miércoles, 15 de junio de 2011

Y en Barcelona, siguen los indignados

Crónica
Desde las alturas y votando recortes sociales



Escribo a las 7:30 de la mañana de este miércoles 15 de junio, 34 años después de aquel otro 15-J que permitió la transición controlada hacia la Monarquía borbónica y la consolidación de los grupos oligárquicos españoles. La Inmaculada transición para entendernos. El Ayuntamiento de Barcelona, el actual, el dirigido por el PSC (el nuevo no se ha constituido por una impugnación del PP), y la conselleria de Interior de la Generalitat decidieron al unísono y entendiéndose a las mil maravillas cerrar ayer tarde el Parque de la Ciutadella de Barcelona, donde está ubicado el Parlament de Catalunya. Desde las 18 horas. No recuerdo, creo que la memoria no me traiciona en este caso, que se haya obrado nunca así.
Los indignados y las numerosas gentes que les apoyan fuimos a las entradas del parque a media tarde. Hacia las 9:30 empezó una asamblea en la entrada de la estación de Francia. Unas dos mil personas. No puedo explicar con detalle el contenido. Tuve que irme poco después. Se trataba de organizar la protesta del día siguiente, “impidiendo” la entrada de los parlamentarios que hoy van a apoyar los nuevos presupuestos de la Generalitat con todos los recortes anunciados y con los votos de CiU y el PP. Se habló de colocar colchones y rejas “impidiendo” la entada de los parlamentarios.
Esta mañana las autoridades han cerrado el metro de la estación de Ciutadella.
Se sabe en estos momentos que la policía catalana, els Mossos, han dispersado a los grupos y que han usado balas de goma. Unos Mossos, sin placa de identificación, exigiendo la identificación de los concentrados. El portavoz hooligang del gobierno catalán, Francesc Homs, ha justificado la medida y ha amenazado de paso: si hay que intervenir se intervendrá. Nadie les va a impedir ejerce su trabajo de políticos, son representantes del pueblo. No dice, desde luego, que el partido que ganó las elecciones sin mayoría absoluta, CiU, no dice ni en una sola página de su programa que deseaban situar la educación, la sanidad pública y otros servicios sociales en la cuneta de los objetos inservibles.
¿Sigue habiendo motivos para la indignación y la rebeldía? Más que nunca. Hay que seguir apoyando. Lo del 19 de junio tiene que ser sonado. Lo más grande que hayamos visto nunca. ¡Adelante, a pasearnos a cuerpo!
Actualización 10.30 h. Entrada dels diputats al Parlament por las alturas
Los Mossos d'Esquadra, sin identidicación como sería su obligación, después de pasar, ellos sí, toda la noche en el parque de la Ciutadella, han logrado abrir una vía de acceso tras la acampada nocturna que ha bloqueado la entrada al Parlament donde se debatían los presupuestos de los recortes. Con estos o parecidos términos abría Público su información a las 10 de la mañana [1]. Un pelín exageradamente: “han logrado abrir una vía de acceso” suena a toma del Parlament por parte de los indignados. Nada de eso por ahora. Eso sí, a primera hora de la mañana se han producido algunas “cargas policiales”. Es decir, han dado estopa. Como en los viejos tiempos. Tal como eran, tal como son. La entrada de cada diputado/a ha ido acompañada de razonables consignas y vindicaciones. 'No nos representáis' es una de ellas. Se ha vuelto a reclamar, con más motivos si cabe, la dimisión del conseller de Interior, el inefable Felip Puig. ¡Una joya de la corona! El president de la Generalitat, Artur Mas, ha llegado al Parlament en helicóptero. Como lo están leyendo. Como en las pelis americanas de generación de diversión idiotizante.
Según una informción de Europa Press que recoge Público, un grupo de personas han rociado con spray rojo la nunca de Joan Boada, de ICV-EUiA, el que fuera ex secretario general de la Consellería de Interior en la pasada legislatura, aquella conselleria que se lució hasta el vómito con en las actuaciones de los Mossos contra los manifestantes anti-Bolonia. También Joan Herrera, secretario general de ICV, ha sido increpado e incluso, comenta Público en tono de crítica indignada, le han llegado a lanzar una piel de plátano. Otros diputados han sido rociados son spray. También ha sido pintada la gabardina de la ex consejera, Montserrat Tura, con una cruz negra. Estos han sido todos los crímenes cometidos por los indignados hasta el momento. ¿Hay motivos para indignarse ad nauseam? ¿Peor imposible? ¿Han alterado antidemocráticamente el funcionamiento democrático de las muy democráticas instituciones pobladas por políticos como Ernest Maragall, cuyo desprecio por los manifestantes merece ser retenido en nuestra mente indignada, que llevan años y años viviendo de un oficio que consiste básicamente, en la mayor parte de los casos, en actuar al dictado de los grandes poderes y de los intereses privilegiados arrojando a la cuneta generaciones de jóvenes y no tan jóvenes trabajadores?
