientos, y luego miles.
En los tres días siguientes, El Cairo fue escenario de hechos similares al levantamiento de enero, con duros choques de las fuerzas de seguridad, que emplearon gases lacrimógenos, balas de goma y fuego real, contra bandas ambulantes, armadas solo con piedras.
El lunes 21, las fuerzas de seguridad se retiraron de la plaza, dejándola en manos de decenas de miles de manifestantes, incluyendo a simpatizantes de los más importantes partidos políticos y de movimientos juveniles revolucionarios. Estos prometieron no retirarse hasta que sus demandas fueran atendidas.
Mientras, las escaramuzas continuaban en calles adyacentes, particularmente frente al cercano Ministerio del Interior.
Desde el sábado, al menos 35 manifestantes habrían muerto y más 1.000 resultado seriamente heridos, según datos del Ministerio de Salud.
"Lo que ocurre ahora demuestra que el Ministerio del Interior aún está dispuesto a usar las mismas tácticas violentas contra manifestantes desarmados como lo hizo durante el régimen de Mubarak", dijo a IPS el coordinador general del movimiento juvenil Bedaya, Moustafa Abdel Moneim.
Pero el creciente número de muertes solo parece haber fortalecido la resolución de los manifestantes.
"La caída de todos estos mártires sirvió para unir nuestras filas y hacernos más resueltos en nuestra demanda de una rápida transición hacia el gobierno civil", dijo Abdel Moneim, quien se encuentra en la plaza desde el sábado.
Los manifestantes, explicó, exigen la formación de un gobierno revolucionario con plenos poderes para dirigir la transición, la creación de un consejo presidencial civil y el inmediato juicio a funcionarios de seguridad responsables de asesinar a civiles.
El movimiento juvenil Bedaya, junto a otros 36 grupos revolucionarios, organizó una sentada en la Plaza Tahrir que continuará hasta que las demandas sean respondidas.
Para la noche del martes, cientos de miles --algunos dicen que más de un millón-- convergieron a la plaza en la más grande manifestación en Egipto desde enero.
Después de fuerte presión para que hiciera una declaración, el jefe del Consejo Supremo, Hussein Tantawi, dio un discurso televisado en el que anunció un puñado de concesiones.
Con apariencia demacrada, Tantawi dijo que había aceptado la renuncia colectiva del gabinete y prometió elecciones presidenciales a más tardar en junio de 2012.
Incluso, reiteró el compromiso del Consejo Supremo para celebrar elecciones parlamentarias la semana próxima, como estaba previsto.
Sin embargo, muchas figuras políticas consideraron que la remoción del gabinete, designado por el Consejo Supremo tras la caída de Mubarak, era insignificante.
"La renuncia no significa nada, ya que el gobierno ha actuado como poco más que un secretario del Consejo Supremo, que continúa funcionando como gobernante de facto de Egipto", dijo a IPS el presidente del Partido Haras Al Thawra (Guardianes de la Revolución), Magdi Sherif.
Mientras, los manifestantes en la Plaza Tahrir rechazaron por completo los anuncios de Tantawi y prometieron quedarse allí hasta que una autoridad civil que reemplace a los militares.
"Nos quedaremos en la plaza hasta que sea creado un gobierno de salvación nacional o un consejo presidencial, con plenos poderes para administrar el país, y hasta que el ejército regrese a los cuarteles", subrayó Abdel Moneim.
Muchos no están seguros de que se celebren las elecciones parlamentarias la semana próxima. Creen que los militares lanzaron deliberadamente la represión el sábado para desatar una ola de violencia y tener así una justificación para demorar los comicios.
"La única explicación que puedo encontrar para que hayan causado estos problemas apenas días antes de las elecciones es que el Ministerio del Interior no quería que estas se celebraran", dijo Sherif.
Barouma, por su parte, alertó que realizar comicios en la actual tensión solo podría derivar en un agravamiento de la violencia.
"Este vacío de seguridad post-revolucionario, sumado a la mayor presencia de armas entre la población, la mayoría de las cuales llegan de Libia, seguramente convertirá a las elecciones en un baño de sangre", alertó.

