domingo, 27 de julio de 2008

...Y nunca olvides sus nombres...
Luciano Benjamín Menéndez, el ex general de 81 años que comandó la represión ilegal en Córdoba y otras nueve provincias en la última dictadura militar y antes de la sentencia defendió sus acciones enfáticamente y sin muestras de arrepentimiento, fue condenado hoy a cumplir la pena de prisión perpetua en una cárcel común por ser "coautor mediato" de los crímenes de militantes políticos secuestrados en 1977. Antes del fallo, emitido por el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba, Menéndez, alias "Cachorro", había revindicado la dictadura al señalar a la Argentina como el "primer país que juzga a sus soldados victoriosos" y denunció que "los guerrilleros de los '70 están hoy en el poder". Junto a Menéndez, otros ex militares -Luis Manzanelli, Carlos Díaz y Oreste Padován- y un ex agente civil de inteligencia -Ricardo Lardone- también fueron sentenciados a prisión perpetua, mientras tres acusados recibieron penas inferiores: Hermes Rodríguez y Jorge Acosta, 22 años, y Carlos Vega, 18 años.

miércoles, 23 de julio de 2008

Ricardo...¿para cuando el disco?

Reflexiones

La política en manos de la oposición mediática Por Nicolás Casullo Se habita un tiempo donde lo mediático le roba casi todo lo real a la misma realidad, como si esto conceptualmente fuera posible. La carencia de ideas programáticas de una oposición política no constituida definidamente, provoca que esta ausencia haya sido reemplazada, cooptada, tal vez casi de manera definitiva, por la lógica de la información de masas (movilero, locutor, entrevistador, periodista analista). Una lógica mucho más eficaz, y con sello de época, en la trama de la sociedad, donde los medios en su “no hacer política” hacen la sustancial política diaria que confirmaría la imprescindible muerte de la política, dejada atrás como lo zángano y corrupto en la vida de los argentinos. Una lógica periodística del slogan, de la frase compactadora, del título fuerte, del copete “síntesis”, del dato gancho, del impacto efectista, del hallazgo ocurrente, del reduccionismo de corte publicitario “en tres palabras”. Una lógica de la transmisión diaria en cadena de todos “los sinformativos”. Una lógica mediática bandolera, cuyo oficio totalizante ha devenido desvalijar los hechos centrales, quitar del medio los sentidos que importarían ver debajo de la hojarasca, sustraer los significados. Cumplir entonces puntillosamente el repertorio conservador, reactivo y antipolítico del statu quo permanente, mientras se almuerza con Mirtha Legrand: un sentido común esparcido, siempre logrado, que el dominio entre bambalinas del país y las apetencias del mercado capitalista necesitan para explicar el mundo. Todo se “compra”, todo se “vende”. Por lo tanto lo único cierto es “el mercado”. La mercancía informativa expone un supuesto mundo a su imagen y semejanza, como lógica que rotula y marca tecnomasivamente a la ciudadanía. Ejemplo uno de atraco mediático. La Presidenta dijo en la Plaza : “desde una corporación, cuatro personas a las que nadie votó, a las que nadie eligió, se reunían, deliberaban, decidían y comunicaban al resto de los argentinos quién podía andar por las rutas del país y quién no”, significando que ningún sector o instancia civil puede asumirse ese poder, salvo el Estado y el gobierno elegido por voto, que puede plantearse esa acción interruptora bajo conmoción o conflicto grave interno y externo, o en circunstancias excepcionales de un orden amenazado. Los grandes medios gráficos, radiales e informativos concentrados, transformaron sin embargo inmediatamente esa frase sobre los representantes del agro, en: “cuatro personas a las que nadie votó”, como si la Presidenta ignorase algo que sabe hasta el menos avezado de los ciudadanos: que efectivamente fueron votados, gremialmente, para gobernar las normales tareas de cada asociación. Pues bien, sobre esa falacia extrema de poda mediática, se montó el mayor sintagma explicativo de las últimas 72 horas para recalentar las aguas del conflicto. Ejemplo dos de sustracción mediática. Durante estos cien días y pico de dura protesta que planteó el lockout agrario, un acontecimiento extraordinario superó al resto de las noticias, de los datos, cifras, diferencias y voces. Y ese suceso fue el corte de rutas o tractorazos permanentes que asolaron el país, lo desabastecieron de alimentos, suministros y libre paso de la gente, hasta alcanzar grados de caos y de sociedad “en abismo”. Pues bien, en todo este lapso no hubo ni varios programas, ni los necesarios, ni un solo programa (desde los medios de masas más concentrados y de buena audiencia) que se haya dedicado exclusiva y totalmente a tratar, señalar, reflexionar y condenar con pelos, argumentos, señales, voces y comentaristas esta producción reaccionaria sobre la escena nacional: el país cautivo por los “buenazos mateadores” de las banquinas. Por el contrario, el accionar mediático provocó una inmensa platea social, para la cual ese dato vertebral y nocivo a una institucionalidad democrática con su régimen de partidos, fue absolutamente naturalizado, neutralizado, aceptado, velado en los reales sentidos que portaba de violencia, autoritarismo y brutalidad anticomunitaria. Qué te digo cuando te digo Tanto uno como otro ejemplo de manipulación mediática (entre otros) que involucran nada menos que la palabra presidencial y la operatoria anticiudadana mayor de estos tres meses, grafican claramente el estado mental y de