miércoles, 25 de abril de 2012

Se acabó el escuchar a los bancos


Kenneth Haar
Corporate Europe Observatory

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Las crisis económica y financiera han puesto de manifiesto el afianzado poder que tienen los bancos en la Unión Europea. En este artículo correspondiente a la serie “La Unión Europea en crisis”el miembro de Corporate Europe Observatory Kenneth Haar describe como la crisis de 2008 puso en movimiento una oleada de regulación financiera. La mayoría de esta regulación se ha aprobado hasta el momento y hay muchas pruebas que demuestran que se está sacando del atolladero a los bancos. Mirando atrás, quienes pertenecen a los lobbies bancarios pueden concluir que quienes toman las decisiones se han desvivido por servir a los intereses de la industria de la banca. El sueño de una Unión Europea que pusiera freno al poder de las finanzas se ha convertido en un chiste y en vez de ello hemos visto emerger una Europa de los banqueros que hace palidecer de envidia incluso a Wall Street.

El problema es sistémico. Se ha permitido crecer tanto a los bancos que el colapso de simplemente uno de ellos plantea un problema fundamental a la sociedad. También se les ha permitido hacer apuestas de altísimo riesgo, a menudo utilizando el dinero de la gente ordinaria. Existen remedios para ello, reformas que podrían reducir su poder. Pero el primer paso necesario podría ser simplemente hacer que los políticos y los miembros de la Comisión dejen de considerar que los bancos son los oráculos de la economía.

Una comisión cautiva

Hace menos de 15 años la banca no era realmente el negocio de la UE. La regulación estaba enmarcada o a nivel internacional en las negociaciones de Basiela o a nivel nacional. Pero para finales de la década de 1990 entre los gobiernos hubo un consenso incipiente en relación a construir un auténtico mercado único para los servicios financieros. El objetivo era quitar las barreras a los bancos y a otras instituciones financieras, no aumentar la regulación que podría evitar riesgos sistémicos o el reinado de los especuladores. No querían contener la financiarización de la economía sino promoverla. Este modelo se desarrolló en estrecha colaboración con aquellos que eran considerados los verdaderos expertos, las propias grandes instituciones financieras, sin olvidarse de los bancos.

En aquel momento la banca no era un asunto seriamente politizado, así que solo unas pocas personas lucharon para denunciar la problemática influencia de los bancos en la legislación de la UE. Siempre que se desarrollaban nuevas iniciativas o se revisaban las antiguas, la Comisión acudía rutinariamente a los grandes actores para recabar su opinión. Entonces esta escribía propuestas en la línea de sus consejos y generalmente estas se adaptaban con cambios menores.

La crisis financiera establece una nueva agenda

Pero con la crisis financiera de 2008 pareció que se terminaba la fiesta. Por todas partes hubo unas críticas brutales de los irresponsables bancos y de las laxas leyes sobre la banca. Tanto los gobiernos como los miembros de la Comisión salieron con declaraciones notablemente agresivas sobre la irresponsabilidad de los bancos y la necesidad de revisar la legislación.

“Creo que la actual crisis ha demostrado que tenemos que reconsiderar exhaustivamente nuestras normas reguladoras y de supervisión para los mercados financieros”, afirmó el Presidente de la Comisión José Manuel Barroso.

Su colega en la Comisión, el hombre más destacado de la regulación del Mercado Único Charlie McCreevy, admitió rotundamente escuchar demasiado a las corporaciones financieras:

“Lo que no necesitamos es convertirnos en cautivos de aquellos que tienen los mayores presupuestos para los lobbies o los más persuasivos miembros de lobby: tenemos que recordar que fueron muchos de estos mismos miembros de un lobby quienes en el pasado lograron convencer a los legisladores de que insertaran las cláusulas y provisiones que tanto contribuyeron a los estándares laxos y a los excesos generalizados que han creado riesgos sistémicos. El contribuyente se ve forzado ahora a cargar con la cuenta”.

Unas palabras bastante sorprendentes en boca del mismo hombre que había permitido al lobby financiero dominar su propio trabajo con la regulación financiera. Parecía que había pocas dudas de que no se proyectaban reformas radicales.

Costosas redes de seguridad

La crisis reveló tanto los extremos excesos de los bancos como un imperfecto sistema de supervisión y de regulación. Pero la prioridad principal no era una regulación nueva y eficaz, sino salvar a los bancos.

Una espectacular operación de rescate tras otra tuvieron un peso extraordinario en los presupuestos de los Estados miembros, como cuando el gobierno irlandés asumió las deudas del banco Anglo Irlandés, supuestamente empujado por el presidente de Goldman Sachs International, el ex miembro de la Comisión Europea y ex ministro irlandés Peter Sutherland. Un paso que en última instancia podía haber dejado a los contribuyentes británicos una cuenta de 47.000 millones de euros, más de una tercera parte del PNB del país.

O cuando el banco franco-belga Dexia colapsó dos veces, primero en 2008, cuando solo lo salvó un préstamo garantizado de 150.000 millones de euros. Después otra vez en octubre de 2011, cuando el gobierno belga garantizó un préstamo de 54.000 millones de euros (el 14% del PNB del país) más un pago inmediato de 4.000 millones de euros por la adquisición de Dexia-Belgium. Con el eurodiputado y ex ministro belga Jean Luc Dehaene en la junta [directiva], Dexia tenía un fácil acceso a la elite política del país.

Se han puesto en peligro enormes cantidades de dinero público para salvar los bancos. A fecha de octubre de 2011, en conjunto 27 Estados miembros de la UE reservaron 4.5 billones de euros en apoyo, garantías y paquetes de préstamos para los bancos, o lo que es lo mismo, casi el doble del PNB anual de Alemania.

El lado generoso del Banco Central Europeo

La crisis del euro crisis ha revelado las posibilidades de recaudar vastas sumas de dinero cuando está en juego la salud de los balances de los bancos. De hecho, la Unión Europea está poniendo a los bancos al frente de su intento de evitar la crisis e impulsar la reactivación de la economía. En diciembre de 2011 el nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), el ex director de Goldman Sachs Mario Draghi, lanzó una atrevida iniciativa de incentivar el préstamo bancario al sector privado y calmar el aumento de la tasa de interés de los bonos soberanos e incluso reducirlo. El BCE gastó 489.000 millones de euros en esta primera tanda de la Operación de Refinanciación a Largo Plazo (LTRO, por sus siglas en inglés) – préstamos baratos sin condiciones – un paso en general bien recibido por los bancos.

“Es alentador ver esta cantidad de liquidez por parte del BCE. Sea cual sea el grado de nerviosismo de los inversores acerca del retroceso de los mercados y bancos de financiación, el BCE estará ahí y proporcionará liquidez para asegurar que las cosas se mantienen en marcha”, afirmó un estratega del banco de inversión estadounidese JP Morgan en diciembre de 2011.

La ganga de la venta de préstamos iba a continuar y en febrero de 2012 estaba disponibles otros 530.000 millones [de euros], esta vez a beneficio de ciertos créditos al consumo, lo que hacía ascender el total a un billón de euros. Los fabricantes de coches Mercedes Benz, Daimler y Volkswagen estaba entre los beneficiarios, gracias a sus armas financieras establecidas para proporcionar a los clientes créditos para comprar un coche. Paro hay pocas pruebas que demuestren que la LTRO haya cumplido sus objetivos. Aunque el presidente Draghi afirmó que la iniciativa era "un éxito incuestionable", el propio BCE dirigido por él informó en febrero que los préstamos a la economía real en realidad habían caído en febrero.

Absurdos

Puede que el jurado todavía esté deliberando sobre el veredicto final, pero en cualquier caso la LTRO suscita un par de preguntas. Si el BCE puede proporcionar tanto dinero, ¿por qué gastarlo aumentando los fondos de los bancos con la esperanza de que los bancos presten más barato a los gobiernos?¿Por qué no prestar directamente a los gobiernos? Y si la economía real necesita un incentivo, ¿por qué no proporcionar inversiones públicas, por ejemplo, invirtiendo en energía verde que dé un tono verde a la economía? La respuesta es que según el tratado de la UE, el BCE tiene que ser independiente de los gobiernos y la ley le prohíbe proporcionar préstamos directos. A consecuencia de ello, el BCE respalda a los bancos como alma de la economía.

Y hay otro absurdo en juego: el dinero gastado en la LTRO es el doble de la cantidad de dinero empleado en el nuevo fonde de rescate en los próximos tres años, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, por sus siglas en inglés), para ofrecer préstamos a los gobiernos de Estados que estén en una grave crisis. Mientras que la LTRO suscitó poca controversia política, ha sido muy difícil encontrar la mitad de dinero para préstamos a los gobiernos y han sido necesarias varias cumbres de la UE para acordarlo.

Aún así, es poco probable que en un futuro no tan distante veamos una LTRO 2 porque muchos bancos son “dependientes crónicos” de los fondos del BCE, según Alberto Gallo, un estratega del Royal Bank of Scotland.

Salvar Grecia

La generosidad económica con los bancos es paralela a la generosidad política y un incidente es un crudo símbolo de ello.

Poco después del inicio de la cumbre de la Eurozona en julio de 2011 un coche negro paró en frente del edificio del Consejo en Bruselas y de él salió un hombre con traje de chaqueta y que estrechaba manos y sonreía, como cualquier jefe de Estado o de gobierno. A pesar de las apariencias, no era un hombre de Estado sino Joseph Ackermann, presidente de Deutsche Bank y del grupo de lobbies bancarios internacionales, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), que se unía a las negociaciones sobre la deuda griega.

Antes de ese encuentro parecía como si los bancos tuvieran que pagar parte de la factura por sus aventuras inversionistas. A lo largo de 2011 había quedado claro que a Grecia le resultaba imposible pagar los intereses de la carga de la deuda acumulada, lo que incluía préstamos con bancos privados. Se necesitaba un llamado “corte de pelo” para reducir la deuda. Había que encontrar una solución con los bancos, así que se invitó a Ackermann a la cumbre.

Se podría argumentar que los propios bancos se lo habían buscado y que cuando se echaron a perder sus inversiones, simplemente se les debía haber dejado cargar con sus pérdidas. Pero cuando acabaron años de fácil prosperidad se consideró un problema que los gobiernos tenían que resolver. Se consideró a los grandes bancos interlocutores con los que los gobiernos de la Eurozona tendrían que negociar. Tras las negociaciones dirigidas por Ackermann, por fin se llegó a un acuerdo con los altos cargos de Grecia y de la Zona Euro, y “finalmente con los Estados o gobiernos de la Zona Euro y las instituciones de la EU”, como señaló un documento del IIF.

Las pruebas sugieren que Ackermann es un negociador habilidoso. Ante ello, los bancos se tienen que tragar un recorte del 50%, pero el valor de los bonos griegos había caído en picado a un 35% de su valor nominal. Con el acuerdo, de hecho los gobiernos habían acudido en ayuda de los bancos. Era menos un “corte de pelo” para los bancos y más un afeitado de todo el cuerpo para Grecia.

Y había un bono extra para los bancos, con una cláusula en el tratado que apuntalaba préstamos a las economías en crisis de la Eurozona, el Tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad, que prohibirá a los gobiernos intentos futuros de hacer que los bancos cancelen las deudas que les deben los gobiernos.

Los sospechosos habituales

Teniendo en cuenta estos antecedentes, hubiera sido una sorpresa que la Unión Europea hubiera hecho respetar de hecho una fuerte regulación, sin hacer caso del consejo de los banqueros de abstenerse de llevar a cabo auténticas acciones.

En efecto, lo primero que hicieron la Comisión y el Consejo en 2008 fue establecer un consejo asesor de alto nivel para proponer un enfoque global de la reforma financiera. De los siete del grupo cuatro tenían estrechas relaciones con grandes bancos, un quinto era el regulador al que se culpa de una supervisión no efectiva de los bancos británicos y un sexto era conocido por sus puntos de vista liberales extremos. En otras palabras, la Unión Europea había preguntado cómo responder a la crisis a las mismas personas que eran responsables de ella. Su informe sería considerado un punto de referencia en futuras propuestas.

