lunes, 29 de diciembre de 2008

Lista de deseos

Será porque todo tiene que tener un principio y un final, es que uno espera con renovadas (o agotadas) ganas el 31 de diciembre y 1ro. de enero de cada año. En muchos casos, porque luego de un duro año de trabajo (si se lo tiene) se llega en ruinas y el cambio de calendario indica que será el tiempo para descansar, cambiar de aire o no hacer nada. En otros, porque queda la esperanza que la malaria no puede durar tanto y alguna vez va a terminar. Y puede que sea en esa fecha. A la hora de los deseos para el año que viene, siempre pido fortaleza de espíritu para enfrentar lo que se venga. Pedir otra cosa sería demasiado banal.
Fortaleza de espíritu.
Hay muchos nubarrones en el porvenir, algunos de los cuales por más que soplemos, no se irán facilmente. A otros en cambio, los podemos sacar; basta con un poco de memoria y resistencia colectiva. "Seamos realistas, pidamos lo imposible" escribieron unos jóvenes hace 40 años. Esta crisis quizá abra la brecha para algo nuevo y mejor. Entonces todo el pasado será el prólogo...
Lista de Deseos /Wishlist -Pearl Jam Desearía ser una bomba neutrónica
para poder irme lejos por una vez
Desearía ser un sacrificio
pero que de algún modo aún persistiera
Desearía ser el ornamento Sentimental al que te aferras
El árbol de Navidad, desearía serla estrella
que está en la cima
Desearía ser la evidencia,
Desearía ser la tierra
Para 50 millones de manos alzadas
y abiertas hacia el cielo
Desearía ser marinero
con alguien que esperase por mí
Desearía ser tan afortunado,
tan afortunado como yo
Desearía ser un mensajero
y todos las noticias fueran buenas
Desearía ser la luna llena brillando
Desde el capo de un Camaro
Desearía ser un extraterrestre
en casa detrás del sol
Desearía ser el recuerdo
en donde colgabas las llaves de casa
Desearía ser el pedal del freno del que dependías
Desearía ser el verbo confiar y nunca defraudarte
Desearía ser la canción de radio,
a la que no podías subir el volumen
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Todos Esos Dias Pasados /All those Yesterday -Pearl Jam

¿No creés que debas descansar?

¿No creés que debas apoyar tu cabeza?

¿No creés que quieras dormir?

¿No creés que debas apoyar tu cabeza?, esta noche

¿No creés que ya hayas hecho demasiado?

¿No creés que ya tengas suficiente?, bueno quizás...

No pensás que es tiempo de parar

Hay suficiente tiempo para que apoyes tu cabeza, esta noche.

Déjalo que limpie y se lleve lejos Todos esos días pasados

¿De qué estas escapando?, tomando píldoras para seguir adelante

Creando paredes para llamarlas tuyas

Así que nadie te agarra naufragando lejos y

Haciendo todas las cosas que todos nosotros hacemos

Déjalos que limpien y se lleven lejos

Todos esos días pasados

Todos esos días pasados, todos esos platos de papel

Ténes tiempo, ténes tiempo de escapar

Aún hay tiempo, no es un crimen escapar

No es un crimen escapar, no es un crimen escapar

Aún hay tiempo, así que escapá, no es ningún crimen

Todos esos días pasados...

viernes, 12 de diciembre de 2008

Buitres al acecho...

