miércoles, 29 de febrero de 2012

España: A sangre y fuego


Javier Couso

Hablando República

Las imágenes de brutalidad policial contra estudiantes y ciudadanos valencianos han causado impresión en todo el mundo. No porque sean las más violentas que hayamos visto, ni porque el mundo se sorprenda hoy en día al ver agresiones en las pantallas de las televisiones, sino porque esa violencia exacerbada, ejercida por funcionarios policiales de la unidades antidisturbios, estaba dirigida contra menores que se manifestaban de manera pacífica.
La actuación de las UIP (Unidades de Intervención Policial) en Valencia se asemejaba más a un Estado de Excepción o de Sitio, donde las garantías constitucionales habían sido suspendidas, que al mantenimiento del «orden público» que les otorga el Real Decreto 1668/1989 de 29 de diciembre como Órganos Móviles de Seguridad Pública.
Hay que pararse de vez en cuando en las leyes, sobre todo en las que ceden el monopolio de la violencia al Estado y concretamente a los funcionarios policiales. Mirar con lupa las cuestiones que afectan a la legitimidad y la profesionalidad de las unidades especiales de la policía. Lo que da legitimidad a una actuación policial es, en teoría, el cumplimiento de la ley, y como en casi todas las normas o disposiciones legales que afectan a la guerra o al uso de la violencia, los criterios fundamentales son los de «proporcionalidad y distinción», básicos también en el Derecho Internacional Humanitario. Afortunadamente, y debido a la extensión de los teléfonos con cámaras y conexión a Internet, se han podido tomar un amplio número de grabaciones que permiten apreciar que las actuaciones policiales no han cumplido estos principios.
No existe proporcionalidad cuando se agrede con patadas, bofetadas, empujones contra coches, insultos machistas o apaleamientos cinco a uno, ni hay distinción cuando se actua indiscriminadamente contra personas de cualquier edad y condición.
El marco que permite a la policía actuar para disolver protestas, está descrito en el art. 557 del Código Penal que dice:
«... los que, actuando en grupo, y con el fin de atentar contra la paz pública, alteren el orden público causando lesiones a las personas, produciendo daños en las propiedades, obstaculizando las vías públicas o los accesos a las mismas de manera peligrosa para los que por ellas circulen, o invadiendo instalaciones o edificios, sin perjuicio de las penas que les puedan corresponder conforme a otros preceptos de este Código».
Aún haciendo caso a las informaciones policiales que dicen que la primera actuación se produjo al ocupar los alumnos del IES Lluís Vives una vía pública, parece que, y a tenor de las imágenes grabadas por los chavales, el peligro al que hace alusión el citado artículo fue causado por una aplicación desmedida de la fuerza, teniendo en cuenta que la mayoría de los que ocupaban la vía pública eran menores.
A partir de este momento y con la difusión de las imágenes por las redes sociales como mecha catalizadora, se produce una movilización social que, de los colegios, pasa a los institutos, saltando finalmente a la universidad. A partir de aquí todo se desmadra por una escalada de violencia policial, que en vez de apagar el fuego, incendia la ciudad y contagia a otros sectores sociales que se suman a la repulsa de esta toma violenta de la ciudad de Valencia.
Queda claro que el gobierno del Partido Popular utilizó está situación como un laboratorio para experimentar un especie de «doctrina del shock», que con la aplicación de una dura y generalizada represión, pretendía servir de ejemplo para enseñar a todo el país como va a gestionar el nuevo gobierno la previsible conflicitividad social producida por los recortes.
Que era algo premeditado y avalado desde las más altas instancias lo deja bien claro la rueda de prensa que se ve obligada a dar la Delegada del Gobierno, flanqueada por un Jefe de Policía que en el más puro estilo de grupo de tareas de la CIA o de mentalidad falangista de paseo, califica a los que se manifiestan como «enemigos».
Esta declaración de principios, que parece el comienzo de un plan para tratar de manera militar el disenso ciudadano, se ve reforzada por la medida de gracia que otorga el gobierno entrante a tres Mossos de Escuadra a los que indulta a pesar de estar condenados de manera firme por torturas. El mensaje pues, está claro: Chicos, podéis hacer lo que queráis, da igual que peguéis a menores, que lesionéis, que incluso torturéis, mientras defendáis los intereses de los poderosos, tendréis el apoyo de vuestros superiores jerárquicos y la protección del Poder Ejecutivo por si acaso el Poder Judicial os alcanza. Aprovechad, sois impunes.
Se nos viene encima algo muy duro, una paz social entendida como pax romana. Y esta “extraordinaria placidez” será impuesta por unos cuerpos de élite, en cuyo interior existe un alto indice de elementos adscritos al espectro ideológico del odio neonazi o que simplemente tienen, por lo que se ve y se escucha en sus actuaciones, un trastorno de agresividad y de descontrol de la violencia.
Si tratamos de entender lo que es una unidad de élite en el ámbito militar o policial, deberemos hablar de grupos especiales entrenados para operar en situaciones de riesgo, con un alto grado de especialización, movimiento y capacidad de fuego. No cualquier policía o militar puede pertenecer a ellas, de hecho hay una criba física e intelectual que da paso a un riguroso entrenamiento que las hace polivalentes. Una de las cosas que se busca en la moderna concepción de los cuerpos de operaciones especiales es la estabilidad emocional ¿Por qué? Porque al igual que en los motos y coches deportivos, no es tan importante o determinante la potencia, como la gestión de ella, es decir se necesitan unos buenos frenos mecánicos y un gran freno cerebral para gestionar con éxito todo ese torrente de fuerza. En el caso de las unidades de protección, por poner un ejemplo, imaginemos un grupo de escoltas que frente a una amenaza exterior, en vez de anularla de forma discrecional y proporcional, la enfrenta con una ensalada de tiros indiscriminada. El resultado sería, además de un fracaso en la protección de la personalidad, la pérdida de la legitimidad en el uso de la fuerza.
En el caso que nos atañe, las Unidades de Intervención Policial (UIP) son unidades de élite policial con diferentes especialidades, entre las que se encuentran las que afectan al orden público por medio de los llamados popularmente antidisturbios. Por lo tanto, son estructuras a las que se puede aplicar lo antes dicho sobre los grupos o unidades de operaciones especiales. Estos funcionarios están entrenados, no solo en la utilización de la fuerza, en teoría de manera acorde a la ley, si no en la gestión del miedo, el control de la agresividad y el uso de fuerza no letal en el marco de unas garantías democráticas.
Por el contrario y empezando por sus jefes, nos encontramos con individuos que ven con unas gafas que convierten a los ciudadanos en enemigos, que cuando ejercen la violencia la hacen con odio irrefrenable y con una infiltración cada día más evidente de extremistas de derechas o macarras descontrolados con inexistente empatía con sus semejantes.
Esto, que a mí me aterra, debería dar miedo hasta a nuestros gobernantes por la incapacidad de manejar a estos elementos en situaciones de gran estallido social. Sin embargo, y a pesar de las denuncias internacionales de abusos y torturas policiales, nos encontramos con que en vez de ser depurados, son legitimados y cuidados.
En momentos de emergencia social, además de los recortes de derechos, nos espera la extrema violencia y la impunidad. El expolio financiero van a defenderlo, aunque sea a sangre y fuego.

Fuente: http://hablandorepublica.blogspot.com/2012/02/sangre-y-fuego.html

Los estudiantes españoles volvieron a las calles

CRISIS EN EL VIEJO CONTINENTE



Los alumnos universitarios y secundarios de Cataluña, Valencia y Madrid se movilizaron, tras la represión por parte de de la policía valenciana en las últimas semanas, para protestar contra los recortes presupuestarios aplicados por los gobiernos regionales, en su mayoría en manos del Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy.
En Cataluña no sólo hay protestas sino una huelga general que involucra a unos 120 mil estudiantes, 16 mil profesores y 10 mil trabajadores, que pertenecen al personal administrativo de las universidades, y que paralizó por completo la actividad académica, según el sindicato mayoritario de Estudiantes.
El gobierno regional de los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió (CiU), que cuentan con el apoyo del PP catalán, primero recortó el presupuesto educativo y luego lo congeló. Esto se tradujo en despidos y aumentos de tasas universitarias en 2011.
En España, la Universidad es pública pero no gratuita puesto que hay que pagar matrículas para las materias y cursos cada año. A la protesta de Barcelona se sumó también el movimiento de los "indignados", por lo que se trata de una movilización amplia.
Antes de llegar al lugar desde el que patió la principal marcha, en la céntrica plaza Cataluña, se produjeron algunos incidentes en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), donde los estudiantes bloquearon las estaciones de trenes, y en la avenida diagonal, que fue cortada al tráfico por los manifestantes de la UB (Universidad de Barcelona).
Los estudiantes, que defienden un manifiesto en defensa de la educación pública, tomaron las principales facultades anoche, tanto en Cataluña como en Madrid, donde los estudiantes se movilizaron por la calle Alcalá, entre Cibeles y Puerta del Sol.
En la protesta confluye el movimiento "tomalafacultad", de integrantes del 15-M y los sindicatos estudiantiles. En tanto, en Valencia los estudiantes convocaron una marcha que recorrió el centro de la ciudad.

Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-188606-2012-02-29.html

martes, 28 de febrero de 2012

Tras cuarto meses de acampe, la policía desalojó a los "indignados" en Londres


Al menos veinte miembros del movimiento "Occupy London" fueron detenidos por resistirse al levantamiento de las 50 carpas instaladas desde octubre pasado frente a la Catedral de Saint Paul, en pleno centro de la ciudad. La medida fue ordenada por el Tribunal Supremo de ese país, luego de que la Cámara de Apelaciones rechazara la semana pasada un recurso presentado por los manifestantes para permanecer en ese lugar.
La policía acordonó la zona entre el campamento y la entrada a la catedral, ante banderas y tambores de protesta. El inicio del desalojo fue pacífico, pero mientras algunos comenzaron a recoger sus tiendas y mochilas, otros levantaron barricadas a modo de resistencia, y luego fueron apresados. Algunos se esposaron a unas estructuras de madera en un lado del campamento, que quedó reducido a una pila de colchones y tiendas de campaña en cuestión de dos horas.
"Hoy, el consejo municipal de Londres comenzó a aplicar las órdenes de la Alta Corte de desmantelar las tiendas de campaña y los equipamientos de enfrente de Saint Paul", dijo el consejo municipal en un comunicado antes de concluirse el desalojo. "Lamentamos llegar a esto, pero el veredicto de la Alta Corte habla por sí solo", añadió el comunicado.
La corte de apelación de Inglaterra aprobó el 22 de febrero el desalojo del campamento exigido por la municipalidad de Londres. Previamente, en enero, la Alta Corte de Londres había dado la razón al gobierno local, que había pedido el desalojo con el argumento de que las tiendas situadas ante la catedral constituían "una obstrucción ilegal de la vía pública".
El campamento que se había levantado el 15 de octubre del año pasado llegó a albergar 200 carpas, siguiendo el modelo del movimiento "Occupy Wall Street", lanzado en Estados Unidos, y cuyos miembros también fueron desalojados en en noviembre pasado.

Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-188529-2012-02-28.html

Siria, los medios alternativos y las verdades propagandísticas

Santiago Alba Rico

Rebelión

Hace unos días en La Habana tuve el privilegio de escuchar a Fidel recordando los principios que han sostenido a la revolución cubana durante cinco décadas contra el acoso de los EEUU y de sus socios europeos: los valores éticos, el internacionalismo humanitario, la defensa de los derechos humanos. “Estamos en contra de todos los crímenes y todas las formas de represión”, dijo el Comandante. “Hemos resistido porque tenemos fundamentos morales; un gobierno corrupto y represor no habría durado nada”; y a continuación recordó que en la lucha mediática los anti-imperialistas debíamos fajarnos “con la verdad en la mano”.
Apoyándome en sus palabras, me atreví a intervenir para hacer un doble llamamiento a los intelectuales que participaban en este encuentro con el líder cubano: el de escuchar con más atención y compromiso a los pueblos árabes en sus demandas de libertad y el de extremar el rigor en la denuncia de las manipulaciones de los medios hegemónicos. Parafraseando al filósofo Pascal, insistía yo en que estos medios son tanto más mentirosos cuanto que no mienten siempre, lo que convierte el trabajo de deconstrucción anti-imperialista en una labor tan sutil y minuciosa como lo es la de la construcción imperialista. El peligro de no comprender la formidable sutileza de los medios (ni sus gruesas inercias de promiscuidad desnudamente comercial) es el de acabar creyendo que la verdad se alcanzaría mediante la pura inversión mecánica de las noticias publicadas en la prensa convencional, simplificación que puede llevar muy fácilmente a delirios igualmente intoxicadores, como lo son, por ejemplo, los que pretenden -según he escuchado o leído en los medios llamados alternativos- que la OTAN habría arrojado “una bomba atómica de baja intensidad” en Beni Walid, matando en pocos minutos “a todos los miembros de la tribu Warfala”, o que 12000 soldados estadounidenses estarían “controlando los pozos y las ciudades de Libia”.
Un prejuicio largamente asentado en la experiencia me lleva a desconfiar de TVE. Pero me inquieta, y mucho, que no podamos encontrar otra manera de denunciar su tendenciosidad que recurriendo al mismo expediente tendencioso. Este es el caso, por ejemplo, de un comunicado difundido por la Plataforma “No a la guerra imperialista” (y reproducido en la sección Mentiras y Medios de Rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144547&titular=comunicado-de-protesta-por-la-emisi%F3n-del-reportaje-%22siria-la-lucha-sin-fin%22-en-tve-) en el que se analiza un documental sobre Siria que la televisión pública española emitió el sábado 4 de febrero. No he visto el programa en cuestión y doy por supuesta la doble y mala intención de sus responsables, pero lamentablemente del comunicado de denuncia lo único que se puede deducir es la falta de rigor de los denunciantes mismos, los cuales incurren, una por una, en todas las manipulaciones que reprochan al antagonista.
Veamos. El comunicado, tras anunciar su propósito de poner al descubierto la “tendenciosidad” del reportaje, afirma como primera prueba que en él “se daba por supuesta la naturaleza antidemocrática del Gobierno sirio”. En esa suposición es difícil localizar otra cosa que una “tendencia” a decir la verdad; y en la denuncia otra cosa que una “tendencia” a ocultarla. Es una de las manipulaciones más frecuentes y más burdas utilizadas por nuestros medios hegemónicos y no deberíamos usarla nunca nosotros, por muy justa que nos parezca la causa. Si “acusamos” a alguien de sostener que la nieve es blanca generamos la ilusión de que no lo es. ¿Es honesto sugerir que el régimen de Bachar Al-Assad es democrático? ¿Nos conviene por algún motivo negar que es tan dictatorial, y por los mismos motivos, como lo fue el de Pinochet en Chile, el de Marcos en Filipinas o el de los Somoza en Nicaragua? No es honesto y no creo que nos convenga. Y sin embargo, es ese modelo de manipulación el que desarrolla sistemáticamente el comunicado. Rechaza como un escandaloso disparate -y un disparate aceptado como tal por todos- la descripción minuciosa, rigurosa, precisa, de la dictadura siria: TVE, dice, pretende “homologar al sistema político sirio con Monarquías o Dictaduras hereditarias o de partido único, impuestas mediante el miedo y la represión, y a partir de una ideología oficial de corte totalitario”. Pero es que eso es exactamente así. Bachar Al-Assad, actual presidente, heredó el cargo de su padre Hafez Al-Assad, militar del partido Baaz, quien alcanzó el poder en 1970 mediante un golpe de Estado. La constitución de 1973, por otro lado, consagra al partido Baaz como fuerza hegemónica indiscutible del país y, si es verdad que existen otros seis partidos legales, todos ellos forman parte del Frente Nacional Progresista, del que es presidente el propio Bachar Al-Assad, al que compete también nombrar los ministros, elegir a los jueces y dirigir el ejército. “Totalitario” es una palabra que no me gusta, pero si tiene que ver con la centralización total del poder, es difícil imaginar un poder más totalitario en el mundo que el del régimen sirio (sólo comparable, en efecto, a las teocracias del Golfo). En cuanto al “miedo y la represión”, también en este sentido la dictadura siria puede describirse como un sistema “totalitario”; en él un aparato policial omnipresente -con los tentáculos oscuros de los mukhabarat y los shabiha incrustados en el corazón mismo de la vida social- garantiza desde hace cuarenta años, mediante la represión y la tortura, la reproducción en el poder de unas cuantas familias que en los últimos años han liberalizado la economía en perjuicio de sectores cada vez más amplios de la población. Sobre la naturaleza del régimen sirio y las causas económicas, sociales y políticas de la revuelta popular se puede encontrar abundante y rigurosa documentación en la página en árabe e inglés de Jadaliyya (http://syria.jadaliyya.com/pages/index); en relación con la tortura, si no nos fiamos de la ONU o de Amnistía Internacional, a los que citamos en cambio para España o para la Libia post-Gadafi sin empacho, acudamos a nuestros propios medios, que han denunciado a menudo las llamadas “entregas extraordinarias” de la CIA a terceros países, entre ellos la Siria de Al-Assad, donde presuntos miembros de Al-Qaeda han sido sometidos a torturas durante años. El caso angustioso del inocente Maher Arar lo contaba, por ejemplo, Democracy Now en noviembre del año 2009 (http://www.democracynow.org/es/blog/2009/11/5/la_lgica_de_la_tortura_sigue_en_pie).
El comunicado de “No a la guerra imperialista” (consigna a la que hay que sumarse sin ambigüedades) recurre a continuación a otro típico procedimiento manipulador: el de denunciar el silencio sobre cosas que no existen y que cobrarían existencia así a la sombra de esta denuncia. TVE -dice el comunicado- no hace “ninguna referencia a las elecciones presidenciales por las cuales ha sido elegido el actual Presidente sirio, ninguna referencia a la libertad de prensa, o al laicismo en la educación y demás esferas de la vida pública, ninguna referencia a la igualdad entre hombres y mujeres en la legislación siria, o a la constitución de una Asamblea Popular con representación multipartidista”. Tampoco hace referencia -añado yo- a la existencia de caballos voladores ni de volcanes de chantilly. Seamos serios. No podemos denunciar la hipocresía de TVE, que no dice nada de Arabia Saudí y de Qatar, e incurrir en el mismo doble rasero olvidando, por ejemplo, los casos de Túnez y Egipto. Del “multipartidismo” en Siria ya hemos hablado, pero conviene recordar que también Ben Ali y Moubarak cooptaron o consintieron otros partidos (algunos de ellos incluso “socialistas”) sin que nadie haya dudado por ello de la “naturaleza antidemocrática” de sus regímenes ni de la primacía escandalosa del RCD y el PND. De la “elección presidencial” da casi rubor hablar: Bachar Al-Assad se reeligió a sí mismo en referendum en 2007 con el 97% de los votos; Moubarak, más modesto, se conformó en 2005 con el 88.5 %; y Ben Ali, en una verdadera demostración de espíritu democrático, admitió incluso otros dos candidatos en octubre de 2009, última vez que fue “elegido” con el 89,60% de los sufragios. No he escuchado a nadie de izquierdas conceder ninguna legitimidad a los mandatos de los dictadores tunecino y egipcio ni restar legitimidad a las revoluciones de sus pueblos. ¿En qué sentido sería más “auténtico” o “creíble” el apoyo “electoral” recibido por Bachar?
También la alusión a la “libertad de prensa” inspira un poco de angustia goebbelsiana tratándose de un país en el que los periodistas extranjeros tienen que entrar clandestinamente para intentar averiguar lo que allí pasa y en el que incluso se prohíbe la lectura desde el pasado mes de mayo de Al-Akhbar, un periódico libanés de izquierdas complaciente con Hizbullah, por hablar de las revueltas populares (muy recomendable el editorial de Ibrahim Al-Amin sobre la dimisión de Khaled Saghiya donde se cita la censura siria del periódico: http://www.al-akhbar.com/node/19445). En Siria hay bastante menos libertad de prensa que en el Egipto de Moubarak y la misma que en el Túnez de Ben Ali y nunca nadie de izquierdas se habría atrevido a negar el sofocamiento mediático de los egipcios y los tunecinos. ¿Por qué nos burlamos de los sirios?
En cuanto al laicismo del régimen de Al-Assad, también la constitución tunecina lo era e incluso en mayor medida que la siria, y nadie de izquierdas se atrevió nunca a dudar por ello de la “naturaleza antidemocrática” de Ben Ali y sus secuaces. ¿Por qué nos parece distinto en el caso de Bachar? Recordaré, por lo demás, que la constitución siria todavía en vigor sólo permite ser presidente a un “musulmán” (en un país en el que, al contrario que en Túnez, hay muchos cristianos) y que su artículo 3 dice literalmente: "el derecho islámico es una fuente principal junto a los tribunales basados en la sharia". En las manifestaciones pro-régimen, así como en los carteles de apoyo al dictador, la consigna más difundida es la que proclama “Dios, Siria, Bachar y nada más”.
Lo mismo vale para la “igualdad entre el hombre y la mujer”. Además de relativizar los grandes logros del régimen en este tema (http://mujerdelmediterraneo.blogspot.com/2012/01/siria-2011-discriminacion-y-violencia.html), conviene recordar que fueron las potencias occidentales las que sostuvieron a Ben Ali invocando este mismo pretexto. No hagamos lo mismo. Desde la izquierda apoyamos sin ninguna duda la lucha contra la dictadura tunecina a pesar de su avanzadísimo Código de Estatuto Personal; y a nadie de izquierdas se le habría ocurrido reivindicar la invasión de Afganistán porque pretendía liberar a las mujeres del yugo talibán. No hay dictaduras anti-imperialistas y no hay dictaduras feministas. Si una invasión imperialista es una dictadura exterior, una dictadura es una forma de imperialismo interior. Hombres y mujeres son iguales en Siria porque la dictadura de Bachar las sojuzga por igual, como lo demuestra el gran número de mujeres que se ha sumado al movimiento popular, incluso en condición de dirigentes (Souheir Al Atassi, Razan Zeitouneh, Nahed Badawiyeh, las alauitas Fadwa Soleiman y Samar Yazbek, Bassma Qodmani, Afra Jalabi, Dima Moussa).
El comunicado se refiere a continuación a las “reformas” y “amnistías” aprobadas por Bachar Al-Asad y de las que TVE tampoco habría hablado. Sería muy bueno, en aras de la paz y a fin de evitar una tragedia mayor, que el gobierno las aplicara y que satisficieran las demandas de los ciudadanos, pero tampoco indican nada acerca del régimen dictatorial, salvo que en efecto lo es. Las mismas promesas, con muchos menos muertos a sus espaldas, fueron hechas por Moubarak y Ben Ali y todos nos felicitamos entonces de la dignidad con que los tunecinos y egipcios las rechazaron para continuar luchando hasta el derrocamiento de los dictadores. Incluso en el caso de Marruecos, donde las protestas provocaron apenas una decena de víctimas, la izquierda ha denunciado la maniobra de Mohamed VI, su reforma constitucional galopada en diez días y la falsa legitimidad que ha obtenido de ella; y ha apoyado sin vacilaciones el boycot del movimiento 20-F a la convocatoria electoral. Sin duda sectores de la oposición siria en el exilio vinculados al CNS rechazan toda reforma y todo diálogo porque quieren precipitar una intervención exterior, pero eso ni ilumina favorablemente esas reformas tardías que van acompañadas de un aumento de la represión ni deslegitima a los revolucionarios que se niegan a aceptarlas por una combinación de justificada desconfianza y valerosa dignidad.
Finalmente el comunicado reprocha al documental “alejarse completamente del rigor periodístico y de la contrastación de fuentes”. Es posible que así sea y comprendo la alergia frente a El País y el CNS y las reservas frente a Amnistía Internacional. Lo que me preocupa es que esa acusación y la versión de la Siria “democrática” que trata de dibujar la denuncia no se sostenga, a su vez, en ningún dato ni fuente contrastada, salvo en la superstición de que si El País dice algo es cierto lo contrario. Y, por supuesto, según queda de manifiesto, en la agencia oficial SANA, en el canal sirio Dunia y en el iraní Press-TV, fuentes interesadas de regímenes dictatoriales frente a las que deberíamos mostrar cuando menos el mismo espíritu crítico y el mismo escepticismo que frente a The New York Times o El Mundo. En vez de eso, las replican -las repican- los medios llamados alternativos que habían nacido precisamente como voz anticipada de otro mundo posible.
Una de las particularidades de la verdad es que se puede hacer también un uso propagandístico de ella y estoy seguro de que TVE así lo ha hecho. Son muchos los medios dedicados en estos días a justificar, a partir de esta verdad degradada o tuneada, una intervención militar, aún no decidida, que sería una catástrofe para Siria y para toda la región, sobre todo para los que luchan desde dentro por la liberación de un yugo terrible y que podrían verse sometidos, como recuerda Bassam Haddad, a un yugo peor: “apoyar la desaparición del régimen sirio por todos los medios, incluida la intervención militar externa, es tremendamente insensato, especialmente si el objetivo es salvar vidas sirias o crear el marco para una vía de autodeterminación post-régimen” (http://rebelion.org/noticia.php?id=143492). El empecinamiento criminal del régimen sirio ha llevado, tras meses de manifestaciones pacíficas, a una situación de militarización y pre-guerra civil en la que el país es objeto de una multilateral pugna inter-imperialista, con siete u ocho potencias y subpotencias con intereses en la región y con proyectos más o menos independientes tratando de explotar en su favor la tensión y el caos crecientes. El derecho de los pueblos a la autodeterminación frente al imperialismo interior no debe hacernos olvidar la dictadura global exterior que los amenaza. Las teocracias del Golfo y la OTAN, indiferentes a la suerte de los palestinos, los bahreiníes o los colombianos; los EEUU de los 70 vetos en el Consejo de Seguridad de la ONU y el millón de muertos en Iraq; las potencias occidentales que no dudan en sacrificar a sus propios pueblos en Europa y EEUU sólo pueden agravar la suerte ya trágica de Siria. Nuestra solidaridad con su pueblo rebelde incluye necesariamente nuestra inquebrantable oposición a todos los que tratan de impedir la decisión soberana sobre su propio destino.
Esta innegable realidad, en todo caso, no nos autoriza a separarnos de nuestros principios creyendo que sin ellos lucharemos mejor. Frente a la verdad rebajada a propaganda, es necesario denunciar enérgicamente la hipocresía y señalar con vigor qué cajas puede descerrajar y qué fosas puede abrir, pero ninguna manipulación por nuestra parte -ninguna propaganda invertida- podrá impedir la intervención en Siria, si es que está ya decidida, y aún menos dignificar la causa de los que nos oponemos a ella.
El caso del comunicado no es más que una gota en un aguacero. Lamentablemente, algunos sectores de la izquierda consideran que imperialismo y anti-imperialismo son solo dos formas diferentes y enfrentadas de mentir y dominar al otro. No es así: ninguna mentira puede ayudar a fabricar hombres sinceros y ninguna dictadura puede ayudar a construir hombres libres. El papel geo-estratégico de Siria en el eje de resistencia antisionista junto a Irán y Hizbulá no puede justificar ni la manipulación de los discursos ni la humillación dictatorial de un pueblo que alza la voz, y por los mismos motivos, junto a Túnez, Egipto, Libia, Bahrein y Yemen. Sólo la verdad y la justicia social son realmente anti-imperialistas.
Los tiempos cambian; son, como decía Fidel, “enteramente nuevos”. Para invadir Iraq hacía falta mentir -la patraña de las armas de destrucción masiva- y frente a las mentiras de EEUU y la UE los anti-imperialistas nos defendíamos diciendo la verdad, gracias a la cual se debilitaron los medios capitalistas y se robustecieron los nuestros. El problema es que para intervenir en Siria -si finalmente ocurre- habrá bastado con decir, y degradar, la verdad: que hay allí una dictadura feroz y que una parte del pueblo se ha levantado contra ella. ¿Nuestra defensa será entonces la mentira? Si no se nos ocurre ningún otro recurso, entonces es seguro que vamos a perder no sólo esta batalla sino también todas las venideras.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Malvinas: una errónea visión alternativa

