miércoles, 22 de diciembre de 2010

martes, 14 de diciembre de 2010

Imagina lo que piensan ellos...

Nota aparecida en el diario La Nación del 14.12.2010 El firmante, aclara, que es un mensaje peligroso. Vaya si lo es, aunque no en el sentido que él lo imagina! Imagínese que usted sea dueño de una casita con un lindo fondo con jardín. Imagínese que, de la noche a la mañana, dos familias que alegan que no tienen vivienda ingresen por la fuerza al jardín de su casa y acampen allí. Su indignación seguramente será muy grande. Y crecerá mucho más si un juez al que usted recurre ordena el desalojo de los intrusos, pero la policía, por orden de un funcionario político, decide no actuar. Y, sobre todo, si otro juez dispone que, por razones humanitarias, sus intrusos deban recibir diariamente agua y alimentos, cuyos restos seguirán acumulándose y estropeando su jardín. Podría ocurrir algo peor. Que frente a la pasividad de las autoridades, otras familias se aprovechen de la situación y también ocupen algún otro rincón de su jardín, con los mismos beneficios que las anteriores. Claro que el colmo llegará cuando las autoridades le anuncien, como solución, que dentro de unos meses los intrusos serán efectivamente retirados de su jardín. Sí, tan pronto como se les conceda en un terreno fiscal lejano una casa cuya construcción usted se verá obligado a financiar. Alguien dirá que este ejercicio de imaginación puede sonar exagerado y que no puede ser comparado con la actual toma del parque Indoamericano por más de 5000 familias. Alguien podrá señalar también que algo hay que hacer para solucionar el problema habitacional que, sólo en la ciudad de Buenos Aires, alcanza a más de 85.000 familias. Sin embargo, la excesiva condescendencia que el viernes último exhibió la propia presidenta Cristina Kirchner con quienes usurparon el predio de Villa Soldati encubre un peligroso mensaje: que para conseguir una vivienda propia, la solución sea hoy ocupar un paseo público. Un mensaje que muchos parecen haber interpretado así, a la luz de la sucesión de tomas de espacios públicos que se produjo ayer. Y que, en un futuro no muy lejano, cuando se termine el "boom inmobiliario" de los parques, podría afectar hasta al jardín de su propia casa.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Deben ser...deben ser

Hace rato leí ese excelente libro de Feinmann; si no me equivoco, es en él donde explica la reducción del otro al estatuto del objeto, dándole así el permiso para cualquier aberración, porque el otro dejó de ser humano, pasó a ser "el boliviano que le saca la comida y el trabajo a los argentinos". Veo venir, por derecha, una embestida muy importante ligada al racismo y la xenofobia, porque a Macri, si no se agarra de esto, se le derrumba el mundo, no por cuestiones ideológicas, sino por inútil. Creo yo que se va a poner en el lugar del único que se opone a que este gobierno siga importando pobres de países limítrofes, y esto, en CABA, lamentablemente siempre va a tener simpatizantes. (Extraído del blog http://loshuevosylasideas.blogspot.com/)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Haití: "La primera víctima es la verdad"

