domingo, 29 de mayo de 2011

El sur se levanta...

Los "indignados" griegos contra el plan de ajuste

Miles de griegos salieron, por quinto día consecutivo, a las calles del país europeo para protestar contra el severo plan de ajuste implementado por el gobierno socialista. "Si nosotros tenemos que vivir con 500 euros mensuales, que los políticos, sin excepción, también lo hagan", apuntaban los manifestantes en Atenas.

En la capital griega, las protestas congregaron a más de 40 mil personas en la plaza Syntagma, frente al Parlamento. La convocatoria fue hecha principalmente por el movimiento "ciudadanos indignados", que se organiza por redes en Internet. La gente gritaba "ladrones, ladrones" en dirección al Parlamento. Otros sostenían que no podían ser siempre los empleados y los jubilados los que pagaran el precio de las crisis financieras.

Según informaron los medios, las protestas convocaron a personas de todas las edades. También se registraron manifestaciones en Tesalónica. Los movimientos fueron pacíficos. Muchos manifestantes tenían previsto permanecer toda la noche en las plazas. Las organizaciones declararon que protestarían contra las medidas de ahorro "todo el tiempo que pudieran".

Medios, hegemonía, política y capitalismo

La profesión periodística ante las protestas ciudadanas

Maria Lamuedra
Teledetodos


Hace unos meses varios miles de profesores universitarios firmamos un manifiesto para denunciar que las medidas "anticrisis" que estaba adoptando el gobierno eran erróneas. Acordamos elaborar unos materiales multidisciplinares que explicasen lo que estaba pasando, quien había causado la crisis, quienes se estaban aprovechando de ella o por qué la gente parecía anestesiada. Siendo mi ámbito el de la comunicación, elaboré un borrador que quería explicar, gracias a varios conceptos y teorías de la información, por qué los medios estaban ofreciendo sólo una visión de las medidas "anticrisis" y por qué la sociedad parecía haberla aceptado.

En estos días he revisado el texto, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. Quiero compartirlo por si nos ayuda a reflexionar colectivamente en estos momentos que muchos queremos significar como un punto de inflexión hacia la recuperación de los ideales del Estado del Bienestar.

1. ¿Por qué los ciudadanos han parecido creer (hasta hace poco) que sólo había una salida posible?

Imaginemos a un filósofo, fundador del partido comunista italiano, Antonio Gramsci, en una cárcel de los años veinte. Tras el fracaso del comunismo y la victoria del capitalismo se pregunta por qué razones un sistema cómplice, como mínimo, de situaciones sociales injustas puede contar con la apreciación popular de tantos ciudadanos en tantos países del mundo. (O'Donnell, 2007). Imaginemos la Europa de los años 20, las migraciones campo-ciudad, las "masas desarraigadas", las inagotables horas en fábricas, y la alienación que esto provocaba. Todo esto estaba causado por el capitalismo, y sin embargo, esa es la opción que parece haber ganado la batalla a las utopías que movieron y conmovieron a la sociedad de la época. ¿Por qué? se preguntaba Gramsci.

La conclusión a la que llega el autor, a grandes rasgos, es que la posición hegemónica lograda por el capitalismo no se basa en el uso de la fuerza bruta fundamentalmente sino que las clases dirigentes negocian y consiguen el consenso de la sociedad para su proyecto. Este consentimiento social se gana, en parte, mediante la puesta en circulación de discursos que legitiman el sistema a través de la información, la ficción o el humor consumido diariamente por la población, principalmente en los medios de comunicación. Hoy cabe que nos preguntemos lo mismo que Gramsci en los años 20 con respecto a las razones que nos hacen aceptar mayoritariamente unas recetas "anticrisis" que recortan nuestros derechos sociales, y que pensemos: ¿tiene la comunicación mediada algo qué ver? ¿el qué? ¿cómo actúa?, y también: ¿qué posibilidades hay de que sirva para subvertir ese proceso, especialmente desde el 15M?

2. ¿Por qué los medios favorecen las visiones del mundo de las elites político financieras?

a) Desde los años 80 numerosos estudios empíricos han documentado que cuando los periodistas y editores se enfrentan a la tarea de decidir qué es noticia (entre miles de acontecimientos que ocurren cada día), uno de los elementos que más consideran es el status de las fuentes y los protagonistas de los acontecimientos. Por eso, vienen al caso algunas metáforas de teóricos clásicos del Newsmaking: "las noticias son sobre los conocidos, (Gans) o "los medios no pueden representarse como una ventana a la realidad, son más bien una red pensada en la medida de los 'peces gordos'" (Tuchman). Por tanto, gran parte de las noticias tratan sobre cuestiones relativas a los sectores político-económicos de élite y/o están basadas en los testimonios de estos grupos.

b)Esta tendencia se agrava por el preocupante estado de la profesión periodística, algo sobre lo que están de acuerdo la gran mayoría de asociaciones de periodistas del mundo. Algunas de las causas de esta situación son las siguientes:

- Expansión del número de medios de comunicación y soportes, al tiempo que el número de periodistas en activo se mantiene o incluso decrece.

- Precariedad de las condiciones laborales de los periodistas. Esto en España produce a su vez, una gran tasa de abandono de la profesión, por lo que los periodistas son cada vez más jóvenes y están más desmotivados.

- Multiplicación de gabinetes de prensa de empresas, instituciones económicas y políticas con personal muy cualificado y que elabora material de gran calidad, para argumentar la postura de cada entidad particular.

Estos tres condicionantes dibujan unas redacciones en las que los periodistas, cada vez más jóvenes, inexpertos y desmotivados, apenas tienen tiempo para elaborar informaciones propias, y se surten fundamentalmente del material que les llega a la redacción proveniente de los gabinetes de prensa, lo cual excluye una vez más, la visión de todos los sectores sociales que no tienen capacidad económica y organizativa para disponer de un gabinete de prensa lo suficientemente influyente.

c) Los medios cada vez se concentran en menos manos, y con gran dependencia económica de los bancos. El sistema de medios españoles es el que permite mayor concentración de nuestro entorno, y los cambios regulatorios introducidos en 2009 por el actual gobierno intensifican esta tendencia. De hecho como resultado, se han producido la fusión de Antena 3 y La Sexta, por una parte y Telecinco y Cuatro, por otra. Esta segunda unión, por ejemplo, pone en relación los intereses del imperio mediático propiedad de Berlusconi, MEDIASET, y de PRISA, que a su vez debe 5.000 millones de Euros al Banco Santander.

d) La relación entre bancos y medios de comunicación es cada vez más estrecha: el mercadeo financiero ahora también es parte de la actividad empresarial de los medios de comunicación, hay actores de la globalización financiera (banca de inversión) que han entrado en la estructura de propiedad de los grandes grupos de comunicación, y en los consejos de administración de los medios se sientan representantes de la banca. Además, se ha producido un endeudamiento progresivo y sin precedentes de los medios con respecto de la banca (Almirón, 2010).

Como resultado, si tradicionalmente los sectores más poderosos han tenido un protagonismo muy privilegiado en los medios, hoy esto ocurre en aún mayor medida porque los periodistas gozan de menos tiempo, motivación y experiencia para contrastar y registrar voces alternativas. Según el Informe sobre la Profesión Periodística en España (2009)- realizado por la Federación Española de Asociaciones de Prensa (FAPE)- un 83,9% de los periodistas reconocen no contrastan las fuentes lo suficiente.

Por si fuese poco, los periodistas son muy conscientes de los intereses económicos y estratégicos de la empresa para la que trabajan y - su posición laboral es tan precaria que, temerosos, practican la autocensura. Además, según el citado informe el 57.6% de los periodistas encuestados en 2009 manifestaron recibir presiones diariamente en el ejercicio de su labor. Del mismo modo, los 23 directores de medios que contestaron una encuesta de la FAPE convinieron que la que la crisis ha reducido la independencia de los medios frente a las fuentes de financiación. Investigaciones similares realizadas en otros países europeos o en Estados Unidos llegan a conclusiones que indican un camino con un paisaje similar.

3. ¿Por qué el público ha tendido a creer que la única forma de luchar contra la crisis es la que está aplicando el gobierno?

Los medios han ofrecido un mayor espacio a la visión de la crisis que legitima la pérdida de derechos y de poder adquisitivo de la ciudadanía y la tilda de "necesaria e inevitable". Esta es la posición del gobierno, las instituciones europeas, los bancos centrales y el FMI que forman un bloque bastante compacto. El escaso nivel de movilización social contra medidas regresivas como el recorte de pensiones o la reforma laboral parecían sugerir que gran parte de la población no conocía (o no confiaba) en las medidas alternativas que presentaban partidos como Izquierda Unida, los sindicatos o asociaciones como ATTAC.

La Teoría del Agenda Setting demuestra que los medios de comunicación influencian la forma en la que el público organiza su percepción del ambiente (Roberts, 1972). Los medios construyen el marco de referencia desde el que los ciudadanos interpretan los hechos que van sucediendo día a día. Se refiere a esos acontecimientos que aparecen en las noticias y cuyas interpretaciones se van sedimentando en ese marco de referencia, que no es de usar y tirar. Por eso se dice que los mensajes que aparecen en los medios tienen efectos a largo plazo. Si en ese esquema de interpretación preponderan las tesis económicas neoliberales, esas también preponderarán en la opinión pública.

Además, la forma en la que se estructuran las noticias es narrativa, es decir una sucesión de causas que dan lugar a consecuencias en un proceso sin fin. Esto implica que si los que promueven la idea de que los recortes sociales y de derechos son capaces de establecer, mediante los medios, un diagnóstico sobre la crisis que legitime las medidas anunciadas, esta lectura se añadirá al marco de referencia desde el que la población interpreta los acontecimientos.

A veces, las élites políticas y económicas fuerzan ese consenso orquestando campañas mediáticas muy elaboradas en los que aparecen un número de agentes sociales supuestamente diferentes ofreciendo opiniones similares. La población puede terminar dándose cuenta del engaño, pero entonces ya suele ser tarde. Un ejemplo claro de ello es la forma en la que el gobierno de Estados Unidos (y el de sus aliados) mintió sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Los medios de comunicación nos dictan sobre qué pensar, y aunque no nos dictan directamente qué pensar, cuando ofrecen mayor espacio a unas tesis sobre otras también influyen en cómo pensar. Esto último se acrecienta en temas que están muy alejados del ámbito de la experiencia directa y del conocimiento directo de la mayoría de los ciudadanos, como son precisamente las cuestiones de macroeconomía y de política internacional.