A pesar de la retórica impaciente al inicio de la crisis, pronto el paso de la reforma iba a ser más lento. Y el lobby de la banca hizo cuanto pudo para evitar medidas ambiciosas. Para ello utilizaron el alarmismo y el IIF fue un maestro en ello. Ackermann afirmó que había un “riesgo muy real” de que “entraran en vigor medidas reguladoras que podían minar la recuperación global y la creación de empleo”. Y el IIF escogió muy cuidadosamente el verano de 2010 como momento para publicar un informe sobre los peligros de la regulación. Era el momento en que las negociaciones internacionales sobre la regulación de la banca (los Acuerdos de Basilea) llegaban a un punto culminante. Para entonces el clima político había cambiado completamente. El temor a un crecimiento más lento y a la inestabilidad en el sector bancario había apagado el deseo de reforma. Esto permitió a los lobbies financieros atenuar las ambiciones de los políticos.

Pocas esperanzas de que haya pasos creíbles

Según una nueva parte del acuerdo de Basilea III, si se hubiera inspeccionado Lehman Brothers poco después de su colapso, ¡habría sido considerado una empresa sólida! En aquel momento el apalancamiento (la cantidad de dinero que prestan los bancos en comparación con el valor de sus activos) de Lehman Brothers era de 31 a 1. Según el acuerdo, el límite es de 33 a 1. En otras palabras: según este conjunto de normas, Lehman Brothers era una compañía fuerte cuando quebró.

El nuevo Acuerdo de Basilea (apodado Basilea III) no es una legislación en sí misma sino más bien un conjunto de directrices. Teóricamente las normas que presenta se pueden mejorar cuando se implementen a nivel nacional o en la UE. Pero no hay indicios de un enfoque más fuerte en la UE. Por ejemplo, los asesores de la Comisión no son diferentes de los educados por el comisionado McCreevy antes de que se fuera en 2010. En una fase de la discusión, el grupo asesor clave para asesorar a la Comisión sobre regulación de la banca, el Grupo de Expertos sobre la Banca [Group of Experts on Banking] estaba fuertemente dominado por “expertos” de bancos afiliados al grupo de lobby del IIF que tanto había trabajado para suavizar cualquier regulación internacional. De los 42 expertos, 23 eran miembros del IIF y la mayoría de los demás lo eran de otras corporaciones financieras.

¿Y los gobiernos? Los gobiernos alemán y francés se declararon recientemente en contra de Basiela III afirmando que tendría un “efecto negativo” sobre el crecimiento y que tendría que ser suavizado cuando se implementara en la legislación.

Se acabó el escuchar a los bancos

El privilegiado papel de los bancos en el debate sobre la reforma de la regulación de la banca no supone una verdadera sorpresa. En todas las reformas de los mercados financieros desde la primera estrategia global de la UE sobre los mercados financieros en 1999 es cierto que se ha dado un papel destacado a las corporaciones financieras. Desde la crisis de 2008 han cambiado algunas cosas menores, pero los cambios de legislación sobre derivados, sobre contabilidad, sobre paraísos fiscales y los hedge funds [fondos de inversión libre] no han logrado hacer frente a los retos que tan dramáticamente plantea la crisis. Y cuando la Comisión da el paso sin precedentes de proponer una tasa sobre las transacciones financieras (FTT, por sus siglas en inglés), los detalles finales revelan que está lejos del diseño original. Y debido a la oposición de algunos Estados miembros hay pocas esperanzas de que ni siquiera esta versión suavizada se haga realidad.

Todo esto se reduce al dominio del sector financiero en el debate sobre la regulación financiera y la regulación de la banca no es una excepción a la regla. Dos expertos financieros, Simon Johnson y Darem Acemoglu, escribieron recientemente en un comentario sobre la influencia de los bancos en el manejo de la deuda griega: “La lección para Europa (y para Estados Unidos) está clara: es el momento de dejar de escuchar lo que dicen los bancos y de empezar a centrarse en lo que hacen. Debemos reconsiderar la distorsionada economía política del sector financiero antes de que el excesivo poder de unos pocos imponga costes aún mayores a todos los demás”.

Debería ser chocante ver la dependencia que quienes toman las decisiones en la Comisión y en los Estados miembros tiene de los bancos y de los banqueros. Cuando desean asesoramiento sobre regulación de la banca, preguntan a los banqueros. Cuando los bancos tienen problemas, socializan su deuda. Cuando la economía tienen problemas dan dinero a los bancos. Los banqueros están agradecidos, pero la sociedad en general no debería estarlo.

Parece que un requisito esencial para las profundas reformas que se necesitan es acabar con las estrechas relaciones que hay entre los bancos y el sistema político. Mientras las palabras de los banqueros y los mezquinos intereses de los bancos tengan más peso que las palabras de aquellas personas que cargan con la cuenta, tenemos un grave problema.


Fuente: http://www.corporateeurope.org/EU-in-crisis-conf/essays/stop-listening-banks

lunes, 23 de abril de 2012

Los astrólogos de la economía


En un texto escrito especialmente para Página/12, el autor define como “alconomistas” a los economistas que predican su propia versión del creacionismo, donde los mercados libres y desregulados son la única forma posible de organizar la sociedad.

Por Por John Weeks *

Opinión

En el siglo XVIII los doctores creían que los enfermos podían curarse purgando una parte de su sangre, la causa por la que probablemente murió el primer presidente de Estados Unidos, George Washington. Dos siglos después, los responsables de las políticas económicas llevan adelante políticas análogamente absurdas y son impulsados a hacerlo por economistas. Son los mismos economistas que presionaron para ver una “terapia de shock” en América latina por más de treinta años. Son los mismos que aplaudieron al gobierno de Argentina a lo largo de la década de 1990, cuando introdujeron la paridad cambiaria entre el peso y el dólar que terminó con el colapso de 2001-2002.
Imaginen que los alquimistas se apoderan de los laboratorios de química, que los astrólogos persiguen a los científicos que trabajan en los laboratorios y que los creacionistas deciden el rumbo de la genética. Sería una dura derrota para el Iluminismo, la razón y la racionalidad. Esto es lo que sucedió con la economía. Los alconomistas predican su propia versión del creacionismo, donde los mercados libres y desregulados son la única forma posible de organizar la sociedad. Predican por todos lados la alconomía de los presupuestos equilibrados, mercados desregulados y la austeridad. Lo hacen en Europa, Estados Unidos y también en Argentina, aunque su gobierno no los escuche.
Los alconomistas dicen que explican cómo funcionan los mercados, pero se trata de mercados ideales que no existen en el mundo real. Estos ideólogos dotan a sus mercados imaginarios con poderes metafísicos para que los consumidores y empresarios estén siempre satisfechos. Esos mercados son voluntarios donde el tiempo no corre y cuentan con la participación de un gran número de criaturas omniscientes de igual poder de negociación, que conocen todos los resultados posibles antes de que sucedan. En la alconomía no existen diferencias entre el pasado, el presente y el futuro. ¿Por qué tanta gente, en tantos países, reverencia a los alconomistas como gurúes? En gran parte, la inmerecida credibilidad de los alconomistas proviene de la sistemática promoción de la ignorancia. Comprender cómo la sociedad se organiza para producir y distribuir bienes y servicios no es sencillo. Sin embargo, no es más difícil que entender algo de política antes de ir a votar. Cada determinado período de tiempo, la gente entra en el cuarto oscuro y elige entre los candidatos, o los rechaza a todos. Muchos, si no la mayoría de estas personas, se considera ignorante en materia económica, lo que las imposibilita para que evalúen entre diferentes análisis sobre las políticas públicas, incluso cuando las afectan directamente.
Los alconomistas refuerzan esta creencia popular de que la economía es demasiado difícil de entender. Los ayuda a predicar sus doctrinas reaccionarias como la ley de la oferta y la demanda, la ineficiencia del Estado, la responsabilidad de los sindicatos en el desempleo y la inflación y el hecho de que los aumentos de precios deben ser más temidos que la desocupación. Desde su teoría banal, los alconomistas imponen una supremacía ideológica. Con explicaciones superficiales y simplistas construyeron una ideología que emite juicios de valor cual oráculo griego sobre los distintos temas de la humanidad.
Las políticas reaccionarias de los alconomistas se derivan de esas generalizaciones simplistas. Su explicación comienza con la observación, aparentemente trivial y obvia, de que las personas tienen un deseo de consumir que excede su ingreso, lo que requiere que asignen sus recursos para satisfacer esos deseos. Así, para toda la gente al mismo tiempo, los deseos son ilimitados y los recursos para satisfacerlos son escasos. Para los alconomistas, la economía es el estudio de la asignación de recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas.
De esta ideología surge la creencia de que las acciones del gobierno restringen, limitan y distorsionan la habilidad de las personas para tomar decisiones. Por eso, su rol debe ser limitado, para minimizar las restricciones. La explicación es simple: la asignación debe estar a cargo del mercado. Para las grandes empresas y sus sacerdotes alconómicos, los mercados no sólo son más eficientes que los métodos alternativos de asignación y distribución, sino que son el único mecanismo viable. Aun más, los mercados sólo son eficientes si no están regulados de ninguna forma y se les permite operar libremente sin la intervención del Estado.
Esta lógica es errónea. Primero, las decisiones de los individuos en los mercados no responden a sus preferencias y deseos. Las personas toman decisiones en los mercados porque en la sociedad existe una división del trabajo que organiza la distribución y producción de una forma históricamente especifica. Cada persona es parte de una organización social. Segundo, el hecho de que la gente entre al intercambio en forma “voluntaria” no está claro. Por ejemplo, nadie está obligado a no empezar un tratamiento médico porque es demasiado caro. Esa es una decisión que la mayoría de la gente está forzada a tomar y no debería suceder en una sociedad humana. Tercero, ningún mercado es perfectamente competitivo; por el contrario, muchos están dominados por unos pocos vendedores o compradores. Como resultado, en las operaciones de mercado suelen observarse abusos de precios y fraudes. La acción colectiva de los individuos a través de los gobiernos para reducir los abusos del mercado incrementa las libertades individuales, no las reducen.
La lógica de la alconomía exhibe un error fatal que es más básico que su negación del mal funcionamiento de los mercados. Su premisa fundamental de que los recursos son escasos es falsa. Es indiscutible que la humanidad vive en un mundo de recursos ilimitados como evidencian el calentamiento global y la destrucción del medio ambiente. Pero ésta no es la “escasez” de la alconomía. Para los alconomistas, la “escasez” resulta del uso total y más eficiente de los recursos. La escasez existe cuando más de un producto puede llevarse a cabo si la producción de algún otro se reduce. Este tipo de escasez no existe ni existió en ninguna sociedad de mercado, excepto en situación de países en guerra. La economía no es “la asignación de recursos escasos para satisfacer deseos ilimitados”. La economía es el estudio de cómo la sociedad moviliza la totalidad de sus recursos para mejorar el nivel de vida de toda la población.

* SOAS - Universidad de Londres.

miércoles, 18 de abril de 2012

Cinco postales de Repsol-YPF en Argentina

Marc Gavaldà Rebelion


La reciente expropiación del 51% de las acciones de YPF por parte del Gobierno argentino, que tanto ha irritado al clientelismo político español, tiene dilatados antecedentes de injustícia social e impunidad ambiental practicada por Repsol durante más de una década. Recopilamos algunos fragmentos de un recorrido por los campos petroleros de Repsol en Argentina que ya daban motivos para la mentada expropiación.