(Afiche pegado en las calles de Maracaibo)
EL MUNDO NO DEBE SABER QUE EL 40 % DE LA ATENCIÓN MÉDICA EN HAITÍ ES CUBANA José Manzaneda En febrero de 2010, la CNN hizo pasar por español a un médico cooperante cubano que atendía a la población damnificada por el último terremoto en Haití. La Televisión Cubana lo denunció. Ahora, con la epidemia de cólera, la historia de silencio y manipulación sobre la Brigada Médica Cubana en Haití se repite. Hace unos días, Valerie Amos, secretaria general adjunta de Naciones Unidas para asuntos humanitarios, destacaba el papel solidario de Cuba contra la epidemia de cólera en Haití. Nigel Fisher, coordinador humanitario de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití, afirmaba, días después, que la Brigada Médica Cubana tiene a su cargo la mayoría de los centros de atención contra la epidemia de cólera. El hecho de que Cuba, un país del Sur bloqueado económicamente, sea ejemplo de comportamiento internacional en materia humanitaria para Naciones Unidas, debería ser noticia, dada su excepcionalidad. Pero la mayoría de los grandes medios internacionales no se han querido dar por enterados. Ahora, con motivo de las elecciones presidenciales, Haití vuelve a recibir a numeros corresponsales de prensa extranjera. Muchos ya están relatando el trabajo humanitario de las ONGs, en especial de las de sus países de origen. Pero de la solidaridad médica cubana que recordemos-, lleva la mayoría de los centros de atención contra el cólera, ni media palabra. Un caso curioso es la crónica, del día 25 de noviembre, de la periodista de Televisión Española Sagrario García Mascaraque. Desde un centro de Médicos sin Fronteras en Haití, no solo no mencionaba a Cuba, sino que afirmaba que el 80 % de las personas enfermas de cólera son atendidas por la citada ONG. Si tenemos en cuenta que esta periodista es corresponsal permanente en La Habana , donde es imposible que no se haya informado de la magnitud de la ayuda médica cubana a Haití, solo se puede concluir que su omisión es intencionada y una muestra más de la habitual censura sobre cualquier información que pueda presentar aspectos positivos de Cuba. Días antes de su crónica, Stefano Zannini, jefe de la misión en Haití de la ONG mencionada, Médicos Sin Fronteras, afirmaba que "es preocupante que cinco semanas después (del primer brote de cólera) (...) el 80% de la atención médica la están proporcionando (...) dos actores". Y mencionaba a la Brigada Médica Cubana y a la ONG Médicos sin Fronteras. Pero la corresponsal de Televisión Española prefirió realizar su particular selección de actores solidarios, eliminando de la información el gigantesco esfuerzo realizado por Cuba. Y es que los más de tres millones de espectadores del Telediario de Televisión Española podrían extrañarse de que un país demonizado como Cuba sea finalmente el más solidario.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Otra forma de Periodismo?

(Extraído del Blog señales: http://seniales.blogspot.com - nos han han robado la "ñ", cono!- )

Debate Wikileaks: ¿Periodismo sin periodistas?

La publicación de los 'papeles de Afganistán' por Wikileaks abre debates sobre la información sin filtros. Poner vidas en riesgo es uno de los tabúes rotos