Los medios también ofrecen algún espacio a visiones alternativas sobre la crisis y cómo afrontarla, por ejemplo a sindicatos, Izquierda Unida u otros colectivos. Por ejemplo, los primeros actos de profesores universitarios sobre las medidas "anticrisis" aparecieron en algunos medios de comunicación, pero en proporción, este tipo de visiones siempre aparece como minoritaria.

4. ¿Por qué el público parecía no conocer estas alternativas minoritarias, a pesar de que tienen mayor sintonía con sus intereses?

La teoría de la Espiral del Silencio, que trata el funcionamiento de la opinión pública ofrece una explicación plausible. Fue creada por Noelle-Newman (1982), fundadora del Institut für Demoskopie Allensbash y directora entre 1964 y 1983 del Institut für Publizistik:

Por una parte, los medios (que confieren estatus a aquellos de quienes habla o que aparecen como fuente) contribuyen a crear "un clima de opinión" que se considera mayoritario sobre un tema. Por otra parte, el público tiende a adherirse a las opiniones que considera mayoritarias. En torno al 80% de los ciudadanos cambian de opinión si sienten que la suya no es la mayoritaria (aunque lleven razón). Sólo un 20% se mantiene fiel a sus creencias. Esto ocurre porque los seres humanos deseamos formar parte de la comunidad y detestamos situarnos en los márgenes o estar marginalizados.

Por tanto, si los medios de comunicación presentan como mayoritarias y consensuadas recetas económicas que en realidad están diseñadas por los intereses de la banca, tales recetas:

a) no sólo pasan a constituir el marco de referencia de los ciudadanos,

b) sino que son consideradas como la opción que alberga mayor apoyo social y provoca la adhesión de grandes sectores de la sociedad.

c) y por tanto, otros grupos sociales, incluso aunque no cambian de opinión, callan.

Por tanto, los agentes que promueven las actuales políticas regresivas, mediante los medios de comunicación van a tachar como marginal cualquier visión alternativa a la crisis (y eso es lo que intentaron hacer el 16 de Mayo, y es lo que parecen estar insistiendo en la segunda semana de movilizaciones). Así frenarán que cualquier opción alternativa pueda ir sumando apoyo social.

5. ¿Por que finalmente está teniendo éxito la movilización 15M?

Ese 20% que seguimos pensando de forma diferente hemos empezado a reconocernos, encontrarnos y a ganar visibilidad. El movimiento altermundista, los llamados nuevos movimientos sociales, algunos de ellos autogestionarios, llevan años funcionando y desarrollándose desde posiciones que no han estado en el centro de la Esfera Pública. El estallido de la crisis y sus consecuentes recortes sociales ha hecho que muchos ciudadanos se hayan aproximado a estas visiones y luego, de forma quieta y callada, hayan comenzado a dejarse ver, con iniciativas como la de Universitarios frente a la Crisis, que sumó más de 3.000 firmas, con la campaña contra la corrupción política promovida por Avaaz, con las campañas en favor de la dación en pago apoyadas por ATTAC, por la movilización de Juventud sin Futuro, y otras muchas alternativas que hoy se han encontrado en el movimiento 15M. Mucha gente joven se ha identificado con este nuevo proyecto, y está sirviendo como aglutinante de colectivos diversos.

En estos días ese porcentaje de la población que quiere defender y desarrollar el Estado del Bienestar con uñas y dientes se ha puesto bajo los focos y se perfila como una opción de futuro, lo cual ya está multiplicando las adhesiones y simpatías del resto de la población que observa que hay un nuevo caballo ganador que representa mejor sus intereses. Ahora bien, esto no es sino el inicio de un complicado proceso de cambio. Hoy por hoy, como manifestaron los resultados electorales del 22M, la sociedad española presenta síntomas muy preocupantes, como una elevada tolerancia a la corrupción política.

6. ¿Qué debe hacer el periodismo profesional y el periodismo de servicio público en este clima? El periodismo profesional, frente a las protestas ciudadanas

"LOS MEDIOS NOS ENGAÑAN" Esta es una de las cuatro consignas que aparecían en los carteles de convocatoria del movimiento 15M. De hecho, en la manifestación de Sevilla pude escuchar abundantes eslóganes contra los medios de comunicación, a los que se retrataba como al dictado de los bancos/partidos mayoritarios, y como ajenos a los ciudadanos. Muchos periodistas y estudiosos del periodismo comparten parte de este análisis, y de hecho un porcentaje de los mismos llevan años denunciando que los procesos de concentración mediática, y la precariedad/juventud que impera en las redacciones son dos de los problemas más importantes de la profesión periodística, y de la sociedad española. Y está la Radiotelevisión Pública, cuyos servicios informativos están ahora situados más cerca de los ciudadanos que en ningún otro momento de su historia, pero que continúa recibiendo ataques, para que no termine de levantar, por fin, la cabeza. Los más recientes vienen del Partido Popular, a quienes los ciudadanos han concedido una victoria sin precedentes en las elecciones municipales del 22 de Mayo.

Muchos de los que han protestado en la Plaza del Sol y en otras plazas españolas no saben de las luchas y vicisitudes de los periodistas españoles, de los sindicatos de periodistas, del arrojo de los profesionales de Telemadrid, la labor del Consejo de Informativos de RTVE y de sus heroicos antecedentes.

Los manifestantes han reconocido que los medios, actualmente, son un problema social, y por ello, su causa es ya la de los que venimos trabajando por mejorar el periodismo. Desean unos medios que sirvan al ciudadano, como nosotros. Y por eso ha llegado el momento de que nos reconozcamos todos como co-responsables del desarrollo del Estado del Bienestar, del que un periodismo responsable y unos medios de servicio público son un pilar fundamental. Es el momento de que la profesión periodística, mediante sus organizaciones profesionales se posicione al lado de los que piden un rescate de la democracia, y al hacerlo, rompa la soledad con la que sentíamos que veníamos luchando. La loable iniciativa "sin preguntas no hay cobertura" debe ser sólo la punta visible de lo que se descubra pronto como un enorme iceberg. A ella ya se suma una un nuevo y breve manifiesto desde twitter, "periodismorealya".

Esta parte de España que hoy pide un Estado más social y menos manipulado, debe ser consciente de que eso requiere, como mínimo, de unos medios de comunicación cuyos profesionales tengan condiciones laborales dignas, un marco legislativo que no favorezca la concentración mediática y una radiotelevisión pública que garantice el acceso plural de los ciudadanos a la Esfera Pública y que sirva como referente deontológico en el ecosistema mediático español.

Fuente: http://www.teledetodos.com/component/k2/item/219-la-profesion-periodistica-ante-las-protestas-ciudadanas.html

A 42 años del "Cordobazo"






martes, 24 de mayo de 2011

‘Las tres crisis’, de Ignacio Ramonet

‘Las tres crisis’, de Ignacio Ramonet

Leyendo cosas sobre la crisis económica, he encontrado este interesante artículo de Ignacio Ramonet en el número de julio de 2008 de Le Monde Diplomatique.

Las tres crisis

Ignacio Ramonet

No había ocurrido jamás. Por vez primera en la historia económica moderna, tres crisis de gran amplitud -financiera, energética, alimentaria- están coincidiendo, confluyendo y combinándose. Cada una de ellas interactúa sobre las demás. Agravando así, de modo exponencial, el deterioro de la economía real.
Por mucho que las autoridades se esfuercen en minimizar la gravedad del momento, lo cierto es que nos hallamos ante un seísmo económico de inédita magnitud. Cuyos efectos sociales apenas empiezan a hacerse sentir y que detonarán con toda brutalidad en los meses venideros. Lo peor nunca es seguro y la numerología no es una ciencia exacta, pero el año 2009 bien podría parecerse a aquel nefasto 1929…
Como era de temer, la crisis financiera sigue agudizándose. A los descalabros de prestigiosos bancos estadounidenses, como Bear Stearns, Merrill Lynch y el gigante Citigroup, se ha sumado el desastre reciente de Lehman Brothers, cuarta banca de negocios que ha anunciado, el pasado 9 de junio, una pérdida de 1.700 millones de euros. Por ser su primer déficit desde su salida en Bolsa en 1994, esto ha causado el efecto de un terremoto en una América financiera ya violentamente traumatizada.
Cada día se difunden noticias sobre nuevos quebrantos en los bancos. Hasta ahora, las entidades más afectadas han reconocido pérdidas de casi 250.000 millones de euros. Y el Fondo Monetario Internacional estima que, para salir del desastre, el sistema necesitará unos 610.000 millones de euros (o sea, el equivalente de ¡dos veces el presupuesto de Francia!).
La crisis comenzó en Estados Unidos, en agosto de 2007, con la morosidad de las hipotecas de mala calidad (subprime) y se ha extendido por todo el mundo. Su capacidad de transformarse y de extenderse mediante la proliferación de complejos mecanismos financieros hace que esta crisis se asemeje a una epidemia fulminante imposible de atajar.
Las entidades bancarias ya no se prestan dinero. Todas desconfían de la salud financiera de sus rivales. A pesar de las inyecciones masivas de liquidez efectuadas por los grandes bancos centrales, nunca se había visto una sequía tan severa de dinero en los mercados. Y lo que más temen algunos ahora es una crisis sistémica, o sea que el conjunto del sistema económico mundial se colapse.
De la esfera financiera la crisis se ha trasladado al conjunto de la actividad económica. De golpe, las economías de los países desarrollados se han enfriado. Europa (y en particular España) se halla en franca desaceleración, y Estados Unidos se encuentra al borde de la recesión.
Donde más se está notando la dureza de este ajuste es en el sector inmobiliario. Durante el primer trimestre de 2008, el número de ventas de viviendas en España cayó el ¡29%! Cerca de dos millones de pisos y de chalets no encuentran comprador. El precio del suelo sigue desmoronándose. Y el alza de los intereses hipotecarios y los temores de recesión hunden el sector en una espiral infernal. Con feroces efectos en todos los frentes de la enorme industria de la construcción. Todas las empresas de estas ramas se ubican ahora en el ojo del huracán. Y asisten impotentes a la destrucción de decenas de miles de empleos.
De la crisis financiera hemos pasado a la crisis social. Y vuelven a surgir políticas autoritarias. El Parlamento Europeo ha aprobado, el pasado 18 de junio, la infame “directiva retorno” (1). Y las autoridades españolas ya han proclamado su voluntad de favorecer la salida de España de un millón de trabajadores extranjeros…
En medio de esta situación de espanto se produce el tercer choque petrolero. Con un precio del barril en torno a los 140 dólares. Un aumento irracional (hace diez años, en 1998, el barril costaba menos de 10 dólares…) debido no sólo a una demanda disparatada sino, sobre todo, a la acción de muchos especuladores que apuestan por el alza continua de un carburante en vías de extinción. Los inversores huyen de la burbuja inmobiliaria y desplazan masas colosales de dinero porque apuestan ahora por un petróleo a 200 dólares el barril. Se está así produciendo una financiarización del petróleo.
Con las consecuencias que vemos: formidable subida de los precios en las gasolineras, y estallidos de ira por parte de pescadores, camioneros, agricultores, taxistas y todos los profesionales más afectados. En muchos países, mediante manifestaciones y enfrentamientos, estas profesiones reclaman a sus Gobiernos ayudas, subvenciones o reducciones de la fiscalidad.
Por si todo este contexto no fuese lo bastante sombrío, la crisis alimentaria se ha agravado repentinamente y ha venido a recordarnos que el espectro del hambre sigue amenazando a casi mil millones de personas. En unos cuarenta países, la carestía actual de los alimentos ha provocado levantamientos y revueltas populares. La Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) del pasado 5 de junio en Roma sobre la seguridad alimentaria fue incapaz de alcanzar un acuerdo para relanzar la producción alimentaria mundial. También aquí, los especuladores en fuga del desastre financiero tienen una parte de responsabilidad porque apuestan por un precio elevado de las futuras cosechas. De modo que hasta la agricultura se está financiarizando.
Éste es el saldo deplorable que deja un cuarto de siglo de neoliberalismo: tres venenosas crisis entrelazadas. Va siendo hora de que los ciudadanos digan: “¡Basta!”.