1. Lo que el viento se llevó

YPF tenía más de 55 mil trabajadores, de los que solo quedaron unos 6 mil después de la privatización. Ciudades petroleras como General Mosconi, Tartagal, Luján de Cuyo, Berisso, Ensenada, Cutral Có, Plaza Huincul, Berisso, Caleta Olivia fueron afectados por la caída de empleos y la red social que sostenía la YPF estatal.
Felix Herrero, Vicepresidente del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (MORENO) resume las pérdidas de la privatización: “Perdimos la configuración empresaria de YPF, la renta petrolera que hoy se va hacia el extranjero, mientras las empresas están autoriazadas a girar el 70 por ciento de las divisas obtenidas sin pasar por el Banco Central. Hemos perdido también por completo los recursos naturales, porque cuando se otorgan concesiones de transporte eléctrico por 95 años, o pozos petroleros por 35 años, se entregan los recursos hasta su agotamiento”.
Durante los noventa, las compañías energéticas aumentaron tarifas incumpliendo las leyes, internalizando una renta extraordinaria que en ningún momento se invirtió para ampliar las redes troncales de gasoductos y de alta tensión de energía eléctrica. Tampoco se invirtió en buscar nuevos yacimientos de petróleo y gas natural a fin de extender el horizonte de vida de las reservas. Con las privatizaciones se beneficiaron de la tecnología, infraestructura y nivel de reservas hidrocarburíferas que el Estado les había entregado, y no invirtieron un centavo para desarrollarlas.
Por el contrario, el oligopolio energético transfirió la mayor parte de la fenomenal masa de ganancias al exterior, y el resto la invirtió en la construcción de 10 gasoductos que los conecta a mercados extranjeros. Exportación que, vale decir, no es controlada por el Estado y menos aún por las Provincias productoras, ya que se acepta la declaración jurada de las compañías.
En términos zoológicos, podríamos catalogar a Repsol , como una sanguijuela de Argentina. Sólo durante el año 2002, en el peor momento de la crisis, mientras millones de argentinos se empobrecían, ganó 2.096 millones de dólares de utilidad a nivel global, de los cuales más de la mitad povenían de sus operaciones en la Argentina. En una marcha realizada en diciembre de 2007, celebrando el centenario del primer pozo argentino, miles de personas se congregaron frente a las puertas de YPF para pedir su recuperación. Un video recoge argumentos económicos, jurídicos y sociales que ya lo justificaban.

2. El sobreprecio del GLP

En Argentina instauraron un oligopolio. Antes, YPF embotellaba las garrafas de Gas Licuado de Petróleo y las distribuía en unos camiones por los rincones más remotos del país. Ahí donde nunca ha llegado la red de gas natural. En cambio ahora, una sola empresa (Repsol-YPF ) tiene el 55 por ciento de la producción, el 64,2 por ciento del transporte y el 78,2 por ciento del almacenamiento. Una garrafa de 10 kilos cuesta unos 7 pesos pero en los últimos años, esta compañía ha inflado el precio por las nubes. Entre 2001 y 2003 la garrafa de 10 kilos aumentó de 8 y 9,5 pesos a 25 y 30 pesos según la zona del país. En Argentina, son entre 13 y 15 millones de personas que no tienen acceso al gas natural. De estos, más de 10 millones viven bajo el umbral de pobreza y gastan más de un 12 por ciento de su presupuesto para abastecerse de GLP. En otras palabras, de cada semana de trabajo, medio jornal es destinado a pagar a las distribuidoras de gas. Por otro lado, hay 2 millones de personas que ni siquiera alcanzan a poder pagar la garrafa, y cocinan quemando quemando leña, cartón, residuos vegetales o plásticos.
Según la Defensoría del Pueblo de la Nación, la transferencia directa de los precios hacia los consumidores generó un beneficio empresario de más de 4.600 millones de dólares en los últimos años. Literalmente, se trata de una transmisión de dinero de los más pobres a los más ricos producto del oligopolio energético. Repsol se enriquece vampirizando a la población pobre argentina.

3. Los presos de Caleta Olivia

Con una población de 40.000 habitantes, esta ciudad petrolera a orillas del mar vive su peor época. La desocupación se multiplicó desde que YPF fue regalada por Menem a Repsol, Pan American y Vintage Oil, dueños de la terminal TERMAP desde donde diariamente se bombean casi dos millones de dólares de petróleo a los barcos exportadores.
Esta ciudad ha sido escenario de conflictos sociales que ahora se repiten en la vecina población e Las Heras. Las famílias ex petroleras, hoy día desocupadas, debían conformarse -en el mejor de los casos- con los planes asistenciales para vivir. Sin embargo se organizaron como piqueteros y se movilizaron por empleos efectivos.
Fueron al grano, sin rodeos, y ocuparon la terminal portuaria poniendo en juego los millonarios beneficios de las petroleras. Y lo lograron: más de 1.300 puestos de trabajo hasta la última toma de Termap, donde se hizo un acuerdo por mil puestos más. Era agosto de 2004: el invierno argentino y el ejemplo podía extenderse.
El 2 de octubre, 50 trabajadores volvieron a ocupar la Termap, mientras otro reducido grupo permanecía fuera. Fueron brutalmente reprimidos: esta vez combinando la intervención de los cuerpos de seguridad de las petroleras con la de 400 gendarmes. Los grupos de seguridad de la petrolera actuaron como bandas paramilitares. Así es como Repsol trató a sus extrabajadores en Caleta Olivia. Hubo 36 detenidos más, golpes, heridos de consideración... y en comisaría torturas. La movilización de los trabajadores y el pueblo fue inmediata y reiterada. Sin embargo, el juez dejaba pasar el tiempo manteniendo por pasiva la negativa de excarcelación de 6 compañeros.
El día 23 de noviembre, en pleno proceso de acuerdos entre el gobierno de Kirchner, Estados Unidos, las petroleras y el FMI-, el juez de Caleta Olivia confirmó la prisión preventiva de las seis personas detenidas y el procesamiento de otras 44 como parte de la misma causa. A la espera de juicio, los dirigentes de los movimientos sociales quedaron presos casi un año.

4. Oligopolio repsoliano

La ley de hidrocarburos en Argentina es tremendamente beneficiosa para las transnacionales. Comparando con Bolivia, en conflicto social permanente desde la guerra del gas de 2003 por un reclamo popular de elevar las regalías del 18% al 50% -que de todos modos pareció insuficiente- sorprende conocer que en la Argentina privatizada, desprendida de YPF que alimentaba la mitad del Tesoro General de la Nación, las regalías no superan el 12%. Según fuentes reservadas de la Secretaría de Energía de Neuquén, “en realidad es menos de un 11% , porque las empresas se aventajaron de descuentos como el reconocimiento del flete , el tratamiento y acondicionamiento del producto y otros.” Además hay condiciones expresas para el contrabando. Durante el gobierno de Felipe Sapag ( 1995-1999) se instalaron controladores volumétricos en los gasoductos terminales y oleoductos, pero cuando llega Sobisch ordena ignorarlos. ¿Qué motivos tenía el gobernador para no reconocer los aparatos una vez la inversión pública ya estaba realizada? Según las empresas, no es necesario un control estatal de la producción, porque durante el proceso, existe un “auto-control natural” de los volúmenes. Eso es: una petrolera “A” produce 1.000 barriles de petróleo en la planta de producción, una transportadora “B” recibe los 1.000 barriles y los manda a la empresa portuaria “C”, que recibe 1.000 barriles. Todo auto-controlado por las propias reglas de juego del mercado. Pero qué sucede cuando Repsol es a la vez la empresa productora, y socia de las empresas transportadora y portuaria? No hay un mecanismo natural de control, porque ha habido una concentración vertical. Repsol tiene un oligopolio energético en Argentina y como las regalías se cobran en base a una declaración jurada, existen condiciones óptimas para el contrabando. A parte, existen otros mecanismos más sofisticados para estafar al estado en la fase de comercialización, como falsear la calidad del petróleo, el índice WTI (un indicador del precio basado en un promedio del petróleo de Texas), los descuentos...

5. Impunidad ambiental en Loma de la Lata

Cuando la impunidad afecta a los derechos civiles tan elementales como la vida, no sorprende que las compañías petroleras, que mantienen la mitad del presupuesto público, disfruten de una impunidad ambiental en sus operaciones. Desde 1982, YPF explotaba el yacimiento Loma de la Lata, un bloque de 33.000 hectáreas con más de 100 pozos, siendo el primer productor de gas de Argentina. En el interior de esta tupida maraña de rutas camioneras, planchadas con pozos, caños (oleoductos, gasoductos, poliductos), piscinas de crudo, depósitos y otra infraestructura petrolera, habitan desde mucho antes las comunidades mapuches de Kaxipayiñ y Paynemil, que ocupan 440 hectáreas aisladas al interior del lote petrolero.
En 1995, una familia de la comunidad Paynemil, perfora un pozo de agua para consumo y se encuentra que había gasolina en lugar de agua. La piscina de residuos de producción de un pozo petrolero cercano a la casa había contamintado la napa freática. En diciembre de 1996, los análisis de la subsecretaría de salud revelan altas concentraciones de mercurio y plomo entre otros en el agua subterránea, la cual “no se puede hervir porque se concentra la toxicidad ni poner lavandina porque puede crear nuevos complejos químicos”. Unos meses antes, mayo de 1996, las comunidades mapuches, junto con la Universidad del Comahue elevan una denuncia por contaminación a seis organismos oficiales; Provincia, Nación, Secretaría de Energía, Poder Ejecutivo con copias al Congreso y a la Defensoría del Pueblo. El litigio llegó a las tres instancias judiciales , siempre favorables a la comunidad, obligando al Estado el suministro de agua. Sin embargo, la contaminación perduraba, así que agotadas las instancias nacionales se eleva la queja a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El caso Nº 12.010 ante la CIDH obligó al gobierno de Neuquén a suministrar agua potable a los pobladores de Kaxipayiñ y Paynemil. Luego Repsol construyó una planta potabilizadora que sólo hace un tratamiento biológico del agua, pero no elimina la contaminación química. Se le echa cloro al agua pero los hidrocarburos permanecen.
Mientras tanto, la demanda civil de 404 millones de dólares para la reparación ambiental de las comunidades sigue un lento camino judicial en los despachos provinciales. Repsol recurrió para que la jurisdicción sea federal, pero la alegación fue desestimada.
El conflicto de las comunidades mapuches ha sido aletargado con el cobro de servidumbres y la esperanza de una resolución judicial. Mientras tanto, las napas freáticas de Kaxipayiñ y Paynemil siguen contaminándose de condensados de gasolina, producto de la “sobreexplotación de un campo gasífero de condensación restringida, muy sensible a los cambios de presión y temperatura”- anota un empleado de la Secretaría de Energía de Neuquén y añade “ Por la búsqueda de beneficios a corto plazo, Repsol está derrochando un recurso como la gasolina, que termina convirtiéndose en problema por mal manejo de la empresa por la permisividad administrativa”.

Fuente: Fragmentos del libro "Viaje a Repsolandia", publicado en 2006

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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148164

lunes, 16 de abril de 2012

El sinsentido de la austeridad europea

En un texto escrito especialmente para Página/12, el autor afirma que la tragedia griega aparecerá como un episodio menor dentro de la crisis europea. Sostiene que las políticas de ajuste que impulsa Alemania están llevando a los países del bloque al suicidio. Por Sergio Cesaratto