Por: Mariangela Paone, Cristina Galindo La publicación en 1971 de 7.000 documentos secretos sobre la guerra de Vietnam desató uno de los mayores escándalos políticos de Estados Unidos y dio lugar a una apasionante controversia en torno a la libertad de expresión y la seguridad nacional. Cuatro décadas después, otra información sobre otro polémico conflicto, el de Afganistán, vuelve a abrir el debate sobre los límites de la información. Y no solo por el contenido difundido, sino por la forma en la que ha llegado a conocerse. Desde que The New York Times, The Guardian y Der Spiegel publicaron a finales de julio la noticia de 76.000 archivos secretos del Pentágono relacionados con el conflicto afgano y recibidos un mes antes en sus redacciones, la atención se ha centrado en el emisor principal de la información: el portal Wikileaks, que desde hace tres años publica en su web documentos reservados en nombre de la libertad de información, lo que le ha garantizado el apoyo de las organizaciones que abogan por la transparencia y luchan por desvelar los trapos sucios de los Gobiernos. Hasta ahora. Tras la publicación de los papeles de Afganistán, Wikileaks ya no solo se enfrenta a las críticas oficiales por la siempre temida amenaza a la seguridad nacional; el 10 de agosto, cinco ONG -entre ellas Amnistía Internacional- pidieron a la web que borrara de los documentos los nombres de los afganos que colaboran con la OTAN y que pueden ser víctimas de represalias. ¿El portal tiene las "manos manchadas de sangre", como le acusa el Pentágono, o está ejerciendo la libertad de información, como defienden sus gestores? ¿Hasta qué punto se puede llegar en el uso de la información? El debate, tan antiguo como la existencia misma del periodismo, asume connotaciones completamente distintas en la época de Internet. "Nosotros apoyamos la labor de Wikileaks en el sentido de que creemos que todo material clasificado debe publicarse, pero hay que tener en cuenta siempre que no ponga en riesgo a las personas. La libertad de información tiene que ser la máxima posible. Pero existen unos límites y, si se traspasan, se pueden vulnerar los derechos humanos. En casos de conflicto, nuestro principal objetivo es defender los derechos de la población, de los individuos", comenta Miguel Ángel Calderón, de Amnistía Internacional, organización cuyas críticas han llamado más la atención en esta polémica, ya que en 2009 premió a Wikileaks por sacar a la luz informes sobre las matanzas de Kenia. "Esos documentos en ningún momento vulneraban los derechos de las víctimas u otros individuos inocentes, sino que servían para denunciar un hecho", justifica Calderón. Tras publicar los papeles de Afganistán, Wikileaks, que se ha limitado a difundir los documentos en bruto, sin editar ni omitir ningún dato, ha recibido todo tipo de críticas. No fue así con el vídeo difundido el pasado abril por la misma web en el que se demostraba la matanza de 11 civiles iraquíes abatidos en Bagdad, en julio de 2007, por un helicóptero estadounidense. Entre ellos se encontraban dos trabajadores de la agencia Reuters. La información recibió el aplauso de medio mundo. Hasta Reporteros sin Fronteras colgó el vídeo en su web. "Era material de interés público", explica Benoit Hervieu, portavoz de la organización, que ha sido en las últimas semanas una de las voces más críticas a la hora de denunciar la irresponsabilidad de Wikileaks por publicar los nombres de los colaboradores afganos. "Puede parecer sorprendente que Reporteros sin Fronteras, dedicada a la defensa de la libertad de prensa, critique con severidad la irresponsabilidad o más bien la imprudencia de Wikileaks. Pero hay una responsabilidad de los medios de comunicación sobre informaciones extremadamente sensibles como esta que pueden poner en riesgo la vida de las personas", manifiesta Hervieu, que explica así por qué para su organización no se trata de una contradicción: "Por supuesto que apoyamos a Wikileaks cuando hace públicos documentos sobre la guerra y los abusos cometidos. Si mañana Wikileaks difunde un vídeo sobre actos de torturas en Afganistán, claro que es interesante. Pero la pregunta es en qué medida era útil revelar los nombres de los colaboradores afganos". El interés público no era en este caso evidente, según coinciden los expertos. Y ese es uno de los criterios utilizados por los periodistas a la hora de seleccionar y manejar una información. "Decidir si publicar o no información secreta siempre es difícil, y después de haber considerado los riesgos y el interés público, en algunos casos decidimos no publicar. Pero hay veces en que la información es de interés público significativo, y esta es una de ellas", se lee en la nota con la que The New York Times acompañó los artículos sobre los papeles de Afganistán, el pasado 25 de julio. Wikileaks filtró los documentos a este y otros dos medios un mes antes de publicarlos en su web. Durante esas cuatro semanas, periodistas de esos medios contrastaron las informaciones y decidieron no publicar la información que consideraron más comprometedora, como los nombres de los colaboradores afganos, excepto los de los funcionarios, y otras informaciones que podían poner en riesgo las operaciones militares. "La decisión sobre la publicación se tomó tras una intensa discusión", explicó el director del periódico, Bill Keller. "Estudiamos el material para intentar establecer su importancia y credibilidad", afirmó. "Las maneras en las que Wikileaks y los periodistas profesionales tratan estos documentos son muy distintas. Los reporteros tienen que decidir si los documentos son de interés público, si ponen en riesgo a alguien o cuáles serán las consecuencias. Para Wikileaks, lo importante es publicar la información sin tener en cuenta las consecuencias. Esto es peligroso", afirma Joyce Barnathan, presidenta del Centro Internacional de Periodismo (ICJ, en sus siglas en inglés), organización estadounidense que promociona el periodismo de calidad. Para ella, el trabajo que hizo The New York Times con el material de Wikileaks es lo que marca la diferencia entre "un trabajo periodístico y lo que hace Wikileaks: conseguir documentos y colgarlos". Pero la presidenta del ICJ reconoce que el problema es que, aunque no es una organización periodística, Wikileaks produce información. "Ellos destapan informaciones importantes. Y la tecnología permite a cada vez más personas con distintos puntos de vista que puedan utilizar la