conciencia de gran parte de los argentinos, en cuanto a saber de qué se tratan las cosas, que está sucediendo en su país, qué está en juego en los desacuerdos, y qué representan los diversos actores de la escena. Puede decirse entonces, como perspectiva de comprensión de la crisis nacional, que la posibilidad de avance hoy de un gobierno democrático institucional (que se autoidentifique con amplios sectores populares y nacionales sufriendo distintos grados de injusticia y postergación de sus derechos sociales) pasa también y de manera cada vez más acuciante por una instancia de desmontar diariamente un orden que cuenta las cosas (para tener alguna probabilidad de modificar tales cosas). Una contienda que sin duda no remite a ninguna Secretaría de Cultura ni a un Ministerio de ciencia pensado casi exclusivamente para la tecnoindustria, sino que remite a la pura política actuando culturalmente, en estado de constante actualización de sus concepciones de masas, hacia las masas y con las masas. Teniendo en cuenta que la disputa neurálgica en nuestra democracia –en un mundo como el actual bajo dinámica transcultural de derecha– es quebrar constantemente disposiciones interpretativas dominantes. Querellar un orden de los imaginarios en cada coyuntura. Expropiar dimensiones simbólicas de masas educadas y formadas por los propios ADN del sistema de alienación en su edad audiovisual expandida. Compenetrarse del clásico, y para algunos superado, tema de las ideologías y de las clases sociales, tal cual enseñaban los libros marxistas tan vendidos en la calle Corrientes años atrás. En la Argentina de estos días se evidencia que el debate por los significados es una lucha comunicacional de masas donde se juega suerte y destino de cada política. Algo similar sucede en América latina. La época democrático popular y todas las izquierdas necesitan un nuevo ensayismo de análisis y de masas cotidiano, que amalgame herencia de sociólogos, de periodistas, de nietos de Jauretche, de intelectuales y cuadros políticos que digan y disputen palmo a palmo conciencias ciudadanas demasiado golpeadas y desorientadas en la última década. Desenredar a las palabras del astuto pastiche mediático de cada jornada. Tratar de llevarlas a un sitio donde les dé de vuelta algún aire y las refresque. Hoy esas palabras, y las definiciones que componen, no muestran. Esconden. Cuando en la “gran radio y la gran TV” se dice tan ecuménicamente “dialogar” se está diciendo en realidad quitar las retenciones. Y cuando se dice pastoralmente “pacificar”, o “buscar la unión de todos los argentinos”, se dice también y solamente quitar las retenciones. Y cuando se hace referencia a un Parlamento con mayoría oficialista por una cuestión de votos, se dice “escribanía para la firma”, “mano de yeso”, o se postula como nueva “calidad democrática” una increíble cámara de legisladores desagregada en “cientos de posturas” cada una por su lado como “las miles de historia de la ciudad de San Francisco” protagonizada por Karl Malden en los ’70. La “objetividad” mediática Los medios de comunicación imponen su bestial “diagrama institucional” bajo una horma de mercado que hoy reina soberana. Implantan su matriz de acuerdo a la programación emisora, su valor de lo que sería democracia, la virtud de un votante apolítico que en realidad no debe saber ni siquiera a quiénes elige cuando elige, porque debería votar átomos “libres” de compromisos partidarios. En esa misma dimensión mediática y formativa del espíritu (como dirían los idealistas alemanes del XIX) se organiza un mensaje a repetición con muy pocas variaciones: los gobernadores e intendentes que estructuran la política son todos “rehenes o secuaces de la chequera”, las concentraciones populares son “mercenarios a cincuenta o cien pesos por cabeza”, el Estado de nuestra democracia “una máquina que le está metiendo las manos en los bolsillos a usted señor oyente todos los días”, la adhesión de Hebe de Bonafini a Cristina Fernández “cinco palos puestos sobre la mesa”, y la Presidenta “una secretaria de Kirchner”. Se asiste diariamente a la desmembración ideológica de lo democrático desde la absoluta irresponsabilidad de los dueños del mensaje, una suerte de aquelarre mediático disolvente de todo valor, y donde no existe propuesta alternativa ni referente ni el menor asombro ante cualquier cosa: estadio societal plausible de ser simbolizado con la pregunta con que Marcelo Bonelli inicia su entrevista con Elisa Carrió la semana pasada en A dos voces de TN: “¿Y doctora, el Gobierno sigue robando?”. O el comentario de un periodista de Radio Mitre a la tarde, Marcelo Moreno, que luego de una entrevista que me hace un programa, de escuchar mis reflexiones críticas al agro, y de cortar la comunicación, cerró el reportaje diciendo al aire: “cuando escucho a este tipo de intelectuales tengo ganas de vomitar”. Es indudable que en el campo de la contienda política por el significado de los hechos, y sus consecuencias, es donde el Gobierno viene perdiendo terreno en manos de un poder que desgasta, desvaloriza, deslegitima, sin dar cuenta de sus emisiones y sin que nadie le pida cuentas políticas de sus responsabilidades e intereses en los marcos del conflicto. Más allá de sus errores, que los tiene abundantes en la crisis del agro, ése es el dato del presente democrático argentino: si el Gobierno no asume este desafío con el despliegue de todos sus recursos humanos, su proyecto democrático carece de la consistencia persuasiva que la época exige.