(FIN/2011)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

ATTAC como parte del movimiento 15-M


Jose Antonio Cerrillo Vidal

Rebelión

"ATTAC es una red internacional presente actualmente en 50 países y compuesta por ciudadanos y ciudadanas que se organizan con la finalidad de recuperar el poder de decisión que los mercados financieros les han arrebatado, así como en defensa de unos servicios públicos dignos y de los bienes públicos de la Humanidad, tratando de evitar su privatización en beneficio de las grandes corporaciones transnacionales." Así explicamos a los nuevos socios que se acercan a nuestro movimiento qué es ATTAC, cómo nos definimos. Somos un movimiento ciudadano contra el capitalismo financiero dominante.

El éxito de ATTAC como movimiento deriva fundamentalmente de dos elementos. Uno, el rigor de sus análisis, que le han convertido en el auténtico referente para todo el espectro social opuesto al neoliberalismo, y en el principal generador de discurso crítico y propuestas alternativas al orden económico dominante. Dos, la amplitud de su propuesta, donde caben prácticamente todas las sensibilidades antineoliberales. Muchxs de nosotrxs trabajamos en ATTAC porque, al contrario que en otros movimientos, nos sentimos muy a gusto aquí. Encontramos en ATTAC un espacio de participación democrático pero no paralizado por el asamblearismo estéril; organizado pero no esclerotizado por burocracias; serio, pero no dogmático; y sobre todo, en el que no encontramos los sectarismos y disputas estériles que tanto lastran otros movimientos.

Creemos que este segundo punto es posible en ATTAC precisamente por esa declaración de principios a la que antes aludíamos: ciudadanxs organizados contra el neoliberalismo. Sin necesidad de una mayor carga identitaria, ni de una definición tan estrecha, ni de un complejo de vanguardia que está en el origen de las desastrosas praxis de muchos movimientos sociales. No tenemos por qué mirar de reojo a aquel por ser "socialista", ni a este por ser "pajarero". No perdemos horas intentando defender a capa y espada palabras como "comunismo" o "izquierda". Ni nos interesa. Somos, nada más y nada menos, ciudadanxs organizadxs contra el neoliberalismo. Elaboramos críticas y proponemos alternativas, y todo aquel que las defienda o asuma como propias es nuestro compañero de viaje, ya sea ciudadanx individual u organización política, sindical o social.

¿Por qué decimos esto y qué tiene que ver con la relación de ATTAC con el Movimiento 15-M? Vamos a explicarlo. En general, compartimos el análisis del compañero Armando Fernández Steinko sobre el origen y evolución del Movimiento 15-M, al que os remitimos para no repetir sus argumentos. Pero creemos que hay que matizar algunos aspectos de crucial importancia que no ha tenido en cuenta, y que son vitales para una comprensión apropiada del fenómeno y del papel de ATTAC al respecto.

Desde las organizaciones tendemos a ver en el individualismo como un fenómeno exclusiva e intrínsecamente negativo. Sin embargo, no podemos olvidar que la autonomía individual es una conquista histórica de las luchas obreras, feministas, juveniles y por los derechos civiles, aunque el individualismo haya sido una consecuencia no deseada de la misma. La capacidad de cada persona para gobernarse a sí misma, para elegir su propio camino y ocuparse de los propios asuntos es una reivindicación histórica de los movimientos populares. La diferencia entre nosotros y los liberales es que los movimientos populares, en la tradición republicana, sabemos que para que cada ciudadano sea libre ha de serlo también la comunidad política a la que se pertenece. O sea, que no sólo existan derechos y leyes, sino también mecanismos que los hagan efectivos: una redistribución justa de los recursos que garanticen la existencia y el desarrollo pleno de las capacidades de cada ciudadano, medidas para evitar que unos ciudadanos acumulen poder a costa de otros, procedimientos para la toma de decisiones colectivas y un gobierno que sea única y exclusivamente delegado de los ciudadanos para poner en práctica dichas decisiones.

No se trata por tanto de oponer individuo y comunidad, sino de encontrar la forma de organización social que maximice la libertad de todos los ciudadanos, respetando su diversidad. Se trata de estar juntos, influenciándonos como iguales, respetando la singularidad de cada uno. En los últimos treinta años ha primado el individualismo autista, consumista y competitivo alentado por el programa neoliberal, pero eso no se soluciona con una invocación más o menos romántica a identidades y comunidades perdidas e irrecuperables, algo en lo que paradójicamente concuerdan movimientos conservadores y buena parte de la izquierda trasnochada.