Opinión

La crisis financiera europea no terminó, acaba de comenzar. En el largo plazo, la tragedia griega aparecerá como un episodio menor. No es difícil para los argentinos comprender el origen de la crisis, aunque es sorpresivo por qué una de las regiones más ricas del mundo y una referencia global para el crecimiento con equidad social se está suicidando al adoptar medidas de austeridad que profundizan la crisis.
La Unión Monetaria Europea (EMU, por sus siglas en inglés) nació de un diseño político francés que pretendía atar para siempre el destino de la Alemania post-unificación a Europa occidental. De otro modo, la nueva Alemania hubiera mirado hacia el este, como lo hizo de todas formas al convertirse en el eje manufacturero de Europa del este, hacia donde descentralizó sus producciones de menor valor agregado. Al participar de la EMU, Italia y otros países apuntaron a importar la disciplina fiscal, monetaria y laboral alemana.
Los economistas de Estados Unidos alertaron a los europeos que la EMU no era un “área monetaria óptima”, ya que era muy heterogénea en términos económicos, culturales y lingüísticos. Las elites europeas lo vieron como una conspiración norteamericana para impedir el nacimiento de una nueva divisa internacional. Sea lo que fuera, lo que sucedió entre 1999 y 2008 es una historia conocida para los argentinos. La liberalización financiera y la fijación del tipo de cambio generaron enormes flujos financieros desde el “núcleo” europeo –Alemania, Holanda, Austria y Finlandia– hacia la “periferia” –fundamentalmente, España, Grecia e Irlanda–. Estrictamente, Francia e Italia no pertenecen a ninguno de los grupos, la industria manufacturera italiana se ubica segunda sólo por detrás de Alemania y esto evidencia las diferencias entre Italia y España. Los flujos de capitales condujeron a un boom de la construcción en Irlanda y España e impulsaron el despilfarro del gobierno en Grecia. Esto condujo a un efímero crecimiento en esos países, acompañado por una inflación relativamente elevada y la consecuente pérdida de competitividad. Las cuentas externas se volvieron negativas y acumularon un enorme caudal de deuda, principalmente con Alemania.
Asimétricamente, desde fines de la década del 90, bajo el gobierno social- demócrata del canciller Schroeder, Alemania adoptó una política mercantilista de moderación salarial y fiscal junto con flexibilización laboral. Por un lado, comprimía la demanda doméstica y la inflación y, por el otro lado, financiaba la demanda agregada en la periferia. Esto se convirtió en la desembocadura del modelo de crecimiento alemán basado en las exportaciones.
El único problema es que la periferia acumuló enormes cantidades de deuda externa sin tener la capacidad para, eventualmente, terminar con los desbalances devaluando sus monedas, como hizo Argentina en 2002 o Italia en 1992, luego de los desequilibrios creados por el Sistema Monetario Europeo en los 80. A fines de 2009, los mercados financieros comenzaron a dudar de la solvencia de las economías periféricas. La crisis golpeó a Grecia, Irlanda, Portugal en 2010 y a la tercera y cuarta economía de la EMU, España e Italia en 2011. Como consecuencia de la caída en los ingresos fiscales y el rescate público del sector bancario en países como Irlanda y España, los problemas de deuda privada se convirtieron en un problema de deuda pública.
La respuesta europea ha sido caracterizada históricamente por ser sistemáticamente “muy chica, muy tarde”. Los fondos de emergencia europeos fueron concebidos para evitar el default de los gobiernos periféricos. Sin embargo, hay un inconveniente: una parte significativa de esos recursos viene de los mismos países que necesitan el financiamiento, un círculo vicioso. Contra el deseo de Alemania, el Banco Central Europeo (BCE) tuvo una tímida intervención para sostener las deudas soberanas periféricas, pero sólo lo suficiente para evitar el colapso de la EMU y no para mantener en niveles sostenibles las tasas de interés sobre esas deudas (los dos miembros alemanes del directorio del BCE renunciaron en protesta durante 2011).
Los alemanes se oponen a que el BCE actúe como prestamista de última instancia para los países y bancos, la principal razón por la cual fueron creados los bancos centrales. La idea de un banco central que coopere democráticamente con la política fiscal fue parte de la reciente reforma del Banco Central argentino. Pero los líderes alemanes, los gobernantes demócratascristianos y la oposición socialdemocrata, comparten, consciente o inconscientemente, un diagnóstico errado de la crisis europea. En nombre de un inexistente peligro inflacionario, rechazan el accionar firme del BCE para calmar a los mercados al actuar como el máximo garante/protector de las deudas periféricas. Es más, Alemania impuso medidas de austeridad fiscal sobre la periferia argumentando que el derroche fiscal es el responsable de la crisis.
El resultado es una situación económica y social en deterioro. Alemania espera sobrevivir, a pesar de la caída de los mercados periféricos europeos, mirando hacia las economías emergentes. La única acción efectiva fue tomada en diciembre pasado por el titular del BCE, Mario Draghi, nuevamente con la oposición alemana, al prestarle a los bancos europeos un billón de euros por tres años a una tasa de uno por ciento con la expectativa de que una parte se utilice para sostener las deudas soberanas. Esa operación sirvió como alivio de corto plazo, pero ahora los bancos tienen más bonos de deuda, una situación nada tranquilizadora dado que las causas que generaron la crisis siguen presentes.
Los países europeos están en un escenario kafkiano: locos si se quedan, locos si se van. Por un lado, el quiebre de la Eurozona devastará al sistema financiero global, dado que cualquier país endeudado entrará en default al mismo tiempo. Por otro lado, Alemania se opone a la solución más razonable: permitir que el BCE sostenga la deuda europea, impulsar la demanda interna alemana permitiendo que los salarios y el gasto fiscal aumenten, implementar un enorme Plan Marshall europeo para la periferia emitiendo eurobonos.
Este es el triste final de una linda historia europea de construcción de una sociedad justa y eficiente. Tal vez, cuando las cosas empeoren, incluso para los alemanes, el fracaso de la austeridad lleve a medidas más progresivas. Sin embargo, eso no compensará el sufrimiento innecesario que imponen las políticas vigentes sobre millones de europeos. La presión de Estados Unidos y las economías emergentes para que Alemania asuma un liderazgo regional y global y no se comporte como Suiza serían de gran ayuda.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-191938-2012-04-16.html

¿Quién es Sergio Cesaratto?


Por Tomás Lukin

Sergio Cesaratto es un economista italiano. El profesor en la Universidad de Siena es un especialista en sistemas de pensión que cuestiona las visiones neoclásicas de los esquemas jubilatorios. Sus críticas a la teoría económica dominante tienen como punto de partida a Piero Sraffa (1898-1983), un prestigioso economista de Cambridge contemporáneo y respetado por Keynes quien sostiene que el valor y la distribución no se pueden entender en términos de oferta y demanda. Para Cesaratto, las críticas de Sraffa a los neoclásicos demuestran que los precios relativos y la distribución del ingreso son un fenómeno político sujeto a la lucha de clases y por lo tanto invalidan las máximas macroeconómicas dominantes, como la tendencia al pleno empleo.
Cesaratto estuvo en Argentina en marzo de este año para participar del Congreso Heterodoxo que organizó la Universidad de Quilmes. Su visita coincidió con la aprobación de la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central: “Con la reforma, el estatuto del Banco Central pasa de monetarista a keynesiano, un sueño frente a la pesadilla europea. El Estado y la democracia son soberanos y no una falsa teoría económica”, sostuvo desde su blog Política & Economía.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/191938-58649-2012-04-16.html

viernes, 13 de abril de 2012

CUANDO LOS EMERGENTES DISEÑAN EL NUEVO MUNDO LOS BRICS Y LA CAÍDA DE OTRO MURO



Raúl Zibechi*

El sistema creado en Bretton Woods hace siete décadas está a punto de colapsar. No se trata de un hundimiento abrupto sino de la lenta erosión de su legitimidad y de la capacidad para dirigir los asuntos globales. En su lugar viene pugnando por nacer un nuevo orden cuyos cimientos comenzó a construir la IV Cumbre de los BRICS en Nueva Delhi.
Vivimos un parteaguas, asegura el historiador Paul Kennedy. “Mientras ocurre, son muy pocos los contemporáneos que se dan cuenta de que han entrado en una nueva era”, escribió en un artículo titulado, precisamente, “¿Hemos entrado en una nueva era?” (El País, 3 de noviembre de 2011). El historiador prefiere no abordar los cambios bruscos como las grandes guerras, sino “la lenta acumulación de fuerzas transformadoras, en su mayor parte invisibles, casi siempre impredecibles, que, tarde o temprano, acaban convirtiendo una época en otra distinta”.
En su análisis destaca cuatro “fuerzas transformadoras”. La primera es la erosión constante del dólar que pasó de representar el 85 por ciento de las divisas internacionales para situarse en el entorno del 60 por ciento. Caminamos hacia un mundo en el que habrá sólo tres grandes divisas de reserva: el dólar, el euro y el yuan. La segunda es la parálisis del proyecto europeo. La tercera es el ascenso de Asia que supone el fin de “500 años de historia” hegemonizada por Occidente. La cuarta es la decrepitud de las Naciones Unidas.
La mirada larga del historiador podría ser complementada con el tiempo corto del análisis estratégico como el que esboza el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP) en el análisis de las tendencias globales del último año: “En marzo de 2011 todavía estábamos en el mundo unipolar post 1989. En marzo de 2012 ya estamos en el mundo multipolar post crisis que vacila entre confrontaciones y colaboraciones” (Geab No. 63, 17 de marzo de 2012). En suma, estamos parados sobre una coyuntura de cambios profundos que dejarán su impronta en el mundo del siglo 21.
La IV Cumbre del BRICS realizada el 28 y 29 de marzo en Nueva Delhi, es uno de los núcleos del cambio ya que encarna una de las más potentes fuerzas transformadoras que refiere Kennedy. Los jefes de Estado Dilma Rousseff (Brasil), Dmitri Medvedev (Rusia), Hu Jintao (China) y Jacob Zuma (Sudáfrica) y el primer ministro Manmohan Singh (India) decidieron comenzar a trabajar para crear un banco de desarrollo de los cinco países que es un reflejo del peso adquirido por el grupo en la economía mundial pero también una reacción ante la negativa de los Estados Unidos y la Unión Europea de soltar el control del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
Los cinco emergentes, a los que pueden sumarse en un futuro Turquía, Indonesia e Irán, buscan transformar a sus países en alternativa a las instituciones mundiales dominadas por países occidentales y transformar su creciente poder económico en influencia política y diplomática. La creación de un “banco del BRICS” permite a los países contar con recursos para obras de infraestructura y contar con instrumentos de crédito para afrontar crisis financieras como las que afronta Europa.

El Yuan despliega sus alas

En los últimos meses el yuan ha sido aceptado por varios países como moneda para intercambio bilateral en sustitución del dólar. En diciembre China y Japón acordaron eliminar gradualmente el dólar en los pagos mutuos para utilizar las monedas nacionales (yen y yuan) en el comercio bilateral. Más importante aún, Japón decidió comprar bonos chinos nominados en yuanes. Ambas decisiones, tomadas en diciembre de 2011, tienden a acelerar la conformación de una zona de libre comercio asiática en la que participarán nada menos que la segunda y la tercera economías del mundo, además de Corea del Sur.
Acuerdos similares de intercambio en monedas locales estableció China con Rusia y Bielorrusia, pero ahora también con Australia, un país que al igual que Japón se considera en la zona de influencia de Estados Unidos. Los bancos centrales de Australia y China firmaron el acuerdo para comerciar en yuanes y dólares australianos con el objetivo de fortalecer los lazos económicos. Para China es otro paso importante en la internacionalización del yuan que, según el HSBC, una de las mayores instituciones financieras del mundo, se convertirá para 2015 en una de las tres principales monedas globales (Russia Today, 23 de marzo de 2012).
Las empresas chinas ya usan el yuan en intercambios con sus socios en 181 países, sobre todo en Asia, Oriente Medio y América Latina. Aunque el dólar aún representa el 60 por ciento de las reservas internacionales, en Asia no llega al 50 por ciento pese a que los principales tenedores de esa divisa son China y Japón. En la región, la más próspera del mundo, la preferencia es por el oro.
En la misma dirección, China viene modificando radicalmente sus reservas, que superan los 3, 2 millones de millones de dólares. Hasta 2006, el 74 por ciento de sus reservas estaban en dólares, pero a partir de ese año comenzaron a descender lentamente, hasta que en 2011 cayeron aceleradamente hasta el 54 por ciento (Geab No. 63). No sólo los chinos toman recaudos ante la pérdida de valor del dólar; los bancos europeos abandonaron sus préstamos en esa moneda ante la creciente volatilidad del mercado de divisas.
En el marco de la IV Cumbre, el Banco de Desarrollo de China se dispone a firmar un acuerdo con el BRICS para ampliar a esos países los préstamos en yuanes, lo que supone un paso importante en la internacionalización de esa moneda (Russia Today, 9 de marzo de 2012).
El bloque que representa el 41 por ciento de la población mundial, casi el 20 por ciento del PIB y la mitad de la reservas en divisas y oro, parece haber apostado al yuan como su paraguas monetario frente a un dólar cada vez más devaluado.