domingo, 20 de julio de 2008

Hijo Afortunado

Hijo Afortunado

(Creedence Clearwater Revival)

Alguna gente ha nacido para ondear las banderas Ooh ellas son rojas, blancas y azules Y cuando la banda toca “Saludo al jefe” Ooh, ellos apuntan el cañón hacia ti, Dios, Yo no soy, yo no soy, no soy el hijo de ningún senador, hijo. Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no. ¡Si! Alguna gente es de alta cuna Dios, por qué ellos no se ayudan a si mismos, oh. Pero cuando el recaudador llegue a la puerta, Dios, la casa parece un rastrillo, si, Yo no soy, yo no soy, yo no soy el hijo de ningún millonario, no Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no. Alguna gente hereda ojos centelleantes de estrellas Ooh, ellos te mandan a la guerra, Dios Y cuando les preguntas ¿Cuánto debemos dar? Ooh, ellos sólo contestan, ¡más!, ¡más!, ¡más! Yoh, Yo no soy, yo no soy, el hijo de ningún militar, hijo Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no. Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no, no, no.

Fortunate son

Some folks are born made to wave the flag, Ooh, they're red, white and blue. And when the band plays "Hail to the chief", Ooh, they point the cannon at you, Lord, It ain't me, it ain't me, I ain't no senator's son, son. It ain't me, it ain't me; I ain't no fortunate one, no, Yeah! Some folks are born silver spoon in hand, Lord, don't they help themselves, oh. But when the taxman comes to the door, Lord, the house looks like a rummage sale, yes, It ain't me, it ain't me, I ain't no millionaire's son, no. It ain't me, it ain't me; I ain't no fortunate one, no. Some folks inherit star spangled eyes, Ooh, they send you down to war, Lord, And when you ask them, "How much should we give?" Ooh, they only answer More! more! more! yoh, It ain't me, it ain't me, I ain't no military son, son. It ain't me, it ain't me; I ain't no fortunate one, one. It ain't me, it ain't me, I ain't no fortunate one, no no no,

Y ahora la versión de Pearl Jam en el MSG del 3 de julio de 2008.