Hoy los ciudadanos son más celosos que nunca de su propia libertad individual. Esto es un dato, un principio y no un hecho a combatir. Es más, parte de la desafección que los ciudadanos sienten no sólo hacia la política de partidos, sino ante los propios movimientos sociales, viene motivada por el rechazo que a muchos ciudadanos les provoca: 1) la parálisis burocrática de las organizaciones más grandes e institucionalizadas, en las que la participación es imposible y la disidencia a menudo se castiga; 2) la dinámica fuertemente identitaria, tan heredera de la mentalidad de "vanguardia", autorreferencial, a veces asfixiante, de movimientos más pequeños, en los que de corriente se trata al resto del universo (incluidos los otros colectivos) con desprecio a su condición conformista, de letargo y de desinformación y por tanto, con superioridad intelectual (de ahí que tiendan a perder el tiempo en cuestiones que no les importan nada más que a ellos, en negociar entre los muchos iluminados hasta el más ínfimo detalle: quién firma qué, en qué posición va cada pancarta, etc.). La sociedad no se reconoce en estas formas de hacer política, y es en parte por ello que se entrega al consumo, como bien analiza el compañero Fernández Steinko respecto a la práctica juvenil del "botellón".

Asimismo, no es menos cierto que gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha surgido, al menos entre la parte de la población más educada y concienciada, un nuevo tipo de sujeto: que tiene más capacidad de participar, que se informa más y mejor, que se asocia con otros de forma autónoma y sin jerarquías, que produce sus propios contenidos, que no se traga lo que le echan sin pestañear. De hecho, las empresas, especialmente las de la industria del entretenimiento, han comprendido esto a veces mejor que nosotros mismos. De ahí todo el énfasis en el "consumidor activo" que deja sus impresiones en la página web de la marca, que vota el nuevo sabor de las patatas fritas Lays, que vota qué concursante debe dejar la casa de Gran Hermano, que envía sus impresiones sobre el programa de turno vía SMS o Facebook, etc. Las empresas han entendido bien esa necesidad, ese deseo de interactividad, de conexión, y lo han sabido embridar. Nosotros, y en especial organizaciones como los partidos y sindicatos de izquierda, no tanto.

En estas circunstancias, como acertadamente apreció el sociólogo Alain Touraine, la única identidad posible, la única forma de colectividad admisible, el único estar juntos viable, es aquel que: 1) esté lo suficientemente abierto (tanto en sentido organizativo como identitario) como para que cada individuo participe de su creación y recreación, sienta que influye, y que además puede hacerlo en cualquier momento y en diferentes formas según sus preferencias y posibilidades; 2) sea lo suficientemente inclusivo como para admitir en su seno una amplísima variedad de sensibilidades y realidades vitales, respetando la diversidad y pluralidad, poniendo además a todos en un mismo plano de igualdad; 3) que, a pesar de ello, proponga un programa concreto de mínimos con el que toda esa diversidad pueda sentirse identificada. Sólo hay una idea, una identidad capaz de cumplir con esas tres condiciones, y que además sea creíble: la ciudadanía. La defensa de la ciudadanía, de los derechos compartidos, es la única que puede aglutinar tras de sí a la inmensa mayoría de la población, la única que une más que separa.

