“Dependerá de cada uno lo que se hace con los recuerdos, o en todo caso, cada uno hará lo que pueda, pero de lo que tenemos que estar seguros es que están siempre allí: debajo de un diario, un plato de comida casera, un libro o una melodía que silba un desconocido, basta la más mínima grieta para que se filtren y digan presente. Y mientras que para algunos, serán esos recuerdos anclas clavadas en un mar de dolor, para otros, serán el puerto del cual partimos y al que volvemos para saber qué somos.No está mal eso de volver el tiempo atrás, mientras se saborea una comida o se escucha alguna canción…y hacer que las ausencias se vistan con las mejores galas y se las extrañe un poco menos en un mar de aplausos que salen del corazón…”
Gustavo Salaberry
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