viernes, 18 de julio de 2008

Paisaje después de la batalla

Por Mempo Giardinelli
Finalmente, el señor Cobos definió el rechazo a la Ley de Retenciones tal como la había propuesto el Ejecutivo. Puede pensarse que es contradictorio que un vicepresidente anule la voluntad presidencial, pero él votó de acuerdo con su convicción y eso es irreprochable. Pero entonces ahora es esperable que renuncie. Porque el argumento de que tuvo los mismos votos que Cristina es un sofisma. La ciudadanía votó por ella, no por él. La dignidad de su voto en la madrugada debiera ratificarse con su renuncia. Eso haría una persona honorable. Y si de honores se trata, hay que decir –nobleza obliga– que los que estuvimos del lado de sostener la 125 hemos perdido. Los que temimos y denunciamos que en este conflicto se jugaban mucho más que las retenciones, subrayando los riesgos que corría la democracia y los siempre solapados embates del golpismo criollo, ahora de nuevo cuño, lo hicimos sabiendo que nunca sobra ese temor cuando el escenario es la Argentina y los protagonistas son sus clases altas y medias. Es como cuando temés que se incendie tu casa. Uno no desea ni espera que suceda, pero eso no quita que se señalen las fugas de gas, se tome todo tipo de precauciones y se actualicen los seguros. Es lo que pasó ahora –ése era el escenario, ésos los protagonistas– y sólo desde la estupidez se podría acusar a los que temimos un golpe. Y lo seguiremos temiendo, por cierto, siempre en la esperanza de que el incendio no se produzca. Pero el paisaje que nos queda después de la batalla es mucho más complejo. Porque lo que cancelaron esos 37 votos en el Senado (no casualmente gracias a Menem, Romero, Urquía y otros demócratas desinteresados y de acrisolada vocación social) fueron también las concesiones que hizo el Gobierno en estos meses, y las reformas y el apoyo a los pequeños productores que sancionó la Cámara de Diputados. Pero sólo la Historia dirá cuántos chacareros escupieron hacia arriba en estos meses, mientras aquí y ahora todo vuelve a Diputados y no cabe ilusionarse con esa nueva batalla. Conflicto agrario y votación senatorial no fueron solamente por las retenciones, y en tal sentido la primera lectura política no puede ser otra que la de que el Gobierno pagará por todos los errores cometidos y que tantos les señalamos en estos meses. Dilapidaron un poder fenomenal que –en esto estaremos casi todos de acuerdo– mereció tener mejor destino que sostener a funcionarios como Jaime o Moreno. Sin embargo, el kirchnerismo no está terminado –como desean Joaquín Morales Solá y todos sus aliados agrarios– a menos que NK y CFK quieran seguir suicidándose. Como bien señaló ayer Mario Wainfeld, el oficialismo tendrá que ser “capaz de elaborar cómo cambió la situación y cuánto de su traspié se debe a sus propias falencias antes que a la fuerza o mala fe de sus contrincantes”. Y la oposición y las corporaciones agrarias deberán “cumplir todo lo que aseveraron en más de tres meses: su ausencia de voluntad destituyente, su voluntad de cooperar y no salirse de los cauces institucionales”. El gobierno K no supo dialogar y jugó siempre a todo o nada. Igual que los empresarios agraristas, que procedieron con la dureza típica de la necedad y la avaricia. Pero era el Gobierno el que tenía más responsabilidad, porque todo gobierno es siempre el responsable último del diálogo republicano y sobre todo debe ejercerlo cuando tiene enfrente posiciones necias o cavernícolas. Otra falencia enorme, que también deberán pagar los K, fue la absurda política comunicacional del Gobierno. Si es que la hubo, la información oficial fue tonta y anodina, y se amilanó en todo momento ante la manipulación astuta y pertinaz de la llamada opinión pública. Ya se vio que los intereses que gobiernan los multimedios son capaces de cualquier cosa con tal de quebrar la confianza social en la economía, e incluso a la economía misma. En la evaluación del paisaje, lo que queda de bueno es que funcionaron las instituciones republicanas, y no es poco. El Congreso evitó el desbarrancamiento de la crisis, una vez más. Con todo lo que muchas mentes simples les critican a los legisladores, y muchísimas veces con toda razón, ellos y ellas trabajaron arduamente y resolvieron la coyuntura. Ahora habrá que ver qué país viene y la verdad es que a la vista de las dirigencias que tenemos los argentinos, no cabe hacerse mucha ilusión. La primera dirigencia que es todo gobierno, en nuestro caso ya demostró su ineptitud para pilotear una crisis de esta envergadura, y es por lo menos dudoso que tengan la muñeca y la cintura deseables para manejar los grandes temas nacionales que se vienen. Y las otras dirigencias –las agrarias y de la oposición, que apenas fueron capaces de juntar lo mejor con lo peor de este país, de rezar al aire libre y de mentir cuidando el bolsillo de los ricos– es seguro que tampoco ilusionarán a muchos millones de argentinos. Días graves nos esperan, porque aquí no se resolvió nada. En el fondo de todo sigue estando la eterna cuestión argentina: si los más ricos, los que ganan siempre y ahora ganan más que nunca, van a ceder algo en favor del conjunto. Jamás lo han hecho. Hace tres meses Claudio Lozano señaló que en el modelo sojero impuesto aquí en los últimos 20 años sólo “936 propietarios controlan 35 millones de hectáreas, a razón de 38.000 cada uno, mientras casi 150.000 propietarios tienen 2.200.000 has, a razón de sólo 16 cada uno”. Y no es dato menor que el precio actual que recibe el productor argentino es mejor que el de octubre pasado, pese a los aumentos de retenciones que tanto resistieron. Los valores de estos días son los mejores desde 2002. Y no es una opinión; son datos de la Bolsa de Cereales. Esta fue la película que vimos; éste el paisaje que nos queda. ¡A seguir remando, argentinos!
// Página 12-Viernes 18 de julio de 2008.