La imposible hegemonía China

La decisión supone traspasar una línea de no retorno. Que ese paso lo den China y Rusia, dos potencias nucleares que no temen el enorme poderío militar de Washington, no es algo que pueda llamar la atención. Que lo hagan India y Brasil, es diferente. Jaipal Reddy, ministro de Petróleo de India, desafió las presiones estadounidenses al afirmar que su país seguirá importando petróleo de Irán y llamó a Occidente a entender “las necesidades” de su país (Russia Today, 26 de marzo de 2012).
India acaba de anunciar la compra de 126 cazabombarderos Rafale, fabricados por la francesa Dassault, dejando de lado la oferta de la estadounidense Boeing. Brasil tiene aparcada desde 2009 la compra de 36 cazas en la que compiten el F-18 de Boeing, el Rafale y el Gripen de la sueca Saab. Hace más de dos años Luiz Inacio Lula da Silva había anunciado su preferencia por el avión francés, aún siendo más caro que el de Boeing, ya que Francia asegura un completo traspaso de tecnología que le permitiría a la brasileña Embraer iniciar su producción en serie.
Las presiones de la Casa Blanca a favor del caza de Boeing forzaron al gobierno de Lula y luego al de Dilma Rousseff a aplazar la compra. Sin embargo, la decisión de India, primer país del mundo que compra el caza francés, puede facilitar la decisión de Brasil. Algunos van más lejos y apuntan, como el director del sitio Defesanet, Nelson During, que Brasil e India pueden resucitar “un viejo proyecto debatido en 2002 de producir un avión conjuntamente”, que en esa época era el Mirage francés (AFP, 26 de marzo de 2012)
La decisión estratégica de Brasil puede estar muy cerca y todo apunta a la compra de los Rafale, sobre todo luego del desaire recibido por Washington que suspendió el contrato que había ganado la brasileña Embraer para la compra de 20 aviones se ataque Super Tucano por 355 millones de dólares para la fuerza aérea de Estados Unidos. Si la Embraer lograba “ingresar” en el selecto grupo de proveedores de la principal fuerza aérea del mundo, se hubiera consolidado como industria aeronáutica militar.
Esta vez la cancillería brasileña no pudo ocultar su desagrado “en especial por el momento y la forma” de la decisión, semanas antes de la visita oficial de Rousseff a Washington. Pero el dato mayor es otro: la cancillería asegura que esa decisión “no contribuye a la profundización de las relaciones entre los dos países en materia de defensa” (Valor, 2 de marzo de 2012).
Por su parte, la subsecretaria de Asuntos Políticos de la cancillera brasileña, Maria Edileuza Fontenele Resis, recordó que en 2012 los BRICS “serán responsables del 56 por ciento del crecimiento global cuando el G7 (Alemania, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón, Italia y Canadá) será apenas responsable por el 9 por ciento del crecimiento”. Destacó que el intercambio entre los cinco emergentes creció de 27 mil millones de dólares en 2002 a 250 mil millones en 2011 e insito en que además el bloque presenta una “notable convergencia” de posiciones en aspectos destacados de la agenda internacional como la situación n Oriente Medio y el norte de África (Xinhua, 22 de marzo de 2012).
Pero el bloque BRICS presenta enormes dificultades para su consolidación. La principal, además de sistemas políticos, economías y objetivos diferentes, consiste en el rechazo a la política de exportaciones baratas de China que genera desindustralización en países como India y Brasil. China aparece empeñada en revisar el injusto sistema de Bretón Woods (que creó la actual arquitectura financiera global) pero se niega a aceptar una ampliación de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, y muy en concreto rechaza e ingreso de países asiáticos, lo que la lleva a chocar con India.
Para superar las dificultades que imponen las contradicciones anotadas, sumada a la dificultad de convertirse en un bloque dada su dispersión geográfica, es que se han concentrado en el objetivo común de buscar alternativas al dólar, un problema que aqueja a todas las economías emergentes. Puede decirse que la frustración generada por la especulación financiera ha sido uno de los principales factores de cohesión del BRICS, como apunta el profesor de estudios estratégicos Brama Chellaney, del Centro de Investigaciones Políticas de Nueva Delhi (Valor, 23 de marzo de 2012).

Sudamérica tiene la palabra

“No queremos el dinero de los países ricos”, le dijo Dilma a la canciller Angela Merkel en su reciente visita a Alemania. Criticó “el tsunami de liquidez” creado por los países ricos para levantar una barrera proteccionista que terminarìa hundiendo a la industria de los países emergentes: “La salida que ellos encontraron para enfrentar los problemas es una manera clásica, conocida, de exportar la crisis. Cuando el compañero Mario Draghi (ironía por el italiano que preside el Banco Central Europeo y proviene del sector financiero privado) dice que ‘vamos a echar a rodar la maquinita que hace dinero', está inundando los mercados con dinero. ¿Y qué hacen los inversores? Toman préstamos a tasas bajísimas, en algunos casos hasta negativas, en los países europeos y corren a Brasil para aprovechar lo que los especialistas denominan arbitraje, que, grosso modo, es la diferencia entre las tasas de interés de allí y de aquí. Entonces, Brasil no puede permanecer paralizado ante eso. Tenemos que actuar. Tenemos que actuar defendiéndonos, cosa bastante distinta del proteccionismo” (Pagina 12, 28 de marzo de 2012).
Los pasos que vaya a dar Brasil serán decisivos para la región sudamericana. El agravamiento de la crisis financiera mundial en el tercer trimestre de 2011 ha elevado las cautelas en el gobierno de Dilma. Las previsiones globales para 2012, según el LEAP, advierten sobre “cinco tormentas devastadoras”: recaída de la crisis en Estados Unidos en un marco de estancamiento europeo y desaceleración de los BRICS, alza de las tasas de interés y callejón sin salida para las deudas de los bancos centrales, tempestad en los mercados de divisas, posible agravamiento de la tensión en torno a Irán y nueva quiebra de los mercados y de las instituciones financieras (Geab No. 63).
Puede parecer catastrofista, pero en Brasil no creen que sea un diagnóstico exagerado. “La crisis es seria y puede llevar a una ruptura política y social”, advirtió Dilma hace seis meses (Valor, 22 de setiembre de 2011). Para la presidenta se superonen crisis económica, de gobernanza y de coordinación política. En la misma línea se pronunció en su momento Antonio Delfim Netto, ministro de Hacienda de la dictadura militar (1964-1984) y ferviente admirador de Lula en los últimos años, quien tituló su columna “Nessun dorma” (Nadie duerma), advirtiendo que ni la FED ni el Banco Central Europeo saben qué hacer. Su consejo suena terrible: “Vamos a poner nuestras barbas en remojo y protegernos de la probable desintegración de la economía mundial” (Valor, 20 de setiembre de 2011).
¿Porqué debe concederse tanta importancia a Brasil? Simplemente, porque es el único país que se comporta como una verdadera locomotora: incluyó 40 millones de personas en apenas siete años en el mercado de consumo de las clases medias; hasta 2016 invierte 900 mil millones de dólares, más de un tercio del PIB, en 12 mil grandes obras, sobre todo en infraestructura y energía (Valor, 28 de marzo de 2012). Es la que menor exposición tiene a los avatares del comercio mundial, y que sus exportaciones representan apenas el 11 por ciento de su PIB, menos aún que las de Estados Unidos.
¿Está la región preparada para un escenario global complejo? Aún no. Hay tres caminos para enfrentar un probable escenario de desarticulación económica y guerra monetaria: seguir en el área del dólar, apostar a una moneda regional o trabajar para la internacionalización del real. La primera es apostar al status quo. La tercera no entra en los cálculos. A la vista de la experiencia europea, una moneda común sudamericana requiere niveles de consolidación de la integración que aún están muy lejanos, aunque puede llegar a ser apremiante avanzar en esa dirección.
El problema de la región son los tiempos, como lo atestigua el cansino trote del Banco del Sur.

* Raúl Zibechi, periodista uruguayo, es docente e investigador en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios colectivos sociales.

Fuente: ALAI-AMLATINA

miércoles, 11 de abril de 2012

Corralito, paredón y después....

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Metafísica contra maquinaria: Marx, Keynes, Minsky y la crisis


Alejandro Nadal

Una versión muy popular sobre los orígenes de la crisis sostiene que la avaricia condujo a los operadores del sector financiero al exceso que generó la debacle. Es una interpretación de la crisis que encuentra muchos adeptos porque permite encontrar la falla en las debilidades y vicios de unas cuantas personas. El sistema está bien, sólo que siempre hay unas cuantas manzanas podridas que todo lo echan a perder.
De entrada esta representación de la crisis tiene un problema. Se supone que el mercado es un dispositivo que se nutre del egoísmo y de la ambición individual. Como dice Adam Smith, es precisamente porque los individuos son egoístas y persiguen su interés personal que se logra una situación de armonía social en y por el mercado. De ahí su metáfora: es como si cada uno fuera guiado por una “mano invisible” y por su egoísmo terminara haciendo el bien para todos los demás. ¿Cómo es que ahora la ambición desmedida provoca las crisis?
Bueno, también se dice que la desregulación del sector bancario hizo posible la debacle. La ambición habría sido el motor, pero la eliminación de controles sobre el sector bancario y financiero abrió el camino para el despliegue de esas pasiones, trayendo consigo graves implicaciones macroeconómicas.
Pero aquí hay algo interesante. Resulta que si son las pasiones desmedidas las que engendran la crisis, entonces lo que se necesita para prevenirla es establecer los límites adecuados a tal frenesí. En el caso actual, la crisis se hubiera evitado si se hubieran puesto límites a la ambición desmedida. En síntesis, el sistema económico está bien, pero a veces algunos seres humanos lo descarrilan por su conducta malévola o torcida.
Claro, la retórica que utiliza la teoría económica busca expurgar cualquier referencia a la moral y se prefiere usar la palabra “expectativas” en lugar de “pasiones”: los agentes económicos tienen expectativas que se forman de manera más o menos racional. Y así, desde Keynes hasta Lucas, pasando por Minsky, los planes de inversión y consumo de los agentes que integran una economía se forjan a través de los esfuerzos para enfrentar la incertidumbre (Keynes) o para frustrar las intervenciones del gobierno (Lucas).
El análisis de Minsky es más sofisticado, pero descansa en la misma idea. Al igual que otros autores post-Keynesianos, Minsky ofrece un modelo más serio sobre el funcionamiento de una economía monetaria capitalista que lo que propone la teoría convencional. En su explicación sobre la dinámica de una economía capitalista, el endeudamiento y los bancos tienen un papel importante. (Aunque los lectores se sorprenderán, en los modelos de la teoría convencional, la que es utilizada para hacer la apología del neoliberalismo, los bancos no aparecen por ningún lado. Sí, así como lo leyeron: en los modelos de los economistas del sistema, ni los bancos, ni el endeudamiento tienen el lugar que merecen. Pero me estoy desviando del tema).
Aquí lo importante es destacar que en el modelo de Minsky sobre las crisis financieras el papel de las expectativas es crucial. En las fases de tranquilidad en una economía capitalista, los agentes económicos, empresarios en la economía real o prestamistas en el sector financiero encuentran que sus expectativas sobre la evolución favorable de la economía se están confirmando. Proceden a corregirlas al alza y eso conduce a la apreciación de sus activos, lo que les permite mayor apalancamiento y endeudamiento. Y eso conduce nuevamente a nuevas correcciones en su conducta como tomadores de riesgo y así sucesivamente. Pero poco a poco el proceso se agota y arranca un proceso de deflación. Es la crisis y en su desarrollo, el componente subjetivo (la formación de expectativas) desempeña un papel fundamental.
Existe otra visión sobre los descalabros que sufren las economías capitalistas. En ella el sistema económico conduce a la crisis independientemente de la formación de expectativas o de las motivaciones de la conducta de los agentes. En esta percepción el sistema económico es como una maquinaria cuyas contradicciones internas imprimen el dinamismo que conduce a las crisis. No se trata aquí de saber qué pasa cuando los agentes abrazan pronósticos más o menos optimistas sobre el futuro de la economía, o cuando se equivocan en sus anticipaciones. La economía funciona de tal manera que la crisis es inevitable, cualquiera que sea el proceso y el resultado de la formación de expectativas.
Es a lo que conduce el análisis de Marx. Las contradicciones del capitalismo, y en especial la lucha de clases, son la incubadora de la(s) crisis, independientemente de las motivaciones y expectativas de los agentes. Ni el sub-consumo, ni la sobre producción son suficientes para detener permanentemente el proceso de acumulación capitalista. En cambio, la ley tendencial sobre la caída de la tasa de ganancia erige una barrera para la expansión del capital que solamente puede resolverse en y a través de la crisis. Esa ley se manifiesta sin implicar una referencia a las anticipaciones de los agentes.
Es cierto que hay paralelismos entre el análisis de Keynes-Minsky y de Marx. Sin duda sus análisis son complementarios y desembocan claramente en la misma conclusión: una economía capitalista es inherentemente inestable. Keynes diría que, además, es capaz de mantener niveles socialmente inaceptables de desempleo durante mucho tiempo. Por eso es necesaria la acción del gobierno y se abre el debate sobre los diferentes méritos de la política fiscal versus la monetaria, etc. Pero la diferencia profunda entre Marx y Keynes-Minsky es que en el primero no hay manera de evitar la crisis. El capitalismo no es sólo ‘inherentemente inestable’, sino que es sinónimo de desigualdad y crisis. La salida no es una regulación adecuada o una intervención eficaz, sino la transición a un sistema socialmente deseable.