Atilio A. Boron
Rebelión

Es bueno que en la Argentina haya irrumpido una discusión acerca de qué actitud tomar en relación a las Islas Malvinas. Desde hace mucho este país estaba atrapado entre las secuelas paralizantes de la ignominiosa derrota sufrida hace casi treinta años -producto de la incompetencia, fanfarronería y demagogia de la dictadura genocida- y la vía muerta de una estrategia diplomática que pese a su perseverancia no rindió frutos porque el mal llamado “orden mundial” es en realidad un cruento e injusto desorden en donde sólo por excepción deja de regir la ley del más fuerte. Es de celebrar que en fechas recientes el gobierno nacional haya modificado algunos aspectos de esta estrategia buscando nuevos y valiosos aliados regionales para inclinar a su favor una correlación de fuerzas que en el uno a uno de la diplomacia convencional entre el Reino Unido y Argentina, nos conducía inexorablemente a un nuevo ciclo de decepciones. Gracias a las torpes provocaciones de David Cameron la causa de las Malvinas se latinoamericanizó y Londres acusó el impacto al ver que, en esta parte del mundo, su pertinaz colonialismo suscitaba creciente repudio a la vez que solidaridad con la Argentina y que Washington admitía, para desasosiego británico, que había un problema de soberanía que debía discutirse bilateralmente. Y es lógico que el tema se haya latinoamericanizado porque la controversia sobre la soberanía del archipiélago involucra al menos tres aspectos que hacen al interés común de América Latina: (a) la explotación de recursos naturales de nuestros espacios marítimos: recursos renovables (si no se los depreda), como la pesca, y no renovables, como el petróleo; (b) el acceso a la Antártida, fuente segura de enormes riquezas minerales e hidrocarburíferas cuyo tratado que deja “congelados” los reclamos de soberanía sobre ese territorio debería ser renovado en fechas próximas; y (c) el acceso al paso bioceánico a través del Estrecho de Magallanes, de extraordinaria importancia en la hipótesis de que por diversos motivos fuese inoperable el Canal de Panamá. Estas cuestiones, como es obvio, no pueden ser indiferentes para la región, y muy en especial para los países sudamericanos. La causa subyacente de las bravatas del anodino premier británico son los graves problemas económicos (hasta ahora disimulados) y sociales (indisimulables) que atribulan al Reino Unido. Baste recordar que hace menos de un año multitudinarias protestas populares culminaron con saqueos e incendios en las principales ciudades británicas, las que impulsaron a Cameron a escalar el diferendo militarizando aún más al Atlántico Sur y violando los acuerdos regionales que velan por la desnuclearización de esta parte del mundo, incluyendo en su juego a la figura del príncipe Guillermo con toda la carga simbólica que esto implica y yéndose de boca con afirmaciones tales como que la Argentina era un país colonialista, lo que en cuestión de minutos convirtió al émulo de Margaret Thatcher en el hazmerreír universal toda vez que más de la mitad de los territorios aún sometidos al yugo colonial tienen como potencia dominante al Reino Unido, entre ellas nada menos que Gibraltar, en las puertas de Europa. Esto produjo la paradojal coincidencia de España con la Argentina en sus reclamos anticolonialistas, ante las cuales Londres respondió con su acostumbrado desprecio por la legalidad internacional.
Ante la complejidad que tiene la lucha por recuperar a las islas es importante que en la Argentina se debata el asunto con la seriedad que se merece, sin patrioterismo pero también sin desaprensivos cosmopolitismos, entre otras cosas porque de por medio están los seiscientos cuarenta y nueve jóvenes argentinos que fueron sacrificados en la guerra, los más de mil que regresaron heridos y mutilados, los muchos que se suicidaron después y la afrenta que representa para el honor de este país los reclamos de los miles de conscriptos que aún no obtienen del estado nacional el resarcimiento que se merecen por sus servicios prestados en la guerra. Esta advertencia viene a cuento porque en los últimos días se ha desencadenado entre un grupo de intelectuales y publicistas críticos del gobierno una especie de torneo para ver quien adopta posturas más anglófilas y entreguistas, con argumentos que ofenden la inteligencia de los argentinos y la memoria de nuestros muertos al paso que llenan de regocijo al Foreign Office. Uno de los disparates más significativos es el que dice, en línea con los pretextos de Londres, que la Argentina debería consultar a los isleños si es que aceptan o no que Las Malvinas sean reincorporadas al patrimonio nacional. Se apela, erróneamente, a la doctrina de la “autodeterminación nacional” lo que le permitió al historiador Luis Alberto Romero (en una columna publicada en el diario La Nación ) y a un grupo de 17 intelectuales y publicistas proponentes, según ellos, de una mirada alternativa sobre la cuestión de las Malvinas, renunciar alegremente y sin más miramientos al legítimo derecho que le asiste a la Argentina y dar por definitivamente perdida una batalla que este país viene librando desde hace 179 años. 1
Quienes postulan la doctrina de la “autodeterminación nacional” se olvidan que ésta sólo es aplicable a condición de que se cumpla con un requisito inescapable: que quienes se amparen en ese derecho sean los pobladores autóctonos de un territorio, lo que no ocurre en el caso de las Malvinas. La escasa población argentina que había en las islas fue desalojada por una fuerza expedicionaria británica que se apoderó violentamente del archipiélago y estableció, en su lugar, una pequeña colonia que al cabo de casi dos siglos no supera las tres mil almas. Esa viciosa modalidad de adquisición territorial se llama, en el derecho internacional, “conquista”, y de por sí invalida cualquier pretensión de legitimar la presencia post festum de los intrusos auscultando su voluntad o no de perpetuar los efectos de la conquista gracias a la cual se apoderaron de unas tierras que no eran suyas. La inconsistencia del argumento es más que evidente y no se necesita ser un eminente jurisconsulto para comprobarlo.
Propongo el siguiente experimento mental: imaginemos lo que habría ocurrido si la Argentina hubiera sido una gran potencia y a comienzos del siglo diecinueve hubiese ocupado militarmente una dependencia británica, próxima a sus costas, como por ejemplo la Isla de Man, expulsando al puñado de ingleses que la habitaban e instalado allí una pequeña comunidad de argentinos amparados por la permanente presencia de un destacamento armado. Los reclamos de la corona británica eran sistemáticamente desoídos y una medida desesperada para recuperar la isla por las armas -tomada cuando en Inglaterra el fantasma de Cromwell y los sentimientos antimonárquicos preanunciaban una crisis política de enormes proporciones- permitió su transitoria reintegración al dominio británico, sólo para que, poco después, sus tropas sufrieran una aplastante derrota a manos de la potencia colonizadora sudamericana. Luego de ello Londres prosiguió con sus infructuosos reclamos mientras una arrogante Buenos Aires ratificaba su absoluto rechazo a cualquier inicio de conversaciones sobre el tema so pretexto de que nada podía hacerse contra la voluntad de los isleños, descendientes de quienes la ocuparon por la fuerza esa isla dos siglos atrás. Seguramente que, en este caso, los actuales cosmopolitas dispuestos a ceder definitivamente a las Malvinas a los ingleses se hubieran rasgado las vestiduras ante esta sucesión de atropellos al derecho de gentes, el desprecio por la negociación diplomática y el desacato a las resoluciones de las Naciones Unidas. Pero ya no como un experimento mental sino como una palpable realidad esto es lo que Londres ha venido haciendo desde 1833, y es por ello que rehúsa a sentarse en una mesa de negociaciones, honrar las reiteradas recomendaciones del Comité de Descolonización de Naciones Unidas y la Resolución 2065 de la Asamblea General que insta a las partes a buscar una solución pacífica al diferendo, cosa a la cual el Reino Unido se ha negado sistemáticamente. Y lo hace porque el Foreign Office es conciente de que toda la legislación internacional le juega en contra; que su acto de piratesca apropiación de unas islas que no eran suyas es insanablemente ilegal e ilegítimo –y lo mismo vale para el Peñón de Gibraltar- y ni siquiera mil años de ocupación podrán redimir a los invasores británicos de ese pecado de origen. Tal como lo recordara Fidel Castro pocos días atrás, una vez iniciada la negociación diplomática los ingleses no tendrán más remedio que irse porque sólo les asiste el hecho desnudo de la conquista y la fuerza. 2 Pero los críticos se olvidan de todos estos molestos detalles y adoptan, en algunos casos de modo sorprendente dada sus trayectorias político-intelectuales, el punto de vista del colonizador. La culpa, por supuesto, es de los colonizados, de las víctimas; la razón, en cambio, siempre está del lado de los colonizadores. La historia argentina y latinoamericana está repleta de casos como estos en los cuales la “colonialidad” de las elites culturales las convierte en voceros de las potencias coloniales.
Claro que para esto es preciso olvidar muchas cosas: (a) que el recalentamiento del tema Malvinas fue responsabilidad de Londres y no de Buenos Aires; (b) que hasta ahora el gobierno argentino ha dado muestras de una saludable prudencia, al no caer en las burdas provocaciones de Cameron y responder a su bravuconada reforzando la presencia militar en el Atlántico Sur; (c) y que el núcleo central de su argumentación, la “autodeterminación” de los isleños se desploma ante el peso de un componente central de la misma tradición jurídica anglosajona que los críticos se supone tienen en alta estima y que dice que might does not make right, o sea, la fuerza no crea derechos.
En consecuencia, en el caso de las Malvinas, como en cualquier otro en donde un un estado arrebata el territorio de otro país por la vía de la conquista, la doctrina que se aplica no puede ser la de la “autodeterminación nacional”, por las razones arriba expuestas, sino la de la “integridad territorial” que establece que ningún estado tiene derecho a apropiarse de un territorio que pertenece o se halla bajo la jurisdicción de otro. Según esta doctrina la “consulta a los deseos de los isleños” es irrelevante a la hora de resolver la cuestión de la soberanía, aunque va de suyo que si las Malvinas llegaran a retornar algún día a la Argentina (en un futuro que sin dudas está muy lejano aún cuando Londres decida dejar de violar la legalidad internacional y obedezca el mandato de la ONU) el modo de vida de los isleños, su lengua y sus tradiciones deberían ser incondicionalmente respetadas y la Argentina debería aceptar, como lo han hecho Bolivia y Ecuador, el desafío de construir una comunidad política binacional, bilinguística y multicultural. Pero esto nada tiene que ver con la cuestión de la soberanía: quienes apelan a la “autodeterminación” de los isleños cometen un grave error jurídico y político, al paso que sus confusas elucubraciones desnudan los peligros que el rechazo visceral a una gobernante, en este caso Cristina Fernández de Kirchner, puede tener sobre mentes que, bajo otras circunstancias, dieron en algunos casos muestras de notable lucidez y clarividencia.