Lo realmente genial, creativo, innovador y revolucionario del Movimiento 15-M es que ha dado con esta tecla, que no terminábamos de ver, y que en el proceso ha conseguido, al fin, cuajar lo que con buenas razones podemos afirmar es la forma revolucionaria del siglo XXI, que no terminaba de salir y que al fin ha irrumpido con fuerza. El que haya saltado de país a país en tan poco tiempo es la prueba. Han conseguido construir un frente amplio bajo el paraguas de la ciudadanía, enfatizando lo que nos une por encima de lo que nos separa ("somos el 99%", "no somos de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo y vamos a por los de arriba"), retomando la vieja noción republicana de la fraternidad. Y lo han hecho simplemente valiéndose de: 1) un programa de mínimos, que suscribiría casi cualquier persona, pero que, como ha señalado sagazmente Slavoj Zizek, el capitalismo es incapaz de aprobar en este momento, por sensato que sea; 2) una organización abierta y flexible, a la que puede sumarse quien quiera, en la que cada uno pueda participar a su manera, en la que cada persona puede asistir a una asamblea, hacer su propia pancarta o realizar pequeñas acciones (como el rechazo de la propaganda electoral recientemente propuesta por Anonymus) simplemente cumpliendo unas mínimas reglas de respeto, sin sentirse menos que nadie, ni ser menospreciado por otros. Curiosamente (o no), esto parece haber sido mejor entendido por muchxs ciudadanxs hasta ahora desafectos a la política, que por otrxs de larga experiencia de lucha. Afortunadamente, no es el caso de nuestra organización.

En ese sentido, el Movimiento 15-M no es tanto una organización como un espacio, un proyecto, una identidad. Es una propuesta susceptible de integrar a cualquiera, persona o movimiento, que acepte esos marcos mínimos. Es comprensible por consiguiente el énfasis primero en el consenso, en tratar de que no se pierda ninguna voz en el camino. Tampoco queremos dejarnos llevar por una visión romántica, es verdad que el movimiento también presenta contradicciones y problemas, algunos de ellos correctamente por el compañero Fernández Steinko. Pero es igualmente indiscutible que la evolución del movimiento es vertiginosa y su potencial gigantesco. No podemos olvidar que, de nuevo como dice el compañero Fernández Steinko, está comandado por jóvenes con un altísimo nivel formativo, algunxs de ellxs con las ideas bastante claras en cuanto a la estrategia a seguir.

Por otra parte, echamos de menos en los documentos presentados hasta ahora algunos aspectos más cualitativos que la irrupción del Movimiento 15-M ha provocado en la sociedad española. Cualquiera que esté un poco atento a lo que está sucediendo puede apreciar la cantidad de nuevas iniciativas que están emergiendo por doquier, la cantidad de nuevos movimientos que se están organizando, el impacto que ha producido en las organizaciones establecidas (algo comenta el compañero Fernández Steinko respecto a IU) e incluso el cuestionamiento de los marcos de pensamiento de muchas personas, que a día de hoy no sólo se están politizando, sino que incluso están interrogándose por el tipo de vida que han llevado hasta ahora. Todo ello, inspirado por el Movimiento, y partícipe de su espíritu. El 15-M ha supuesto, en nuestra opinión, una auténtica explosión, un movimiento tectónico que está sacudiendo a buena parte de la sociedad española desde los cimientos.

Ahora puede comprenderse mejor lo que se dijo anteriormente acerca del éxito de ATTAC en haber apostado por una identidad y una forma de organización basada en la idea de ciudadanía organizada contra el neoliberalismo. Por eso podemos afirmar que ATTAC es un precedente del Movimiento 15-M. Compartimos un planteamiento de fondo muy similar, sólo que por la idiosincrasia de nuestro movimiento no nos ha correspondiendo a nosotros liderar el proceso de movilización emergente. Es por eso que somos un referente de peso para el Movimiento. Es por eso que somos prácticamente la única organización que, existiendo antes de la aparición del 15-M, no es rechazada cuando se presenta como tal en las asambleas, a la que se le permite llevar sus símbolos a las movilizaciones, a la que se le invita a participar en los debates y talleres. Por nuestra trayectoria, porque hemos demostrado que no tenemos intención de vampirizar ni de aprovecharnos de nada, porque nos hemos ganado esa confianza. Porque somos lo mismo.

Por eso, nos resulta extraño leer frases como “ATTAC frente al Movimiento 15-M”, como mirando de forma ajena y separada, como si no formásemos parte de un mismo impulso político. No acertamos a entender por qué un movimiento que tiende a expandir y universalizar lo que desde ATTAC llevamos 10 años defendiendo. ATTAC no tiene por qué posicionarse “ante”, “con” o “frente” al Movimiento 15-M. ATTAC es parte del Movimiento 15-M, entendido como se ha hecho aquí, como un amplio espacio de unidad de todas las organizaciones y ciudadanxs críticxs con el orden neoliberal y dispuestxs a cambiarlo, como la sociedad civil organizada en un proyecto común de superación del neoliberalismo. En este camino coincidimos con toda una serie de asociaciones e iniciativas hermanas (Democracia Real Ya, Ecologistas en Acción, Plataforma contra los Desahucios, Marea Verde, Mesas de Convergencia…) que son la parte más organizada y consciente de este esfuerzo colectivo para conformar un gran polo ciudadano opuesto al neoliberalismo y en defensa de la democracia. Desde este punto de vista, ATTAC puede aportar al conjunto del Movimiento en muchos aspectos diferentes:

1) Elaborando pensamiento, propuestas, discurso, que es y debe seguir siendo la función principal de ATTAC.
2) Animando a nuestros socios a participar en las asambleas y movilizaciones.
3) Poniendo a disposición del Movimiento nuestros recursos, en cuanto a difusión (página web, ATTAC TV, programas de radio, etc.), organización (nuestra red tanto nacional como internacional) e incluso financiándolo en la medida de nuestras posibilidades.
4) Tratando de vincular el Movimiento con las organizaciones de la izquierda tradicional, en la medida que el prestigio de ATTAC hace que seamos bien recibidos por unos y otros, tenemos la responsabilidad de actuar como mediadores entre ellos, ayudar a vencer los recelos mutuos, tratar de aunar fuerzas en una estrategia común. Independientemente de lo que pensemos de unos y otros, nadie sobra en esta lucha.

ATTAC tiene, por tanto, mucho que aportar al Movimiento 15-M, o lo que es lo mismo, a la ciudadanía organizada contra el neoliberalismo. Ahora bien, en nuestra opinión ATTAC no puede ni debe desvincularse de las convocatorias en marcha, y mucho menos plantear su propia agenda o ambicionar sustituir al 15-M como referente principal de las movilizaciones ciudadanas en marcha. ATTAC no es un partido político, ni aspira a serlo.

Del mismo modo, no podemos caer en el error de pensar que estamos sólo para enseñar. ATTAC debe trabajar con toda la humildad, sabedores de que tenemos mucho que ofrecer, pero también mucho que aprender. No somos vanguardia de nada, ni de nadie. Y el Movimiento 15-M ha demostrado más potencia y capacidad que ningún otro desde la Transición, por lo que seríamos muy ingenuos si lo subestimásemos.

Es importante que seamos racionales, que identifiquemos los problemas presentes y futuros que puedan hacer fracasar el Movimiento, y empujar para tratar de corregirlos. Pero tampoco podemos obsesionarnos con ellos. Porque, ¿no es posible que quizá los equivocados seamos nosotros? Sin duda, es importante que el Movimiento tienda a dotarse de estructuras estables, y que antes o después aspire a conquistar el poder político a través de las elecciones, especialmente si el PSOE se ve inmerso en un proceso acelerado de descomposición, escenario en absoluto descartable (y la tremendamente interesante iniciativa Asamblea por el Senado en la Región de Murcia puede ser un modelo pionero en este sentido). Pero no es aconsejable insistir más de lo preciso en ello, entre otras razones porque no son objetivos que estén fuera de la agenda de algunos de los actores más destacados del 15-M, en especial de DRY. Es bueno que el Movimiento se desarrolle a su propio ritmo, que madure según se desarrollen los acontecimientos. Nosotros podemos apoyarlo en el sentido que consideremos más correcto, pero sin terquedad, con respeto.

Otro tanto cabe decir de la política de alianzas y de la necesidad de dotarse de un programa o una agenda más concretos. Siendo sinceros, el 15-M, y en especial DRY, se ha demostrado mucho más coherente y sensato que muchos partidos políticos con presencia en el parlamento. Hay que recordar uno de los lemas más hermosos emanados de las jornadas de movilización de mayo: "vamos despacio, porque queremos llegar lejos". Toda una declaración de intenciones y un desafío a estos tiempos desbocados que nos ha tocado vivir. Es verdad, no tenemos todo el tiempo del mundo. La situación es crítica, urgente, requiere una intervención decidida ante el que más que probable colapso financiero, y quizá sistémico. Pero de nada servirá precipitarnos, pecar de impaciencia. Equilibrio, compañeros.