miércoles, 16 de julio de 2008

Los músicos por el piso...

La música ha dejado de ser simplemente sonidos; desde que se transformó en industria, se vale de recursos de venta y mercadeo para difundir y captar nuevos compradores: uno de estos recursos es el video clip, que ha permitido el crecimiento de cadenas televisivas dedicadas a difundir básicamente este tipo de productos, tales como MTV, Much Music, etc. El rock y el pop (fundamentalmente este último) se vale de ellos para hacer que una canción o un mensaje no deje resquicio sin ocupar. La calidad de este producto sufre de vaivenes pronunciados de acuerdo a cuál es el objetivo secundario (queda claro que el primero es difundir) y no es muy sencillo para los grupos o solistas negarse a utilizar este medio de difusión; otros mantienen la misma calidad artística de su producto musical, contratando a talentosos directores que utilizaron el territorio del videclup para experimentar y luego seguir en el ambiente cinemátográfico, pero dependiendo siempre de los recursos otorgados por la discográfica.

Ofrecemos dos interesantes videos en los cuales los músicos están por el piso....

domingo, 13 de julio de 2008

Uno de los nuestros...

“Va a haber dirigentes que van a ser mayoría en el movimiento obrero y que van a ser consecuentes con su mandato, va a haber dirigentes políticos que no van a tomar la política como una parte mas del jet-set y la frivolidad, que intentaran cambiar la sociedad en que se vive. Entonces, en ese momento, cuando se modifiquen esas relaciones de fuerza, estas legislaciones que hoy parecen terribles derrotas, las vamos a cambiar a todas”.
Germán Abdala fue dirigente gremial (Asociación Trabajadores del Estado-ATE), expresión indiscutible de un nuevo modelo de sindicalismo y Diputado Nacional. En la década de los ‘90 formó parte del “Grupo de los 8”, conjunto de diputados ex-justicialistas que levantaron las primeras críticas y disidencias con el Presidente Carlos Menem en el proceso privatista del país.
Crea junto a otros diputados el “Grupo de los Ocho”, que se opone a la política neoliberal del gobierno de Menem y al vaciamiento ideológico del voto popular del 14 de mayo de 1989. En diciembre, renuncia a los cargos partidarios y a la afiliación al Partido Justicialista por el indulto presidencial a los miembros de las Juntas Militares de la dictadura militar. Afectado por una dura enfermedad, no deja de hacer política y es uno de los importantes dirigentes que participa en la organización y construcción de la CTA Congreso de los Trabajadores Argentinos transformada en Central de los Trabajadores Argentinos con reconocimiento legal del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación por Resolución Nº 325/9.7
Falleció el 13 de julio de 1993 tras una larga enfermedad, pero su acción y pensamiento sigue firme en las luchas pupulares.

martes, 8 de julio de 2008

Frases Deshechas

Frases Deshechas Recorre las calles juntando miserias. Las encuentra en todas partes Mientras con sus harapos Atrae desprecio y piedad Tiene la espalda sangrante y los ojos rojos de hurgar en otros ojos aquello que ya no busca: “Ofrece la otra mejilla… Mide mil veces y corta una… Ojo que no ve.. Ama a tu prójimo… El perro es el mejor amigo del hombre… Y el que espera desespera…” Y él espera que no sólo el verbo sea acción y sea paz. Paz de cielo y no cementerio Paz de cielo y no romana Mientras desarma al sujeto Atado a esas las frases Para comer su sentido…
GHS