Notas:

1 Luis Alberto Romero, “¿Son realmente nuestras Las Malvinas?”, La Nación, 14 de Febrero de 2012; el documento de los 17 intelectuales y publicistas lleva por título: “Malvinas: una visión alternativa”, y se publicó íntegramente en la edición del 23 de Febrero de 2012.

2 Ver al respecto el esclarecedor análisis de Marcelo G. Kohen sobre todos los obstáculos interpuestos por el Reino Unido para evitar el inicio de negociaciones diplomáticas sobre el futuros de las islas: “¿Quién ‘bloquea’ en la cuestión Malvinas”, en Página/12, 12 de Enero de 2012.

lunes, 27 de febrero de 2012

La humillación de Grecia

Mike Whitney
CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


“¿Cómo puede alguien hablar de impago en tiempo futuro cuando estamos ya en una total bancarrota…? ¿Es que no ven cómo la gente escarba entre la basura y duerme en las aceras? Los que nos llevaron a la bancarrota –la troika y el gobierno- proclaman ahora que quieren salvarnos de la quiebra. ¡Es increíble!”

(Mikis Theodorakis, compositor y cantante)

“Todo está cambiando. Todo es terrorífico”, (Kathimerini, periódico griego)

Si Grecia utilizara el préstamo de 130.000 millones de euros en estímulos fiscales, entonces valdría la pena el compromiso. Porque ese dinero podría hacer que mucha gente volviera a tener trabajo y que la economía se pusiera en marcha rápidamente. Pero el préstamo no va a utilizarse para estimular nada. Va a emplearse en recapitalizar los bancos y en pagar a los acreedores, ninguno de los cuales hará lo más mínimo para impulsar la actividad económica o crear puestos de trabajo. Entonces, ¿para qué molestarse? ¿Por qué cavar un agujero aún más profundo si no se va a conseguir nada? Si ese va a ser el caso, entonces Grecia no debería pagar ahora y sí empezar a reconstruir su economía tan rápido como sea posible. No tiene sentido dejarlo para más adelante.
La troika (el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional) están exigiendo otros 3.000 millones de euros en recortes del gasto público aunque el desempleo alcance el 20% y la economía se haya hundido un 7% en el último trimestre. ¿Qué sentido tiene hacer eso? No necesitan ser unos genios para darse cuenta de que Grecia no alcanzará sus objetivos presupuestarios si los ingresos fiscales continúan cayendo porque a la gente la han despedido o le han recortado los ingresos. Solo van a conseguir que una mala situación empeore. Pero a la troika le trae al pairo este tipo de cosas. No les preocupa que sus absurdas teorías económicas hayan fallado miserablemente hasta ahora o que sus medidas de austeridad no hayan sido más que un fracaso total. Siguen empeñados en cometer los mismos errores una y otra vez, insensibles a las críticas de acreditados economistas, ajenos a los pésimos resultados, siguen ahí firmes en su idea de que los griegos tienen que seguir apretándose el cinturón, seguros de que una dieta estricta a base de migas de pan y agua es la mejor forma para nutrir una economía enferma y hacer que recupere la salud. Sin que les altere lo más mínimo que los hechos demuestren lo contrario.
Fitch no está convencido de que la austeridad vaya a funcionar, en realidad las agencias de calificación bajaron la de Grecia a “C” el pasado martes, diciendo que en estos momentos piensan que es “muy probable” que Grecia no pueda pagar. De forma parecida, un “informe confidencial” entregado el pasado 19 de febrero a los ministros de finanzas de la Eurozona indica que hay una alta probabilidad de que la crisis griega empeore y que la deuda del país respecto a la ratio del PIB esté aún en un 160% en 2020, toda una década después de la puesta en marcha de las medidas de austeridad. Por tanto, aunque Grecia se azote con el cilicio y siga los diktats de la troika, su deuda podría estar aún en niveles “insostenibles” dentro de ocho años.
Entonces, ¿por qué empezar aceptando el préstamo? ¿Por qué no declarar rápidamente el impago y acabar de una vez? Que los acreedores (principalmente los bancos alemanes, franceses e ingleses) afronten las pérdidas. Ese es su problema. Verán, si Vds. no pueden pagar sus facturas, se declaran en quiebra, ¿no? Así es como se supone que funciona el sistema. La misma regla se aplica a los países. Cuando Vds. han intentado abarcar más de lo que pueden y no pueden pagar sus deudas, se pide “Tiempo Muerto”, se saca bandera blanca y a empezar otra vez. Ya es hora de que Grecia admita que el juego se acabó y ponga fin a la historia.
Todos hemos oído ya hablar mucho sobre “los flojos de los griegos” y del “despilfarro en el gasto” durante los últimos dos años, pero la verdad es esta: que la culpa la tienen siempre los prestamistas. Siempre. No importa si Grecia es el mayor gorrón de la historia; eso es completamente irrelevante. Es responsabilidad del prestamista hacer las diligencias debidas para asegurarse de que el prestatario es solvente. El prestatario no tiene responsabilidad en ese sentido. Ninguna. Su misión no es olfatear alrededor para ver si fulano de tal está empleado o si paga sus facturas o si tiene un buen historial de crédito o lo que sea. Ese es el trabajo del banco; y son bastante buenos en eso también (cuando no están estafando al sistema con hipotecas tóxicas). Y tienen criterios muy estrictos a la hora de prestar y si un solicitante no cumple con esos criterios, entonces, bum, de patitas a la calle. Por tanto, si los bancos de la UE pierden una tonelada de dinero porque no hicieron sus deberes y fueron tan estúpidos que no se dieron cuenta que prestarle a Grecia era más arriesgado que prestarle a Alemania, ¿a quién van a culpar de ello? ¿A Grecia? Para nada.
Desde luego, la gente en el poder rechaza esta línea de razonamiento porque no creen que los bancos o los tenedores de bonos deban siquiera perder un céntimo. De eso es de lo que va el último fiasco del rescate, de intentar proteger a incultos banqueros de las pérdidas en sus apuestas de mierda. Pero si los banqueros no asumen las pérdidas, entonces, ¿quién lo hará? ¿Los trabajadores? Eso es lo que se pretende en estos momentos, pero también es por eso por lo que Atenas se ha convertido en una zona de guerra, porque se está culpando a las personas equivocadas de una crisis que no crearon y por la que no deberían pagar… Así es como Satyajit Das resume el capitalismo salvaje: “Ya no se pretende en modo alguno ‘ayudar’ a Grecia. Solo se trata de asegurar que los bancos alemanes y franceses minimicen sus pérdidas”.
¿Ven? Eso no tiene nada que ver, en absoluto, con Grecia. Es solo otro rescate de los grandes capitostes de las finanzas. Veamos que más nos cuenta Das:
“Es probable que los fondos no se le entreguen a Grecia sino que se coloquen en una cuenta especial de dónde se irán sacando para satisfacer las obligaciones de deuda del país… Alemania y los Países Bajos han sugerido que la UE asuma el control de las finanzas griegas y que se suspendan las elecciones a favor de un gobierno tecnocrático que cuente con la confianza de Berlín, París y Bruselas. Al final, el comunicado exigía que Grecia aprobara una ley humillante en la que se dé prioridad a la amortización de la deuda por encima de cualquier otra obligación del gobierno”. (“It’s all Greek to me”, Satyahit Das)
Ahora que Grecia ha aceptado un contrato de esclavitud para el próximo milenio, o algo así, los eurócratas han decidido imponerle más condiciones onerosas, como colocarles un capataz en Atenas que supervise el presupuesto para asegurar que los acreedores extranjeros consiguen su dinero antes que los pensionistas, que las madres que atienden a personas dependientes, que los pacientes de cáncer, que los veteranos minusválidos, los huérfanos y los parados. ¿Qué es eso de las prioridades? Al mismo tiempo, los partidarios de la línea dura en Alemania quieren que el parlamento griego apruebe un proyecto de ley que haga imposible que futuros parlamentarios puedan rechazar los términos del rescate. Es decir, se espera que Grecia derogue los principios fundamentales del gobierno democrático para pagar a los degolladores que emitieron los préstamos. Lo siguiente será que los griegos tendrán que enviar a sus primogénitos como garantía de los préstamos. ¿Dónde acaba esta historia?
Y –como hemos dicho antes-, el plan de rescate ni siquiera soluciona el problema. La economía griega continuará desacelerándose mientras la deuda de la nación respecto al PIB siga creciendo. Así pues, una vez más, ¿por qué aceptar un acuerdo que solo va a servir para empeorar las cosas?
Les refiero un párrafo de un artículo en Der Speigel que saca la misma conclusión:
“Desde luego que los 130.000 millones de euros no van a resolver el problema. Solo se intenta comprar tiempo. Tiempo hasta que los mercados financieros se hayan estabilizado a un nivel en que puedan manejar la bancarrota real de Grecia sin una reacción en cadena. Sin quiebras bancarias, no hay consecuencias a través de la pérdida del seguro del crédito y para el problema existente de explosión de los países de la Eurozona.” (“Stop the 130 billion bank transfer!” Der Speigel)
Por tanto, están sacrificando a Grecia para impedir otro Lehman Brothers, ¿no es así? Le están arrancando su soberanía y abocando a su pueblo a una década de miseria absoluta porque las infracapitalizadas, superextendidas y poco reguladas instituciones financieras están amarradas a una línea de conga que podría estallar en cualquier momento y echar abajo con ellas todo el sistema financiero. ¿Verdad? ¿Es el sistema realmente tan frágil o se está invocando a Lehman (al igual que con el 11-S) para conseguir además un objetivo diferente?: Sustituir a los representantes elegidos con agentes de la mafia bancaria que planean convertir el país en una mina a cielo abierto para arrancarle todos sus tesoros mientras aplastan los sindicatos bajo los tacones de sus botas.

Pero, ¿es Grecia responsable, al menos en parte, de la crisis actual?