Ignacio Ramonet: ¿Habrá revuelta social?

Ignacio Ramonet: ¿Habrá revuelta social?


Por Ignacio Ramonet. Bajo el lema "¡Alto a la miseria!", la Unión Europea (UE) ha declarado 2010 "Año de la pobreza y de la exclusión social". Y es que ya hay, en la Europa de los Veintisiete, unos 85 millones de pobres (1)... Un europeo de cada seis sobrevive en la penuria (2). Y la situación se sigue degradando a medida que se extiende la onda expansiva de la crisis. La cuestión social vuelve a colocarse en el corazón del debate. La ira popular se manifiesta contra los Planes de austeridad en Grecia, Portugal, España, Irlanda, etc. Las huelgas y las protestas violentas se multiplican. Muchos ciudadanos expresan también un rechazo a la oferta política (crece la abstención y el voto en blanco) o una adhesión a diversos fanatismos (sube la extrema derecha y la xenofobia). Porque la pobreza y la desesperación social ponen en crisis al propio sistema democrático. ¿Asisteremos a una explosiva primavera del descontento europeo?

En España, el 20% de la población, o sea unos diez millones de personas, se hallan ya en la pobreza (3). Con casos particularmente indignantes como el de los hijos de extracomunitarios (más de la mitad de ellos viven en la indigencia), y el de las "personas sin hogar", nivel máximo de exclusión social (4). Hay más de 30.000 personas sin hogar (en Europa, cerca de medio millón). Centenares de ellas, cada invierno, mueren en la calle...

¿Quiénes son esos pobres de hoy? Campesinos explotados por las grandes distribuidoras, jubilados aislados, mujeres solas con hijos, jóvenes con empleos basura, parejas con hijos viviendo con un único sueldo, y obviamente la gran cohorte de activos que la crisis acaba de dejar sin empleo. Jamás hubo en la UE tantos parados: 23 millones (cinco más que hace un año). Lo peor es que la violencia del desempleo golpea sobre todo a los menores de 25 años. En materia de paro juvenil, España ostenta la tasa más catastrófica de Europa: 44,5% (la media europea: 20%).

Si la cuestión social se plantea hoy de modo tan espinoso es porque coincide con la crisis del Estado de bienestar. Desde los años 1970, con el auge de la globalización económica, salimos del capitalismo industrial para adentrarnos en una era de capitalismo salvaje cuya dinámica profunda es la desocialización , la destrucción del contrato social. Por eso se están respetando tan poco los conceptos de solidaridad y de justicia social.

La transformación principal se ha producido en el ámbito de la organización del trabajo. El estatuto profesional de los asalariados se ha degradado. En un contexto caracterizado por el desempleo masivo, la precariedad deja de ser un "mal momento transitorio" mientras se encuentra un empleo fijo, y se convierte en un estado permanente. Lo que el sociólogo francés Robert Castel llama: el "precariado" (5), una nueva condición infrasalarial que se ha extendido por toda Europa. En Portugal, por ejemplo, un asalariado de cada cinco tiene ya un contrato llamado "recibo verde". Aunque trabaje desde hace años en la misma oficina o la misma fábrica, con horarios fijos, su patrón es un simple cliente al que factura un servicio y quien puede, de la noche a la mañana, sin ninguna indemnización, romper el contrato.

Semejante degradación del estatuto de asalariado agrava las desigualdades porque excluye de hecho a un número cada vez mayor de personas (sobre todo jóvenes) del sistema de proteccion del Estado de bienestar. Las aísla, las margina, las rompe. ¿Cuántos suicidios de trabajadores en su lugar mismo de trabajo? Abandonados a sí mismos, en feroz competencia de todos contra todos, los individuos viven en una especie de jungla. Lo cual desconcierta a muchos sindicatos, otrora poderosos, y tentados hoy de colaborar con las patronales.

La eficacia económica se ha convertido en la preocupación central de las empresas, que descargan sobre el Estado sus obligaciones de solidaridad. A su vez, el Estado desvía estos imperativos hacia las Organizaciones no gubernamentales (ONG) o las redes humanitarias privadas. De ese modo, lo económico y lo social se van alejando permanentemente el uno del otro. Y el contraste entre los dos resulta cada vez más escandaloso.

Por ejemplo, en España, mientras el número de parados alcanzaba en 2009 la cifra de 4,5 millones (3,1 millones en 2008), las empresas cotizadas en Bolsa repartían 32.300 millones de euros a sus accionistas (19% más que en 2008). El año pasado, los beneficios de los diez principales bancos europeos superaron los 50.000 millones de euros... En un continente castigado por la peor recesión desde 1929... ¿Cómo es posible? Porque a partir de la crisis del otoño de 2008, los Bancos centrales prestaron masivamente, con tipos de interés minimos, a la banca privada. Ésta utilizó ese dinero barato para prestar a su vez, con tipos más elevados, a las famlias, a las empresas... y a los propios Estados. Así ganó esas millonadas. Ahora, la deuda soberana alcanza niveles excepcionales en varios países -Grecia, Irlanda, Portugal, España...- cuyos gobiernos han tenido que imponer drásticos Planes de austeridad a sus ciudadanos para satisfacer las exigencias de los actores financieros... causantes de la crisis del 2008. Una desvergüenza que exaspera y enfurece a millones de asalariados europeos.
Los ricos siguen enriqueciéndose mientras crece el número de personas sin empleo o en la precaridad, con un poder adquisitivo más reducido, en condiciones de trabajo degradadas, soportando la violencia física y simbólica de unas relaciones sociales endurecidas en una sociedad cada vez menos cohesionada. ¿Cuánto aguantará el hastío popular? ¿Acaso no advirtió el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), el pasado 17 de marzo, que si no se reforma el sistema financiero "habrá revuelta social"?


Notas:
(1) Es "pobre" la personas que vive con menos del 50% de la Renta media disponible neta (Rdn) del país correspondiente. En España, el ingreso medio mensual se sitúa en torno a los mil euros.
(2) Cf. The Social Situation in the European Union 2007 , Bruselas, 2008 (http://ec.europa.eu/ employment_social/spsi/reports_social_situation_fr.htm).
(3) Léase Informe de la Inclusion social en España , Fundació Un sol mon, Caixa Catalunya, Barcelona, 2008.
(4) Consúltese: www.enredpsh.org
(5) Robert Castel, La Metamorfosis de la cuestión social , Paidós, Barcelona, 1997.

Y la policía se replegó...

El M-15 se hace visible

Palos

Breve video sobre la reacción policial al M-15

La decadencia del Imperio Americano o como están en cosas grandes, se les escapan los detalles...

lunes, 23 de mayo de 2011

Amy Goodman entrevista a Noam Chomsky

Efectos de Wikileaks, Medio Oriente, Crisis Política y Sudamérica y otros temas.










¿Quién es el próximo enemigo?

¿Quién es el próximo enemigo?