Fuente:  Sin Permiso

Por qué hay que anular la deuda ilegítima

Damien Millet y Eric Toussaint CADTM

Traducido para Rebelión por Caty R.

La crisis sacude a la Unión Europea hasta sus cimientos. Para muchos países la soga de la deuda pública se cierra en torno a sus cuellos, presos de los mercados financieros. Con la complicidad activa de los gobiernos, de la Comisión europea, del Banco Central Europeo y del FMI, las instituciones financieras que originaron la crisis especulan con las deudas de los Estados y exigen el reembolso al precio de una austeridad salvaje. Se ha lanzado una ofensiva brutal contra una serie de derechos económicos y sociales de la mayoría de la población.
La reducción de los déficit públicos no debe hacerse reduciendo los gastos públicos sociales, sino por medio del incremento de los ingresos fiscales, la lucha contra el fraude fiscal y gravando más el capital, las transacciones financieras, el patrimonio y las rentas de los ricos. Para reducir el déficit es necesario también reducir radicalmente los gastos producidos por el reembolso de la deuda pública, cuya parte ilegítima se debe anular. El recorte de los gastos debe aplicarse también al presupuesto militar, así como a los gastos socialmente inútiles y peligrosos para el medio ambiente. A cambio es fundamental incrementar los gastos sociales, en particular para paliar los efectos de la depresión económica. También se deben incrementar los gastos en las energías renovables y en determinadas infraestructuras como los transportes públicos, los centros educativos o los centros públicos de salud. Una política de relanzamiento por la demanda pública y por la demanda de la mayoría de los hogares también generará una mayor recaudación de impuestos. Pero, más allá, la crisis debe ser la oportunidad de romper con la lógica capitalista y de realizar un cambio radical de sociedad. La nueva lógica que hay que construir deberá dar la espalda al productivismo, incluir el factor ecológico, erradicar las diferentes formas de opresión (racismo, patriarcado…) y promover la propiedad común.
Para eso es necesario construir un amplio frente anticrisis, tanto a escala europea como local, con el fin de agrupar las energías para crear una relación de fuerzas favorable a la puesta en práctica de soluciones radicales centradas en la justicia social y climática. La realización de una auditoría de la deuda pública efectuada bajo control ciudadano, combinada con una suspensión unilateral y soberana del reembolso de la deuda pública, permitirá llegar a la anulación o repudio de la parte ilegítima de la deuda pública y a una fuerte reducción del resto de la deuda.
En primer lugar no hay que mantener las lealtades a la deuda decididas por los acreedores, en particular debido a las severas contrapartidas que implican. El plan de reducción de una parte de la deuda griega que se ha puesto en marcha en marzo de 2012 se condiciona a la aplicación de otra dosis de medidas que pisotean los derechos económicos y sociales de la población griega y la soberanía del país (1). Según un estudio realizado por la Troika, a pesar de la reducción de la deuda concedida por los acreedores privados, el endeudamiento público de Grecia llegará ¡al 164% del PIB en 2013! (2). Por lo tanto hay que denunciar la operación de reducción de la deuda griega tal como se está haciendo en la actualidad y oponer una alternativa: la anulación de la deuda, es decir, su repudio por parte del país deudor, es un acto soberano unilateral muy fuerte.
¿Por qué el Estado endeudado debe reducir radicalmente su deuda pública procediendo a la anulación de las deudas ilegítimas? En primer lugar por razones de justicia social, y además por razones económicas que todos y cada uno pueden comprender y hacer suyas. Para salir bien de la crisis no es suficiente el relanzamiento de la actividad económica gracias a la demanda pública y de las familias. Porque si nos conformamos con ese tipo de política del relanzamiento unida a una reforma fiscal redistributiva, los ingresos fiscales suplementarios serían absorbidos ampliamente por el reembolso de la deuda pública. Las contribuciones que se impondrían a los más ricos y a las grandes empresas privadas se compensarían con largueza con la renta que sacan de las obligaciones del Estado de las cuales son, con mucho, los principales poseedores y beneficiarios (razón por la cual no quieren oír hablar de anulación de la deuda).
Por lo tanto está claro que es necesario anular una gran parte de la deuda pública. La amplitud de esa anulación dependerá del grado de conciencia de la población víctima del sistema de la deuda (a ese nivel, la auditoría ciudadana desempeña un papel crucial), de la evolución de la crisis económica y política y sobre todo de las relaciones de fuerza concretas que se construyan en la calle, en las plazas públicas y en los centros de trabajo a través de las movilizaciones actuales y futuras. En algunos países como Grecia, Portugal, Irlanda y Hungría, la cuestión de la anulación de la deuda es un asunto de plena actualidad. Para España e Italia está a punto de serlo. Y pronto este tema será un punto central del debate político en muchos países.
Las naciones que ya están sometidas al chantaje de los especuladores, del FMI y de otros organismos como la Comisión Europea, conviene que recurran a una moratoria unilateral del reembolso de la deuda pública. Esta propuesta se hizo popular en los países más afectados por la crisis. A finales de noviembre de 2010 en Dublín, una encuesta realizada a 500 personas indicaba que el 57% de los irlandeses encuestados se pronunció a favor de suspender el pago de la deuda (default, en inglés) antes que por la ayuda de emergencia del FMI y de Bruselas. «Default!, say the people» (¡Suspensión!, dice el pueblo) titulaba el Sunday Independent, principal semanario de la isla. Una moratoria unilateral de ese tipo debe combinarse con la realización de una auditoría ciudadana de las deudas públicas que debe permitir que se suministren a la opinión pública las pruebas y los argumentos necesarios para repudiar la parte de la deuda identificada como ilegítima. Como ha mostrado en CADTM en varias publicaciones, el derecho internacional y el derecho interno de los países ofrecen una base legal para una acción de ese tipo, soberana y unilateral.
La auditoría también debe permitir que se determinen las diversas responsabilidades en el proceso de endeudamiento y que se exija que los responsables, tanto nacionales como internacionales, rindan cuentas ante la justicia. En todos los casos particulares es legítimo que las instituciones privadas y las personas de altas rentas que poseen los títulos de esas deudas soporten la carga de la anulación, porque tienen una amplia responsabilidad en la crisis, de la que por añadidura se han beneficiado. El hecho de que deban soportar esa carga solo es una vuelta justa hacia una mayor justicia social. Por lo tanto es importante crear un registro de los poseedores de títulos con el fin de indemnizar de entre ellos a las personas con rentas bajas y medias.
Si la auditoría demuestra la existencia de delitos relacionados con el endeudamiento ilegítimo, sus autores deberán ser condenados con severidad a pagar las reparaciones y no se les debe permitir que se libren de las penas de cárcel en función de la gravedad de sus actos. Hay que llevar ante la justicia a las autoridades que asumieron préstamos ilegítimos.
En cuanto a las deudas que no estén afectadas de ilegitimidad según la auditoría, convendría imponer un esfuerzo a los acreedores en términos de reducción del stock y de las tasas de interés, así como una ampliación del período de reembolso. También sería útil realizar una discriminación positiva a favor de los pequeños poseedores de títulos de deuda pública que habría que reembolsar de forma normal. Por otro lado, la parte del presupuesto del Estado destinada al reembolso de la deuda deberá tener un tope en función de la solvencia económica, la capacidad de los poderes públicos de reembolsar y el carácter irreducible de los gastos sociales. Podemos inspirarnos en lo que hizo Alemania después de la Segunda Guerra Mundial: El acuerdo de Londres de 1953, que consistía en particular en reducir el 62% del stock de la deuda alemana, estipulaba que la relación entre el servicio de la deuda y los ingresos de las exportaciones no debía sobrepasar el 5% (3). Se podría establecer una ratio de este tipo: la suma asignada al reembolso de la deuda no puede exceder el 5% de los ingresos del Estado.
También es necesario crear un marco legal para evitar que se repita la crisis que empezó en 2007-2008: prohibición de socializar las deudas privadas, obligación de organizar una auditoría permanente de la política de endeudamiento público con participación ciudadana, imprescriptibilidad de los delitos relacionados con el endeudamiento ilegítimo, anulación de las deudas ilegítimas, adopción de la regla de oro de que los gastos públicos que permiten garantizar los derechos humanos fundamentales son irreducibles y están por encima de los gastos relativos al reembolso de la deuda…
Los caminos alternativos no faltan.

Notas

(1) Véase http://www.cadtm.org/Le-CADTM-denon...
(2) Véase Les Echos, http://www.lesechos.fr/economie-pol... . Ver también Reuters, http://www.reuters.com/article/2012...
(3) Éric Toussaint, Banque mondiale…, op. cit., capítulo 4.

Damien Millet (profesor de Matemáticas, portavoz de CADTM France, www.cadtm.org ) y Eric Toussaint (doctor en Ciencias Políticas, presidente de CADTM Bélgica, miembro del Consejo científico de ATTAC France) han escrito AAA , Audit, Annulation, Autre politique , Seuil, 2012. También dirigieron el libro colectivo La Dette ou la Vie, Aden-CADTM, 2011, que recibió el premio del Libro Político en la Feria del Libro Político de Liège en 2011.



Fuente: http://www.cadtm.org/Pourquoi-annuler-la-dette

Si nos os rendís ahora os bombardearemos más adelante



Pepe Escobar
Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El expresidente de EE.UU. George W. Bush emitió un ultimátum a Sadam Hussein antes de bombardear e invadir Irak.

Nueve años después, el presidente de EE.UU. Barack Obama ha emitido un ultimátum a los dirigentes de Teherán Teherán antes de… establecer condiciones óptimas para un ejercicio de “todas las opciones sobre la mesa”.
Obama ofrece a Teherán la “negociación” de su programa nuclear, antes de las muy retardadas conversaciones entre los "Seis de Irán" (P5+1, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -EE.UU., Reino Unido, China, Rusia y Francia, más Alemania) e Irán programada para el sábado en Estambul.
Para comenzar, no es una oferta; es una lista de exigencias, incluso antes de que tenga lugar ninguna negociación. Y esas concesiones “a medio plazo” están embaladas –según la propia retórica del presidente– como una “última oportunidad”.
En los tiempos modernos, esto se solía considerar un ultimátum. En la era post-todo se considera la "diplomacia internacional".
Obama quiere que Teherán cierre y de hecho destruya la planta de enriquecimiento Fordow, construida bajo una montaña en las afueras de la ciudad sagrada de Qom; quiere que Teherán renuncie definitivamente y “entregue” todas sus reservas de uranio enriquecido al 20%; que detenga todo tipo de enriquecimiento, incluso hasta un inofensivo 5% (lo que significa que Irán renuncie a todo su programa nuclear civil, al cual tiene derecho según el Tratado de No Proliferación Nuclear); que permita el pleno acceso de los inspectores del organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a todas las instalaciones nucleares iraníes (ya lo tienen); y que permita que los inspectores hablen con todos los máximos científicos nucleares iraníes (no es exactamente posible; bastantes han sido asesinados por el Mossad israelí).
Por lo tanto, bienvenidos a la escuela de diplomacia de “date la vuelta y muérete” tal como ha sido perfeccionada por el gobierno de Obama, con una contribución vital del lobby de Israel en Washington. Es nuestro lado de la carretera. Y la carretera es al infierno, al sonido de “Bombardead, bombardead Irán”.