Seguro que sí. La corrupción, el caciquismo y la evasión de impuestos están a la orden del día, pero los problemas reales no aparecieron hasta 2009, como el compositor Mikis Theodorakis explica en este escrito editado en su página web:
“Hasta 2009, no había problemas económicos graves. Las mayores heridas de nuestra economía eran los enormes gastos relacionados con la compra de material bélico y la corrupción de una parte del sector político, económico y periodístico. De ambas heridas, los extranjeros son conjuntamente responsables. Los alemanes, por ejemplo, al igual que los franceses, ingleses y estadounidenses, ganaron miles de millones de euros de las ventas anuales de material bélico, en detrimento de nuestra riqueza nacional. Esa continua hemorragia nos puso de rodillas y no nos permitió avanzar, mientras que al mismo tiempo hacía que naciones extranjeras prosperasen. Lo mismo ocurrió con el problema de la corrupción. Por ejemplo, la compañía alemana S mantenía un departamento especial para conseguir accionistas a fin de colocar sus productos en el mercado griego. Por lo tanto, el pueblo griego ha sido víctima de ese dúo depredador de griegos y alemanes que se han enriquecido a costa suya.
Es obvio que esas dos grandes heridas podrían haberse evitado si los dirigentes de los dos partidos pro-estadounidenses en el poder no hubieran sido erosionados por elementos corruptos que recurrieron a préstamos excesivos para cubrir la fuga de riqueza (el producto de la clase trabajadora griega) a manos de países extranjeros, provocando una deuda pública que alcanzó los 300.000 millones de euros, i.e. el 130% del PIB.
¿Les resulta familiar? Los bancos prestan montones de dinero a contratistas corruptos y a políticos venales que ponen sus bolsillos mientras se dedican a comprar gran cantidad de equipamiento militar inútil con gran frenesí. Todo el mundo se atraca en el pesebre público; todo el mundo engorda y es feliz. ¿Cuántas veces hemos oído esa historia antes? Y, oh, yeah, algunos pesos pesados de Wall Street también ayudaron a que el gobierno griego escondiera la tinta roja que había en sus libros contables para poder mantener el mayor tiempo posible el latrocinio de esos tiburones. Ahora que las facturas han vencido, las cucarachas se han dispersado y es a los trabajadores a quienes les toca pagar las cuentas.
¿Hay alguien que se pregunte por qué las víctimas de esta obscena estafa han tomado las calles e incendiado Atenas en vez de aceptar su destino sin protestar?
Nadie piensa que este último rescate griego sea algo más que un ejercicio de pataleo diseñado para prolongar lo inevitable. Finalmente, Grecia no podrá pagar y la razón de ello es porque las políticas puestas en marcha hacen que el fracaso sea inevitable. El feroz régimen de apretarse el cinturón impuesto por Bruselas y Frankfurt no pretendía hacer que la economía recuperara la productividad y el crecimiento; el objetivo era castigar, humillar y crear un “estado permanente de dependencia colonial”. Es tan solo una “terapia de choque” con un envoltorio diferente.

Mike Whitney vive en el estado de Washington. Ha colaborado en el libro de inminente aparición “Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion” (AK Press). Puede contactarse con él en: fergiewhitney@msn.com

Fuente:
http://www.counterpunch.org/2012/02/23/the-humiliation-of-greece/

Al capitalismo no le sienta bien la democracia


Juan Torres López

Rebelión


El filósofo alemán Jürgen Habermas ha escrito en su último libro y repite en varias declaraciones públicas que en Europa se está desmantelando la democracia (Ver Georg Diez, A Philosopher's Mission to Save the EU). Un juicio muy fuerte del que se hacía eco compartiéndolo alguien nada sospechoso de radicalismo y que conoce bien el continente como el ex canciller alemán Helmut Schmidt (L'Allemagne dans et avec l'Europe, L'Economie politique n° 053 - janvier 2012).
No creo que se trate de palabras vacías sino de un proceso real, ya innegable aunque desearía que no llegue a ser imparable a corto y medio plazo.
Bastó con que el ex presidente Papandreu amagara con la convocatoria de un referéndum para que se le hiciese dimitir, o que Berlusconi sacara la cabeza frente a Bruselas para que igualmente saliera por la puerta chica de donde le habían puesto, para mayor o menor fortuna, los electores italianos.
Han sido dos auténticos golpes de estado de los que nadie quiere hablar y que se ha conseguido hacer pasar como si nada en los medios de comunicación y en los debates políticos. Y el reciente acuerdo con Grecia (si es que se le puede llamar así) es el punto final al régimen democrático en aquel país, toda vez que autoridades extranjeras se han hecho ya definitivamente con el poder de facto para decidir lo que les conviene a ellas y a los poderes financieros y económicos a los que representan, sean cuales sean la opinión o las preferencias de los ciudadanos griegos. ¿Quién puede decir hay democracia en aquel país?
No es la primera vez que hemos podido comprobar que la democracia, por limitada que sea, es un escollo a veces insalvable para poner en marcha las medidas que aseguren beneficios al capital. Las políticas neoliberales que ahora sufrimos en todo su esplendor fueron puestas por primera vez gracias a golpes de estado militares que sirvieron de experiencias para ir validando el tempo de las medidas de represión social y económica que iban a ser necesarias para consolidar el nuevo régimen de competencia y beneficio en las economías capitalistas. Y eso se hizo para frenar el poder creciente que el pleno empleo y el Estado de Bienestar habían dado a los trabajadores del mundo occidental.
Desde entonces vivimos en un proceso de continuado debilitamiento de la democracia formal que cada vez más se convierte en un remedo del sistema político que garantiza que las decisiones sobre las cosas sociales y los intereses generales se tomen en función de lo que piensa y determina la mayoría de la población consultada a través de las urnas.
A ello han contribuido varias circunstancias pero creo que algunas de ellas son especialmente importantes y han tenido una particular incidencia en la crisis que estamos viviendo.
La primera es la consolidación de un poder monetario privado, al margen efectivo del debate político, que condiciona y encuadra al resto de las políticas económicas. La independencia de los bancos centrales y el fortalecimiento de la capacidad de maniobra de los fondos y entidades financieras han sido los factores que principalmente han contribuido a este fenómeno contemporáneo que hace que, en la práctica, los gobiernos tengan completamente atadas las manos frente a los mercados y los grandes propietarios de capital.
La segunda es el incremento voluntariamente planificado del desempleo y el empleo precario. De esa forma, como ya advirtiera Michal Kalecki hace ochenta años, los grandes empresarios obtienen menos beneficios (puesto que les sería económicamente más rentable el pleno empleo) pero gracias a la sumisión y a la debilidad que esas condiciones laborales generan en las masas trabajadoras, pueden disponer de más poder político que a la postre es lo que les asegura su posición de dominio social. Y a ello ha contribuido en los últimos años de modo decisivo el incremento del negocio de la deuda que los bancos han impulsado imponiendo modelos de crecimiento basados en el suministro de bienes de inversión y duraderos que generan demanda de crédito (como la vivienda o los automóviles). El crecimiento extraordinario del endeudamiento familiar no solo es una selecta fuente de ganancias para la banca sino una auténtica esclavitud contemporánea: los individuos viven para consumir y para pagar los créditos que les permiten salir adelante.
La tercera es la mixtura también creciente entre el poder económico y financiero y el mediático que el impulso de las concentraciones de capital está llevando hasta extremos realmente insospechados: uno o dos grupos empresariales, o uno, o incluso simplemente alguna persona aislada, controlan la totalidad de la oferta de medios (sobre todo audiovisuales) en muchos países, uniformando la opinión pública e imponiendo, se quiera o no, el pensamiento único que domina las decisiones económicas.
Otra circunstancia que me parece decisiva como fuente de degeneración democrática en el ámbito económico es que los partidos y las autoridades públicas están llegando a ser materialmente irresponsables. Hoy día es prácticamente imposible pedirle cuentas, sobre todo, de los incumplimientos constantes de la oferta electoral de naturaleza económica con que se presentan a las elecciones. Y es tanto el poder que ejercen sobre los medios de adoctrinamiento y tan estrechas las vías que se abren para el debate social que no es posible que los electores tomen nota de ello, lo que les impide acudir a las elecciones con la información que les permitiera algo más que optar entre opciones políticas que terminan por hacer lo mismo en materia económica.
Tan molesta está llegando a ser la democracia para los grandes poderes económicos y financieros y tanto incordio les supone la intermediación de las instituciones públicas que parece que han decidido tomar ellos mismos las riendas de los poderes públicos. Y en esta crisis se está produciendo con mucha mayor fuerza que nunca antes, la fusión entre unos y otros, por la vía incluso de la participación directa en los gobiernos que igual termina, como ya ha pasado en algún país, con la entronización en la vida pública de empresarios populistas que permitan a la clase empresarial más poderosa deshacerse de los políticos profesionales que, a veces, incluso le salen demasiado caros.
Es gracias a todo ello que las medidas que se están aplicando frente a la crisis no sean realmente las que podrían permitir mejorar la situación económica y que apenas pase nada. Es es una evidencia clamorosa: las economías europeas no están mejor que cuando se empezaron a aplicar las políticas que dicen que solucionan la crisis sino mucho peor. Crecen menos y tienen más deuda. Y es así porque estas políticas no se destinan a mejorar las condiciones económicas en general sino a aumentar el beneficio y el poder de decisión de los grandes propietarios de capital y de los financieros. Por eso el debate social plural y transparente, la igualdad de medios y condiciones para exponer opiniones, la democracia, se está convirtiendo en una incómoda piedra en el zapato del capitalismo neoliberal de nuestra época porque es lo único que podría poner en claro lo que está pasando. Y por eso se la quieren quitar de encima cuanto antes.



ttp://www.juantorreslopez.com/impertinencias/158-impertinencias-de-febrero-de-2012/2608-al-capitalismo-no-le-sienta-bien-la-democracia-

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Argentina: “El Estado tiene una deuda importante”

Jaime Sorín, ex decano de Arquitectura de la UBA, formó parte del estudio Vías argentinas. Sostiene la importancia social de la red ferroviaria, habla sobre el origen de la privatización y la deuda que mantiene el Estado en una política ferroviaria.
Por Mariana Carbajal

“No puede haber un país sin un sistema público de transporte eficiente. Está absolutamente probado que con las privatizaciones es cada vez más ineficiente. Si queremos tener sintonía fina, esto es parte de la sintonía fina”, opina el arquitecto Jaime Sorín, miembro fundador de Carta Abierta, ex decano de Arquitectura y ex vicerrector de la UBA. “El Estado, que se ha metido a reparar tantos problemas que nos dejó la década del ’90, tiene una deuda importante en el tema transporte”, apunta en su estudio del barrio porteño de Almagro.
Sorín fue codirector junto con Horacio González del proyecto de investigación Vías argentinas –que encabezó León Rozitchner–, y enlazó a las facultades de Arquitectura y de Ciencias Sociales, en el marco de la crisis de 2001 y 2002. El equipo de investigación se acercó a los talleres ferroviarios destruidos, y destrozados, a las estaciones abandonadas, a las familias de los ferroviarios que permanecen en sus pueblos olvidados y fantasmas, para escuchar sus historias. En una entrevista con Página/12, Sorín analizó la debacle de los ferrocarriles –que comenzó, según recuerda, en 1961y se profundizó dramáticamente durante el menemismo–, y que quedó en trágica evidencia a partir del horror de la Estación Once, y planteó los desafíos que tiene el Gobierno para dar una respuesta adecuada al momento histórico que encarna el kirchnerismo. Sorín es profesor y flamante director del Instituto de la Vivienda de la Facultad de Arquitectura. Y padre de Juan Pablo Sorín, ex capitán de la Selección Argentina de fútbol.

–¿Qué lectura hace del accidente de Once?

–Es complejo. Obviamente tiene una lectura política, de políticas públicas por lo menos. Creo que hay que encararlo de ese lado. Lo demás ya está en manos de la Justicia. Me parece que el Estado, que se ha metido a reparar tantos problemas que nos dejó la década del ’90, tiene una deuda importante en el tema transporte. El Gobierno trató desde el principio que la gente pudiera viajar, más que nada. Entonces se priorizaron los subsidios y la tarifa. Pero con la recuperación económica se ha triplicado o cuadruplicado la cantidad de gente que viaja, hoy son millones, especialmente en el sistema de transporte ferroviario, donde viajan aquellos con menos posibilidades económicas, que viven más lejos de su lugar de trabajo. El Estado priorizó eso, pero no resolvió dos temas, básicamente. Uno es que estamos en una etapa distinta de este gobierno, que ha resuelto en gran medida el problema del empleo, aunque no completamente, pero estamos en ese camino; va a ser bastante más difícil en los próximos cuatro años porque no se puede ir al mismo ritmo de recuperar cinco millones de empleo, sobre todo con sectores que son los que tienen menor capacidad de inserción. Hoy hay exigencias de otro tipo. La gente está pensando que, además de viajar, tiene que tener comodidad, frecuencias.