¿Qué va a pasar? Por Alfredo Zaiat En la sucesión de discursos y artículos sobre los 25 años de democracia en muy pocos se ha enfatizado la influencia del poder hegemónico en las crisis y desencantos en el mundo de la economía y, por lo tanto, en las expectativas sociales durante ese período. En esa misma línea del descuido por esa omisión tampoco ha sido destacado el rol que tuvieron los economistas profesionales, como voceros de los intereses de ese poder asumiendo la tarea de relatores y protagonistas del profundo deterioro de las condiciones materiales de las mayorías. De esas varias figuras conocidas que habitualmente circulan por gran parte de los medios de comunicación, Domingo Cavallo es el símbolo de esa asociación promiscua entre el economista del establishment y el poder económico que se enriqueció y consolidó en esos años. Un grupo de argentinos residentes en París realizó un relevante aporte para que Cavallo volviera al lugar que le corresponde en esa historia, y no el que aspira a ocupar con la connivencia de ciertos sectores. Sólo la impunidad que detenta el poder ha permitido que uno de los responsables de la estatización de deudas privadas (1982), la renegociación del Plan Brady, las privatizaciones y la convertibilidad (década del ’90) y el megacanje y el corralito (2001), acontecimientos que marcaron, por herencia de la dictadura y por derecho propio, estos 25 años de democracia, regresara a los medios a realizar pronósticos de catástrofes y a brindar consejos sobre lo que se debe hacer en materia económica. Es fundamental develar la compleja trama de complicidades, negocios y financiamiento entre el poder y la figura del economista rey, que establece qué es lo que se puede y no se puede hacer en materia de política económica. Con un discurso acerca de lo económico pretendidamente técnico se ocultan intereses políticos y sectoriales. Esos economistas poseen el invalorable aporte de lo que se denomina la sociedad del miedo, que convierte a las mayorías en masas ansiosas por saber qué va a pasar en un mundo lleno de incertidumbre. Ellos se presentan como los portadores de ese saber, constituyendo de ese modo un increíble engaño colectivo. Para desencanto de esa grey incrédula que busca el imposible, puede resultar conveniente señalar que esos economistas no saben qué va a pasar. Más bien, no tienen la menor idea sobre qué puede suceder en la economía, y han dado muestras de esa ignorancia en los últimos años con sus análisis y estimaciones fallidos. Pese a esos fracasos tienen el extraño don del que carecen arquitectos o médicos, que cuando se equivocan quedan fuera de sus respectivas profesiones. Los economistas de la city, en cambio, no padecen consecuencias pese a sus reiterados pronósticos-deseos errados. En el libro La impostura de los economistas (Ediciones de la Flor), el profesor francés Michel Musolino empieza señalando que el discurso dominante muestra que “no hay economía sin predicción” y que “la economía no es útil si no es capaz de dar indicaciones precisas sobre las decisiones que hay que poner en práctica”. Predecir es el imperativo fundamental del economista y no es de ningún modo una actividad conexa a su objeto de estudio. Los políticos y las empresas no deberían tener entonces problemas para moverse en las aguas turbulentas de la coyuntura porque el economista ofrece un instrumental sofisticado y un ejército de técnicos y de estadísticas para saber lo que va a pasar. “Aquí es donde se empecinan más ostensiblemente en el error”, señala Musolino, recuperando una definición del especialista Michel Godet, que ha trabajado muchos años en el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas: “Los constantes errores de predicción han dejado su huella en la historia económica de la sociedad industrial. Lo grave no es tanto la existencia de éstos, sino el olvido sistemático de los errores pasados cuando se establece la predicción. Cuanto más estrepitosos son sus fracasos, más triunfante se muestra”. Para concluir que “el error es tan frecuente que bien podría acabar por presentarse como una de las principales características de la predicción”. Esa forma de abordar la cuestión económica genera una sucesión de yerros que no serían relevantes si no fuera porque tiene su repercusión en medios de comunicación, en tomadores de decisiones y en futuros economistas. Y, en especial, porque son formadores importantes de expectativas. Un ejercicio contrafáctico podría determinar cuánto han sumado en la incertidumbre de los protagonistas de la economía tantos pronósticos pesimistas –y equivocados– de los últimos años y, por lo tanto, en el costo asociado a ese escepticismo. En los hechos, esos profesionales manifiestan limitaciones en abordar las raíces de los acontecimientos de la historia reciente y relacionarlos desde el análisis económico con los procesos sociales y políticos. La debilidad de las sociedades modernas y dependientes es que están atrapadas del discurso de esos economistas que en forma permanente emiten mensajes de que algo malo puede suceder si no se hace lo que ellos dicen, cuando en realidad sus propuestas están dirigidas a defender el interés de una minoría. Además de ser funcionales a los intereses de los grupos económicos y de ayudar al disciplinamiento social presentando escenarios de fatalismos inmediatos, varios de esos economistas han pasado a un estadio superior en esa profesión. Se han erigido en defensores de multinacionales que están litigando contra el país, reclamando montos millonarios en tribunales internacionales parciales (Ciadi, del Banco Mundial), que en caso de un fallo adverso implicaría una carga pesada para toda la sociedad. Ya no se trata solamente de errores de pronósticos, sino que es la exteriorización de un cinismo mayúsculo. Advierten en sus presentaciones ante esos tribunales sobre supuestas debilidades de la macroeconomía, pero con su labor profesional suman dificultades financieras a las cuentas públicas. En esa tarea “profesional” se encuentran economistas que fueron funcionarios públicos. En la mayoría de los casos, ocuparon cargos clave en el gobierno durante el proceso de privatización de las empresas de servicios públicos. Varios elaboraron los pliegos de concesión, les pusieron precio a las compañías estatales, concretaron las ventas, asesoraron en materia legal, diseñaron los marcos regulatorios y tuvieron a su cargo las modificaciones normativas que se introdujeron en los años posteriores. Durante los noventa cumplieron esa tarea o fueron propagandistas de la liquidación de activos públicos. Ahora se desempeñan en el sector privado con ese mismo objetivo. O sea, trabajan para esas grandes empresas. Han testimoniado a pedido de las privatizadas y otras compañías extranjeras en los juicios que se llevan adelante contra Argentina en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), un tribunal dependiente del Banco Mundial que deberá decidir si corresponde indemnizar a esas compañías por la pesificación y el congelamiento de tarifas. La historia de los 25 años de democracia es incompleta si no se incorpora en el relato la expansión del poder hegemónico mientras la economía se derrumbaba. Esa historia también quedará fragmentada si no se suma en ese período la tarea de los economistas del establishment, que hoy siguen ofreciéndose como pitonisas de un saber oscuro pese a los resonantes fracasos que acumulan en su haber en estos fascinantes años de democracia.
(Página 12- 13-12-08)