Otra guerra para el 1%

No es sorprendente que los proverbiales “funcionarios israelíes” estén deleitados de que Irán –a través de su Ministerio de Exteriores– haya rechazado esas exigencias como “irracionales”; para Tel Aviv, la respuesta iraní es “buena”.
“Buena” quiere decir que la lista de exigencias significa el inevitable fracaso de las conversaciones, que es el núcleo de la estrategia israelí. Después Obama podrá utilizar (lo utilizará) el fracaso como la excusa perfecta para aplicar sanciones aún más duras y quién sabe qué más.
Durante meses todo el aparato oficial israelí ha estado lavando los cerebros de la opinión pública israelí, estadounidense y europea a favor de la guerra contra Irán por todos los medios necesarios, manipulando todo desde una absurda “amenaza existencial” a la llegada de un “segundo Holocausto”.
Ahora toda la controversia con respecto a Fordow está vinculada al sesgo israelí de otro concepto tenebroso conocido como “esfera de inmunidad”. Tel Aviv insiste en que Fordow permitirá que Irán proteja los elementos más delicados de su programa nuclear, literalmente dentro de una montaña inmune a las más poderosas bombas revienta-búnkeres GBU-28 (que Obama, a propósito, aceptó vender a Israel).
Es una tontería absoluta. Tel Aviv inventó esa cortina de humo de la “esfera de inmunidad” después de que la actividad nuclear civil ya tenía lugar en Fordow, bajo supervisión del OIEA.
Sin embargo la cola vuelve a menear al perro. Washington vuelve a actuar bajo control remoto de Tel Aviv.
Los sondeos han mostrado que una mayoría de los israelíes –¿una demostración fabulosa de altruismo?– solo quiere una guerra contra Irán si el Gran Hermano EE.UU. la encabeza (y enfrenta las peores consecuencias). Y no importa que la nebulosa de la inteligencia israelí esté dividida.
El contexto es clave. Los 500 israelíes más ricos representan un valor de aproximadamente 75.000 millones de dólares. Eso en un país con un Producto Interno Bruto de solo 205.000 millones de dólares.
Las 20 familias israelíes más ricas controlan casi la mitad del mercado bursátil. En conjunto su riqueza es un 25% superior al presupuesto de Israel de 2011. ¿Y adivináis quiénes son? Los máximos partidarios de la coalición en el poder de Likud-Ysrael Beitenu, con el primer ministro Benjamin "Bibi" Netanyahu al timón. (Ysrael Beitenu está dirigido por el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman).
Por lo tanto es la crema del 1% israelí la que quiere la guerra contra Irán, así como bastantes cucharadas de la crema del 1% de EE.UU.
La cuestión en todo este teatro de sombras de la “negociación” nuclear es vender a la opinión pública estadounidense –y mundial– la noción de que Irán vuelve a andarse con rodeos; tiene mucho que ocultar; y simplemente no se puede confiar en que participe en alguna negociación “seria”.
Los medios corporativos de EE.UU. ya han invalidado las negociaciones con los usuales misiles retóricos, lo que deleita a los belicistas de poltrona del Congreso de EE.UU. y a vastos sectores del complejo militar-industrial. Los que apoyan “Bombardead Irán” harán todo lo posible por sumar la “última oportunidad” de Obama a los ensordecedores tambores de la guerra.



Pepe Escobar es el autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge . Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com .


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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/ND11Ak02.html

miércoles, 4 de abril de 2012

El significado de las siglas según FT

Entrevista a Samir Amin

EL MUNDO VISTO DESDE EL SUR



Irene León

IL: Quisiéramos enfocar este intercambio en tres problemáticas distintas pero relacionadas: su visión del mundo y las posibilidades de cambiarlo; su propuesta conceptual y política en torno a la implosión del capitalismo y la desconexión del mismo; y el análisis del contexto mundial, visto especialmente desde el Oriente medio y África. ¿Cuál es su visión del mundo visto desde el Sur y desde una perspectiva del sur?


aminSA: Para responder esta pregunta, que no es nada sencilla, es necesario dividir el tema en 3 partes. Nos interrogaremos primeramente sobre cuáles son las características importantes y decisivas del capitalismo contemporáneo -no del capitalismo en general, sino del contemporáneo-; qué tiene de nuevo realmente; qué es lo que le caracteriza. En segundo lugar enfocaremos la naturaleza de la actual crisis que, más que una crisis, yo la defino como una implosión del sistema capitalista contemporáneo. En tercer lugar, en este mismo marco, analizaremos cuáles son las estrategias y las fuerzas reaccionarias dominantes, es decir, del capital dominante, de la triada imperialista Estados Unidos-Europa-Japón y de sus aliados reaccionarios en el mundo entero. Solamente habiendo comprendido esto, podremos dimensionar el desafío al que se enfrentan los pueblos del Sur, tanto en los países emergentes como en el resto de países.

Mi tesis sobre la naturaleza del sistema capitalista contemporáneo -que de modo más modesto la llamaré «hipótesis» porque está abierta a discusión-, es que hemos entrado en una nueva fase del capitalismo monopólico, se trata de una etapa cualitativamente nueva, pautada por el grado de centralización del capital, cuya condensación llega a tal punto que, hoy en día, el capital monopolico lo controla todo.

Claro que el concepto `capital monopólico´ no es nuevo, fue acuñado a fines del siglo XIX y, de hecho, este se desarrolló como tal, a través de distintas fases sucesivas, durante todo el siglo XX; pero es a partir de los años 1970-1980 que despunta una etapa cualitativamente nueva, pues antes existía pero no lo controlaba todo. En la actualidad, ya no existe ninguna actividad económica capitalista que sea autónoma o independiente del capitalismo monopólico, este controla todas y cada una de las actividades, aún aquellas que conservan una apariencia de autonomía. Un ejemplo, de entre muchos, es el de la agricultura en los países capitalistas desarrollados, donde es controlada por los monopolios que proveen los insumos, las semillas seleccionadas, los pesticidas, los créditos y las cadenas de comercialización.

Eso es decisivo, es un cambio cualitativo al que yo llamo de «monopolio generalizado», es decir, que se extiende a todas las esferas. Esta característica provoca consecuencias sustantivas e importantes. En primer lugar, se ha desvirtuado completamente la democracia burguesa, pues si antes se fundamentaba en una oposición izquierda-derecha, que correspondía a alianzas sociales, más o menos populares, más o menos burguesas, pero diferenciadas por sus concepciones de la política económica, en la actualidad, en Estados Unidos, por ejemplo,republicanos y demócratas, o en Francia socialistas de la corriente de Hollande y la derecha de Sarkozy, son lo mismo, o casi lo mismo. Es decir que todos están alineados a un consenso que es el mandato del capital monopólico.

Esa primera consecuencia constituye un cambio en la vida política. La democracia así desvirtuada, se ha convertido en una farsa, como se ve en las elecciones primarias de Estados Unidos. El capital monopolista generalizado ha provocado consecuencias muy graves, ha convertido a los Estados Unidos en una nación de `tontos´, es grave porque la democracia ya no se expresa.

La segunda consecuencia es que el `capitalismo generalizado´ es la base objetiva de la emergencia de lo que llamo de «imperialismo colectivo» de la triada Estados Unidos-Europa-Japón. Es un punto que afirmo con vehemencia, pues aun siendo una hipótesis estoy en capacidad de defenderla: no hay mayores contradicciones entre Estados Unidos-Europa-Japón, existe una ligera competición en el plano comercial, pero en el plano político, el alineamiento con las políticas definidas por Estados Unidos como política mundial, es inmediato. Lo que llamamos «comunidad internacional» copia el discurso de los Estados Unidos y tres minutos después aparecen los embajadores europeos, con algunas comparsas de grandes demócratas, como el emir de Catar o el rey de Arabia Saudita. La ONU no existe, esa representación de los Estados es una caricatura.

Es ésta la transformación fundamental, la transición del capitalismo monopólico al `capitalismo monopólico generalizado´, lo que explica la financiarización, porque estos monopolios generalizados son capaces, debido al control que detentan sobre todas las actividades económicas, de bombear una parte cada vez más grande de la plusvalía en todo el mundo y convertirla en la rampa monopolista, la rampa imperialista, que constituye la base de la desigualdad y del estancamiento del crecimiento de los países del Norte y de la triada Estados Unidos-Europa-Japón.

Eso me lleva al segundo punto: es este sistema que está en crisis y, más aún, no es solamente una crisis: es una implosión, en el sentido de que este sistema no es capaz de reproducirse desde sus propias bases, es decir, es víctima de sus propias contradicciones internas.

Este sistema implosiona, no porque sea atacado por el pueblo, sino a causa de su éxito, el éxito de haber logrado imponerse en el pueblo le lleva a provocar un crecimiento vertiginoso de las desigualdades, que no solamente es escandaloso socialmente sino que es inaceptable, pero termina siendo aceptado, y aceptado sin objeción; pero no es esa la causa de la implosión, sino el hecho de que no pueda reproducirse desde sus propias bases.

Eso me lleva a la tercera dimensión, que tiene que ver con la estrategia de las fuerzas reaccionarias dominantes. Cuando hablo de fuerzas reaccionarias dominantes me refiero al capital monopólico generalizado de la tríada imperialista histórica Estados Unidos-Europa-Japón, a las que se suman todas las fuerzas reaccionarias alrededor del mundo que se agrupan, de una forma u otra, en bloques hegemónicos locales, que sostienen y se inscriben en esta dominación reaccionaria mundial. Estas fuerzas reaccionarias locales son extremadamente numerosas y difieren enormemente de un país al otro.

La estrategia política de las fuerzas dominantes, es decir, del capital monopólico generalizado, financiarizado, de la tríada imperialista colectiva histórica tradicional: Estados Unidos-Europa-Japón, está definida por su identificación del enemigo. Para ellos, el enemigo son los países emergentes, es decir, China, el resto, como India, Brasil y otros, son para ellos semiemergentes.

¿Por qué China? Porque la clase dirigente china tiene un proyecto, no voy a entrar en detalles sobre la naturaleza socialista o capitalista de este proyecto, lo importante es que cuenta con un proyecto, que consiste en no aceptar los mandatos del capital monopolista generalizado financiarizado de la tríada, que se impone mediante sus ventajas: control de la tecnología, control del acceso a los recursos naturales del planeta, de los medios de comunicación, la propaganda, etc., control del sistema monetario y financiero mundial integrado y de las armas de destrucción masiva. China viene a cuestionar este orden, sin hacer ruido.

China no es subcontratista, hay sectores en China que lo son, en su calidad de fabricantes y vendedores de juguetes baratos y de mala calidad, solo porque necesitan echar mano de divisas, eso es fácil, pero no es eso lo que caracteriza a China, sino su desarrollo y la rápida absorción de tecnología de punta, su reproducción y desarrollo propio. China no es el taller del mundo, como opinan algunos. No es «made in China» (hecho en China) sino «made by China» (hecho por China), eso ahora es posible porque ellos hicieron una revolución: el socialismo construyó paradójicamente la vía que hizo posible disputar un cierto capitalismo.

Yo diría que después de China, el resto de países emergentes son secundarios. Si tuviera que calificarlos, calificaría de emergente a China con 100%, Brasil 30% y el resto de países 20%. El resto, en comparación con China, son subcontratistas, porque tienen negocios de subcontratación importantes, porque tienen un margen de negociación, hay un compromiso entre el capital monopolista generalizado financiarizado de la tríada y los países emergentes como India y Brasil y otros. No pasa lo mismo con China.

Por eso la guerra contra China figura como parte de la estrategia de la `triada´. Hace 20 años había ya estadounidenses locos que defendían la idea de declararle la guerra, porque después sería muy tarde.