¿Cómo pudo sobrevivir este país antes de encontrar formidables enemigos acerca de los cuales el gobierno pudiera movilizar el odio y el temor?No recuerdo la década de 1930, cuando la pobreza, el capitalismo, la impiedad, el fascismo, el comunismo, los judíos y el alcohol competían en la mente norteamericana por ser el adversario número uno. No había un ganador evidente.
El 7 de diciembre de 1941 –yo tenía casi 6 años--, los japoneses, atrevidamente y en retrospectiva tontamente, bombardearon Pearl Harbor. Los japos y los nazis, el perfecto dúo vil. Hollywood se hizo cargo. Cada sábado yo luchaba contra ellos por vía indirecta en el cine –nuestros buenos derrotaban a sus malos.
Desde entonces –con breves excepciones— un enemigo viable se ha unido a nosotros. Para alejar a ese mal de nuestras playas, hemos mantenido un presupuesto de “defensa”.
Después de la 2da. Guerra Mundial (época de presupuesto de guerra), Stalin reemplazó a Hitler y a Tojo. Mi Weekly Reader me hizo conocer al Tío Joe durante la 2da. Guerra Mundial. Sin embargo, después de 1945, “El Carnicero Stalin” sembró agentes rojos en nuestro Departamento de Estado, los medios masivos, las escuelas y los hospitales veterinarios. El senador Joe McCarthy descubrió muchos más rincones donde se agazapaba la amenaza roja –por ejemplo, en las plantas empacadoras de carne.
En 1961 me desilusioné de la noción de la Unión Soviética como nuestro archirrival. En un viaje en auto desde Varsovia a Moscú adelanté a unos 8 vehículos –decenas de camiones y cientos de campesinos borrachos, dormidos sobre coches de caballos.
En Moscú comprendí que aparte de un hombre en el espacio, un eficiente sistema de metro y muchas armas, la URSS no podía, como comentaba C. Wright Mills, “publicar una revista legible o dirigir una economía moderna”. Mills se preguntaba: “¿Qué imperio no tiene instituciones para explotar sus colonias? Los soviéticos no tienen bancos ni corporaciones”.
Pero en su campaña eleccionaria de 1960, Kennedy hizo referencia a la “brecha de los misiles”, implicando que los soviéticos nos habían aventajado. La Crisis de los Misiles de octubre de 1962 reveló que los soviéticos tenían la decimoquinta parte del número de misiles balísticos intercontinentales de los EE.UU. Durante toda la década de 1960, los soviéticos trataron de alcanzarnos, pero nunca lograron la triangulación norteamericana: repartir los misiles nucleares entre aviones, submarinos y bases terrestres.
Los poderosos de Washington insistían en que los soviéticos se hacían más fuertes, mientras que los que no estaban ciegos veían lo contrario. En 1984, el descontento y la desmoralización caracterizaban a la URSS. El presidente Reagan insistía en que eran más fuertes que nunca y regresó a la mítica “brecha de los misiles”. Así que el Congreso autorizó más dinero para armas nucleares a fin de impedir lo que los inventores de mitos decían que era una amenaza de invasión soviética a Europa Occidental. En 1991, puff, la amenaza soviética desapareció. ¡Ganamos! Y adiós.
Sin un enemigo amenazante podríamos disfrutar “el dividendo de la paz”. ¡Uy! ¡Un gran imperio necesita de un enemigo extranjero!
En 1993, un grupo yihadista hizo estallar una bomba en el World Trade Center. Más tarde atacaron otros objetivos norteamericanos en África. Los directores de reparto de la seguridad nacional encontraron al actor ideal para el papel de demonio del siglo 21.
Como tal, Osama bin Laden recibió el crédito por producir cambios en el “American Way of Life”. Después del 11/9, el negocio anti-Islam prosperó. Los predicadores, lo mismo políticos que religiosos, peroraron acerca de las hordas amantes de la muerte y que odian la democracia –tanto en el exterior como en casa.
“Soldados, espías y fuerzas especiales recorren el mundo entero para luchar contra el terrorismo”, escribió Uri Avnery. “Bin Laden está en todas partes. La Guerra Contra el Terrorismo es una lucha apocalíptica con Satanás”.
En su empeño por parecer preparado para el nuevo reto, el gobierno restringió las libertades de los ciudadanos –en aras de su propia protección. Obsesivamente, el Congreso incrementó el presupuesto militar --¿para combatir a maníacos suicidas con corta cajas?—mientras que “intelectuales hambrientos de poder balbucean acerca del Choque de Civilizaciones y venden su alma a cambio de la fama instantánea”.
(http://counterpunch.org/avnery05092011.html)
Después del 11/9, el torpe e incompetente George W. Bush se metamorfoseó en el presidente-guerrero militante que (retóricamente) encabezó las fuerzas de la luz en contra de la demoníaca al-Qaeda. Para el público, partidos islámicos como Hamas y Hezbollah –no importa a quién o a qué representan— significan el mal del siglo 21. Para confirmarlo, vean Noticias Fox.
Osama bin Laden se convirtió en el Dr. Malevolencia, vestido con batón suelto, llevando de manera inepta un AK y balbuceando amenazas en un video mal tomado. Casi un malo de historieta cómica, bin Laden reaparecía para recordar a los lectores adolescentes de la necesidad de un súper héroe.
Entonces, al fin, se compaginó la información policíaca y de inteligencia y nuestros heroicos SEALs lo encontraron y lo liquidaron –no en una cueva remota, sino en complejo de tres pisos de clase media en una ciudad de Pakistán.
En Washington, los directores de escena de la seguridad nacional ya habían esbozado el acto final. Liquídenlo y boten el cadáver. No debe haber ningún mártir para futuros santuarios.
Dejen que las masas árabes –lo que eso quiera decir— celebren o juren venganza. Estarán ocupadas en sus revoluciones y contrarrevoluciones. En 2012, Osama muerto puede ayudar a Obama. La orden de matar a bin Laden ya ha transformado su imagen de debilucho.
La celebración de la muerte de bin Laden se esfuma en bares y estadios de béisbol. Pocos lo lloran; aún menos recuerdan las razones esgrimidas por él para realizar su terror.
Una noticia de AFP reportó que bin Laden había realizado una última cinta, encontrada en un sitio web islámico: “Estados Unidos no podrá soñar con su seguridad hasta que vivamos en seguridad en Palestina”, dijo bin Laden. “Es injusto vivir en paz mientras nuestros hermanos en Gaza viven en la inseguridad. De acuerdo con eso, y con la voluntad de Dios, nuestros ataques continuarán contra ustedes mientras continúe su apoyo a Israel”.
¿Quién lo escuchó? A nadie le importa. La mayoría de los norteamericanos no interiorizan los millones muertos en Corea, Viet Nam, Irak y Afganistán. En su lugar “nosotros” ayudamos a esos ingratos y recordamos a nuestros propios muertos del 11/9. Y ahora, a buscar al próximo enemigo demoníaco.

Falleció Julio Godio: Una vida dedicada al mundo obrero

Una vida dedicada al mundo obrero

A los 72 años, Godio murió el viernes pasado. Había trabajado en la OIT y ahora era asesor del Ministerio de Trabajo.


Julio Godio murió el viernes pasado, a los 72 años. Sociólogo, filósofo, analista político, historiador del movimiento obrero, fue uno de los mayores conocedores del mundo sindical argentino y latinoamericano. Trabajó en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas y, en la actualidad, asesoraba al Ministerio de Trabajo nacional. “Era un hombre absolutamente íntegro, y siguió trabajando casi hasta los últimos días”, contó Carlos Godio, su hermano.
Godio había nacido en 1939, en La Plata, en el seno de una familia de socialistas españoles. Estudió filosofía, sociología y economía en la universidad de esa ciudad. Siguió la tradición familiar y empezó a militar tempranamente. En su primera juventud pasó por un abanico de partidos: la UCR de Sergio Karakachoff, que sería asesinado por la dictadura en 1976, el socialismo –en el sector que acompañó la candidatura de Arturo Frondizi–, el anarquismo y el comunismo. Antes de cumplir los 20 lo habían elegido presidente de la Federación Universitaria de La Plata. Sus amigos Karakachoff y Osvaldo Papaleo le pusieron “Nikita”, parodiando a Kruschev, el secretario general del PC soviético.
Aunque dedicaría sus mejores años a la investigación y la escritura, Julio Godio fue también futbolista. En el año ’60 jugaba como wing derecho y llegó desde las inferiores a la Primera División de Estudiantes de La Plata. El problema fue que muchos de los que lo conocían de la universidad lo iban a ver a la cancha: le gritaban desde la tribuna “¡Dale, Nikita!” y los agentes de inteligencia de entonces, que lo tenían fichado, le exigieron al club que lo echara, porque no podía tener a un comunista. Y así fue, duró apenas tres partidos.
En los ’70 debió exiliarse. Perseguido por la Triple A, en el ’74, luego de que las fuerzas represivas mataran a cinco de sus compañeros –a él también fueron a buscarlo, pero no lo encontraron– y tiraran los cuerpos en Punta Lara, Godio debió dejar el país. Su exilio comenzó en Maracaibo, Venezuela, país donde vivió diez años. Ya en el ’84 inició su retorno a la Argentina, proceso que duró unos diez años más, mientras mantenía sus funciones en la OIT como responsable de las federaciones de los trabajadores en América latina.
“Fue una decisión de vida volver –dijo su hermano Carlos a Página/12–. De a poco fue trasladando su gran biblioteca, que tuvo que reconstruir en el exterior, porque la que tenía había sido sustraída por la dictadura.” Se instaló en su casa de Buenos Aires, pero seguía viajando por trabajo y permanecía largos períodos en el extranjero. Su último destino, en 1995, fue Santiago, Chile, donde representaba a las Naciones Unidas en la OIT, cosa que había hecho ya en Venezuela y en Perú.
En febrero pasado, la editorial Capital Intelectual publicó su último libro, El futuro de una ilusión, “un testamento, una conclusión de todas sus ideas”, en palabras de Carlos Godio. “Julio fue un profundo conocedor del movimiento sindical argentino, y era muy respetado por el mundo obrero, al que le dedicó su vida. La semana trágica, su primer libro, fue un hito porque tenía una nueva visión, un enfoque que hablaba de una renovación en el pensamiento social de nuestro país. Después vinieron La caída de Perón y otros libros que integran su historia del movimiento obrero”, completó.
Godio fue investigador de las universidades de Glasgow (Escocia), Del Zulia y Central (Venezuela) y, en la Argentina, la UBA, La Plata y Comahue. En los últimos años se desempeñaba como director del Instituto del Mundo del Trabajo. Entre sus obras más recordadas figura la monumental Historia del Movimiento Obrero Argentino, que abarca desde 1878 al año 2000 y fue editada en cinco tomos. Julio Godio tenía cáncer de pulmón, había sufrido un ACV y el viernes falleció víctima de un paro cardiorrespiratorio no traumático.
(Página/12. 23.05.2011)