Por último, la cuestión de las siglas y las banderas no debería suponer un problema para ATTAC. Nuestra única bandera ha sido siempre nuestras ideas y propuestas. Hacemos gala de admitir en nuestro seno a cualquiera que concuerde con ellas. No entendemos entonces por qué tiene que ser un problema que el 15-M haga lo mismo. Para el 15-M, el procurar mantener todo lo que se pueda una alianza ciudadana tan amplia como sea posible es un principio estratégico de primer orden. ¿Hasta qué punto son las siglas o las banderas importantes, lo son tanto como para alienar a potenciales aliados?, ¿acaso no aceptamos como compañeros de viaje a quienes no acepten una determinada bandera , símbolo o palabra aunque estén de acuerdo con lo que estos representan?, ¿y si existen aglutinantes más poderosos que los tradicionales? Puede que el Movimiento 15-M esté siendo demasiado exigente en este sentido, pero lo que es seguro es que en estos momentos, esta es la menor de nuestras preocupaciones.

Jose Antonio Cerrillo Vidal - ATTAC Sevilla
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

martes, 22 de noviembre de 2011

Europa y la libra de carne para el capital financiero

Guillermo Almeyra, La Jornada


Alemania, Países Bajos y Luxemburgo, en Europa Occidental, más Finlandia, Estonia y Polonia son los únicos países de la Unión Europea (UE) que –todavía– no tienen el agua al cuello. La burbuja de las hipotecas tóxicas en Estados Unidos golpeó fuertemente a los bancos europeos que, a su vez, fomentaron irresponsablemente la toma de créditos por los países de la UE y absorbieron en cambio bonos basura.
Ahora, cuando el crecimiento del producto bruto interno en el último trimestre es ínfimo en muchos grandes países (0.5 en Estados Unidos, 0.4 en Francia y España, 0 en Italia) o sea, cuando los respectivos Estados ven disminuir los ingresos per cápita de sus habitantes y no tienen los recursos para crecer, los servicios de la deuda les resultan insoportables. El dúo Merkozy (Merkel más Sarkozy) propone dar a los países europeos en situación crítica mayor más préstamos pero controlando sus respectivas economías y reduciendo otro poco sus soberanías. Y el capital financiero internacional, como Shylock, el Mercader de Venecia, quiere cobrarse directamente la libra de carne ofrecida como garantía por los deudores y pone directamente en los gobiernos de sus víctimas, como en Grecia, o en Italia, a sus hombres de confianza.
En efecto, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el primer ministro griego Lukas Papademos y su colega italiano, Mario Monti, no sólo son grandes banqueros sino que trabajaron todos con Goldman Sachs, uno de los grandes culpables de la crisis mundial. Además, por las dudas, Mario Monti, el banquero hijo de banquero, profesor de neoliberalismo, será controlado directamente mediante viajes a Roma de Angela Merkel y de Nicolas Sarkozy.
Bajo la apariencia de gobiernos técnicos aparecen así los gobiernos de los banqueros y los hombres del gran capital, sin mediación de los políticos. Bajo el disfraz de gobiernos no partidarios se despliega abiertamente la política de ajuste del FMI y del Banco Mundial y la ofensiva general del capitalismo y de la derecha contra los salarios directos e indirectos (servicios, educación, sanidad, pensiones, obras públicas) y contra los elementos de resistencia de los trabajadores, como los sindicatos, las cooperativas, las mutuales y otras asociaciones solidarias. En defensa de una tasa de ganancia, amenazada por las políticas del mismo capital, se intenta imponer en Europa un retroceso social al periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial, sacando provecho de que la resistencia es reducida porque el llamado socialismo real se encargó de desprestigiar al socialismo en mayor medida aún que la socialdemocracia que reconstruyó el capitalismo en la posguerra y, por lo tanto, la protesta no está animada por la esperanza en una alternativa creíble y, mucho menos todavía, por organizaciones anticapitalistas.
En una crisis sistémica como es la actual los socialistas revolucionarios se cuentan con los dedos y la Europa del capital puede legítimamente esperar que China, ex colonia, ayude a sus ex colonizadores y, ex comunista, sostenga al capitalismo mundial con sus políticas y con sus capitales. Si después de la guerra Palmiro Togliatti y su Partido Comunista Italiano, estalinista, ingresó en un gobierno de la Democracia Cristiana respaldado por Washington para reconstruir el capitalismo, sus epígonos, los liberaldemócratas del Partido Demócrata dirigido por Pier Luigi Bersani, apoyan un gobierno del capital financiero internacional que buscará destruir las bases de los sindicatos, reducir los salarios y el empleo, privatizar todo lo que sea posible para concentrar aún más la riqueza, acabando con la independencia italiana.
Monti llevará a cabo la misma política de Berlusconi pero con una cara austera de banquero que, hasta ahora, ha logrado convencer tanto a los ex comunistas del Partido Demócrata y a los ex radicales de izquierda de Sinistra, Ecología y Libertad (Vendola), al igual como a los patrones italianos reunidos en la Confindustria, al Vaticano y a la parte de la mafia que forma parte del capital financiero del país y está entrelazada con el gobierno y el Estado. Monti está ampliando y blanqueando el bloque social que apoyaba al Cavaliere.
Los italianos o los griegos no pudieron expresarse sobre cómo salir de la crisis que les había sido impuesta ni en elecciones ni en un referéndum. Quien decidió fue el aparato de la UE, al servicio del capital financiero, que impuso nuevamente la dictadura del capital pisoteando la idea misma de la democracia y las constituciones soberanas.
La indignación es pues legítima y comprensible y, sin ella, no hay acción posible. Pero no basta. Para cambiar las cosas se necesitan ideas y propuestas claras, creíbles y movilizadoras. Y, sobre todo, es necesario que esas ideas den confianza a los trabajadores en la producción –que es la base del capitalismo– de que se puede y se debe imponer un programa alternativo, democrático y social, en el camino a una salida anticapitalista de la crisis y para el reordenamiento de la economía.
Ahora bien, los indignados, generosos y combativos, pertenecen a las clases medias, pero los trabajadores industriales –en parte por temor al desempleo, en parte porque un sector de ellos sigue direcciones racistas, xenófobas (como Le Pen en Francia o la Liga Norte en Italia) y aún no se oponen al capitalismo–. Hay, por consiguiente, una batalla ideológica por librar, basada en la anulación de la deuda capitalista y su desconocimiento, aunque eso lleve a salir de la UE, a la expropiación de los bancos y de las grandes empresas y al monopolio estatal del comercio exterior y de los cambios, para evitar la fuga de capitales; a un plan general de empleos que incorpore a la plantilla a todos los precarios y reduzca la desocupación; la organización de los desocupados para planificar los trabajos necesarios y posibles e imponerlos. Las minorías socialistas podrán crecer si, sin sectarismos, unen a los trabajadores de cualquier origen tras convencerles de que la alternativa es el salto adelante: lo demás es un retroceso histórico.