jueves, 11 de diciembre de 2008

Según pasan los años....

A 28 años de aquella primera Marcha de la Resistencia que las encontró reclamando durante un día entero por la vida de sus hijos, las Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora) acudieron, como cada 10 diciembre, a la histórica plaza. “Sobre la impunidad y la injusticia no podemos construir el país que soñaron, 30 mil desaparecidos: presentes”, fue la consigna principal de una jornada que tuvo un valor agregado al coincidir con los 25 años de democracia, los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el primer año del actual gobierno. Además de las Madres estuvieron las Abuelas, HIJOS, la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Hermanos de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, CTA, Libres del Sur, Proyecto Sur y GEN, entre otras entidades y agrupaciones. Nora Cortiñas, referente de Línea Fundadora, afirmó a Página/12 que “este aniversario lo vivimos firmes en nuestra voluntad de lucha porque todavía falta mucho para que haya justicia, aun con los logros que hemos conseguido. La condena no es todavía como la queremos. Hay más de 400 jóvenes que no conocen su identidad. Hubo un avance en la memoria, tanto en el pueblo como en los medios de comunicación y en las distintas formas de divulgación”. Recordó que “nuestros hijos fueron desaparecidos para que el modelo neoliberal arrasase sin oposición alguna”. En cuanto a las deudas de la democracia actual, Cortiñas criticó al gobierno nacional y al bonaerense porque “criminalizan la situación de penuria que viven los niños y los jóvenes intentando bajar la edad de imputabilidad”. Taty Almeida, también de Línea Fundadora, derrochaba alegría y satisfacción: “Hay que reír y vivir con ganas, mi hijo Alejandro siempre tuvo esa actitud de gozar la vida y estaría feliz de verme así a mis 77 pirulos”. Sostuvo que “hay mucho que festejar. Porque vivir en democracia es lo más positivo que nos puede pasar. Falta todavía, hay desigualdad, pero hay que reconocer las mejorías y hacer una crítica constructiva de lo que falta. Hay que insistir para hacer a nuestra democracia justa e incluyente”.
(Textos de Página/12 sobre un informe de Tomas Forster)