domingo, 22 de mayo de 2011

Varias estrategias para un mismo shock

Varias estrategias para un mismo shock

CADTM

Traducido por Guillermo F. Parodi

Durante la primera fase de la crisis económica mundial (2007-2009), los gobiernos de los países más afectados por ésta, comenzando por el de los Estados Unidos, tomaron medidas enérgicas, aplicando las lecciones aprendidas de los primeros meses que siguieron a la quiebra de Wall Street en octubre de 1929. En aquella época, la ausencia de una intervención del Estado para apoyar a la vez el sistema financiero y la demanda había llevado a consecuencias muy graves en términos de recesión y quiebras, que condujo luego a una radicalización política y social. En reacción al laisser-faire de 1929, ahora se adoptaron en el Norte una serie de medidas para amortiguar el impacto de la crisis financiera como ayudas masivas a los bancos, inyección de una masa enorme de liquidez para evitar un agotamiento completo del crédito y los intercambios, reducción del tipo de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos seguido por la del Banco de Inglaterra y del Banco Central Europeo… Se adoptaron también algunas medidas para limitar la caída de la renta de la población y del consumo. Se establecieron algunos estabilizadores sociales, como varias disposiciones que garantizan los ingresos o procuran un ingreso de sustitución, independientemente de la actividad económica realizada. En varios países, estas disposiciones se prolongaron durante varios meses para aumentar su función de red de seguridad. Algunos planes de reactivación consistieron en aumentar el gasto público para atenuar la caída del gasto privado. En este contexto hubo gente que pensó que, ante la crisis, los gobiernos de Barack Obama, Gordon Brown, Nicolás Sarkozy, José Luis Rodríguez Zapatero, José Sócrates, e incluso los de Angela Merkel y Silvio Berlusconi, cambiarían sus políticas hacia un modelo keynesiano mediante un aumento estructural del gasto público, con concesiones a los asalariados, imponiendo normas estrictas a las sociedades financieras y deteniendo la ola de privatizaciones, o incluso decidir nacionalizaciones duraderas [2] . Pero no se produjo nada de eso.
A posteriori, razonablemente se puede pensar que estos “amortiguadores sociales” se establecieron sólo temporalmente para reducir la recesión y limitar los riesgos de explosión social que hubiera podido causar esta crisis, provocada por el efecto combinado del apetito de beneficio máximo de los banqueros y de varias décadas de políticas neoliberales. En efecto, en 2008, los gobernadores y los editorialistas de los grandes medios de comunicación financieros tuvieron realmente miedo de que un despertar de la opinión pública a la crítica radical del capitalismo desembocase en una movilización popular, a favor de cambios revolucionarios. Esta angustia especialmente se sintió cuando el derechista gobierno griego de la Nueva democracia recurrió rápidamente a una serie de medidas de austeridad. Éstas originaron un mes de diciembre, en 2008, socialmente explosivo, y condujeron a su bochornoso fracaso electoral en las elecciones legislativas anticipadas de octubre de 2009. En cuanto a los países del ex bloque soviético que se integraron en la Unión Europea, y principalmente los que lo hicieron desde 2004, aplicaron la estrategia del shock a partir de 2008. La presencia en el lugar del FMI desde hacía de 10 a 15 años reforzó y facilitó esta orientación, no sin que eso causase, en algunos países, grandes movilizaciones sociales. En Islandia, que no forma parte de la Unión Europea, la estrategia del shock se aplicó con prontitud, lo que causó una enorme movilización popular y una crisis política importante que implicó la caída del gobierno, y el rechazo por referéndum de un plan de reembolso de la deuda externa. [3]
Para evitar sucesos similares, Estados Unidos, Alemania, España, Gran Bretaña y Francia realizaron, entre 2008 y 2009, algunos gastos para estimular la demanda. Al actuar de este modo, los gobiernos difirieron la puesta en práctica de la estrategia del shock: [4] el recurso a un shock psicológico importante (como el causado por una crisis de gran amplitud, un desastre natural o un ataque terrorista) para imponer una nueva ola de reformas neoliberales y draconianas medidas económicas que sería imposible aplicarlas en tiempos normales. Por lo tanto, los gobernantes de estos países (con el apoyo de la Comisión Europea en el viejo continente) combinaron el rescate de los bancos y las aseguradoras con la instauración de algunos amortiguadores sociales y, para conseguir calmar el descontento social contra los banqueros, los mismos gobernantes criticaron duramente a las ovejas negras que se encontraban a la cabeza de algunas instituciones financieras privadas. Criticaron incluso un determinado tipo de capitalismo desbocado y algunos de ellos llamaron a la refundación del capitalismo. Además, en ese momento, hicieron todo lo posible para que no se mencionara el peligro de un aumento masivo de la deuda pública, con el fin de no llamar la atención sobre la causa principal: el coste exorbitante del rescate de los bancos, sin que las sumas empleadas hubieran servido para imponer un control público al sector financiero y sin que las mismas pudieran recuperarse utilizando el patrimonio de los grandes accionistas de estos bancos.
La aplicación de la estrategia del shock en estos países se produjo más tarde, a partir de 2010, después de que se hubiera aplicado en los países más débiles de la cadena de endeudamiento y de la zona euro: Grecia, Irlanda, Portugal… Es fundamental, en la actualidad y mientras los gobiernos compiten para imponer tratamientos de austeridad cada vez más enérgicos y más dramáticos, que la opinión pública sepa exactamente por qué nos encontramos en esta situación: los gobiernos de los países más industrializados, lanzados en una fuga hacia adelante ante las exigencias de los mercados financieros, actúan en contra de los intereses de sus poblaciones. El rescate de bancos que habían realizado inversiones muy arriesgadas para obtener un beneficio inmediato, por una parte, y las políticas fiscales muy favorables a los más ricos, por la otra, hacen pagar a las clases modestas, en forma creciente, las consecuencias de la crisis mundial y de un capitalismo congénitamente desigual. En otras palabras, se obliga a las víctimas de la crisis a pagar por los que son sus responsables. Esto explica por qué millones de personas viven esta situación como una profunda injusticia, que puede llegar a ser un detonador muy potente.
NOTAS
[1] Éric Toussaint, doctor en ciencias políticas de las universidades de Lieja y de Paris VIII, es presidente del CADTM Bélgica ( www.cadtm.org ). Es autor de La Crisis Global, Viejo Topo, Barcelona, 2010 y Ediciones Madres Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2010; de Una Mirada al Retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, Barcelona, 2010.
[2] Barack Obama, Gordon Brown, el gobierno de los Países Bajos y algunos otros hicieron ciertas nacionalizaciones puntuales en 2007-2008, pero con el solo objetivo de impedir la bancarrota total del sistema financiero y del sector inmobiliario.
[3] Ver Mike Krolikowski , Yvette Krolikowski , Damien Millet, « Islandia ¡No y otra vez No! » http://www.cadtm.org/No-y-otra-vez-No
[4] Ver Naomi Klein, La doctrina del shock. Paidós, Barcelona, 2010