información como quieran sin tener que contextualizar", afirma. Sin hacer, en definitiva, el trabajo editorial de selección y gestión del contenido y de las fuentes que hace una organización periodística. Así que, según Barnathan, la gran cuestión es: ¿qué es periodismo hoy?, ¿qué es periodismo si hay organizaciones como Wikileaks que producen información, pero como más de una vez ha reiterado Julian Assange, fundador del portal, no se consideran periodistas? "Para nosotros, los periodistas son los que hacen y producen información. Una definición amplia", manifiesta Hervieu, de Reporteros sin Fronteras. "Si la información es importante y si Assange la considera importante, hay que asumir una responsabilidad periodística. Además, lo curioso es que el fundador del portal dice que Wikileaks no es una organización periodística pero reclama el beneficio de la protección de las fuentes", añade Hervieu. Quien no tiene duda sobre el hecho de que lo que hace Wikileaks es periodismo es John Pilger. Este veterano de las investigaciones controvertidas, corresponsal de guerra en Vietnam y Camboya, define Wikileaks "como uno de los más importantes y excitantes desarrollos del periodismo". Para Pilger, muy crítico con los medios dominantes, la forma en que actúa el portal no solo es correcta, sino que demuestra que "el periodismo corporativo occidental está en crisis, tras haber colaborado en algunos casos con los Gobiernos en guerras ilegales". Sin compartir el entusiasmo de Pilger, Wally Dean, periodista y miembro del Comité de Periodistas Comprometidos, un grupo de periodistas, editores, propietarios y académicos preocupados por el futuro del periodismo, con sede en Washington, opina que "el producto que hace Wikileaks es esencialmente periodístico". Según Dean, una razón es que "toma decisiones editoriales, como aceptar documentos que alguien le ofrece y, presumiblemente, verificar la fuente, determinar si es auténtica". Si bien, añade, "ahí paran". A partir de ahí, Dean se muestra más crítico con la difusión de los papeles afganos: "Como los médicos, los periodistas deberían evitar siempre causar daño. Y no se puede asegurar que la difusión por parte de Wikileaks de documentos militares clasificados no lo haya causado. Simplemente, no lo sabemos". No todos comparten la opinión de que quien publica información tenga que respetar los mismos criterios que corresponden al periodismo, que tengan que asumir las mismas responsabilidades. "¿Los principios de la ética periodística tienen que aplicarse a todos? No, es imposible. Son las organizaciones periodísticas las que tienen que diferenciarse de gente como Wikileaks", dice Joshua Benton, director del Nieman Journalism Lab, un grupo de estudio de la Universidad de Harvard sobre el futuro del periodismo de calidad en la época de Internet. Benton considera que la existencia de Wikileaks es "el ejemplo de la liberación de las fuentes en los tiempos de Internet". Tiempos en los que las restricciones no tienen mucho sentido: "Si se para Wikileaks siempre habrá alguien que encontrará otras vías para publicar la información". Benton dice sentirse más comodo en un mundo en el que existen ofertas como las de Wikileaks, "que es una fuente más". Los periódicos pueden decidir ignorarla o hacer lo que han hecho The Guardian y The New York Times: "Utilizar el material aplicando los criterios que han utilizado siempre". Según Benton, las críticas que han llegado de los medios de comunicación tradicionales se deben a una "reacción emocional y de protección profesional". Una reacción parecida, según él, a la que se ha tenido con los blogs y Twitter. "Y ahora todos los periódicos los utilizan". Para Manuel Núñez Encabo, presidente en funciones de la Comisión de Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y catedrático de Ciencias Jurídicas de la Universidad Complutense de Madrid, la cuestión no es tan sencilla. "Se trata de un tema que es necesario debatir en el marco de los contenidos que se dan a través de los medios, sea cual sea el soporte. No cabe duda de que Wikileaks tiene un aspecto positivo: dar informaciones que los poderes públicos no siempre quieren dar. Toda la información tiene que ser de interés general y en este caso lo es. Pero, además, debe cumplir dos condiciones indispensables: veracidad y respeto a los derechos fundamentales de la persona", dice Núñez, que duda que informaciones como la de los papeles de Afganistán cumplan estos requisitos. "El de los nuevos formatos de información y cómo se vinculan con el periodismo es un debate no resuelto. Los periodistas, como transmisores tradicionales de información, son fundamentales, porque garantizan la calidad de las noticias, sea cual sea el formato y las fuentes". El experto advierte que, sin ciertos límites, se corre el riesgo de "entrar en una etapa de torre de Babel en la que la gente que más grita es la que más se ve, y en la que hay un mayor riesgo de manipulación". Una torre de Babel que podría despertar, según la directora del ICJ, Barnathan, la tentación de los Gobiernos de imponer cada vez más restricciones: "En Estados Unidos creemos que la autorregulación es la mejor forma de gestionar la libertad de prensa. Pero actuaciones como la de Wikileaks suscitan la pregunta de cómo controlar todo esto". Una máquina de primicias Papeles de Afganistán. El pasado 25 de julio, The New York Times, The Guardian y Der Spiegel publican la noticia de 76.000 archivos secretos obtenidos por Wikileaks y que detallan el día a día de la guerra en Afganistán desde 2004 a 2009. Daños colaterales. El pasado abril, Wikileaks difunde el vídeo de la matanza de 11 civiles iraquíes abatidos en Bagdad, en 2007, por un helicóptero estadounidense. El Pentágono tuvo que abrir una investigación. Los secretos de Dutroux. En 2009, Wikileaks publica información confidencial del expediente del pederasta Marc Dutroux, incluidos teléfonos, cuentas bancarias y direcciones de implicados en el caso. El padre de una de las víctimas ha criticado la difusión del material. El caso Trafigura. En 2009, publicó un informe sobre Trafigura (empresa del sector de la energía) un mes después de que un juez ordenara que el material, obtenido por The Guardian, se mantuviera secreto. Según el informe, Trafigura pagó a una empresa de Costa de Marfil para deshacerse de 400 toneladas de gasolina. Las matanzas de Kenia. En julio de 2009 Amnistía premió a Wikileaks por denunciar ejecuciones extrajudiciales en Kenia.