martes, 2 de diciembre de 2008

Estados Unidos se sumó a la recesión global

Cristian Carrillo Los megarrescates que impulsó en los últimos meses la administración Bush llegaron más tarde de lo que se pensaba. La economía más grande del planeta entró oficialmente en recesión y la fecha del ingreso data de diciembre del año pasado, según el Comité de Ciclos de Negocios del Bureau de Análisis Económicos. El diagnóstico no responde a la clásica definición de recesión, que implica dos trimestres consecutivos de caída del Producto Interno Bruto, sino que es un índice más amplio y contempla destrucción de empleos, ingresos y pérdida de poder adquisitivo. Precisamente, los indicadores laborales comenzaron en diciembre pasado un derrape mensual que todavía no culmina. De esta manera, la actividad finalizó hace exactamente un año un ciclo de expansión de 73 meses consecutivos desde la última contracción en 2001. Las Bolsas internacionales reprodujeron la preocupación sobre el contagio global. En Wall Street el índice industrial Dow Jones perdió 7,7 por ciento (ver aparte). Desde que recrudeció la crisis financiera a mediados de este año comenzó a especularse acerca de cuándo sería que la economía estadounidense iba a mostrar las consecuencias de la desregulación y ausencia en la vigilancia del sistema bancario-bursátil. Hasta el momento parecía que los coletazos de la crisis hipotecaria se circunscribían a los bancos de inversión, recién en los últimos meses a las automotrices y se amplificaba al cruzar el océano. Tan es así que los primeros en declararse en recesión fueron los países europeos, y hasta Japón, la segunda economía mundial, admitía ser una víctima de las “subprime”. Bajo ese contexto, los analistas daban por hecho que, concluido el actual trimestre, Estados Unidos se sumaría finalmente al grupo del crecimiento negativo. Luego de arrojar un retroceso de medio punto en el PIB –de 0,3 por ciento en la medición ajustada– durante el tercer trimestre las proyecciones coinciden en una nueva caída por encima del 2 por ciento para el cuarto. Sin embargo, cuando falta menos de un mes para que se confirme ese oscuro pronóstico, se conoce una realidad aún peor: Estados Unidos ya está en recesión hace casi un año. “El comité determinó que el pico de crecimiento en la actividad económica estadounidense ocurrió en diciembre de 2007. El pico marca el fin de la expansión que comenzó en noviembre de 2001”, sentencia el documento del bureau que integran prestigiosos economistas, y es considerado como el órgano que declara oficialmente “los comienzos y fines (mensuales) de los períodos de recesión. Sus informes, a pesar de tratarse de un organismo privado sin fines de lucro, tienen carácter oficial. El comité no sigue la definición clásica de recesión como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo de la economía. En cambio, incorpora otros parámetros que dan una muestra más cabal de la situación de Estados Unidos. El estudio resalta que la medición de la cantidad de empleos alcanzó su último incremento en diciembre del año pasado y desde entonces, mes a mes, cayó ininterrumpidamente. La “nómina mensual de empleos” se redujo en 1,2 millón al pasar de 138,1 millones de trabajos en diciembre del año pasado a 136,8 millones en octubre último, según el departamento de estadísticas laborales del gobierno. Esta caída, junto con la producción doméstica, son los indicadores de más peso a la hora de evaluar una recesión. La medición de producción industrial que toma en cuenta es elaborada por la Reserva Federal, por tener un análisis más restrictivo. El banco central estadounidense incluye en su relevamiento la producción de manufacturas, la minería y las utilidades de las compañías, pero excluye todos los servicios y gasto público. Para entender la elección, basta con aclarar que, para compensar la caída en la actividad privada, la administración Bush incrementó en el tercer trimestre en 13,6 por ciento su gasto. Y sólo en defensa nacional lo aumentó un 18 por ciento. Mientras el consumo privado se desplomó a su mínimo en 28 años. Ayer se conocieron también datos preliminares de la actividad industrial para el mes pasado. El sector fabril se contrajo a su nivel más bajo en 26 años, de acuerdo con el Instituto de Gerencia y Abastecimiento. El indicador retrocedió a 36,2 puntos, su peor desempeño desde 1982, y se ubicó por debajo de la línea que divide la expansión y la contracción de la actividad, que se delimita en los 50 puntos. En este contexto, las industrias podrían reconocer un recorte de 80 mil nuevos empleos en noviembre, tras la pérdida de 90 mil el mes anterior, según una proyección del Departamento de Trabajo, que saldrá este viernes y no hará más que ratificar la situación recesiva del país. “Lo más importante que podemos hacer ahora por el bien de la economía es retornar el mercado financiero y crediticio a una situación normal, y continuar en línea a mejorar el sector de las viviendas, y eso continuará siendo nuestro objetivo”, afirma un comunicado de la Casa Blanca, que se distribuyó tras conocerse la crítica salud de los Estados Unidos. Según el portavoz del gobierno, Tony Fratto, las políticas se dirigirán a esas áreas para “retornar la economía al crecimiento y la creación de empleos”. Hasta el momento, las políticas implementadas fueron sólo placebos para un sistema enfermo y los rescates sólo sirvieron para ganar algo de tiempo. El propio secretario del Tesoro, Henry Paulson, debió admitir ante el Capitolio que los primeros 250.000 millones de dólares del megasalvataje de 700.000 millones que aprobó el Legislativo fueron mal utilizados.