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 20 de mayo de 2011

Algunos somos comunistas

Spanish revolution
Algunos somos comunistas



Entre los indignados antisistema de la Puerta del Sol, por lo menos algunos, somos comunistas. Lo de ser antisistema no necesita ya de justificación. En estos días se ha explicado, además, con fórmulas muy afortunadas: “no es que seamos antisistema”, ha dicho alguien, “es que el sistema es antinosotros”. Hubo otro que terminó un discurso incendiario en la manifestación diciendo que “en resumen, lo que pedimos es ¡un poco de sentido común!”. No se podía decir mejor. Esto que estamos viviendo, a nivel mundial y a nivel nacional, es una salvajada, un disparate, un chiste cruel, una broma brutal, un sarcasmo, una tomadura de pelo, un crimen. Desde que en los años ochenta comenzó la revolución de los ricos contra los pobres, el capitalismo rueda sin frenos hacia el abismo a un ritmo acelerado. Y nos arrastra a todos con él. Tiene toda la razón Naomi Klein al diagnosticar nuestro sistema económico como un capitalismo del desastre. Los negocios ya no funcionan bien más que en condiciones sociales de catástrofe. Lo decía hoy Ignacio Escolar: ¿de verdad que alguien necesita que se le expliquen las causas de las protestas? No, lo raro es que no hayan estallado antes.
El sistema es ya tan revolucionario (de extrema derecha, pero revolucionario, al fin y al cabo), que los antisistema nos hemos vuelto conservadores. Los “jóvenes sin futuro” que salieron a la calle el 7 de abril no pedían la Luna. No gritaban “la imaginación al poder” ni nada parecido. La moderación de sus reivindicaciones (casa, salud, trabajo, pensión) contrastaba con la radicalidad de su posible solución: “an-ti-ca-pi-ta-lis-ta” fue el grito que más se oyó. Y de los que más siguen resonando ahora en la Puerta del Sol y en todo el Estado. Para ser moderado, para conservar una pizca de sentido común, actualmente hay que ser antisistema. En cambio, los apologetas del capitalismo se prestan a cualquier locura revolucionaria. Para salvar la economía huyen hacia adelante dispuestos a sacrificar la humanidad e destruir el planeta. Como dijo Walter Benjamin, pero mucho más que cuando él lo dijo, lo que necesitamos es un freno de emergencia. Necesitamos parar esta demencia criminal.
Benjamin pensaba que ese freno de emergencia era el comunismo. Y algunos, bastantes, lo seguimos pensando. Cuando al comienzo de la crisis se dijo que el capitalismo había fracasado y que había que inventar otra cosa, cuando lo decían quienes lo decían, en los telediarios, en la prensa más canalla del país, uno se preguntaba a qué diablos se estaban refiriendo. La receta contra la crisis, al final, ha sido más y más capitalismo. Y en verdad, no es extraño, porque el capitalismo es un sistema económico muy poco flexible, para el que no caben medias tintas. Inventar otra cosa habría sido reinventar lo que ya estaba inventado, el comunismo. Lo que parece cada vez más difícil es empeñarse en ser anticapitalistas esquivando esa palabra maldita.
Bien es verdad que no todos le hacen ascos al término. Hace pocos meses estuvo el filósofo Jacques Rancière en la Universidad Complutense, explicando que asistimos a un imparable resurgir del comunismo. Lo mismo vienen a plantear otras autoridades intelectuales como Badiou, Zizek o Negri. Y bueno, es cierto que sus lectores, entre nosotros, nos entendemos muy bien (aunque unos menos que otros, desde luego). Pero algo de razón tenía el profesor Jose Luis Pardo en una reciente conferencia al quejarse de que, un poco fuera de la parroquia, no hay forma de entender el contenido que tan insignes filósofos le dan a el término “comunismo”, fuera de algunos tópicos en los que se alude a una forma de “vida comunitaria” que remite a Francisco de Asís (como al final de Imperio de Negri), a una “democracia efectiva” o “radical”, a un “poder de las masas”o de la “multitud”, un “sin Estado, ni Ley”, es decir, fórmulas demasiado negativas, vacías y generales, más propias de un programa religioso que político.
Y sin embargo, no estamos ante un misterio insondable. Lo que necesitamos contra el capitalismo es algo muy concreto: una alteración radical en la propiedad de los medios de producción que haga posible a la instancia política ejercer un control democrático sobre la producción en el marco de una economía institucionalizada. El capitalismo actual esta institucionalizado y dirigido políticamente por corporaciones que no obedecen a ningún poder legislativo, al margen de cualquier control democrático. Nuestras democracias son libres de todo en una condiciones en las que no hay nada que hacer. Casi todo lo que afecta sustancialmente a la vida de las personas viene decidido por poderes económicos que negocian en secreto y actúan en la sombra chantajeando a todo el cuerpo social. Un pestañeo de los llamados mercados basta actualmente para anular el trabajo legislativo de generaciones enteras. No hay leyes, ni constituciones que puedan resistirse a la dictadura ciega de los poderes financieros. Es el Cuarto Reich. Los nuevos nazis no son menos totalitarios que los anteriores, pero, además, están mucho más locos. Como ha dicho Naomi Klein, los mercados tienen el carácter de un niño de tres años. Sus rabietas viajan en tiempo real conmocionando el planeta. Ni Nerón, ni Calígula estaban tan locos ni eran tan imprevisibles.
Lo que plantea el comunismo es que la economía no puede institucionalizarse democráticamente, sometiéndose al poder legislativo, sin suprimir la propiedad privada sobre los medios de producción, es decir, sobre las condiciones de existencia de la población. Lo sabemos por experiencia y lo sabemos también en la medida en que la economía marxista explica muy plausiblemente por qué es así.
Así pues, el misterio se puede aclarar. “Comunismo” es, en realidad, exactamente lo que pretenden ser (sin lograrlo en absoluto) nuestras orgullosas democracias constitucionales. Ya es difícil negar -cada vez hay más gente que abre los ojos- que lo que hemos venido llamando “democracias” no son sino dictaduras económicas ataviadas con una fachada parlamentaria. Lo que frente a ello llamamos “comunismo” no es, sin embargo, más que aquello que pretendíamos ser: democracias parlamentarias en las que las leyes pueden someter a los poderes económicos. Es absurdo plantear que el parlamento puede legislar lo que ya siempre se ha decidido de antemano en la Bolsa. La cosa está cada vez más clara: las leyes no pueden hablar por favor a los negocios, tienen que imponerse coactivamente. Pero para eso tienen que tener la sartén por el mango. Y el mango son los medios de producción.
Respecto a qué tenga que ver todo esto con aquello que se llamó “socialismo real”, hay que decir que mucho, siempre y cuando se deshagan algunos espejismos. Por ejemplo: siempre y cuando no llamemos “socialismo real” sólo a lo que se dio en aquellos países que lograron resistir algo de tiempo (entre cinco y setenta años) la agresión imperialista, sino también a todos los proyectos socialistas, comunistas o anarquistas que fueron derrotados mediante golpes de Estado, invasiones militares, bloqueos económicos, etc. El que los países socialistas no hayan sido democráticos puede significar tan solo que no hay ningún país en guerra que pueda permitirse el lujo de la democracia. De hecho, los que lo intentaron, sucumbieron bien pronto. Como ya he dicho muchas veces, el socialismo nunca pudo optar entre Allende o Fidel Castro. Era o Castro vivo, o Allende muerto.
Pensemos en las iniciativas que están proponiendo juzgar a los poderes financieros, especialmente a las agencias de evaluación de deuda. No cabe duda de que estas instituciones están jugando con el destino de la población mundial para hacer sus propios negocios privados. Ahora bien, estas iniciativas, si quieren tomarse en serio, tendrán que enfrentarse tarde o temprano al dilema de exigir algo equivalente al viejo concepto comunista de “dictadura del proletariado”. Es una total ingenuidad creer que los poderes económicos van a doblegarse a la autoridad del poder judicial, cuando no se doblegan ni ante el poder ejecutivo ni ante el poder legislativo. Sin asegurarse el monopolio en el ejercicio de la violencia, la democracia no tienen ninguna posibilidad de hacerse oír. Cómo hacer esto posible, eso sí que es un problema difícil de resolver. Y no qué debamos entender bajo el término “comunismo”.
En todo caso, hay que comenzar por algún sitio. Comenzar por el kilómetro cero de la Puerta del Sol es una excelente idea. No se trata, en efecto, de pedir la Luna, ni siquiera de pedir el comunismo. Eso ya vendrá por sí mismo cuando se entienda lo difícil que es el liso y llano sentido común en un mundo como este. Cuando para tener casa o trabajo hay que ser antisistema, las cartas están echadas.
Por eso conviene que pidamos cosas muy de sentido común. Por ejemplo: permaneceremos en la Puerta del Sol mientras que, en primer lugar, no se cambie la Ley Electoral. No se trata solo de acabar con el bipartidismo. Se trata también de acabar con ese cáncer de la democracia que es la propaganda electoral, de exigir al Estado verdaderos espacios de comunicación para que la ciudadanía pueda hacer oír sus argumentos políticos (que, como cualquiera puede comprobar en los medios alternativos de Internet, son muchos, inteligentes y poderosos). Se trata de acabar con ese espectáculo indigno y grotesco de las actuales campañas electorales, aunque solo sea porque ofenden a la inteligencia y denigran al género humano.
En segundo lugar, es necesario permanecer movilizados mientras no se arbitren las medidas judiciales para juzgar a los culpables de este desastre humano en el que nos vemos sumidos. Muchos banqueros, muchos accionistas, muchos políticos, muchos financieros tienen que acabar en la cárcel. Si no, más nos vale suprimir el Ministerio de Justicia.
Luego, habrá que pasar a otras urgencias. Es preciso parar los deshaucios. Expropiar las viviendas vacías. Socializar los beneficios bancarios y privatizar sus pérdidas. Quizás se podría promover una iniciativa internacional para que los cascos azules ocupen militarmente los paraísos fiscales... Ideas no nos van a faltar. Lo del comunismo ya se entenderá por el camino.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Las calles son nuestras!

15-M: El lenguaje de la revolución, una gramática de la libertad



April is the cruelest month, abril es el mes más cruel escribió T.S. Elliot, el mes de los enamorados y los desencantos, pero abril, en España, es también el mes en el que se proclamó la II República después de llenar la Puerta del Sol y expulsar al rey; aquellas fotos en blanco y negro hablan con las de hoy. ¿Y mayo? mayo es sin duda el mes de las revoluciones, de Paris, a México pasando por Berkeley, mayo, insiste testarudo, en llamar a la puerta con ansías de revolución, pero ¿Qué esta pasando en España?
Aquí, desde tan lejos, perdido en un aeropuerto de los Estados Unidos, este profesor de literatura sólo puede ver a contraluz, palpar y escuchar a la distancia, gracias entre otras cosas a la excelente crónica de Angeles Díez (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=128703), lo que está pasando en la Puerta del Sol y en otras plazas de otras ciudades, que empiezan a producir una gramática urbana -la Cashba, Tahir, Wisconsin- que recupera “el derecho a la calle” para hablar contra el consenso neoliberal y la dictadura de los mercados.
Sólo puedo ver lo que leo, lo que escucho. Y lo que leo, lo que escucho es que los tertulianos, esa turba vociferante e infame que llena las ondas de ruido y los periódicos de mentiras y banalidades, ha perdido el lenguaje. Juan Cruz, ese lacayo de PRISA, omnipresente en tertulias televisivas y radiofónicas habla de “el odio a las urnas” y de “el peligro de una solución populista”, un editorial de El País advierte del potencial peligro de un “liberticidio”, como si nuestra libertad no fuera inversamente proporcional a la libertad de los mercados, como si los cinco millones de parados tuvieran otra libertad que no sea la libertad de morirse de hambre. Están nerviosos, buscan en su gramática de banalidades y sólo son capaces de decir, como autómatas, “hay que votar”, “son apolíticos”, esta bien que expresen su descontento, pero “no tienen soluciones”, “hay que respetar la jornada de reflexión”, “son antisistema, no tienen los pies en la tierra, las únicas soluciones son las que pueden proveer los partidos”.
No han entendido nada, no quieren entender, llevan mucho tiempo produciendo un lenguaje que ya no toca la realidad ni oblicuamente. Los manifestantes no son apolíticos, son apartidistas como explicó Isaac Rosa, no odian las urnas odian a los bancos y a sus políticos serviles y tienen no sólo soluciones sino un lenguaje propio que toca y llena las plazas con una gramática de la libertad: “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”, “No somos antisistema, el sistema es antinosotros”, “Sin curro, sin dinero y sin miedo”, “No somos un partido político, los que tienen que reflexionar son ellos”.
¿Cuándo hay una revolución? Cuando uno está más seguro y más feliz fuera de casa que en casa, dice Santiago Alba Rico, pero también cuándo las calles y las plazas crean un lenguaje nuevo para expresar el deseo y la potencia de la emancipación colectiva. Esa potencia no tiene nada que ver con la sociedad civil, ni con las nuevas tecnologías que en cualquier caso son un medio no un fin, ni con el idealismo de la juventud, es más bien la potencia plebeya. Sí, es el pueblo, el demos, tan manoseado y traicionado por políticos y sindicatos pactistas, el que escribe en pancartas y muros su historia y sus deseos con un lenguaje nuevo en mayúsculas, los indignados quieren una vida digna. Lo que la plaza pide es exactamente eso: que el gobierno no le abra las puertas de la Moncloa a las 35 empresas más importantes del país, sino que gobierne para el pueblo, y con el pueblo, al fin y al cabo democracia es el gobierno del pueblo, no una marca en manos de Botín y sus amigos.
No sabremos que devendrá de esta potencia plebeya, lo que sí sabemos es que ya expresa con un nuevo lenguaje el deseo de un futuro diferente, más justo. Desde aquí sólo puedo melancólicamente apoyar con todas mis fuerzas a todos los que resisten en las plazas contra viento y marea, porque yo, también me tuve que marchar de mi país cuando era joven para poder seguir pensando y escribiendo, para poder tener un futuro que no elegí, sino que me impusieron los mismos banqueros y sus serviles políticos. ¡Ni un paso atrás, las calles son nuestras!
Luis Martin-Cabrera es profesor de literatura en UC, San Diego
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
rCR

El país de la no-libertad: Los fascistas electrónicos son derrotados una vez más

Intentos de intimidación y censura a profesores de historia laboral
Los fascistas electrónicos son derrotados una vez más

Democracy Now!