Cosas del destino

No tiene nada qué ver con los últimos post, pero.... qué buena foto! (del blog: http://natanael.blogspot.com)

Wake up!

¿Y qué esperaban, que hablaran bien del mundo?.... si son impúdicas las acciones públicas, cómo no van a serlo las que están atrás de bambalinas. Podrían difundir un poco más estas declaraciones: Hace un par de meses, esos fascistas hijos de puta en la Fox News Network intentaron poner a esta banda en una esquina sugiriendo que dijimos que el presidente debería ser asesinado. No, lo que dijimos fue que debería ser llevado a un juicio como un criminal de guerra y después debería ser ahorcado y disparado. ¡Eso es lo que dijimos!. Y no nos echaremos atrás en nuestra posición porque los verdaderos asesinos son Bush y Cheney y toda la administración por las vidas que han destruido aquí y en Irak. Ellos lo son. Y lo que ellos rechazaron emitir era mucho más provocativo para mí y para mis compañeros: Que este sistema se ha convertido en algo tan brutal y vicioso y cruel que necesita empezar guerras y sacar beneficio de destrucción alrededor del mundo para poder sobrevivir como potencia mundial. ¡Eso es lo que dijimos!. Y rechazamos no permanecer de pie, rechazamos echarnos para atrás en esta postura no solo por los pobres niños que están siendo abandonados en el desierto para morir, sino también para los jóvenes de Irak, el pueblo de Irak, sus familias y sus amigos, y los jóvenes que permanecen de pie y resistiendo la ocupación de los EEUU cada día. Y si verdaderamente queremos terminar esta puta miserable guerra, tenemos que permanecer de pie con la misma fuerza que permanecen de pie la juventud de Irak cada día, y traer esos hijos de puta a sus rodillas. Despierten! Declaraciones de Zack de la Rocha en el año 2000.