Tura, es marca de la casa, basta con que piensen en sus actuaciones siendo consellera de Interior y Justicia, ha declarado, dictando las lecciones a las que nos tiene acostumbrados, que si el movimiento quiere ganar prestigio "no se puede basar en el spray y marcar a las personas como si fueran dianas". ¿Cómo si fueran dianas? ¿A qué les suena? ¿Con qué parte de nuestro inconsciente está jugando la ex consellera? No se ha quedado aquí: esas actuaciones le recuerdan las formas que utilizaban los regímenes autoritarios que "marcaban a los diferentes". Ni más ni menos, la mesura no rima con Tura. ¿Cabe comparar la letra A con la integral del logaritmo neperiano del cuadrado de la raíz cuarta de x? Eso es lo que ha hecho la ex consellera. Como la cara puede adquirir tonalidades de cemento y seguir como si tal cosa, Tura, la ex consellera, ha asegurado que puede compartir la lucha de los indigandos “contra la economía especulativa y por una sociedad más justa”, pero no que desde determinadas prácticas. ¿La lucha contra la economía especulativa y por una sociedad más justa? ¿Hemos leído bien? ¿Me pueden dar alguna lista, una entrada tan sólo, de las iniciativas que ha tenido Tura en décadas de intervención institucional en pro de esas finalidades?
Los grupos parlamentarios, no sé si todos ellos, han reclamado a los indignados que respeten el derecho de los diputados de poder realizar su trabajo en la cámara catalana en una jornada tan trascendental como la del debate de los Presupuestos de los recortes. Si bien todos, según parece, han coincidido en que las protestas de este colectivo son "legítimas". ¿Y esto cómo se come? Que me dejen recortar partidas sociales sustantivas de los Presupuestos pero la propuesta contra esa actuación, la que ellos msimos emprenden, es legítima. ¿Y cómo se cuece ese huevo ovalado en días de eclipse lunar?
Item más. La portavoz adjunta del PSC en el Parlament, Laia Bonet, ha asegurado, y lo ha dicho con la máxima firmeza, que su partido coincide con los "motivos" de los indignados. ¿No se marean? ¿Que el PSC coincide con los motivos esgrimidos por los indignados para levantarse y luchar por temas básicos, esenciales? ¿Se puede afirmar eso sin estarllar en la cabeza una contradicción de mil toneladas con explosivos mortíferos?
El argumento de ICV-EUiA es tan “exquisito” como algunos de sus portavoces: si el colectivo indignado tiene "todo el derecho" a expresar su rechazo, su partido -que no es partido sino una coaliación de partidos, pero está claro que EUIA no cuenta ni un quark extraviado- también lo tiene a la hora de defender su enmienda a la totalidad a los Presupuestos en la cámara. ¡Vaya por Dios! ¡Qué razonable! ¡Qué exquisitez académica! Pero, ¿se enteran de algo? ¿No se les ha ocurrido que acaso en esta ocasión tocaba tener un gesto de rebeldía, de heterodoxia política, como no entrar en la cámara o abandonarla? ¿No se han parado a pensar el rechazo que produce en este movimiento netamente politizado toda la clase política, toda ella, casi sin excepción?
El presidente del grupo municipal del PP y concejal electo, Alberto Fernández Díaz, ese con quien Xavier Trias, cogido de la mano, será alcalde de Barcelona, había pedido por la mañana el desalojo "inmediato" de la plaza de Catalunya y que los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana impidieran acampadas en otros barrios de la ciudad y en el Parque de la Ciutadella. La extrema derecha catalana y los sectores sociales que representan tiene esa concepción del mundo. Nada nuevo en su historia. Ahora, si cabe, con mayor franqueza, como cuando lanzaban vítores de alegría al ser asesinados represaliados antifranquistas, como el abuelo del que suscribe, en el Camp de la Bota en 1939, acabada su incivil guerra.
"Ser realista es ser anticapitalista", "Ni recortes, ni fronteras", " Políticos recortaros vuestros sueldos" han sido algunos de los lemas que se han oído a lo largo de las últimas horas en la protesta ante el Parlament. Hubieran podido añadirse otras consignas: “Uno de los mayores escándalos: los sueldos de los ejecutivos”, “No es la crisis, es el capitalismo”, “El capitalismo no es un humanismo”, “El neoliberalismo causa crímenes contra la Humanidad”, “Los banqueros deben ser, en beneficio de la Humanidad, una especie en extinción” y así siguiendo, pero ¿tienen algún punto crítico sobre la racionalidad de las vindicaciones de los indignados. ¿No están ustedes también indignados? ¡Carguen baterías para el príoximo 19 de junio! ¡A tomar las calles!
Nota:
[1] http://www.publico.es/espana/381955/los-diputados-entran-al-parlament-ante-las-protestas-de-los-indignados

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