–Se viaja muy mal. Y no sólo usan el tren los sectores populares. También la clase media.

–Es cierto. El Gobierno no ha encarado este tema como otros, por ejemplo, la salud. Es una tarea pendiente. En Europa, los trenes son estatales y tienen subsidios porque es una tarea del Estado garantizar que los trenes anden bien. Lo que pasa que acá, en la década del ’90, se planteó que todo tenía que dar “ganancias”, aun los servicios públicos, y se metió en la cabeza de todo el mundo que los trenes daban enormes pérdidas y que si eran privados iban a ser mejores. Pero ojo: ya en la década del ’50 hubo un investigador argentino que se llamaba Porta, que desarrolló un sistema para estudiar los presupuestos de los ferrocarriles, y demostró que había también un beneficio social que había que contabilizar. Y que eso tiene un costo. Si se suma el beneficio social al balance económico se va a ver, si funciona bien, que en realidad se tiene ganancia. El sistema de Porta se aplicó en Europa, pero en la Argentina no. Entonces siempre se habló de la pérdida que daban los ferrocarriles.

–¿Qué cree que se debe hacer hoy con el servicio de trenes?

–Es muy difícil ahora sacar las concesiones rápidamente. Debería hacerse una auditoría profunda y seria. Además es una trampa para el Estado. Puede sacarles las concesiones y quedarse como propietario de algo que está en estado calamitoso, y encima va a ser responsable de eso. Evidentemente el Estado debe plantearse qué política quiere para los ferrocarriles, qué tipo de transporte quiere para el conjunto de la población y para las cargas. Porque el ferrocarril no es sólo transporte de personas. Y hoy el Estado tiene un problema serio que es de diez mil millones de dólares anuales de importación de combustible, que lo estamos viendo todos los días como uno de los temas de la agenda prioritaria. El ferrocarril es mucho más barato.

–¿Cuándo empezó el desguace de los ferrocarriles?

–En realidad, empezó en 1961 con el Plan Larkin, en la época de Frondizi. Larkin era un general norteamericano que vino como experto en ferrocarriles. Lo contrató el gobierno nacional. Fue un plan de desguace del ferrocarril para priorizar el transporte automotor. En pleno desarrollismo se daba prioridad a las inversiones extranjeras. Se pensaba que iban a hacer el desarrollo industrial y lo primero que se hizo fue la introducción de las empresas automotrices, la Kaiser y otras en Córdoba. Ese proyecto necesitaba que hubiera una disminución del transporte por ferrocarriles. Después esto se completa con el plan de autopistas del Conade, de la época de Onganía.

–¿Cuáles autopistas se empiezan a construir?

–Todas las autopistas que se hicieron después están dibujadas en ese plan. Es un plan de los militares. Cacciatore lo que hizo en la práctica fue desarrollar a fondo ese plan. Y eso es lo que hoy tenemos.

–¿Qué modelo promovía?

–De achicamiento del país.

–¿Cuál fue el impacto de la privatización de los ferrocarriles durante el menemismo?

–Los ramales se disminuyeron de 30 mil kilómetros a 4 mil o 5 mil útiles, que son los que hay ahora. El resto, o está levantado o está inutilizado. Ese fue el primer gran impacto: destruir todo un sistema, que no era sólo un sistema de transporte, era cultural porque no hay pocas cosas más democráticas que un sistema ferroviario bien hecho. No sólo viajan todas las clases sociales sino que permite que se conecten todos aquellos sectores del país, aun aquellos más desprotegidos, que veían en el ferrocarril la posibilidad de acercamiento a los lugares centrales. Más de 700 pueblos quedaron desconectados.

–¿Cómo se hicieron los ramales ferroviarios?

–Muchos vienen de fines de siglo XIX, principios del XX. Se le daba a una compañía, fundamentalmente extranjera, un trazado. Junto con eso venían todas las tierras que estaban alrededor del trazado. La tierra de todos esos pequeños pueblos que se unían era del ferrocarril. Imagine cuál era el impacto económico que tenía eso. No era sólo el transporte sino que a los costados tenían tierras cultivables o en las que se hacía la colonización. Por esa razón muchos pueblos son parecidos. El tren era la única forma que tenían esos pueblos de unirse, de visitarse, de juntarse una familia con otra. Hay una película, Kilómetro 111, dirigida por Mario Soffici, en la que trabaja Pepe Arias como jefe de la estación, que muestra cómo funcionaba la estación, cómo la gente se reunía a ver pasar el tren, cómo era el paseo de todos los días, todo lo que generaba la cultura ferroviaria. Pero además había 100 mil trabajadores con todas sus familias, que también era una cultura muy importante. Era un orgullo ser ferroviario. No casualmente el sindicato de los maquinistas se llama La Fraternidad, eran anarquistas en sus orígenes. Muchos pueblos giraron alrededor de eso. La pertenencia era muy fuerte.

Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-188430-2012-02-27.html

domingo, 26 de febrero de 2012

Islandia juzgará por fraude a la directiva de un banco rescatado en 2008


LibreRed.net

La cúpula directiva del banco islandés Kaupthing Bank, que tuvo que ser rescatado por el Gobierno en 2008 en medio del colapso del sistema financiero del país, incluyendo al presidente y al consejero delegado de la entidad, se sentarán en el banquillo de los acusados tras haber sido acusados formalmente de fraude y manipulación por la Fiscalía Especial de Islandia, en el marco de sus investigaciones sobre el colapso de la banca islandesa en 2008.
Así, Hreidar Mar Sigurdsson, antiguo consejero delegado del banco, y Sigurdur Einarsson, que desempeñaba el cargo de presidente, habrían recibido sendas notificaciones por parte de la Fiscalía para que comparezcan ante el tribunal el próximo mes de marzo, aunque el juicio, en el caso de que, como se prevé, se declaren no culpables, no empezará en varios meses.
Los dos banqueros ya habían sido detenidos anteriormente, puesto que Sigurdsson fue arrestado en 2010 acusado de falsificar documentos y manipular acciones, mientras Einarsson lo fue durante un breve periodo de tiempo en 2011 en el transcurso de varias redadas desarrolladas en oficinas de la entidad en Londres y Reikiavik.
Aparte de los dos máximos representantes de la entidad, también han recibido citaciones otros altos ejecutivos e inversores, como Magnus Gudmundsson, expresidente de Kaupthing Luxembourg, y Ólafur Ólafsson, el segundo mayor accionista de la entidad.
Kaupthing Bank fue una de las tras entidades islandesas que tuvo que ser intervenida por el Gobierno de Islandia en octubre de 2008, como consecuencia de la crisis de la burbuja de crédito y el desplome de la corona.

Fuente: http://www.librered.net/?p=15674

viernes, 24 de febrero de 2012

Argentina: Peor no cambiar que cambiar tarde

Por Martín Granovsky

Al proclamar que quiere ser tenido como querellante por parte de la Justicia, el Gobierno parece haber querido enviar un mensaje: no será neutral sino acusador ante los eventuales responsables de tantas muertes.

Si la Justicia acepta al Poder Ejecutivo como parte activa en la persecución penal, éste tendrá la ventaja de conocer los vericuetos del expediente. Una cercanía que suele servir para satisfacer la curiosidad sobre el carácter de los implicados, incluso si hubiera algún funcionario, o para sugerir medidas que impulsen la causa contra los implicados. Inclusive si hubiera algún funcionario.
El costado penal es un costado, no el único ni el principal, de las decenas de muertes en Once. Puede haber hechos que configuren delito o puede no haberlos. La Justicia lo dirá. Puede haber, o no, culpables. Lo que es seguro es que hay responsables tanto en el sector público como en el sector privado. Para dirimir estas responsabilidades la Justicia es una fuente más. No se constituye en el origen exclusivo de una verdad que corresponde reconstruir pedacito a pedacito con la experiencia de cada sector social.
Pero al Ejecutivo le corresponden no sólo el impulso de la causa penal y la distinción de responsabilidades. Le toca, en especial, el futuro. Es un punto que hasta ahora no abordaron a fondo ni el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, que el miércoles se dedicó a especulaciones frívolas en medio de los muertos, ni el subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna, tan silencioso siempre que debe haber pasado a la clandestinidad.
Elido Veschi, un ingeniero experto en ferrocarriles que se destacó estos días entre las voces sensatas, dijo que es mejor no apurarse a liquidar la concesión de TBA sin un plan y sin una investigación previa. El plan comienza, para Veschi, con la creación de una empresa ferroviaria estatal. La investigación apunta a dos aspectos. Por un lado, una auditoría del material rodante y fijo, que abarca vías y talleres, entregado a los privados por la administración de Carlos Menem cuando destruyó el sistema ferroviario del Estado. Por otro, una investigación contable que sirva para saber dónde fueron destinados los subsidios que pagó el Estado.
Veschi asegura que esas auditorías permitirían saber dónde está parada la Argentina y no deberían insumir más de dos meses de trabajo.
Parte de la investigación ya está a disposición del Estado. Como publicó ayer este diario, el presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, informó que había indagado a fondo en el funcionamiento de la concesión a la empresa TBA del Grupo Cirigliano, con ramificaciones en líneas de colectivos y reciente adjudicatario del tren que unirá a la Argentina con Uruguay.
A veces suele decirse, invocando proverbios chinos o etimologías del griego, que en cada crisis hay una oportunidad. Sería obsceno afirmarlo tras la catástrofe humanitaria de Once. La seguidilla de accidentes en barreras y vías, más la mortandad en rutas, revela que no hay una oportunidad, sino una tragedia que seguramente pudo ser evitada y, sobre todo, una señal de stop: con querella penal o no, si el sistema de transporte público sigue con la matriz que le imprimió Menem y nunca fue desmontada del todo ni en todos los sitios, nadie debería asombrarse ante nuevas muertes.
Que se haya llegado al punto extremo y que la meta sea ahora evitar más muertes impone un cambio de política para conseguir otro objetivo, cotidiano y concreto. Se supone que una democracia profunda no sólo debe garantizar la vida sino su calidad. El hacinamiento diario en el transporte, a veces combinado con el hacinamiento en materia de vivienda, es un tormento para los trabajadores. Viajar mejor debería ser el resultado de una política ferroviaria popular, nacional y democrática.
En política de transportes el Gobierno ya no puede corregir hacia atrás lo que hizo mal. Cada uno tendrá su juicio sobre el pasado. Pero, desde Once, puede modificar la estrategia de fondo y concebir el transporte público como una de las políticas sociales más importantes. Peor no cambiar que cambiar tarde.
 