Desenmascarada la "libertad" de prensa en EE.UU.



Pepe Escobar
Asia Times Online,

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

La semana pasada, el periodista independiente Sam Husseini fue a una conferencia de prensa del príncipe Turki al-Faisal de Arabia Saudí en el Club Nacional de la Prensa de Washington, del cual Husseini es miembro. Entonces hizo algo que es extraño en la cultura mediática corporativa en EE.UU. Se condujo como un verdadero periodista e hizo una pregunta dura, pertinente, sin ningún tipo de restricciones. Es la siguiente, como la reproduce el blog de Husseini:
Quisiera saber qué legitimidad tiene su régimen, señor. Usted se presenta ante nosotros como representante de uno de los regímenes más autocráticos, misóginos, sobre la faz de la tierra. Human Rights Watch y otros informan de torturas, detención de activistas, habéis aplastado el levantamiento democrático en Bahréin, tratasteis de derrocar el levantamiento democrático en Egipto y por cierto continuáis oprimido a vuestro propio pueblo. ¿Qué legitimidad tiene su régimen, fuera de miles de millones de dólares y armas? [1]
El príncipe Turki, ex jefe supremo de la inteligencia saudí, ex amigo del líder de al Qaida, Osama bin Laden, ex embajador saudí en EE.UU., reaccionó con un cambio de tema [2].
Si esto hubiera ocurrido en Medio Oriente, Husseini habría sido debidamente secuestrado por la inteligencia saudí, torturado y eliminado. Preguntad a los restos del coronel Muamar Gadafi. Por mucho menos –por decir en alta voz en una reunión de la Liga Árabe que el rey Abdullah era un traidor por alentar al gobierno de George W Bush para que invadiera Iraq– la Casa de Saud hizo todo lo posible –durante años– para asegurar la eliminación de Gadafi.
Turki muestra todas las credenciales democráticas registradas de la Casa de Saud. Se refiere al empuje por la democracia en el mundo árabe como “Problemas árabes”.