Los chinos tuvieron éxito, es por eso que su política exterior es tan pacífica, y ahora Rusia entra a formar parte, junto a ellos, de la categoría de verdaderos países emergentes. Vemos a Putin, planteando la modernización del ejército ruso, intentando rehacer lo que era la armada soviética, que constituyó un verdadero contrapeso a la potencia militar de los Estados Unidos, esto es importante. No discuto aquí sobre el hecho de que Putin sea o no demócrata, o si su perspectiva es socialista o no; no se trata de eso, sino de la posibilidad de contraponer al poder de la triada.

El resto del mundo, el resto del Sur, todos nosotros, ustedes los ecuatorianos, nosotros los egipcios, y muchos otros, no contamos. Al capitalismo monopólico colectivo, nuestros países apenas le interesan por una sola razón: el acceso a nuevos recursos naturales, porque este capital monopólico no puede reproducirse sin controlar, despilfarrar los recursos naturales de todo el planeta. Es lo único que les interesa.

Para garantizarse un acceso exclusivo a los recursos naturales, los imperialistas necesitan que nuestros países no se desarrollen. El `lumpendesarrollo´, como lo definió Andre Gunder Frank, se dio en circunstancias muy distintas, pero tomo prestado el término ahora en condiciones diferentes, para describir cómo el único proyecto del imperialismo para nosotros es el no-desarrollo. Desarrollo de lo anómalo: pauperización más petróleo, crecimiento falso, o gas, madera, o lo que sea, para tener acceso a los recursos naturales y es eso lo que está a punto de implosionar, porque es lo que se ha vuelto intolerable moralmente, el pueblo no lo acepta más.

Es aquí donde se generan las implosiones, las primeras olas de implosión se originaron en América Latina, y no es producto del azar que hayan tenido lugar en países marginales, como Bolivia, Ecuador, Venezuela. No es producto del azar. Luego, la primavera árabe, ya tendremos otras olas en Nepal y otros países, porque no es algo que esté sucediendo solo en una región específica.

Para el pueblo que es protagonista de esto, el desafío es enorme. Es decir, el desafío no se da en el marco de este sistema, en el intento de trascender desde el neoliberalismo hacia un capitalismo con rostro humano, entrar en la lógica de la buena gobernanza, de la reducción de la pobreza, la democratización de la vida política, etc. porque todos esos son modos de gestionar la pauperización, que es el resultado de esta lógica.

Mi conclusión -desde una postura enfocada principalmente en el mundo árabe- es que esta no es apenas una coyuntura sino mas bien un momento histórico, que se presenta formidable para el pueblo. Me refiero a la revolución, pero aun si no quiero abusar de ese término, están dadas las condiciones objetivas para construir amplios bloques sociales alternativos anticapitalistas, hay un contexto para la audacia, para plantear un cambio radical.

URL del artículo: http://alainet.org/active/53747

La colonización de Grecia. Reportaje al economista Leonidas Vatikiotis

B. Bauzá, El Boletín


-¿Qué opina usted del canje de deuda? Por lo visto, esta operación ha sido la que ha dado luz verde al segundo paquete de ayudas, valorado en 130.000 millones de euros, para Grecia.

-El canje de deuda que ha involucrado al PSI [al sector privado] ha sido el peor escenario que se podía esperar para la evolución de la crisis de deuda griega. Es un paso muy negativo por muchas razones.

En primer lugar, este acuerdo no elimina ninguna deuda. Todo lo contrario, añade más compromiso sobre las espaldas de la gente griega. ¿Por qué? Porque han eliminado, con el canje, 103.000 millones de euros. Pero al mismo tiempo tomamos prestado 109.000 millones de euros de la zona del euro y 28.000 millones de euros del FMI [Fondo Monetario Internacional]. De esta cantidad, que en total supone 137.000 millones de euros enmarcados en el segundo paquete de rescate para el país, alrededor de 110.000 millones de euros irán a parar a los bancos. Finalmente, hay que pagar 37.000 millones más por el primer paquete de ayudas, valorado en otros 110.000 millones de euros (y del que sólo hemos usado 73.000 millones).

Así que, en total, hemos eliminado con este canje unos 103.000 millones de euros mientras que nos hemos comprometido en 174.000 millones de euros. La diferencia es de 71.000 millones de euros en contra.

Pero aún hay más. Con este canje hemos alterado el carácter de la deuda griega. Ahora le debemos dos tercios de nuestros bonos a los acreedores institucionales (los estados y el FMI). Esto deteriora la condición de Grecia y nos demuestra lo que pretendían Angela Merkel y Nicolas Sarkozy [canciller alemana y presidente galo, respectivamente]: salvar a los bancos franceses y alemanes "nacionalizando" la deuda pública griega para que los banqueros, lejos de perder dinero, lo ganen gracias a unos tipos de interés altísimos.

En tercer lugar, como condición previa, el canje de deuda tenía que venir acompañado de un plan de austeridad bestial. Es decir, que los salarios han bajado legalmente un 22%, para la gente joven un 32%, y las pensiones se han reducido entre un 20% y un 30%. Al mismo tiempo se han recortado ayudas sociales y se ha impulsado la privatización de activos públicos.

Cuarto, los nuevos bonos emitidos por Grecia a raíz del canje de deuda estarán supervisados por las leyes de Luxemburgo y Reino Unido. Esto convierte a Grecia, en parte, en un estado con una soberanía limitada, un protectorado moderno o la primera colonia de la zona del euro. Aunque puede que ya se sepa que el país, en realidad, está gobernado por la Troika [así se conoce al grupo de prestamistas integrado por el FMI, Bruselas y el Banco Central Europeo]. Los emisarios de la UE [Unión Europea] y el FMI están establecidos en todos los ministerios relevantes y en las agencias públicas mientras un emisario alemán, Horst Reichenbach, es el verdadero gobernador de Grecia, tal y como sucedía en la Segunda Guerra Mundial.

La última gran consecuencia negativa del canje de deuda es que instituciones tales como las universidades o las cámaras de comercio se verán arrastradas a la quiebra porque han perdido miles de millones de euros en la operación, ya que tenían en depósito deuda griega. También se han visto afectados los fondos de pensiones. En la otra mano, los bancos griegos, que tenían unos 50.000 millones de euros en bonos griegos, han logrado recuperar, gracias a los mecanismos de rescate europeos, todo el dinero.

-A pesar de los efectos que el canje de deuda pueda tener en Grecia, ¿qué opina usted del rol que han ejercido los seguros contra el impago de los bonos, unos productos financieros más conocidos como CDS?

-Los CDS son una apuesta, una apuesta justa especialmente para aquellos que no tengan "naked CDS" [es decir, que es justa para aquellos que posean además del CDS su equivalente en deuda griega]. Finalmente se pagaron 2.500 millones de euros en indemnizaciones, una cantidad pequeña que demuestra cómo de infundado era el terrorismo ideológico que hablaba de una hecatombe en los mercados cuando algunos griegos se mostraban en contra de pagar los bonos. [Las autoridades helenas lograron que más del 80% de los inversores privados acudiesen voluntariamente al canje de deuda, y en teoría la asistencia voluntaria en la operación anulaba el cobro del CDS].

¿Cuál puede ser la solución para Grecia llegados a este punto? ¿Deben los griegos apostar por su permanencia en el euro actualmente?

-La deuda pública griega no podía ser pagada y no debía ser pagada. La normativa internacional ofrece toda clase de herramientas para renunciar a ello. La más característica, y útil ahora, es un artículo de emergencia que permite a una nación detener sus compromisos con los acreedores para lograr evitar el genocidio social, que es lo que está pasando en Grecia hoy por hoy con el cierre de más de 1.000 colegios, con 25.000 mendigos en las calles de Atenas, con el doble de parados [del 11% al 21%] en los dos últimos años, etcétera.

En segundo lugar, hay que salir de la zona del euro y obtener una independencia monetaria para lograr equiparar la divisa y los tipos de interés de acuerdo con los intereses de Grecia y no con los de Alemania, los de los banqueros y los de las grandes empresas. La zona del euro ha sido el mayor fracaso del continente desde la primera mitad del siglo XX tal y como demuestra la separación de la región en dos partes: la periferia, que importa y toma prestado de forma masiva, y los países fuertes, que salen ganando. Tan pronto como abandonemos la divisa única mejor será para los europeos, y no sólo los de la periferia sino para todos. No debemos olvidar que las medidas de austeridad que dañan nuestros países proceden de Alemania, cuando Gerhard Schröder fue canciller.

El siguiente paso sería salir de la UE, que durante el último año se ha convertido en un "Dachau fiscal", prohibiendo cualquier forma de redistribución del bienestar social. Los últimos pactos fiscales institucionalizan la pobreza y justifican los recortes en el gasto social. Es una agenda de un corte neoliberal brutal.

-¿Qué piensa usted de lo sucedido en Islandia? Ellos decidieron no asumir las deudas de sus bancos y han sentado en el banquillo de los acusados a varios banqueros e incluso políticos. ¿Debe Grecia o cualquier otro país de la periferia europea seguir su camino?

-Islandia es una prueba viviente que demuestra que dejar de pagar a los acreedores no significa regresar a la época de las cavernas, tal y como se ha dicho muchas veces. En Islandia, hasta el FMI ha respetado su decisión y no han impuesto ninguna medida punitiva. Sin embargo en Grecia la élite política acepta todas las decisiones que se envían desde Berlín y Bruselas, aunque supongan la destrucción del país, bajo pena de recibir fuertes sanciones.

En este sentido Islandia supone un éxito como ya lo fue Rusia, Argentina y Ecuador en el pasado más reciente. Si queremos ir más atrás en el tiempo, incluso Alemania no hubiese podido disfrutar del milagro económico que vivió tras la Segunda Guerra Mundial si hubiese tenido que pagar todas las deudas y compensaciones derivadas de las atrocidades cometidas por los nazis. En este contexto, Berlín le debe mucho a Europa.

-Las elecciones griegas llegan pronto. ¿Puede ello cambiar los pasos que el primer ministro Lucas Papademos ya ha dado hasta ahora? ¿Qué se puede esperar de los candidatos?

Las elecciones anticipadas [que tendrán lugar el mes que viene] suponen una forma de manipular el enfado de la gente. Los griegos no confían en Papademos, que por cierto es uno de los arquitectos financieros de la Grecia de los años 90, quien, como Mario Monti en Italia, ha sido elevado hasta el palacio presidencial gracias a una orden de Alemania. No tiene ninguna legitimidad y no tiene influencia sobre la sociedad helena, porque ha elegido ponerse del lado de los banqueros y de las nuevas fuerzas de ocupación alemana.

Así que de las elecciones no se puede esperar nada más que una aceleración en la descomposición del sistema político. Los socialistas del PASOK obtendrán un porcentaje todavía más bajo (entre el 13% y el 17%) a la hora de formar una coalición con los conservadores de Nueva Democracia, que obtendría más votos (alrededor de un 25% según las encuestas). Este nuevo Gobierno será insostenible.

Su principal misión será votar un nuevo paquete de medidas de austeridad el próximo mes de junio, que será impuesto tras no lograr cumplir los objetivos del 2012. Este nuevo paquete de austeridad llevará a Grecia a una recesión aún mayor. Hay que darse cuenta de que la recesión actual que se vive aquí no tiene precedente reciente alguno en ningún lugar del mundo. Solo en tiempos de guerra se han vivido situaciones similares. Ni en Argentina ni en Rusia sufrieron una caída del 17% del PIB como ha sucedido en Grecia.

-Algunas personas han argumentado que Grecia tiene diversos problemas estructurales con los que debe lidiar, además de las ayudas internacionales, y sitúa la corrupción por encima de todos. ¿Comparte usted esta opinión?

La corrupción institucional sigue creciendo debido a que ha nacido dentro del sistema político y de los grandes partidos que ahora gobiernan el país. Estas formaciones, que han estado obteniendo sobornos para los Juegos Olímpicos, para incentivar el gasto militar, de Siemens… ahora culpan a los griegos. Hablo de los griegos de a pie. Y mientras miles de jóvenes ciudadanos tienen que ir a buscarse la vida en otros países cada mes, ellos se mantienen en el poder con la ayuda de Merkel y del FMI. Todos los que han colaborado con ellos mantienen el poder y se reparten el bienestar robado.

Fuente: http://mamvas.blogspot.com.ar/2012/04/grecia-es-la-primera-colonia-de-la-zona.html