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-188274-2012-02-24.html

jueves, 23 de febrero de 2012

La verdad sobre Grecia

A la opinión pública internacional


La verdad sobre Grecia

Mikis Theodorakis

El domingo 12 de febrero de 2012, Mikis Theodorakis hizo este llamamiento durante la gran manifestación que tuvo lugar en la Plaza Sintagma de Atenas en paralelo al debate parlamentario sobre la adopción de un nuevo Memorándum impuesto a Grecia por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI). Cuando los ancianos Mikis Theodorakis (de 87 años) y Manolis Glezos (de 90) pidieron permiso a la policía antidisturbios para poder dirigirse a la multitud desde las escaleras del Parlamento, la única respuesta que obtuvieron fue una ráfaga de gas lacrimógeno que más bien pareció un intento de asesinato. Así se trata en este país “trokaizado” a dos hombres que, en Japón, serían “tesoros nacionales vivientes".- Tlaxcala

Existe una conspiración internacional cuyo objetivo es darle a mi país el golpe de gracia. El asalto se inició en 1975 contra la cultura griega moderna; luego continuó con la descomposición de nuestra historia reciente y nuestra identidad nacional y, ahora, trata de exterminarnos físicamente con el desempleo, el hambre y la miseria. Si los griegos no se sublevan para detenerlos, el riesgo de extinción de Grecia es real. Podría ocurrir en los próximos diez años. Lo único que sobreviviría a nuestro país sería el recuerdo de nuestra civilización y de nuestras luchas por la libertad.
Hasta 2009, la situación económica en Grecia no era muy grave. Las grandes heridas de nuestra economía fueron el excesivo gasto militar y la corrupción de una parte del mundo político, financiero y de los medios. Pero también son responsables algunos países extranjeros, entre ellos Alemania, Francia, Inglaterra y USA, que ganaron miles de millones de euros a costa de nuestra riqueza nacional vendiéndonos año tras año equipamiento militar. Esta hemorragia constante nos impidió avanzar mientras que enriquecía a otros países. Lo mismo se podría decir en lo que respecta al problema de la corrupción. Por ejemplo, la empresa alemana Siemens tenía una agencia especial dedicada a corromper a los griegos con el fin de que éstos diesen preferencia a sus productos en nuestro mercado. Así, hemos sido víctimas de este dúo de depredadores, alemanes y griegos, que se enriquecieron a costa del país.
Es obvio que estas dos grandes heridas podrían haberse evitado si los líderes de ambos partidos políticos proyanquis no se hubiesen dejado corromper. Esa riqueza, producto del trabajo del pueblo griego, se drenó hacia países extranjeros y los políticos trataron de compensar las pérdidas mediante préstamos excesivos que dieron lugar a una deuda de 300 billones de euros, un 130% del Producto Nacional Bruto.
Con una estafa así, los extranjeros ganaban por partida doble: en primer lugar mediante la venta de armas y de sus productos y, en segundo, con los intereses sobre el capital que le prestaban al gobierno, no al pueblo griego que, como hemos visto, fue la principal víctima en ambos casos. Un solo ejemplo bastará para demostrarlo: en 1986, el gobierno de Andreas Papandreu pidió prestado un billón de dólares a un banco de un gran país europeo. Los intereses de ese préstamo terminaron de pagarse en 2010 y ascendieron a ¡54 billones de euros!
El año pasado, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, declaró que era consciente de la masiva fuga de capital que tenía lugar en Grecia a causa del alto costo del material militar, comprado principalmente a Alemania y Francia. Añadió que había llegado a la conclusión de que los fabricantes de armas nos estaban llevando a un desastre seguro. Sin embargo, confesó que no hizo nada para contrarrestarlo… ¡para no perjudicar los intereses de países amigos!
En 2008, la gran crisis económica llegó a Europa. La economía griega no se ha librado de ella. Sin embargo, el nivel de vida, que hasta entonces había sido bastante alto (Grecia estaba clasificada entre los 30 países más ricos del mundo), prácticamente no ha cambiado, a pesar del aumento de la deuda pública. La deuda pública no se traduce necesariamente en una crisis económica. Se estima que la deuda de países importantes como USA y Alemania es de miles de billones de euros. Los factores determinantes son el crecimiento económico y la producción. Si ambos son positivos, es posible obtener préstamos bancarios a un interés inferior al 5%, hasta que pase la crisis.
En noviembre de 2009, cuando George Papandreu llegó al poder, estábamos exactamente en esa posición. Para entender el efecto de su desastrosa política, mencionaré únicamente dos porcentajes: en 2009 el PASOK de Papandreu obtuvo el 44% de los votos. Ahora, las encuestas no le dan más del 6%.
Papandreu habría podido enfrentarse a la crisis económica (que era un reflejo de la de Europa) con préstamos bancarios al interés habitual, es decir, por debajo del 5%. Si lo hubiera hecho, nuestro país no habría tenido problemas. Como estábamos en una fase de crecimiento económico, nuestro nivel de vida habría mejorado.
Pero en el verano de 2009, cuando Papandreu se reunió en secreto con Strauss-Kahn para poner a Grecia bajo la tutela del FMI, ya había iniciado su conspiración contra el pueblo griego. Fue el exdirector del FMI quien hizo esta revelación.
Para lograrlo, fue necesario falsificar la situación económica de nuestro país con el fin de que los bancos extranjeros se asustasen y aumentasen hasta niveles prohibitivos las tasas de interés que exigían por los préstamos. Aquella costosa operación se inició con el incremento artificial del déficit público, desde el 12% al 15% para el año 2009 [Andrés Georgiu, Presidente de la Junta Directiva del Instituto Nacional de Estadística, ELSTAT, decidió súbitamente en 2009, sin el consentimiento de su Junta Directiva, incluir en el cálculo del déficit a algunas organizaciones y empresas que nunca antes se habían tenido en cuenta en ningún otro país europeo, con la excepción de Noruega, y ello con el objetivo de que el déficit de Grecia sobrepasara al de Irlanda (el 14%), para convertir a nuestro país en el eslabón débil de Europa, NdT]. Debido a este aumento artificial del déficit, el fiscal del Estado, Grigoris Peponis,ha encausado hace veinte días a Papandreu y a Papakonstantinu (su exministro de Hacienda).
A continuación, Papandreu y su ministro de Hacienda iniciaron una campaña de descrédito que duró cinco meses, durante los cuales trataron de persuadir a los extranjeros de que Grecia, al igual que el Titanic, se estaba hundiendo y de que los griegos son corruptos, perezosos e incapaces de hacer frente a las necesidades del país. Las tasas de interés subían después de cada una de sus declaraciones y todo eso contribuyó a que Grecia dejase de poder contraer préstamos y nuestra adhesión a los dictados del FMI y del Banco Central Europeo se convirtiese en una operación de rescate que, en realidad, es el principio de nuestro fin.
En mayo de 2010, el ministro de Finanzas firmó el Memorándum, es decir, la sumisión de Grecia a nuestros prestamistas. Según la ley griega, la adopción de un acuerdo como éste debe presentarse al Parlamento y necesita la aprobación de las tres quintas partes de los diputados. Eso significa que tanto el memorándum como la troika que nos gobierna son ilegales, no sólo desde el punto de vista de la legislación griega, sino también de la europea.
Desde entonces, si considerásemos que nuestro viaje hacia la muerte es una escalera de veinte peldaños, ya hemos recorrido más de la mitad del camino. El Memorándum regala a los extranjeros nuestra independencia nacional y la propiedad de la nación, es decir, nuestros puertos, aeropuertos, carreteras, electricidad, agua, todos los recursos naturales (subterráneos y submarinos), etc. A éstos hay que añadir nuestros monumentos históricos, como la Acrópolis, Delfos, Olimpia, Epidauro y otros, ya que hemos decidido no hacer valer nuestros derechos.
La producción ha disminuido, la tasa de desempleo ha aumentado hasta el 18%, 800 000 negocios, miles de fábricas y cientos de artesanos han cerrado. Un total de 432 000 empresas han quebrado. Decenas de miles de científicos jóvenes están abandonando nuestro país, que se hunde cada vez más en las tinieblas de la Edad Media. Millares de personas que tenían una buena posición hasta hace poco, ahora buscan comida en los contenedores de basura y duermen en las aceras.
Mientras tanto, se supone que debemos vivir gracias a la generosidad de nuestros prestamistas, los bancos europeos y el FMI. De hecho, todo el paquete de decenas de miles de millones de euros que llega a Grecia regresa luego a nuestros acreedores, mientras que nosotros nos endeudamos cada vez más a causa de unas tasas de interés insoportables. Y como es necesario mantener la función del Estado, los hospitales y las escuelas, la troika impone impuestos exorbitantes a la clase media baja de nuestra sociedad, que llevan directamente a la hambruna. La última vez que tuvimos una situación de hambruna generalizada en nuestro país fue al principio de la ocupación alemana en 1941, con casi 300 000 muertos en sólo seis meses. Hoy, el espectro del hambre vuelve a nuestro infortunado y calumniado país.
Si la ocupación alemana nos costó a los griegos un millón de muertes y la destrucción total de nuestro país, ¿cómo podemos aceptar las amenazas de Merkel y la intención alemana de imponernos un nuevo Gauleiter,* que esta vez llevará corbata?
La ocupación alemana, desde 1941 hasta octubre de 1944, demostró hasta qué punto Grecia es un país rico y hasta qué punto los griegos son trabajadores y tienen conciencia de su compromiso con la libertad y el amor por su patria.
Cuando las SS y la hambruna mataron a un millón de personas y la Wehrmacht destruyó nuestro país, confiscó toda la producción agrícola y el oro de los bancos, los griegos fueron capaces de sobrevivir por medio del Movimiento de Solidaridad Nacional y de un ejército de 100 000 guerrilleros, que inmovilizaron 20 divisiones alemanas en nuestro país.
Al mismo tiempo, los griegos no sólo sobrevivieron gracias a su diligencia en el trabajo, sino también, bajo las duras condiciones de la ocupación, gracias al gran desarrollo del arte griego moderno, especialmente en los campos de la literatura y de la música.

Grecia eligió el camino del sacrificio por la libertad y la supervivencia al mismo tiempo.

Fuimos atacados, respondimos con la solidaridad y la resistencia y sobrevivimos. Ahora hacemos exactamente lo mismo, con la certeza de que el pueblo griego, con el tiempo, vencerá. Este mensaje está dirigido a Merkel y a su ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y hace hincapié en que yo sigo siendo un amigo del pueblo alemán y un gran admirador de su contribución a la ciencia, a la filosofía, al arte y, en particular, a la música. La mejor prueba de ello es que he confiado toda mi obra musical en dos editoriales alemanas, Breitkopf y Schott, que están entre las mayores editoriales del mundo, y mis relaciones con ellas son muy cordiales.
Hoy nos amenazan con echarnos de Europa. Si ellos no nos quieren una vez, nosotros no querremos diez veces formar parte de la Europa de Merkel y Sarkozy.
Hoy, domingo 12 de febrero, Manolis Glezos –el héroe que arrancó la cruz gamada de la Acrópolis y con ello dio la señal que marcó el comienzo no sólo de la resistencia griega, sino también la resistencia europea contra Hitler– y yo vamos a participar en una manifestación en Atenas. Nuestras calles y plazas se llenarán de cientos de miles de griegos que expresan su ira contra el gobierno y la troika.
Ayer escuché a nuestro primer ministro-banquero cuando, dirigiéndose al pueblo, dijo que ya casi hemos tocado fondo. Pero ¿quién nos ha llevado a ese fondo en sólo dos años? Son los mismos que, en vez de estar en la cárcel, amenazan a los diputados con votar un nuevo Memorándum peor que el anterior. ¿Por qué? Porque eso es lo que el FMI y el Eurogrupo nos obligan a hacer con amenazas: si no obedecemos, será la quiebra... Es una situación totalmente absurda. Grupos griegos y extranjeros que nos odian y que son los únicos responsable de la situación en que está nuestro país, nos amenazan y nos chantajean para seguir destruyéndonos hasta nuestra extinción definitiva.
Durante siglos hemos sobrevivido en condiciones muy difíciles. Y no sólo sobreviviremos ahora, sino que resucitaremos si nos llevasen por la fuerza hasta el penúltimo peldaño de la escalera que conduce a la muerte.
En estos momentos dedico todas mis fuerzas a unir a los griegos. Trato de convencerlos de que la troika y el FMI no son una calle de sentido único. Hay otra solución: cambiemos la orientación de nuestra nación. Pactemos con Rusia una cooperación económica que nos ayude a poner en valor la riqueza de nuestro país en condiciones favorables para nuestros intereses nacionales.
Propongo que dejemos de comprar equipamiento militar alemán y francés. Hagamos todo lo posible para que Alemania nos pague las reparaciones de guerra que nos adeuda, que con los intereses acumulados se elevan a 500 billones de euros.
La única fuerza capaz de hacer estos cambios revolucionarios es el pueblo griego en un frente unido de Resistencia y Solidaridad que expulse del país a la troika (FMI y bancos europeos). Al mismo tiempo, declaremos nulos y sin efecto todos sus actos ilegales, préstamos, deudas, intereses, impuestos y compras de bienes públicos). Por supuesto, sus socios griegos, que nuestro pueblo ya ha condenado como traidores, recibirán el castigo que se merecen.
Vivo totalmente centrado en este objetivo (la unión del pueblo en un Frente) y estoy seguro de que lo vamos a lograr. Luché con las armas en la mano contra la ocupación nazi. Conocí los calabozos de la Gestapo. Fui condenado a muerte por los alemanes y sobreviví milagrosamente. En 1967, fundé el Frente Patriótico (Patriotikò Mètopo, PMA), la primera organización de resistencia contra la junta militar. He luchado en la clandestinidad. Fui detenido y encarcelado en el “matadero” de la policía de la Junta. Pero sigo aquí.
Tengo 87 años y es muy probable que el día de la salvación de mi querida patria no esté entre vosotros. Pero voy a morir con la conciencia tranquila, porque cumpliré hasta el final con mi deber para con los ideales de libertad y derecho.