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español

Judy Ancel, profesora de la Universidad de Missouri, en Kansas City, se encontraba dictando este semestre la cátedra de historia del movimiento obrero junto con un colega de la sede St. Louis de la misma universidad. Ni Ancel ni su colega podían imaginar que filmaciones de sus clases iban a ser objeto de una floreciente práctica de ataque encubierto de la derecha, que consiste en editar videos tergiversando las palabras de sus protagonistas. En este caso, como resultado de esa práctica y en medio de una ola de intimidaciones y amenazas de muerte, uno de los profesores perdió su trabajo. Afortunadamente, la sensatez y los datos contundentes prevalecieron, y los videos fueron denunciados como lo que realmente son: piezas fraudulentas y engañosas editadas en forma irresponsable.La figura mediática de derecha Andrew Breitbart es un fuerte promotor de esa gran cantidad de videos que fueron editados en forma engañosa para difamar a individuos e instituciones progresistas. Él se ocupó de difundir los videos que pretendían haber descubierto a empleados de la organización comunitaria ACORN supuestamente ayudando a una pareja a establecer una red de prostitución. También exhibió el video editado de Shirley Sherrod, una empleada afroestadounidense del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en el que se tergiversó por completo el discurso de la funcionaria de manera que pareciera admitir haber discriminado a un agricultor blanco. Como consecuencia de la controversia, Sherrod fue despedida. Ataques similares fueron realizados contra Planned Parenthood.
Judy Ancel es directora del Instituto de Estudios Laborales de la Universidad de Missouri-Kansas City desde 1988. Mediante un hipervínculo a un sistema de videoconferencia en Internet, dicta un seminario sobre historia del movimiento obrero junto al profesor Don Giljum, que da clases en la Universidad de Missouri-St.Louis. El curso consiste en siete sesiones interactivas, realizadas a lo largo del semestre, que son grabadas en video y puestas a disposición de los estudiantes inscritos en el seminario mediante un sistema protegido por contraseña. Uno de los estudiantes, Philip Christofanelli, copió los videos y, según admite en uno de los sitios web de Breitbart, “los entregó en versión completa a varios de sus amigos”. En determinado momento, una serie de versiones de las clases, editadas de forma muy engañosa, fueron publicadas en el sitio web de Breitbart. Fue entonces que las vidas de Ancel y Giljum se vieron alteradas, y comenzaron las amenazas de muerte.
El sitio web de Breitbart BigGovernment.com resumía así el video: “Los profesores no solo defienden que la violencia y el sabotaje industrial son a veces necesarios, sino que además señalan tácticas específicas que pueden ser utilizadas para tal fin”. La profesora Judy Ancel respondió: “Me informaron que este video estaba publicado en el sitio web de Andrew Breitbart BigGovernment y lo vi y me quedé horrorizada porque sabía que era yo quien hablaba, pero lo que estaba diciendo no era lo que yo había dicho en clase.”. Ancel relaciona el ataque en contra suya y de Giljum con un ataque más amplio que se está dando en contra de instituciones progresistas:
“Este tipo de ataques se trata de fascismo electrónico. Generan tanto miedo y están tan directamente dirigidos contra cualquier cosa que sea progresista –el derecho a la educación, los derechos de los sindicatos, los derechos de los trabajadores- que creo que son todos parte de un ataque generalizado para silenciar a las mayorías y generar el tipo de clima de temor que permite que demos un salto muy abrupto hacia la derecha. Y eso es verdaderamente aterrador”.
En el video del ataque se incluyó la información de contacto de Ancel y Giljum. La profesora Ancel recibió una lluvia de correos electrónicos plagados de amenazas. Giljum recibió al menos dos amenazas de muerte por teléfono. La Universidad de Missouri realizó una investigación sobre las acusaciones que se desprenden de los videos, durante la cual colocaron a policías uniformados y vestidos de civil en los salones de clase. Giljum es profesor adjunto y tiene otro trabajo de tiempo completo como secretario general de la seccional 148 del Sindicato de Ingenieros de Operación, en St.Louis. Luego de la publicación de los videos, el sindicato accedió a las presiones de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones (AFL-CIO, por sus siglas en inglés) de Missouri, y le pidió la renuncia a Giljum apenas días antes del 1° de mayo, cuando se cumplía el plazo para su jubilación tras 27 años de trabajar en ese lugar.
Luego de la investigación llevada adelante por la universidad, Gail Hackett, rectora de la Universidad de Missouri-Kansas City, publicó una declaración en la cual absuelve a ambos profesores:
Hackett escribió: “Está claro que los videos editados publicados en Internet muestran las declaraciones de los profesores en forma imprecisa y distorsionada al sacar de contexto sus declaraciones y cambiar el orden de la secuencia en que dichas declaraciones fueron realizadas para cambiar su significado”.
La Universidad de Missouri-St.Louis llegó a similares conclusiones, y afirmó que Giljum aún podía dictar clases allí.
El 18 de abril, Andrew Breitbart fue entrevistado en el programa de Sean Hannity en Fox News. Durante la entrevista declaró: “Vamos a tratar el tema de la educación, vamos a ir tras los profesores y los sindicalistas”. Parece que Ancel y Giljum fueron tan solo los primeros blancos del ataque.
En este caso el ataque fracasó. Si bien ACORN fue a la larga reivindicada por una investigación del Congreso, el ataque tuvo sus secuelas: la organización perdió financiamiento y quedó en bancarrota. El Presidente Barack Obama y el Secretario de Agricultura Tom Vilsack pidieron disculpas a Shirley Sherrod y Vilsack le suplicó que regresara a su puesto de trabajo. Sherrod pronto editará un libro y tiene una demanda pendiente contra Breitbart.
Esperemos que esta sea una señal de que el engaño, la intimidación y la influencia de los medios de la derecha están en decadencia.
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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2011/5/19/fascistas_electrnicos_son_derrotados_una_vez_ms

jueves, 19 de mayo de 2011

La revuelta se traslada a Madrid.

Apuntes de Sol y lluvia en Madrid



La Puerta del Sol de Madrid no es la Qasba tunecina, tampoco es la plaza Tahrir, ¿podrá serlo? Seguramente es pronto para los pronósticos. En ello andan los expertos, sociólogos e intelectuales sabelotodo que crecen como los champiñones en los días de lluvia. También les preocupa y les ocupa a más de un político, que a buen seguro, andan sacando los sensores a la calle para medir por dónde sopla y si conviene desplegar a barlovento o a sotavento. Por supuesto la jauría mediática también anda de caza y los lebreles husmean más o menos camuflados de periodistas enrollados.

Mientras, la Puerta del Sol empieza ser cauce que recoge decenas, cientos, a veces miles, de insatisfacciones, de malestares, de frustraciones y poco a poco, quién sabe…

Las condiciones objetivas, dicen los sociólogos, están dadas. Las subjetivas comienzan a darse. El dispositivo catalizador es mera coyuntura, ¿unas elecciones autonómicas y municipales? El contexto internacional inmediato: la crisis económica, las revoluciones del mundo árabe. Los antecedentes próximos: las movilizaciones por la contaminación del Prestige, las movilizaciones contra la guerra de Irak. ¿Qué desaparece y qué permanece? Es difícil saberlo pero podemos aventurar una hipótesis: la deslegitimación del sistema político.

A principios de marzo del 2003, era la segunda legislatura del Partido Popular, Aznar flirteaba con Bush y sus secuaces, y el imperio acordaba invadir Iraq. En el parlamento se debatía nuestra implicación en la guerra, el rey callaba y los medios fabricaban mentiras. En la universidad, en los centros de trabajo, en los barrios, en la gala de los premios Goya, se gritaba: No a la guerra. Nunca como entonces, en la historia reciente de este país –exceptuando para el caso vasco-  se había iluminado de esa forma el teatro político, evidenciando que legalidad y legitimidad pueden ser dos términos en conflicto. La decisión de intervenir en la guerra era legal, claro, estaba siendo tomada por nuestros representantes en el Parlamento. Nuestros representantes eran representantes legítimos, claro, los habíamos elegido, pero, ¿cómo era posible que tomaran una decisión en contra de la voluntad clara y explícitamente manifestada en las calles? Fue en ese momento cuando, camino del Parlamento en una manifestación multitudinaria, no convocada por ninguna organización ni partido, se empezó a corear “lo llaman democracia y no lo es, no lo es, no lo es”. La consigna fue floreciendo de boca en boca y amenazaba con impactar en el precario andamiaje construido en la Transición: si el parlamento podía tomar una decisión tan importante –nada menos que implicarnos en una guerra-  sin contar con legitimidad, ¿no podría estar tomando cientos de decisiones ilegítimas?, ¿no sería que el edificio político tenía algún fallo estructural o de construcción? No olvidemos que, a pesar de que el derecho positivo insiste en identificar ambos conceptos, la legitimidad tiene que ver con el consenso, con la aceptación, con la justificación de la obediencia, con las explicaciones que nos damos para aceptar que nos gobiernen y para obedecer la ley.