Después de la pregunta a Turki

Según Husseini, el mismo día de la conferencia de prensa, recibió una “carta que me informa de que estaba suspendido del Club Nacional de la Prensa ‘debido a su conducta durante una conferencia de prensa’. La carta, firmada por el director ejecutivo del club, William McCarren, me acusa de violar reglas que prohíben ‘conducta o lenguaje alborotador o indecoroso’.”
Husseini, director de comunicaciones del Instituto por la Veracidad Pública, que refleja el periodismo crítico de todo el mundo, es un hombre calmado, pensativo, con credenciales impecables. La acusación no solo es falsa, es directamente patética.
¿Fue un caso aislado? Obviamente no. De vuelta a enero de 2009, al mismo Club Nacional de Prensa, durante una conferencia de prensa de la entonces ministra de exteriores israelí Tzipi Livni. Cuando a Livni le hicieron una pregunta difícil –también Husseini– cortaron el micrófono, y la conferencia terminó abruptamente. Mi cámara, Sebastian Pituscan, estaba conmigo [3].
Así funciona realmente el tan alabado mito de la “libertad de prensa” en EE.UU. Si se realiza la tarea de un verdadero periodista, diciendo la verdad al poder, no se puede asistir a conferencias de prensa en la Casa Blanca, el Pentágono o el Departamento de Estado. Ni siquiera te admitirán en el edificio.
Si alguien es un funcionario de un “aliado valioso” –como la Casa de Saud o el régimen en Israel– es seguro que obtendrá un púlpito libre de preguntas en cualquier sitio que quiera, especialmente si su inglés es fluido.
Pero si alguien es un funcionario de un régimen “canalla”, lo mejor que le puede pasar es que le humillen en público, como le ocurrió al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad en la Universidad Columbia en Nueva York. Especialmente si no habla inglés y la mayor parte de lo que dice se pierde en la traducción.
Por otra parte, si alguien es un periodista viajero de los medios corporativos de EE.UU., puede hacer lo que le venga en gana.
Por ejemplo: durante la crisis financiera asiática, en 1997 y 1998, fui a innumerables conferencias de prensa en las que periodistas estadounidenses llevados con ese objetivo intimidaban a los dirigentes asiáticos como si fueran un montón de hooligans (los periodistas, no los dirigentes). Chicas despabiladas recién salidas de una escuela insignificante de periodismo trataron al entonces primer ministro malasio Mahathir Mohamad como si fuera un violador de niños, porque había establecido controles de capital.
Resultó que Mahathir tenía razón, ya que Malasia superó la crisis mucho antes que aquellos, como Indonesia, Tailandia y Corea del Sur que se rindieron a los horrendos ajustes del Fondo Monetario Internacional.
En 1989, estudiantes chinos que protestaban en la Plaza Tiananmen fueron vitoreados por los medios estadounidenses como héroes que resistían a la tiranía. En 2011, estudiantes estadounidenses que protestaban en todo el país contra la tiranía financiera son “flojos”, “hijueputas”, las dos cosas, o son directamente criminalizados.
Los medios corporativos de EE.UU. no podrían admitir que la represión en la Plaza Tahrir por policías antidisturbios egipcios es exactamente lo mismo que la represión en Nueva York, Oakland, Portland o Boston por policías antidisturbios estadounidenses.
Todavía no se oye ni una palabra de la OTAN sobre el establecimiento de una zona de exclusión aérea “humanitaria” sobre una selección de sitios de Ocupad en ciudades de EE.UU. Todavía consultan con la Casa de Saud.

Notas
1. Vea el blog aquí.
2. Video aquí.
3. El intercambio se ve aquí.

Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MK22Ak01.html

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