Véase http://lacomunidad.elpais.com/memoria-historica/2009/10/2/gauletier
Fuente: http://www.spitha-kap.gr/el/articles/?nid=2102
Traducido para Tlaxcala por Manuel Talens: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=6892

Noam Chomsky: “Israel es la amenaza más importante para la seguridad mundial”

LibreRed
El lingüista y analista político norteamericano Noam Chomsky ha criticado las alegaciones de EEUU sobre el programa energético de carácter nuclear de Irán, a la vez que ha calificado a Israel como “la amenaza más importante para la seguridad mundial”.
En un artículo publicado el miércoles en el diario británico The Guardian, Chomsky ha enfatizado que la doctrina estratégica de Irán es defensiva y ha sido diseñada para disuadir cualquiera invasión contra su integridad territorial.
En este sentido, el famoso escritor ha puesto de relieve que pese a las propagandas anti-iraníes lanzadas por los políticos occidentales, los resultados de las encuestas realizadas en Europa demuestran que los encuestados consideran a Israel como una amenaza para la paz del Oriente Medio y el Norte de África.
“Antes de las masivas campañas propagandísticas de los últimos años en EEUU, la mayoría de los ciudadanos [estadounidenses], como la mayoría de las naciones del mundo, creían que Irán, en calidad del signatario del Tratado de No Proliferación (TNP), tiene el derecho de llevar a cabo el enriquecimiento de uranio, e incluso, hoy en día, una gran mayoría [del pueblo del mundo] enfatiza en las soluciones pacíficas para el programa nuclear de Irán”, ha subrayado.
De acuerdo con el politólogo norteamericano, Washington y Tel Aviv han extendido una ola de “Iranofobia”, puesto que temen la extensión de la influencia del país persa en la región, especialmente, en sus vecinos como Irak y Afganistán.
EEUU, Israel (poseedor de unas 200 ojivas nucleares) y algunos de sus aliados acusan a Irán de intentar desarrollar tecnología nuclear con fines militares y utilizan este pretexto para que impongan sanciones internacionales y unilaterales contra el país persa.
Por su parte, Irán, en calidad de Estado miembro de la AIEA y signatario del TNP, además de rechazar de forma rotunda tales acusaciones,defiende su derecho soberano a desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos.



Fuente: http://www.librered.net/?p=15628

martes, 21 de febrero de 2012

En el quinto año consecutivo de recesión, Grecia recibe un nuevo rescate

El segundo rescate a Grecia llega con un "sistema de vigilancia"


Después de un largo debate, los ministros de Finanzas de los 17 países de la zona euro dieron luz verde al desembolso de 130 mil millones de euros al país heleno -pendiente desde octubre de 2011-, que incluye una inédita quita de casi un tercio de la deuda griega por parte de los acreedores privados, a cambio de un duro ajuste y del envío de una misión "de vigilancia permanente" sobre las cuentas de Atenas. "Hemos alcanzado un amplio acuerdo que incluye una ayuda pública y una remisión de la deuda sin precedentes por parte de los bancos acreedores del país", declaró Jean-Claude Juncker, el jefe del Eurogrupo. "Será un nuevo comienzo para el país", añadió el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
El acuerdo reducirá la deuda griega del actual 160 por ciento del PIB (350.000 millones de euros) a un 120,5 en 2020. La meta supera levemente el objetivo inicial del 120 por ciento fijado por la Eurozona. Para ello los acreedores privados (bancos y fondos de inversiones) deberán asumir de forma voluntaria una quita del 53,5 por ciento de la deuda, es decir unos 107.000 millones de euros.
El acuerdo "cierra la puerta al escenario de un default, con las graves consecuencias sociales y económicas" que ello acarrearía, declaró el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
En los últimos días, el Gobierno griego cumplió con los requisitos que le exigía Bruselas a cambio de la ayuda: el aval del Parlamento al plan de nuevos ajustes; garantías de los partidos de la coalición gubernamental; e identificación de recortes adicionales por 325 millones de euros para ahorrar un total 3.300 millones de euros en 2012.
Pero a cambio de la ayuda, los países de la Eurozona anunciaron que reforzarán los "sistemas de vigilancia" en Atenas con el objetivo de tener todas las garantías de que el rescate esta vez no será en vano. "Necesitamos reforzar las instituciones griegas", indicó el comunicado de la Eurozona. "Para ello, prevemos el envío de una misión de refuerzo en forma permanente" de la troika de acreedores públicos (los países de la Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), añade el texto.
Grecia también debió aceptar que los fondos del rescate sean depositados en una cuenta bloqueada para que se destinen sobre todo a pagar los intereses de la deuda, y no al pago de salarios y pensiones entre otras cosas.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-188045-2012-02-21.html

sábado, 18 de febrero de 2012

El fin del matrimonio entre el capitalismo y la democracia: El politburó de la zona Euro

¡Ah!, esos buenos días de la Guerra Fría y de la Unión Soviética cuando un ejército de «Kremlinólogos» era adicto a todo movimiento imperceptible de un politburó inescrutable.

Espera un poco. ¿Quién habría pensado que dos décadas después del fin del «socialismo real», los politburós volverían a estar de moda?
China lo hace, mira su comité permanente de nueve miembros, el más santo de los santos dentro de su politburó de 25 miembros. Y demostrando una vez más la tesis de Slavoj Zizek de que ya terminó el matrimonio del capitalismo y la democracia, Europa «libre» también lo hace, con deleite, redoblando a la tristemente célebre Banda de los Cuatro de China.

Ahora es la Banda de los Ocho

En realidad la Eurozona está dirigida por un politburó de ocho miembros.

¡Qué excelente trabajo! Esta Banda de los Ocho no es responsable ante nadie, excepto ante el mítico Zeus y sus relámpagos de marca registrada. En la era de la modernidad líquida, Zeus se hace llamar Dios del Mercado. Lo único que importa a la Banda de los Ocho es lo que quieren los mercados financieros –dirigidos por Dios–; los simples mortales, como los votantes europeos, en el mejor de los casos solo son una molestia.
Por lo tanto, los gobiernos nacionales de la Eurozona carecen totalmente de significado. Las decisiones son tomadas por una troika formada por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI, ninguno de ellos elegido).
El politburó de Europa lleva el inocente acrónimo GdF, en francés Groupe de Francfort (Grupo de Frankfurt), establecido el mes pasado. Se reunió al menos cuatro veces durante el reciente festival de la deuda del Grupo de 20 en Cannes, espectacularmente fracasado. Y esta es la lista tecnocrática completa, incluidos algunos políticos:

1 y 2: «Merkozy», esa híbrida polinización cruzada de la canciller alemana Angela “Cruz de Hierro” Merkel y el neonapoleónico presidente francés Nicolas Sarkozy.
El robusto Sarkozy puede posar como rey bajo el disfraz, entre otros, de Gran Liberador de Libia; y aunque se refiere a ‘La Merkel’ como ‘La Boche’ (de una forma despectiva francesa, a la manera de la Segunda Guerra Mundial) la parte «Merk» en “Merkozy” es la que muestra los auténticos cojones en la Unión Europea (UE).
3: La hábil fusión entre Chanel y Wall Street, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, quien heredó su puesto del antiguo salvador del capitalismo convertido en autoimplosionado candidato presidencial francés, notorio amante transatlántico de las mujeres, Dominique Strauss-Kahn (DSK). La propia Madame Lagarde es una acreditada experta financiera, como ex presidente de la firma legal internacional Baker and McKenzie.
4: El ex vicepresidente de Goldman Sachs International, Mario Draghi, ahora presidente del todopoderoso Banco Central Europeo (BCE). El tecnócrata que empujó a Italia al euro, ahora vitoreado por los periodistas financieros como «salvador de Europa».
5: El presidente (desde 2004) de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Barroso, esencialmente un burócrata inenarrablemente austero ansioso de poder.
6: El presidente del Consejo Europeo (desde 2009) Herman van Rompuy, anónimo ex senador belga y primer ministro que se opone vehementemente al ingreso de Turquía en la UE.
7: El comisionado para Asuntos Económicos y Monetarios europeos (desde 2010), Olli Rehn, de Finlandia, un retraído ex alto burócrata a cargo de la ampliación de la UE.
8: El presidente del grupo de Ministros de Finanzas Europeos (desde 2005), Jean-Claude Juncker, ex primer ministro de Luxemburgo, descrito por The Economist como «fanático federalista».

Las elecciones son para debiluchos

Mucho más allá de la versión de un reality show rabelesiano de baja calidad de los últimos días del
Imperio Romano, personificado por el ex primer ministro italiano Silvio «bunga bunga» Berlusconi, y los afanes de formar un gobierno de unidad nacional encabezado por el supertecnócrata, ex comisionado europeo, Mario Monti, a quien los italianos llaman «Super Mario», existe solo una hoja de ruta en lo que respecta a la UE: implacable «austeridad», debidamente supervisada por Madame Lagarde y sus acólitos del FMI.
Super Mario, a propósito, es un hombre ideal para la Banda de los Ocho: ex comisionado de la UE, asesor internacional de Goldman Sachs, presidente europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y miembro clave del Grupo Bilderberg.
Incluso un neoliberal populista como Il Cavaliere –ex niño mimado de la plutocracia global– no pudo encontrar un camino para implementar en Italia la hoja de ruta de austeridad dura impuesta por el BCE, el FMI y los bancos acreedores. Cuando habla el Dios del Mercado –el único oráculo genuino de la modernidad líquida– la realidad se inclina. No sorprende que Van Rompuy haya expresado la semana pasada en Roma estas palabras oraculares: «El país necesita reformas, no elecciones».
Nadie tiene que abrir a la fuerza los pasillos de Bruselas o sentarse con algún funcionario a comer bife con papas fritas y tomar vino de Burdeos para saber cuánto odia la UE a la democracia. Por ejemplo, nadie sabe cómo vota el consejo gobernante (no elegido) del todopoderoso BCE, porque todo lo que hace es secreto.
El neoliberalismo de la línea dura, como lo impone la Banda de los Ocho, es como un tratamiento de la Mafia: primero te dan en las rodillas, amputando los derechos sociales. Después le toca a tu garganta, amputando los derechos políticos. Al «ganado» que cargará el lastre de la austeridad interminable –los votantes europeos– no les queda mucho excepto alguna huelga general o gritar a pleno pulmón por las calles.
No importa mucho que los «fundamentos» de Italia sean excelentes, incluidos los altos niveles de ahorros privados, baja deuda privada, sistema bancario estable y un superávit comercial en manufactura.
Del griego al latín, el problema con Grecia e Italia no tiene nada que ver con la supuesta periferia disfuncional de la UE. Lo que pasa tiene que ver con los excesos del capitalismo de casino, el capital financiero operando en una desregulación total. De ahí la preeminencia de ese personaje brillante/sombrío –el tecnócrata de la modernidad líquida– reacio a la democracia pero suficientemente legítimo para exigir represión popular, todo en nombre de satisfacer al Todopoderoso Dios financiero.
No existe ninguna diferencia (política) entre la realización de cambio de régimen con bombardeos «humanitarios» o mediante los relámpagos del Dios del Mercado.
En cuanto al cortafuegos necesario que «salvaría» a Italia de su deuda –más de 1,9 billones (millones de millones) de euros– es un enorme billón de euros. No se hará, sobre todo porque el Todopoderoso Emperador Hu (Jintao) ha desairado esta última invención de los bárbaros occidentales. El Emperador Hu ciertamente sabía antes de los hechos que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) se revelaría como un timo monumental, mientras el FEEF compraba cientos de millones de euros de sus propios bonos. No necesita ser Nouriel Roubini para apostar a que el euro puede estar en camino a descomponerse.
«Merkozy» –responsable de un 48% del producto interno bruto de la Eurozona– y la Banda de los Ocho son ahora practicantes de primera clase del poder neocolonial. Lo que busca realmente la Banda de los Ocho es esencialmente una UE del hombre rico, como revela una historia casi apocalíptica de Reuters. [1] Hay que prepararse porque desde ahora el euro no unificará Europa; encabezará su balcanización.

Pepe Escobar


Fuente: Asia Times Online, 16 de noviembre de 2011.

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens.

[1] “French and Germans explore idea of smaller euro zone”, Reuters, 9 de noviembre.

Pepe Escobar
Pepe Escobar es periodista y autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su último libro es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Es también corresponsal para el diario Asia Times y analista político para the Real News.

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Voltaire, edición Internacional