Los procesos sociales tienen algo de orgánico, algo de mágico y algo de memoria. Lo orgánico se manifiesta en lo concreto real, en el cansancio que impide mantener las movilizaciones en su punto álgido, aunque las causas permanezcan e incluso se acrecienten las razones (nadie puede estar en permanente estado de enamoramiento, se moriría). Lo mágico se expresa en la construcción de posibilidad donde solo había improbabilidad, tiene que ver con la potencia, con lo que puede llegar a ser. La memoria es esa mirada del ángel de la historia que hoy en Madrid se pregunta qué cosa fue la Transición española y a qué le llaman democracia.

Las concentraciones en Sol aún son difusas, líquidas diría Z. Bauman, cierto, pero una foto nunca sustituyó a mil palabras. Hoy había más gente que ayer, ¿menos que mañana? Hoy había más adultos. Ayer sólo unos cientos pasaron la noche al raso. Hoy a la una de la madrugada, bajo una lluvia despiadada, otros cientos hacían el relevo. No hay muchas cosas claras pero hay algunas cosas difusas que empiezan a ser repetidas en  los corros que se sientan a conversar en las esquinas, bajo los quioscos de prensa, bajo la estatua de Carlos III y en algún que otro bar de la zona: a) no se puede convertir la concentración en un botellón, que sea un movimiento pacífico, no a los provocadores b) hay que implicar a más personas, por barrios, por sectores. Extender la protesta c) tiene que continuar después de las elecciones.

No es gran cosa, pero es mucho para un país con cinco millones de parados, con un millón y medio de familias con todos sus miembros en paro y sin prestaciones, endeudado hasta el corvejón, vendido y revendido al mejor postor, traicionado por sus organizaciones sindicales, con un sector público amenazado (salud, educación), con una clase política desprestigiada y sin ningún referente político de izquierdas que despierte, no ya pasiones, ni siquiera simpatías. Es mucho para la desmovilización generalizada que se expande con las derrotas, mucho si tenemos en cuenta el desmantelamiento de conciencias de los últimos años, suficiente para fisurar la faz de un sistema que se sabe seguro porque “no hay otro”, de momento.

Dicen que son sólo jóvenes. Una pareja mayor, de Aravaca, me decían que estuvieron ayer y que estaban hoy y volverían mañana a las ocho, que su hijo estaba acampado y su hija también estaba por allí. Dicen que son las redes sociales. Los carteles dicen que son las manos y los dedos de quien todavía sabe y quiere escribir mensajes.

A las tres de la madrugada, cuando cierro estas líneas, no sé cuantos aguantarán en la plaza. Les imagino calados hasta los huesos, resguardados en los soportales de los comercios, bajo los toldos, otros se habrán despedido hasta mañana. No se puede esperar piedad de la lluvia, pero en Madrid, en mayo y con sol, es posible la primavera.

lunes, 16 de mayo de 2011

Manipulación


el chiste

Un hombre pasea por un parque en Nueva York cuando de pronto ve a un dogo rabioso a punto de atacar a una niña de 7 años. El hombre no duda, se lanza sobre el perro, lo toma de la garganta y lo mata. Un policía que vio lo ocurrido se acerca maravillado diciéndole:

–Señor, usted es un héroe. Mañana todos podrán leer en la primera página de los periódicos: “Un valiente neoyorquino salva la vida de una niña”.

–Gracias, pero yo no soy de Nueva York.

–Bueno –dice el policía–, entonces dirán: “Un valiente americano salva la vida de una niña”.

–Pero es que yo no soy americano —insiste el hombre.

–Bueno, es lo de menos, ¿de dónde es usted?

–Soy árabe –responde el valiente.

Al otro día los diarios titulan: “Terrorista árabe masacra de manera salvaje a un indefenso perro americano de pura raza, a plena luz del día y delante de una niña de 7 años que lloraba aterrorizada”.

Página 12/ suplemento económico. 15.05.2011

Y si piensan igual con hijos de Ernestina?

Lauría, el chico de Peñarol que encontró a su padre

16/05/11 Tras 21 años sin contacto, pudo hablar con su papá. Lo hizo tras marcar 27 puntos ante Libertad en las semis de la Liga.
A Nicolás Lauría le llegó el momento que espera todo atleta: explotar en esos momentos clave que marcan una carrera. Lo logró el sábado, al anotar 27 puntos en el 103-101 de Peñarol sobre Libertad, en dos suplementarios, que dejó 2-0 al equipo marplatense en una semifinal de la Liga Nacional de básquetbol.
Pero la felicidad plena de Lauría, alero de 23 años, se debe a un hecho que lo conmocionó poco antes de ese partido: después de 21 años, charló con su padre, el estadounidense Zachary Cooper, quien había jugado en Peñarol en 1988, año de nacimiento de Lauría.
“Pudimos hablar un ratito por Skype. Fue tremendo.
Hoy puedo decir que tengo papá.
Me llamó atención por su reacción positiva, por sus ganas de conocerme. Estoy feliz”, dijo el pibe de la vincha negra en www.basquetplus.com.
Lauría tuvo un aliado de lujo: su compañero de equipo Kyle Lamonte. A través de un sitio web de búsqueda de personas, consiguió el teléfono, entabló el primer contacto sin decirle nada a Nicolás e hizo de mediador en la charla a través de la web.
“Estaba tratando de ubicarlo desde que tengo uso de razón. Jamás perdí la esperanza” , dice Lauría, quien ya es dueño de un derecho humano inalienable: el derecho a la identidad.

 El link a la nota del Diario:
http://www.clarin.com/deportes/basquet/Lauria-chico-Penarol-encontro-padre_0_481751966.html

‘MI REACCIÓN ANTE LA MUERTE DE OSAMA BIN LADEN’

‘MI REACCIÓN ANTE LA MUERTE DE OSAMA BIN LADEN’
Noam Chomsky
Cada vez es más evidente que la operación fue un asesinato planificado, violando de manera múltiple normas elementales del derecho internacional. No que hicieran ningún intento de aprehender a la víctima desarmada, lo que presumiblemente podrían haber logrado 80 comandos que virtualmente no enfrentaban ninguna oposición, excepto, afirman, la de su esposa, que se lanzó hacia ellos.
En sociedades que profesan un cierto respecto por la ley, a los sospechos se les aprehende y se les conduce a un juicio justo. Subrayo "sospechosos”. En abril de 2002, el jefe del FBI, Robert Mueller, informó a la prensa de que después de la investigación más intensiva de la historia, el FBI solo podía decir que "creía” que la conspiración se tramó en Afganistán, aunque se implementó en los Emiratos Árabes Unidos y Alemania. Lo que solo creían en abril de 2002, obviamente no lo sabían 8 meses antes, cuando Washington desdeñó ofertas tentadoras de los talibanes (no sabemos cómo de serias porque se descartaron instantáneamente) de extraditar a Bin Laden si les presentaban alguna evidencia, la que, como pronto supimos, Washington no poseía. Por lo tanto Obama simplemente mintió cuando dijo en su declaración de la Casa Blanca, que "rápidamente supimos que los ataques del 11-S fueron realizados por al-Qaida”.
Desde entonces no han suministrado nada serio. Han hablado mucho de la "confesión” de Bin Laden, pero suena más bien como si yo confesara que gané el Maratón de Boston. Alardeó de algo que consideraba un gran logro.
También hay mucha discusión sobre la cólera de Washington porque Pakistán no entregó a Bin Laden, aunque seguramente elementos de las fuerzas militares y de seguridad estaban informados de su presencia en Abbottabad. Se habla menos de la cólera paquistaní porque EEUU invadió su territorio para realizar un asesinato político. El fervor antiestadounidense ya es muy fuerte en Pakistán, y estos eventos probablemente lo exacerbarán. La decisión de arrojar el cuerpo al mar ya provoca, previsiblemente, cólera y escepticismo en gran parte del mundo musulmán.
Podríamos preguntarnos cómo reaccionaríamos si unos comandos iraquíes aterrizaran en el complejo de George W. Bush, lo asesinaran, y lanzaran su cuerpo al Atlántico. Sin lugar a dudas sus crímenes excedieron en mucho los de Bin Laden, y no es un "sospechoso” sino indiscutiblemente el que "tomó las decisiones”, quien dio las órdenes de cometer el "supremo crimen internacional, que difiere solo de otros crímenes de guerra en que contiene en sí el mal acumulado del conjunto” (citando al Tribunal de Núremberg) por el cual se ahorcó a los criminales nazis: los cientos de miles de muertos, millones de refugiados, destrucción de gran parte del país, el encarnizado conflicto sectario que ahora se ha propagado al resto de la región.
Hay más que decir sobre [el terrorista que hizo volar el avión cubano, Orlando] Bosch, quien acaba de morir pacíficamente en Florida, incluida la referencia a la "doctrina Bush” de que las sociedades que albergan a los terroristas son tan culpables como los propios terroristas y hay que tratarlas de la manera correspondiente. Parece que nadie se dio cuenta de que Bush estaba llamado a la invasión y destrucción de EE.UU. y al asesinato de su criminal presidente.
Lo mismo pasa con el nombre: Operación Gerónimo. La mentalidad imperial está tan arraigada, en toda la sociedad occidental, que parece que nadie percibe que están glorificando a Bin Laden al identificarlo con la valerosa resistencia frente a los invasores genocidas. Es como bautizar nuestras armas asesinas según las víctimas de nuestros crímenes: Apache, Tomahawk… Es como si la Luftwaffe llamara sus aviones caza: "Judío” y "Gitano”.
Hay mucho más que decir, pero incluso los hechos más obvios y elementales deberían darnos mucho que pensar.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens.
*Noam Chomsky es profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT. Es autor de numerosas obras políticas. Sus últimos libros son una nueva edición de Power and Terror, The Essential Chomsky (editado por Anthony Arnove), una colección de sus escritos sobre política y sobre el lenguaje desde los años cincuenta hasta el presente, Gaza in Crisis, con Ilan Pappé, y Hopes and Prospects, también disponible en audio].